Resúmenes
Este artículo tiene como propósito puntualizar las diferencias esenciales entre la investigación científica - como se establece desde el racionalismo contemporáneo - y la investigación psicoanalítica. A partir de esta diferenciación se plantean las condiciones necesarias para una investigación psicoanalítica, fundamentada en criterios exclusivamente psicoanalíticos, que tiene como objeto de estudio los procesos psíquicos inconscientes originarios de la clínica analítica. Luego, intentamos describir la formalización de la investigación psicoanalítica en el medio universitario que presupone la descripción y conceptualización del caso clínico.
Ciencias; Psicoanálisis; Universidades
This article proposes to outline the essential differences in scientific research, starting from contemporary-rationalism, and psychoanalytic research. Using this distinction, it is possible to determine the necessary conditions for psychoanalytic research based exclusively on psychoanalytic criteria, which aims to study the unconscious processes originating in the psychoanalytic clinic. We therefore try to describe the formalization of psychoanalytic research in the university context, which involves the description and conceptualization of the clinical case.
Sciences; Psychoanalysis; Colleges
ARTIGOS ARTICLES
Luciane Loss JardimI; María Del Carmen Rojas HernándezII
IUniversidade Estadual de Campinas, Faculdade de Ciências Médicas, Departamento de Psicologia Médica e Psiquiatria. Caixa Postal 6111, Cidade Universitária Zeferino Vaz, Barão Geraldo, Campinas, SP, Brasil. Correspondência para/Correspondence to: L.L. JARDIM. E-mail: <lulossjardim@uol.com.br>
IIUniversidad Autónoma de San Luis Potosí, Facultad de Psicología. San Luís Potosí, México
RESUMEN
Este artículo tiene como propósito puntualizar las diferencias esenciales entre la investigación científica - como se establece desde el racionalismo contemporáneo - y la investigación psicoanalítica. A partir de esta diferenciación se plantean las condiciones necesarias para una investigación psicoanalítica, fundamentada en criterios exclusivamente psicoanalíticos, que tiene como objeto de estudio los procesos psíquicos inconscientes originarios de la clínica analítica. Luego, intentamos describir la formalización de la investigación psicoanalítica en el medio universitario que presupone la descripción y conceptualización del caso clínico.
Unitérminos: Ciencias. Psicoanálisis. Universidades.
ABSTRACT
This article proposes to outline the essential differences in scientific research, starting from contemporary-rationalism, and psychoanalytic research. Using this distinction, it is possible to determine the necessary conditions for psychoanalytic research based exclusively on psychoanalytic criteria, which aims to study the unconscious processes originating in the psychoanalytic clinic. We therefore try to describe the formalization of psychoanalytic research in the university context, which involves the description and conceptualization of the clinical case.
Uniterms: Sciences. Psychoanalysis. Colleges.
El tema de este artículo es oriundo de un hecho: el psicoanálisis y su inserción en el contexto universitario. El ingreso de los psicoanalistas en la universidad viene ocurriendo en las últimas décadas, lo cual ha generado una gran producción de conocimiento que pretende dar cuenta del trabajo que allí se realiza, pero que simultáneamente implica cierta problemática que debe ser abordada, especialmente acerca de lo que podemos entender como investigación en psicoanálisis.
En ese sentido podemos citar algunos trabajos de psicoanalistas insertos en programas de postgrado que teorizan acerca de su hacer buscando fundamentos para sostener la investigación psicoanalítica en el contexto universitario: Mezan (1993) y Safra (1993) tratan del manejo del material clínico; Mezan (1998) aborda la escritura de la clínica psicoanalítica; Guerra (2001) enseña a través de un relato de caso el proceso investigativo en psicoanálisis; Nogueira (2004) presenta los fundamentos psicoanalíticos de la investigación psicoanalítica en la universidad; Jardim y Rojas (2007) dibujan algunos conceptos para sostener la investigación en la universidad; Jardim (2008) presenta un modelo para el tratamiento de un caso de psicosis a partir de la investigación psicoanalítica fundamental; Silva, Yazigi y Fiore (2008), a través de casos clínicos, también abordan las posibilidades del trabajo psicoanalítico en la universidad. Todos los trabajos versan sobre tópicos relacionados con el tema, con la intención de sostener la práctica investigativa que desarrollan en el seno de la universidad.
Para precisar la problemática que enfrentan los investigadores que fundamentan su trabajo en el psicoanálisis, es decir, para hablar de investigación en psicoanálisis - concretamente en el contexto universitario - es necesario hacer algunas puntualizaciones indispensables para conocer las especificidades que esto requiere. Dibujar las diferencias entre la investigación científica cartesiana y la investigación en psicoanálisis implica que deben entenderse con claridad no sólo las posibilidades de la investigación en psicoanálisis sino también sus imposibilidades y, al mismo tiempo, las características de la investigación científica desde una perspectiva positivista.
Para desarrollar las ideas con las que se argumenta este trabajo, es necesario puntualizar algunos conceptos que son esenciales, así como las nociones de investigación, de método y de ciencia, para mostrar las posibilidades de la investigación en psicoanálisis.
Etimológicamente, investigación proviene del latín in (en) y vestigare (hallar, inquirir, indagar, seguir vestigios), por lo que podemos inferir que un investigador es una persona que realiza una búsqueda. La forma como se hace esta búsqueda es la metodología, que a su vez, también, simultáneamente va a determinar al objeto buscado y va a ser determinada por el mismo.
Tanto en la ciencia como en el psicoanálisis, la manera de hacer una investigación no es independiente de su método sino que, por el contrario, cada una se caracteriza por su metodología: para la ciencia la metodología es entendida como la forma de producir conocimiento, y para el psicoanálisis la metodología implica aquello que permite construir un saber acerca de la verdad y del deseo del sujeto.
Por lo tanto, en ese artículo hacemos una revisión de algunos argumentos psicoanalíticos mediante los que se expone la diferencia entre la metodología positiva que prevalece en el contexto de las universidades contemporáneas y las particularidades de la investigación psicoanalítica, con el propósito de enfatizar la controversia que se genera por la inserción del psicoanálisis en el contexto universitario.
La ciencia, el psicoanálisis y sus campos
La ciencia tiene como objetivo producir conocimiento a partir de la investigación de su objeto de estudio. Para empezar a hablar del objeto de estudio en la ciencia, tenemos que aludir a la cuestión explícita en él cogito cartesiano, a partir del cual se establece un sujeto que piensa y un objeto que puede ser pensado. Este dualismo que caracteriza al planteamiento científico expresa la sobrevaloración de la razón - ó mejor dicho la razón como el fundamento de la ciencia -, entendida como aquello mediante lo cual el sujeto puede apropiarse del conocimiento sobre el objeto.
Esta estructura binaria - sujeto cognoscente-objeto conocido -, se convierte en el problema de la epistemología per se, y en consecuencia deja a la ciencia el encargo de explicar lo conocido sobre el objeto - desde un paradigma ó un método que pretende ser independiente del sujeto -, omitiendo la posibilidad de interpretar que iría implícita si no se excluyera al sujeto de esta relación - entre el objeto y el sujeto - que produce conocimiento.
Por lo tanto apuntamos en primer lugar que la epistemología define - lo cual es una cuestión decisiva en el nacimiento de una ciencia - la constitución del objeto de investigación de la ciencia y que, desde un planteamiento positivista, la ciencia plantea una separación entre el sujeto que investiga y el objeto que es investigado por él, y que a través de este procedimiento se pretende adquirir un conocimiento satisfactoriamente exacto del objeto.
Este planteamiento epistémico hace necesaria una segunda precisión, porque inaugura una necesidad no sentida en otros momentos históricos: la de legitimar el conocimiento. Se torna esencial la necesidad de que todo conocimiento sea científico, y el racionalismo asume una posición imperante desde la cual los saberes que no se construyen bajo los paradigmas de la ciencia son epistemológicamente invalidados. La paradoja radica en que es a partir de la filosofía - concretamente la epistemología, es decir, desde un saber no científico en el sentido estrictamente positivista -, desde donde la ciencia se legitima y se proclama productora de conocimiento verdadero.
En síntesis, el racionalismo característico del pensamiento moderno bajo el cual se desarrolla la ciencia - con su propuesta metodológica positiva - inclina la balanza hacia el conocimiento como el único saber verdadero, dejando de lado los saberes que no responden a un orden estrictamente racional, pues ya en los desarrollos teóricos de Galileo en los que se sustenta la ciencia moderna en el siglo XVll, se cuestiona la idea de complementariedad sujeto-objeto que había prevalecido hasta entonces y se acepta la reducción de la naturaleza, como lo apunta Gerber (2007, p.17), "a un conjunto de relaciones matemáticas por medio de la construcción de objetos científicos que son elementos desprovistos en sí mismos de significación pero que se combinan entre sí para construir un sistema coherente".
Actualmente, el conocimiento producto de la investigación positivista, según el pensamiento popperiano, se consigue a partir de la elaboración de hipótesis y teorías que posteriormente son contrastadas con la experiencia, de tal forma que exista la posibilidad de que ésta sea rebatida, esto es, que una teoría se sostiene como tal, en relación y dependencia con el proceso de contrastación de la hipótesis, así como del grado de resistencia a la falsación; entonces, el conocimiento será científico siempre y cuando - después de ser contrastado con la hipótesis- sea susceptible de ser declarado falso o verdadero.
Aún así, en la polémica propia de sus diferentes formas de proceder para obtener conocimiento y saber, ciencia y psicoanálisis caminan juntos; la marca del cientificismo en el psicoanálisis no le es casual, sino que sigue siéndole esencial. Es impensable que el psicoanálisis como práctica y descubrimiento de Freud del inconsciente hubiese tenido lugar antes del nacimiento de la ciencia en el siglo XVII. Pues, como ha dicho Lacan (1965/2003), el sujeto sobre el cual se habla en psicoanálisis no es otro sino el sujeto de la ciencia. Esta afirmación puede parecer paradojal, pero es uno de los puntos principales de esta relación, sobre la cual nos interrogamos en este artículo.
Para desarrollar esa interrogante, hagamos una retrospectiva histórica respecto a la noción de sujeto de la ciencia. Descartes inaugura la idea del sujeto que es correlato de la ciencia, con el cogito Pienso, luego existo. Es decir, un sujeto fundado en el pensamiento, en la conciencia, en el enunciado del sujeto. La ciencia se ocupa precisamente de los enunciados de los sujetos, sin la enunciación. El sujeto de la ciencia, por lo tanto, se constituye a partir de lo que es rechazado por el ideal de la propia ciencia, esto es, a partir de que el saber inconsciente es rechazado, dejado fuera de la posibilidad de ser conocido o investigado por la ciencia, y más aún, es desde la ciencia que se declara inexistente el saber inconsciente. Éste es el sujeto de la ciencia: aquél que produce la ciencia y el discurso al respecto de ella y que por lo tanto deja de lado su saber inconsciente sobre sí mismo. Por eso el sujeto de la ciencia es el sujeto que al psicoanálisis le interesa investigar, porque el psicoanálisis se plantea como objeto de investigación lo inconsciente del sujeto. He aquí la paradoja.
Consecuentemente, el psicoanálisis se funda a partir de este rechazo: tener como objeto de investigación el inconsciente no es una cuestión contingente o casual; por el contrario, es esencial para la constitución tanto de la ciencia como del psicoanálisis. Si no hubiera ciencia no habría psicoanálisis. Uno no existiría sin la otra. No se conjugan, pero tampoco pueden estar apartados. La figura topológica de la banda de Moebius representa muy bien esta imposibilidad de separarlos.
La cuestión es que la ciencia rechaza y excluye la dinámica de la verdad planteada desde el sujeto del inconsciente. El saber del amo, como dijo Lacan (1969-/970/1992), "se produce como un saber completamente autónomo del saber mítico y esto es lo que se llama ciencia" (p.94). Entonces el conocimiento de la ciencia sirve para reprimir lo que habita en el saber mítico, y por lo tanto el saber que encontramos en el inconsciente es completamente extraño al discurso de la ciencia. Pero precisamente porque este discurso inconsciente entraña la verdad del sujeto es que se impone y que corresponde a algo instituido desde el propio discurso del amo.
Lacan (1969-1970/1992), en el seminario El Revés del Psicoanálisis, plantea la teoría de los cuatro discursos - para mostrar una estructura en la organización del lenguaje del sujeto en relación con el significante y con el objeto -, en la que sustenta que la posición del sujeto y de estos elementos en la estructura del discurso es lo que determina el tipo de lazos sociales que se establecen.
Los cuatro discursos que propone Lacan -del amo, universitario, histérico y del analista- se organizan a partir de la posición que guardan entre sí los cuatro elementos que los constituyen, elementos que a su vez pueden ocupar una de las cuatro posiciones posibles en cada estructura discursiva: S1 (significante amo); S2 (el conjunto de los significantes, designado como el saber); $ (sujeto del inconsciente); y el objeto "a", (objeto-causa del deseo).
Lacan presenta los discursos a través de un algoritmo y a partir de él propone la formalización del discurso del amo, que a su vez sirve para representar el discurso de la constitución del sujeto psíquico:
En este discurso, la posición donde se encuentra el S1 es la posición del agente, es decir, el que hace que el discurso se articule. El hecho de que el significante S1, que es el significante amo, esté arriba de la barra, arriba del sujeto barrado ($), muestra el prisión del sujeto en el mandato implícito en lo enunciado.
Por lo tanto, en el discurso del amo encontramos la exclusión del sujeto del inconsciente, pues éste está debajo de la barra. La subjetividad está presente en el discurso del amo , pero no tiene ninguna importancia. Por lo tanto, el discurso del amo se sostiene independientemente de la subjetividad de aquel que lo enuncia, el sujeto del inconsciente no está en el discurso manifiesto.
La relevancia del psicoanálisis se acentúa a partir de su propósito de atender lo que la ciencia desatiende por quedar fuera de su interés, es decir, de su replanteamiento de la relación del sujeto con el objeto respecto al saber. Por lo tanto, para el psicoanálisis el saber está planteado como verdad del sujeto, es decir verdad que como saber es un enigma, pues la verdad sólo puede decirse a medias en tanto que es la verdad de un sujeto escindido de su propia conciencia.
Las críticas a la metodología psicoanalítica desde el modelo científico positivista popperiano
Es aclarador dejar establecido que la confusión entre los diferentes planteamientos metodológicos ha dado lugar a problematizaciones históricas que no contribuyen al fortalecimiento de los diferentes campos, sino que ahondan el desconcierto entre los mismos. Ejemplo de esto es el hecho de que la práctica psicoanalítica, y en consecuencia la investigación en este campo, haya sido criticada desde el neopositivismo y desde el falsacionismo con contundencia, pero a partir de críticas basadas en argumentos que muestran incongruencia y que por eso mismo no aportan elementos para desentrañar el verdadero problema sobre la metodología y el objeto de estudio de la ciencia y del psicoanálisis respectivamente.
El propósito de hacer precisiones sobre esas críticas es mostrar que están hechas a partir del presupuesto de que el psicoanálisis se considera a sí mismo como un quehacer científico que implica por lo tanto un método experimental. Como dijeran Nagel y Popper, si así fuera planteado, tendría necesariamente que legitimarse mediante criterios lógicos y epistemológicos; y por lo tanto el psicoanálisis tendría que ser una teoría susceptible de ser confirmada, refutada y sometida a falsación.
La crítica al psicoanálisis planteada en esos términos, según lo citado por Fernández (1999), se produjo en un simposio realizado en Washington en 1958 y está argumentada desde una posición epistemológica verificacionista propia del método crítico de Popper, -método de la refutación o falsación-, y se abrevia en 4 puntos que, según este planteamiento, marcan con claridad que el psicoanálisis no es una ciencia porque; 1) carece de validación empírica, 2) es irrefutable, 3) se invalida a quien la critica con los propios conceptos del psicoanálisis y 4) existe una reificación del inconsciente.
Estos argumentos efectivamente serían pertinentes para demostrar que el psicoanálisis no es una ciencia siempre y cuando, al interior de su cuerpo teórico, se considerara a sí mismo como tal. Al interior del propio discurso del psicoanálisis, el no producir conocimiento científico - y por lo tanto no tener el estatuto de ciencia - no es una carencia o un problema por resolver, porque eso está fuera de su quehacer y de su interés; por el contrario, el ocuparse de lo que queda fuera del interés de la ciencia y es desechado por ella como objeto de estudio es el sustento del psicoanálisis como práctica ética - en calidad de ética del deseo - y no científica, en tanto que su objeto de estudio no se constituye desalojando al sujeto de su relación con el saber producido.
La ciencia y su modelo de investigación positivista (cuantitativa) dejaban de lado, o lo que es peor, desvalorizaba todo aquello que sonara a subjetivo. En los últimos años, la misma ciencia ha replanteado esta posición con la entrada en vigencia de modelos y métodos de investigación más flexibles como los cualitativos, dándole un lugar primordial a lo subjetivo, siendo la subjetividad en este tipo de investigaciones materia de estudio para la ciencia: "La ciencia no es sólo racionalidad, es subjetividad" (González Rey, 2000, p.18).
El psicoanálisis, como argumenta González Rey (2005) establece una forma de producción de conocimiento que rompe definitivamente con el positivismo metodológico. Las proposiciones y categorías desarrolladas por Freud tienen sentido dentro del sistema teórico establecido por él y no son susceptibles de abstracción como objeto de trabajo experimental en términos de variables.
Por lo tanto, la crítica al psicoanálisis por su falta de cientificidad no es un punto nodal, pues está argumentada a partir de dar por cierto que cualquier esfuerzo teórico o de investigación tiene que estar subsumido al método científico; esta crítica es autorreferencial y muestra una digresión de argumentos que la configuran como un planteamiento reduccionista, que se limita a demostrar que algo "no es lo que no es ni le interesa ser", pues efectivamente el psicoanálisis no es una ciencia positiva ni está en sus fundamentos llegar a serlo.
Según Sauret (2003) el psicoanálisis pertenece, así como la matemática, a un campo epistemológico específico. Su consistenciase legitima a partir que se admita que muchas de las proposiciones que plantea son verdaderas pero que no son demostrables, desvelando la incompletud del sistema. Eso se sostiene desde la física quántica que demuestra que no se puede prescindir del sujeto que fabrica la ciencia, y que es necesario tomar en cuenta la presencia del observador en los resultados.
Por lo tanto, el psicoanálisis no es una ciencia positivista ni su objeto de estudio puede ser compatible con el objeto de esa misma ciencia. El objeto de estudio del psicoanálisis es justamente el sujeto de la ciencia, es decir, el sujeto que queda escindido cuando la ciencia lo investiga como organismo y como comportamiento, dejando fuera de las posibilidades de la investigación científica lo que no puede ser sometido a la comprobación empírica.
Para el psicoanálisis, el sujeto y el objeto - que es denominado "objeto a - están separados, y es por su separación y pérdida que el sujeto se constituye como el sujeto dividido, escindido, del que el psicoanálisis se ocupa. El estatuto del sujeto en el psicoanálisis es el de la Spaltung, escisión que el psicoanalista detecta en su praxis cotidiana.
Por lo tanto, la investigación en el psicoanálisis es parte de la práctica clínica del psicoanalista, es decir, que la clínica psicoanalítica es también una intensa actividad de investigación en la que trabajan paciente y analista, y en la que el método está lejos de los cánones y de los objetivos de los planteamientos positivistas de la ciencia contemporánea.
La investigación psicoanalítica
Existen dos modelos de investigación propuestos por la comunidad psicoanalítica y académica que son independientes entre ellos. El primero, del que nos ocupamos de describir en ese trabajo, está fundamentado en criterios exclusivamente psicoanalíticos, como es la imposibilidad de separación entre el procedimiento de investigación, el dispositivo y el método de investigación, que exige el estudio de los procesos inconscientes.
Para Freud (1916-17 [1915-17]1976b) las manifestaciones del inconsciente, a saber, los actos fallidos, los sueños y las neurosis son una formación de compromiso que se evidencia cuando estos procesos se producen. Son formaciones de compromiso pues pueden expresar dos cosas al mismo tiempo, incluso completamente contradictorias, y que revelan el lugar del sujeto.
Lacan (1965/2003), retomando a Freud, precisa que el sujeto es efecto del lenguaje; es decir, que para conservar su condición de sujeto, éste requiere mantenerse como un ser parlante en un lazo social con los otros mediante el efecto de las palabras. Este planteamiento de una realidad construida mediante el lenguaje nos acerca al universo del que se ocupa la investigación psicoanalítica de la que nos interesa ocuparnos y que queda claramente diferenciada de la que se expone a continuación.
El segundo modelo es la investigación hecha por psicoanalistas, que utiliza otros métodos que no los propios del psicoanálisis y que tienen como ambición satisfacer criterios científicos exteriores con el objetivo de mantener un intercambio de ideas y pruebas con otras disciplinas acerca de la eficacia terapéutica del psicoanálisis. En este abordaje se destacan las ideas de Fonagy (2003), ex presidente de la Comisión Permanente de Investigación (Stading Research Committee) de la International Psycoanalitical Association (IPA), quien defiende una sistematización de "nuestros conocimientos de base de tal modo que una integración con la nuevas ciencias de la mente vengan a ser una posibilidad, pero también para comunicar con los otros científicos acerca de nuestros descubrimientos y mostrar que nuestro tratamiento es eficaz" (p.335).
Hay también otras formas de investigación que buscan fundamentos psicoanalíticos para sostener una metodología de revisión de literatura, como es el caso de Bento (2007), que propone una metodología de investigación de la llamada semiología psicoanalítica.
La investigación psicoanalítica planteada por nosotros en este trabajo sigue la propuesta apuntada por C. Botella y S. Botella (2003) a la que llaman "investigación fundamental en el psicoanálisis" (p.438), y es la investigación que se dedica a profundizar los conocimientos relativos a los fundamentos del psicoanálisis.
Por lo tanto, reiteramos el modelo descrito por Freud (1923 [1922] 1976c), en el que el tratamiento y la investigación psicoanalítica caminan juntos y uno es consecuencia del otro. Según Freud: "Psicoanálisis es el nombre de: a) un procedimiento para la investigación de los procesos mentales que son inaccesibles por otros medios, b) un método (basado en esta investigación) para el tratamiento de los disturbios neuróticos y c) una colección de informaciones psicológicas obtenidas a lo largo del transcurso y que gradualmente se acumula en una mueva disciplina científica" (p.287).
Por lo tanto, consideramos que el psicoanálisis es un procedimiento de investigación que tiene como objeto de estudio los procesos psíquicos inconscientes originarios de la sesión analítica. El modelo que propuso Freud es el guión de la práctica, y ésta permite reconstruir el modelo que, a su vez, se vincula con algunos conceptos básicos de la teoría psicoanalítica. Freud (1923 [1922] 1976c) definió los pilares de la teoría analítica, a saber, el inconsciente, la doctrina de la resistencia y de la represión, la sexualidad infantil y el Complejo de Edipo. Éstos son los fundamentos básicos del psicoanálisis, y alrededor de ellos se suscriben los temas de investigación.
Es decir, la investigación en psicoanálisis se ubica desde la situación analítica del tratamiento: lo buscado tiene un carácter de perdido y no es evidente incluso al encontrarse, pues lo que se encuentra es algo olvidado. En el psicoanálisis, lo olvidado y luego (re)encontrado es lo inconsciente, obtenido a través del método de las asociaciones libres en una sesión en la que el discurso se dirige a un analista que polariza la transferencia.
Según Nogueira (2004), la metodología científica en psicoanálisis se funde con la propia investigación, es decir, que el psicoanálisis en sí mismo es una investigación. Entonces, la investigación psicoanalítica es originaria de la situación psicoanalítica de tratamiento. La clínica psicoanalítica se produce a partir de la transferencia establecida entre el paciente y el analista y de un supuesto hipotético, a saber, la existencia de lo inconsciente. Freud, a través de la transferencia con sus pacientes, estableció los casos clínicos. Esos casos no son apenas un relato de la experiencia, una tentativa de reproducir lo que paso entre él y sus pacientes, sino una construcción teórica mediante la cual da cuenta de lo que subyacía a esas relaciones.
En la construcción de los casos hay dos niveles: el nivel de la descripción y el de la conceptualización. Es lo que ubicamos en el caso Dora; allí, Freud (1905/1976a) fue tejiendo el caso a partir de su relación con ella, lo que ella dijo, la forma en que él intervino y, finalmente, la conceptualización de sus intervenciones y sus pensamientos sobre lo acontecido.
Por lo tanto, la investigación psicoanalítica se revela como una mostración - no una demostración, ni una comprobación - a posteriori, a partir de la escucha psicoanalítica de los pacientes. Mostración que no intenta probar una teoría, sino que es en sí misma la construcción de una teoría.
Por lo anterior, no es nodal la prueba de la falsación, el saber obtenido en una sesión analítica no es susceptible de ser comparado con una hipótesis porque al interior de la sesión analítica esto carece de sentido y mucho menos tiene sentido probar si el saber obtenido tiene un carácter de falso o verdadero, puesto que es un saber del sujeto sobre sí mismo que se produce en el acto analítico y que no puede ser generalizado en otros contextos o con otros sujetos.
Esta búsqueda por lo velado es llevada a cabo por el analista y el analizado . De este modo podemos hablar de investigación en psicoanálisis, pero en el marco de una investigación que incluye justamente el saber del sujeto del inconsciente. El saber del inconsciente no es buscado como se busca conocer a los objetos de estudio en el planteamiento de las ciencias cartesianas, el inconsciente es encontrado y la forma de hacerlo no se establece siguiendo metodologías positivistas, por lo cual es un saber que no es factible controlar o cuantificar.
El contexto universitario y la investigación psicoanalítica
La investigación psicoanalítica, entretanto, no termina al finalizar la sesión o la jornada del psicoanalista, pues dicha investigación implica también la formación del analista, su propio análisis personal, y la supervisión y el estudio sistemático de la teoría psicoanalítica.
Estas investigaciones psicoanalíticas, hoy en día, ocurren en la universidad. El punto crítico es que dentro de la universidad la actividad de investigación cobra otro sentido y requiere irremediablemente una formalización que le otorgue un carácter académico. La posición más simple podría ser negarse a la formalización para no contravenir o desviar el interés del psicoanálisis; sin embargo, la formalización de la investigación psicoanalítica no la invalida, siempre y cuando no se pretenda traducirla a un lenguaje de demostración formal y comprobatoria o de descripción de eventos que han de hacerse corresponder a una hipótesis o comprobación teórica.
La formalización de la investigación psicoanalítica surge como una construcción del clínico a posteriori de su trabajo, y se concreta en la escritura que el analista puede producir en términos de textos a partir de su práctica de escucha del inconsciente. Por lo tanto, así como lo hizo Freud, en la investigación psicoanalítica se trata de la investigación y la construcción de una teoría para explicar las descripciones de la clínica psicoanalítica. En nuestros días ya tenemos un conjunto teórico conceptual para sostener la relación analítica. Eso es universal, puede ser aplicado a cualquier ser hablante. Sin embargo invitamos al paciente a asociar libremente, y la forma en que lo haga tendrá un carácter singular, por lo tanto no sabemos de antemano cómo el sujeto va a plantear sus hallazgos. Entonces, en la formalización, en la construcción del caso clínico buscamos lo que pasa por la mediación del lenguaje del analista, es decir, como lo que pasó por el lenguaje de Freud y que le permitió construir un cuerpo de conceptos universales a partir de la experiencia singular.
Aún así, entre la clínica psicoanalítica y la universidad existe todavía una larga distancia, que normalmente es recorrida a través de los protocolos universitarios; podemos citar como ejemplo la circunstancia de que sea requisito un proyecto de investigación presentado por el candidato para ingresar en un programa de maestría ó doctorado.
La elección de un tema de investigación es un primer paso, que sin duda debe partir de la clínica, pero que debe ser formulado como un enigma a develarse. El problema de la investigación es un enigma que el investigador plantea desde su práctica clínica, es un enigma para el investigador, y no coincide necesariamente con los cuestionamientos que se hace el paciente en la situación del tratamiento.
Por lo tanto, la formulación de un problema de investigación en el ámbito de la universidad surge a partir de una situación clínica que produce interrogantes con relación a su manejo o a su manifestación, y que por lo tanto se constituye como una situación problemática para el investigador, es decir, para el clínico, y se insiste en que no coincide con lo que el paciente se pregunta o se cuestiona como verdad respecto a sí mismo a partir de su malestar.
Retomando el tema de la formalidad de los productos de investigación en psicoanálisis, es importante apuntar que es un asunto que con cierta frecuencia se descuida, al creer que el no seguir una metodología positivista es sinónimo de falta de rigor.
La escritura de una tesis que esté soportada por la experiencia clínica desde el psicoanálisis debe incluir, en primer lugar, la sustentación teórica que otorgue condiciones de posibilidad para mostrar lo que de la práctica clínica se haya elegido como eje de la investigación, para, en un segundo momento, mostrar el material clínico no como el dato empírico que ha de compararse con la teoría expuesta en el marco teórico, sino como el material que la transferencia hizo posible que sugiera como lenguaje y del cual el investigador podrá dar cuenta como una construcción teórica.
Consideraciones Finales
Desde este planteamiento podemos mostrar la importancia de hacer una diferenciación entre investigación científica e investigación en psicoanálisis. Se trata de apuntar las distintas postulaciones epistemológicas y metodologías que componen los campos diferentes en los que se pretenden diferentes objetivos, se tienen diferentes fines y se utilizan diferentes métodos, lo que sí se puede postular es que ambas actividades investigativas tienen posibilidades de realizarse con el rigor que sus propias metodologías acotan.
La investigación psicoanalítica se justifica siempre que se considere que además de los fenómenos del comportamiento humano hay formaciones del inconsciente. Para la investigación de estas formaciones no hay otro método que el propio del psicoanálisis. Por lo tanto, el método de investigación en el psicoanálisis ocurre en el tratamiento del paciente a través de las condiciones que son exigidas para que un tratamiento psicoanalítico se lleve a cabo. La transferencia es la condición si ne qua non para que un tratamiento psicoanalítico ocurra, con la consecuente investigación de los procesos inconscientes.
La formalización de la investigación surge a posteriori del tratamiento psicoanalítico como una construcción del analista/investigador. Este trabajo se concreta a través de la escritura que el psicoanalista produce a partir de su trabajo de escucha del inconsciente. La formalización, hoy en día, ocurre en la universidad y esto implica grandes dificultades, pues se trata de hacer uso de la teoría para dar cuenta del acto analítico sin caer en el equívoco de usar el caso clínico para ratificar la teoría.
Recibido el: 14/11/2008
Versión final re-apresentada el: 15/3/2010
Aprobado el: 25/5/2010
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Fechas de Publicación
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Publicación en esta colección
28 Abr 2011 -
Fecha del número
Dic 2010
Histórico
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Recibido
14 Nov 2008 -
Revisado
15 Mar 2010 -
Acepto
25 Mayo 2010