Resumen
A partir de entrevistas etnográficas, este trabajo es un breve estudio de caso sobre los flujos de movilidad humana transnacional provenientes del África occidental que en años recientes llegan a la frontera norte de México. Primero, se presenta un panorama general del contexto desencadenante: la consolidación de contextos de violencia sociopolítica institucionalizada. Después, se detallan las características del tránsito: sus inconsistencias y ambigüedades. Desde una perspectiva diaspórica, el texto enfatiza la relevancia de las redes y las relaciones sociales que hacen viables trayectorias transatlánticas e intercontinentales, pese al afianzamiento global de regímenes de securitización fronteriza.
Palabras clave:
diáspora nigeriana; fronterización; solicitantes de asilo
Abstract
Drawn upon ethnographical interviews, this essay is a brief case study on the contemporary West African transnational human mobility flows toward Mexico's northern border. First, the article presents a general panorama on one determining rationale: institutionalized sociopolitical violence. After, the text reflects on the main features of the Latin American route: its inconsistencies and ambiguities. From a diasporic perspective, the paper emphasizes the transnational networks and relations enabling these transatlantic-intercontinental itineraries despite pervasive global border securitization regimes.
Keywords:
Nigerian diaspora; border security; asylum seekers
Introducción
La presente investigación aborda una de las expresiones de movilidad humana transnacional contemporánea menos estudiadas: personas provenientes de prácticamente todas las regiones de África, quienes en muchos casos buscaban llegar a Estados Unidos para solicitar asilo, pero en otros más, decidieron o fueron conminadas a establecerse en algún enclave latinoamericano. A partir de una perspectiva crítica, el objetivo es construir una estampa etnográfica de las condiciones históricas, políticas y sociales determinantes de estos ‘nuevos flujos’ en el punto de partida y durante el trayecto. Por una parte, evidencia de que el colonialismo en África es todavía una fuerza destructora activa. Por otra, denuncia de la complicidad entre autoridades estadounidenses y buena parte de los gobiernos latinoamericanos para impedir, desalentar, o al menos retrasar el movimiento de personas designadas indeseables y potencialmente peligrosas.
Este ensayo es resultado de entrevistas realizadas de abril a junio de 2019 en Tijuana, Baja California. De duración variable entre 45 y 90 minutos, en inglés y español, las conversaciones tuvieron lugar en la Casa del Migrante, donde el autor colaboró regularmente en áreas como el servicio de comedor, la recepción de huéspedes de nuevo ingreso, la participación en actividades de vinculación interinstitucional, o el diseño y dirección de talleres culturales1 1 El autor agradece de sobre manera la labor de todas las personas involucradas el funcionamiento de la Casa del Migrante Tijuana, así como las facilidades brindadas por la institución para llevar a cabo las entrevistas. . Perteneciente a la Scalabrini International Migration Network (SIMN)2 2 Establecida en 2007, esta red engloba a más de 250 organizaciones y entidades con presencia en países como Brasil, Colombia, Guatemala, Sudáfrica, Filipinas y el territorio de Taiwán. y fundada en 1987 por la Congregación de Misioneros de San Carlos Borromeo, la Casa es uno de los centros de acogida de mayor presencia en la ciudad y fue el primer albergue de su tipo en Latinoamérica3 3 En la actualidad La Casa del Migrante Tijuana ofrece alojamiento, alimentación, atención médica primaria, acompañamiento psicológico breve, acompañamiento jurídico para solicitudes de protección internacional (en Estados Unidos y México), asistencia para tramitar documentos oficiales (en el caso de ciudadanos mexicanos deportados), coordinación con empresas locales para facilitar la inserción laboral, programas de capacitación técnica y enseñanza de idiomas, así como actividades recreativas (celebración de efemérides, convivíos, entre otras). Formalmente, tiene capacidad para recibir hasta ciento cincuenta personas, sin embargo, en varios momentos el entorno fluctuante ha obligado a expandir este límite. .
Aunque el artículo se concentra (por motivos de espacio) en una de las narraciones, los informantes fueron seis varones adultos originarios de Guinea-Conakry, Ghana, Burkina Faso, Nigeria y Camerún. Todos eran huéspedes o usuarios de algún servicio en el albergue. No hubo criterio de selección otro que la voluntad de compartir su testimonio. Usualmente, tras un primer contacto producto de la interacción cotidiana, así como del protocolo de consentimiento informado típico en los estudios antropológicos actuales, se acordaba un horario conveniente para la entrevista. Con la finalidad de que la investigación fuera lo menos intrusiva posible, en cada caso, solamente se llevó a cabo una charla formal cuyos hallazgos fueron complementados mediante conversaciones casuales. A tal efecto, para esta investigación la labor etnográfica consistió más en un empeño documental a partir de las yuxtaposiciones y disparidades que los relatos conllevan, no sin el análisis de elementos significativos identificados a partir de la observación participante.
Las entrevistas fueron semiestructuradas de acuerdo con las inquietudes preliminares del investigador, a saber, los motivos de la huida y las condiciones del trayecto. El objetivo fue cultivar aquella cualidad capaz de recibir el don de la palabra del otro, de permitir que ésta siga su curso, que vaya y vuelva, que se detenga y se escuche el silencio. Desde luego, las conversaciones también fueron moldeadas según las estrategias narrativas y dramáticas de los viajeros, quienes reclamaban una posición política acreedora de protección internacional.
El texto tiene dos secciones principales. La primera parte aborda una coyuntura histórica poscolonial donde la manifestación esencial de poder soberano, más allá de los confines del estado, es el gobierno de la vida a partir de la administración de la muerte (Mbembe, 2011MBEMBE, Achille. Necropolítica. Seguido de Sobre el gobierno privado indirecto. Santa Cruz de Tenerife: melusina [sic], 2011.). El segundo apartado resume el trasfondo sociológico de los circuitos de movilidad africanos en Latinoamérica y describe a detalle los equívocos y contrastes del tránsito. A nivel gubernativo, políticas que acogían y protegían, o al menos, que permitían el movimiento, pero también dispositivos que perseguían, encerraban, dejaban y hacían morir. Este endurecimiento, dejar y hacer morir, implica muy variadas formas de exposición indirecta a la muerte, así como la reducción al máximo de medios esenciales para la vida humana a través de mecanismos político-jurídicos.
A título de hipótesis, se entiende que estos itinerarios encarnan la lucha contra el terror moderno y su concepto de soberanía, el racismo antinegro, así como distintos nacionalismos estatales y societales. Fundamentadas en sistemas micropolíticos y microculturales vivientes (Gilroy, 1993GILROY, Paul. The Black Atlantic. Modernity and Double Consciousness. Londres/Nueva York: Verso, 1993.), estas travesías intempestivas son procesos de desarraigo en el sentido más amplio: actualización del trauma colonial, lo mismo que reivindicación y vía contestataria.
El estado que triunfa cuando la nación fracasa
Originario del sur de Nigeria, Camden (35 años) se identifica con el grupo etno-lingüístico igbo y practica el cristianismo, es soltero y tiene dos hijos. Antes de huir, al tiempo que dirigía su propia empresa dedicada al comercio de productos agrícolas, oficiaba servicios religiosos vía internet y visitaba iglesias en distintas regiones del país. Estas actividades le ganaron una buena y extendida reputación dentro su comunidad. Como habrá de comprobarse, lo anterior fue una variable decisiva para concretar la huida y sortear los obstáculos del trayecto.
Yo tenía unas tierras a las afueras de Maiduguri. Un día estaba en mi granja y Boko Haram llegó. Yo ni siquiera sabía quiénes eran, primero pensé que eran milicias fulani, otros grupos que también andan por ahí matando gente y saqueando pueblos. El gobierno nunca toma acciones en su contra, tal vez, porque el presidente y todos sus jefes de seguridad también son fulani.
Nigeria es el país más populoso y quizá también el más diverso del continente. Existen alrededor de cincuenta constelaciones que en términos etno-lingüísticos constituyen entre doscientos y quinientos grupos. A la par, más del noventa por ciento de la población profesa alguna convicción religiosa4 4 En 2012, se estimaban 167 millones de habitantes: 50.5 por ciento practicante del islam, 48.2 del cristianismo y 1.3 de religiones tradicionales (Agbiboa, 2013). . Para algunos, expresión geográfica estrepitosa antes que proyecto nacional factible (Awolowo, 1947, en Adebanwi, 2019ADEBANWI, Wale. Contesting Multiculturalism: Federalism and Unitarism in Late Colonial Nigeria. In: ASHCROFT, Richard; BEVIR, Mark (eds.). Multiculturalism in the British Commonwealth. Comparative Perspectives on Theory and Practice. Berkeley: University of California Press, p. 167-190, 2019.), el peso de las identidades etno-religiosas en la arquitectura política nigeriana quedó formalizada, antes del reconocimiento oficial de la independencia (1960), a través de la Constitución de Lyttelton (1954), carta magna impuesta por los salientes colonizadores británicos en la cual se estableció la base jurídica de una federación compuesta por tres grandes áreas etno-regionales5 5 Hausa-fulani al norte, predominantemente musulmán, yoruba al suroeste e igbo al sureste, principalmente cristianos. . Por otra parte, tal como Camden indica, a causa de la dominación colonial aspectos críticos relativos a las fuerzas armadas y de seguridad han sido históricamente controlados por las élites hausa-fulani. Reflejo de ello, durante la época de los gobiernos militares (1967-1999) la jefatura de estado fue ostentada por oficiales provenientes de la región norte de forma prácticamente continua (Agbiboa, 2013AGBIBOA, Daniel. Ethno-religious Conflicts and the Elusive Quest for National Identity in Nigeria. Journal of Black Studies, v. 44, n. 1, p. 3-30, 2013. ).
Los terroristas nos dividieron, cristianos y musulmanes. A ellos los trataban decentemente, no los golpeaban. Nosotros recibíamos palizas y otras torturas a diario. Nos llevaron a un bosque. No puedo saber realmente durante cuánto tiempo, porque ahí no sabemos de días.6 6 Es probable que Camden se refiera al bosque Sambisa, a unos 60 kilómetros de Maiduguri. El área, en especial la zona montañosa de Gwoza próxima a la frontera camerunesa, sirve de guarida para las milicias.
Según análisis especializados, Boko Haram es insurgencia política, corporación criminal y exégesis del mundo que se opone, no solamente al gobierno federal en Abuja, sino a la institucionalidad tradicional de las comunidades musulmanas dentro y fuera de Nigeria (Rasak et al., 2018RASAK, Bamidele; OYE, Olubukoye; ADENIYI, Joseph. Fundamentalism, Boko Haram Movement and Socio-Economic Development in North-Eastern Zone of Nigeria. The Nigerian Journal of Sociology and Anthropology, v. 16, n. 2, p. 93-111, 2018. DOI:10.36108/NJSA/8102/61(0270).). Uno de los signos más recientes del desfase político histórico en el país y la amenaza más grave para el estado desde la guerra de Biafra (1967-1970), a los esfuerzos militares de Nigeria para combatir sus actividades se añaden Níger, Chad, Camerún y Benín, países donde la organización tiene presencia activa, además de la participación de mercenarios sudafricanos blancos (Adewunmi, 2016ADEWUNMI, James. The Nature of Nigeria’s Boko Haram War, 2010-2015: A Strategic Analysis. Perspectives on Terrorism, v. 10, n. 1, p. 41-52, 2016. ).
Un día las fuerzas del gobierno llegaron. Los terroristas se mezclaron con los prisioneros. Además del ejército hay otros grupos que también están peleando a Boko Haram, se llaman Civilian Joint Task Force (CJTF). Ellos también nos dividieron: musulmanes y cristianos. La mayoría éramos del sur, pero también había cristianos del norte. Nos pusieron en un camión y dijeron que iríamos a Maiduguri. En realidad, nos llevaron a Giwa barracks.
Objeto de escrutinio dentro y fuera del país, las CJTF son grupos paramilitares formados a partir de 2013 principalmente por jóvenes provenientes de comunidades bajo el asedio de Boko Haram. Igualmente denunciado, Giwa barracks es un centro de detención donde presuntos miembros de la organización, a veces con sus familias, son confinados por largos periodos sin que se inicie proceso jurídico alguno. Las condiciones de reclusión incluyen exposición a enfermedades contagiosas, hambre, deshidratación, ejecuciones extraoficiales y trato inhumano generalizado (AI, 2016AMNISTÍA INTERNACIONAL (AI). “If you see it, you will cry.” Life and Death in Giwa barracks. Londres: Amnesty International Publications, 2016. Disponible en: Disponible en: https://www.amnesty.org.uk/files/if_you_see_it_you_will_cry_0.pdf?eGHNiU9pBcAiFKOhfSJ7X _17kKsTAn_Z= . Acceso en: 23.09.2019.
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).
El gobierno no lo quiere reconocer, el Reino Unido tampoco, pero es necesario dividir el país. De otro modo nunca habrá paz. Hace mucho tiempo que esto comenzó.
En Nigeria, como en otros países de la región, las asimetrías de poder político instauradas por el colonialismo son en la actualidad factores que propician un ‘nuevo’ Atlántico Negro. Ahora bien, si la metáfora atlántica puede ser un esquema demasiado ambicioso y limitado a la vez, ante las interrogantes que la diáspora africana en el siglo XXI plantea, aquí se retoma este paradigma dado que las brechas y cicatrices resultado del sometimiento colonial son hoy tan acuciantes en términos de propagación e intensidad como lo fueron en el pasado. Luego, este trabajo intenta seguir los postulados de una teoría pelágica crítica. Una suerte de conciencia acuífera planetaria (Gilroy, 2019GILROY, Paul. Never Again: Refusing Race and Salvaging the Human. Conferencia Holberg, Noruega: Universidad de Bergen, Junio 4, 2019. Disponible en: Disponible en: https://holbergprisen.no/en/news/holberg-prize/2019-holberg-lecture-laureate-paul-gilroy . Acceso en: 11.10.2020.
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) a partir de culturas políticas y relaciones sociales que luchan contra el estado de excepción que instrumentaliza la destrucción de la vida humana. Por un lado, el terror moderno poscolonial empuja al desarraigo, destituye los derechos y elimina el estatus político de aquellas personas designadas como seres prescindibles. Por otro, la misma modernidad espeluznante permite el surgimiento de redes, circunvalaciones, vías y pasajes que reflejan territorialidades y temporalidades dispares e interconectadas, aunque trágicamente divididas (Mbembe, 2011MBEMBE, Achille. Necropolítica. Seguido de Sobre el gobierno privado indirecto. Santa Cruz de Tenerife: melusina [sic], 2011.).
Estuve más de un año en Giwa barrakcs. Fue muy duro, solo Dios pudo salvarme. Me enviaron a la prisión de Kuje y después a Suleja, fue ahí que pude escapar. Lo estuve planeando durante tres meses. Cuando por fin lo logré, como sabía que estarían buscándome, caminé durante dos días sin detenerme. Vi una pequeña aldea. Tomé unas ropas que estaban colgadas, me cambié los andrajos de la prisión y volví a caminar. Una persona en automóvil se detuvo y me llevó a Mokwa. Poco después encontré a otro conductor, le expliqué que necesitaba ir a Iseyin, donde vive un amigo. Cuando llegué, este amigo contactó a dos personas que me ayudaron a cruzar hacia Benín, les pagó y también me dio dinero para el viaje. Me fui a Mali y luego tomé un tren hacia Senegal. Ahí me encontré con otro amigo, un senegalés. Él me llevó con un muchacho nigeriano que consiguió un pasaje hacia Cabo Verde y luego Brasil. En el barco había más personas que huían como yo. A cada uno nos asignaron tareas abordo para pagar por nuestra comida y agua. El viaje duró diecisiete días.
¿Un nuevo Atlántico Negro? El itinerario de Camden destaca porque, a diferencia de la mayoría de los viajeros africanos, no realizó traslados aéreos
Ostensiblemente, la huida de Camden fue posible debido a las políticas oficiales y extraoficiales de libre tránsito entre países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS), así como a las redes transnacionales consolidadas pese a la fragmentación de dominios etno-regionales enfrascados en disputas armadas y a la proliferación de aduanas y puestos de control fronterizo (Flynn, 1997FLYNN, Donna. “We Are the Border:” Identity, Exchange, and the State along the Bénin-Nigeria Border. American Ethnologist, v. 24, n. 2, p. 311-330, 1997.). Contextos históricos donde los bordes e inconsistencias del estado-nación permiten el surgimiento y continuidad de relaciones políticas, socioculturales y económicas que se traducen en rutas de escape inmediato. Al menos en parte, quizá Camden pudo atravesar distintas fronteras sin documentos válidos porque de Nigeria emana la mayor diáspora del continente (Wabgou, 2016WABGOU, Maguemati. Migraciones de origen africano y sus conexiones diaspóricas: impactos socioculturales, económicos y políticos. Ciencia Política, v. 11, n. 22, p. 67-98, 2016.).
La ruleta latinoamericana
Los circuitos de movilidad humana procedentes de África en Latinoamérica están compuestos principalmente por hombres jóvenes (aunque cada vez más mujeres viajan solas o con sus familias), algunas veces con educación profesional o técnica, habilidades multilingües o experiencias previas de movilidad transnacional. Por lo general, se refiere la expansión del proyecto europeo de fronterización, es decir, el incremento en costo y riesgo de los cruces clandestinos, como el factor decisivo para la elección de la ruta transatlántica-intercontinental. Sin embargo, este puede ser un argumento de activistas y organizaciones más que de los propios viajeros, en ocasiones con poco o ningún conocimiento sobre las condiciones del tránsito en la región (Drotbohm, Winters, 2018DROTBOHM, Heike; WINTERS Nanneke. Transnational Lives en Route: African Trajectories of Displacement and Emplacement across Central America. Working Papers, Universidad Johannes Gutenberg, n. 175, p. 1-23, 2018.).
Las estadísticas disponibles son poco confiables y se prestan a confusiones. En México, de 2010 a 2011, las llegadas irregulares provenientes de África pasaron de 1,282 a 287 (Freier, 2013FREIER, Luisa. Introducción. In: CAMINO, Ángel; GURRIERI, Jorge; TEXIDÓ, Ezequiel; VACA, Vanesa (eds.). Migrantes extracontinentales en América del Sur: estudio de casos . Cuadernos Migratorios no. 5. Buenos Aires: Organización Internacional para las Migraciones , p. 11-21, 2013.). Entre 2012 y 2013 esta cifra aumentó de 323 a 545 (Narváez, 2015NARVÁEZ, Juan Carlos. Migración irregular extracontinental en México. Apuntes para el diseño de una política y gestión migratoria. Migración y Desarrollo, v. 13, n. 2, p. 117-132, 2015. ), lo mismo en 2014 y 2015, cuando se registraron 785 y 2,078 entradas (Gómez, Salazar, 2019GÓMEZ, Abel; SALAZAR, Blanca. Extranjeros y transmigrantes indocumentados en México, atrapados entre la violencia del narco y el Estado mexicano. In: LÓPEZ, Alejandra; RODRÍGUEZ, Verónica (coord.). Violencia en el medio rural e indígena, sus distintas expresiones. Puebla: Benemérita Universidad de Puebla, Asociación Mexicana de Estudios Rurales, Incunabula, 2019, p. 17-44.).
Notablemente, en 2016, solo a Tijuana llegaron 3,910 viajeros africanos (París Pombo, 2018PARÍS POMBO, María Dolores. Migrantes haitianos y centroamericanos en Tijuana, Baja California, 2016-2017. Políticas gubernamentales y acciones de la sociedad civil. Documentos de coyuntura, 2018. Disponible en: Disponible en: https://www.colef.mx/?post_type=estudiosdeelcolef . Acceso en: 01.12.19.
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)7
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Según conteos oficiales, en 2017 y 2018 se registraron totales de 2,178 y 2, 958 (Leyva, Ray, 2020).
. En comparación, en 2016, el gobierno brasileño registró 4,951 personas provenientes del continente (Baeninger et al., 2019BAENINGER, Rosana; DEMÉTRIO, Natalia; DOMENICONI, Jóice. Espaços das Migrações Transnacionais: perfil sociodemográfico de imigrantes da África para o Brasil no século XXI. REMHU, Revista Interdisciplinar da Mobilidade Humana, v. 27, n. 56, p. 35-60, 2019.), mientras que, solo de enero a agosto, las autoridades panameñas registraron 7,442 viajeros (Centeno, 2019CENTENO, Belisario. Consideraciones entorno al flujo de migrantes en Panamá en situación de migración irregular y sus implicaciones para el país. Colón, v. 6, n. 1, p. 35-43, 2019.), y para finales de ese mismo año, en Costa Rica se contabilizaron 18,301 (Mora Izaguirre, Winters, 2019MORA IZAGUIRRE, Cynthia; WINTERS, Nanneke. Es cosa suya: entanglements of border externalization and African transit migration in northern Costa Rica. Comparative Migration Studies, v. 7, n. 27, p. 1-20, 2019.). Por otra parte, las admisiones africanas a Estados Unidos vía el sistema de protección internacional pasaron de poco menos de 14,000 (2010) a más de 16,000 (2019), con un máximo de casi 30,000 casos en 2016 (Amahazion, 2021AMAHAZION, Frikesus. Long Voyage: African Migration through Latin America to the US. Open Journal of Social Sciences, v. 9, n. 7, p. 280-300, 2021.).
Hace más de 25 años que personas provenientes de países africanos arriban en Latinoamérica, casi siempre dirigiéndose a Brasil o Argentina. En la última década, a estos destinos se suman Ecuador, Colombia, Costa Rica y México. Así pues, no se trata de un tema nuevo. Lo que ocurre es que los gobiernos en la región optaron por una estrategia de escamoteo hasta que las mal llamadas ‘crisis migratorias’ a partir del periodo 2015-2016 comenzaron a generar impacto mediático mundial. De hecho, los flujos provenientes de África y Asia eran tema de debate al menos desde 2010, cuando la Organización de Estados Americanos (OEA) reunió a representantes de Argentina, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Guatemala y México, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ACNUR), con el objetivo de discutir la elevada heterogeneidad de estos circuitos, así como probables repercusiones para la geopolítica latinoamericana (Freier, 2013FREIER, Luisa. Introducción. In: CAMINO, Ángel; GURRIERI, Jorge; TEXIDÓ, Ezequiel; VACA, Vanesa (eds.). Migrantes extracontinentales en América del Sur: estudio de casos . Cuadernos Migratorios no. 5. Buenos Aires: Organización Internacional para las Migraciones , p. 11-21, 2013.).
Con relación a lo anterior, puede afirmarse que las posturas oficiales de los gobiernos latinoamericanos siguen criterios políticos contradictorios que subordinan los derechos humanos, el derecho positivo de los estados y el Derecho Internacional público, a políticas de seguridad nacional (Ntambwe, 2010NTAMBWE, Guy. Los derechos humanos y la globalización: una perspectiva política africana. Cuadernos África-América Latina, n. 47, p. 57-81, 2010.). No obstante, dada la escala de limitaciones y la indolencia de las autoridades, los regímenes de movilidad humana transnacional en la región son edificios movedizos y variables cimentados en lagunas jurídicas caracterizadas por la improcedencia e incompatibilidad de marcos legales nacionales e internacionales, la falta de políticas acordes y el ascenso de programas de fronterización (Álvarez Velasco, 2020ÁLVAREZ VELASCO, Soledad. Ilegalizados en Ecuador, el país de la “ciudadanía universal”. Sociologias, v. 22, n. 54, p. 138-170, 2020. ).
De manera similar a lo que ocurre en otras geografías, en Latinoamérica se han instaurado procesos de fractalización territorial, administrativa e institucional cuyo objetivo es identificar, clasificar y gestionar el movimiento humano con base a criterios de seguridad y riesgo (Casas-Cortes et al., 2015CASAS-CORTES, Maribel; COBARRUBIAS, Sebastian, PICKLES, John. Changing borders, rethinking sovereignty: towards a right to migrate. REMHU, Revista Interdisciplinar da Mobilidade Humana , v. 23, n. 44, p. 47-60, 2015. ). Sin entrar al debate sobre las diferencias entre el migration management y la governance of migration, de acuerdo con la agenda prevalente en cada país, los regímenes de movilidad transnacional en la región dependen de la distinción político-jurídica entre ‘flujos ordenados’ y ‘flujos irregulares,’ y recurren a esquemas tácticos de costo-beneficio para gestionarlos (Domenech, 2018DOMENECH, Eduardo. Gobernabilidad migratoria: producción y circulación de una categoría de intervención política. Temas de Antropología y Migración, n. 10, p. 110-118, 2018.). En resumen, políticas y dispositivos que forman parte del régimen global ‘estructuralmente híbrido’ en el cual los estados comparten el derecho soberano sobre sus fronteras con organismos no nacionales o no estatales (Mezzadra, 2005MEZZADRA, Sandro. Derecho de Fuga. Migraciones, ciudadanía y globalización. Madrid: Traficantes de Sueños, 2005. ).
Para los viajeros africanos los puntos de entrada casi siempre eran Ecuador y Brasil debido a que, a la par de la industrialización de circuitos transatlánticos administrados por poderosas y sofisticadas organizaciones, en estos países persisten algunos aspectos del periodo de flexibilización de las políticas regionales de movilidad transnacional a principios de siglo (Drotbohm, Winters, 2018DROTBOHM, Heike; WINTERS Nanneke. Transnational Lives en Route: African Trajectories of Displacement and Emplacement across Central America. Working Papers, Universidad Johannes Gutenberg, n. 175, p. 1-23, 2018.)8 8 Investigaciones recientes también identifican a Guyana y Argentina como puertos de entrada significativos (Amahazion, 2021). . Sobre el tema de los consorcios que controlan las rutas provenientes de África hacia Sudamérica, sobresale la existencia de brokers en ambos lados del Atlántico dedicados a ‘reclutar’ potenciales viajeros (Jung, 2021JUNG, Phillip. Hope, Disillusion and Coincidence in Migratory Decisions by Senegalese Migrants in Brazil. Social Inclusion, v. 9, n. 1, p. 268-277, 2021.). Al parecer, estos intermediarios se han adecuado con éxito a los circuitos transnacionales históricos en Centroamérica y México (Gómez, Salazar, 2019GÓMEZ, Abel; SALAZAR, Blanca. Extranjeros y transmigrantes indocumentados en México, atrapados entre la violencia del narco y el Estado mexicano. In: LÓPEZ, Alejandra; RODRÍGUEZ, Verónica (coord.). Violencia en el medio rural e indígena, sus distintas expresiones. Puebla: Benemérita Universidad de Puebla, Asociación Mexicana de Estudios Rurales, Incunabula, 2019, p. 17-44.).
El contexto ecuatoriano es paradigmático. En 2016, debido a la creciente presión internacional (principalmente de Estados Unidos), las autoridades comenzaron a desmantelar lo que durante casi diez años fue uno de los regímenes de movilidad humana más abiertos del mundo. Por ejemplo, la posibilidad de admisión sin visado e incluso sin pasaporte, por medio de una carta consular. Con todo, es importante señalar que restricciones a la entrada de personas provenientes de África y Asia fueron implementadas desde 2010, además de la rutinaria capacitación que oficiales migratorios ecuatorianos reciben por parte del gobierno estadounidense (Álvarez Velasco, 2020ÁLVAREZ VELASCO, Soledad. Ilegalizados en Ecuador, el país de la “ciudadanía universal”. Sociologias, v. 22, n. 54, p. 138-170, 2020. ).
Las presumiblemente laxas normativas ecuatorianas despertaron severas críticas al más alto nivel en Estados Unidos, mismas que advertían sobre amenazas latentes para la seguridad nacional del país y la estabilidad geopolítica de Latinoamérica (Miraglia, 2016MIRAGLIA, Peter. The Invisible Migrants of the Darién Gap: Evolving Immigration Routes in the Americas. Council on Hemispheric Affairs, 18.11.2016. Disponible en: Disponible en: https://www.coha.org/the-invisible-migrants-of-the-darien-gap-evolving-immigration-routes-in-the-americas/ . Acceso en: 11.09.2021
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). Para algunos análisis, el influjo estadounidense sobre las políticas de movilidad humana transnacional en Ecuador equivale a una llana coacción expresada en discursos racializados más o menos encubiertos por la retórica del combate al crimen organizado y el terrorismo (Johnson, 2010, en Freier, 2013FREIER, Luisa. Open doors (for almost all): visa policies and ethnic selectivity in Ecuador. Working paper n. 118, p. 1-23. Center for Comparative Immigration Studies, 2013a.a).
Brasil destaca porque es el único país de la región que tenía relaciones diplomáticas y económicas estables con África, en particular con Angola y Sudáfrica (Reiffen, Winters, 2019REIFFEN, Franziska; WINTERS, Nanneke. Haciendo-lugar vía huellas y apegos: las personas migrantes africanas y sus experiencias de movilidad, inmovilidad e inserción local en América Latina. REMHU, Revista Interdisciplinar da Mobilidade Humana , v. 27, n. 56, p. 11-33, 2019.). Durante el llamado ‘giro a la izquierda’ (2003-2016), los lazos y conexiones entre Brasil y África llegaron a constituir un auténtico espacio transnacional (Baeninger et al., 2019BAENINGER, Rosana; DEMÉTRIO, Natalia; DOMENICONI, Jóice. Espaços das Migrações Transnacionais: perfil sociodemográfico de imigrantes da África para o Brasil no século XXI. REMHU, Revista Interdisciplinar da Mobilidade Humana, v. 27, n. 56, p. 35-60, 2019.). Así pues, solía ser costumbre que ciudadanos de varios países africanos entraran con una visa de turista, no del todo difícil de obtener, válida por quince hasta noventa días (Vieira, 2015, en Reiffen, 2019>REIFFEN, Franziska. ¿Pourquoi tu te mets là comme ça? Migrantes congoleñas y prácticas de haciendo-lugar en São Paulo. REMHU, Revista Interdisciplinar da Mobilidade Humana , v. 27, n. 56, p. 117-137, 2019.). No obstante la inusitada liberalización de las regulaciones, en Brasil se ha fraguado una frontera global que no necesariamente se traduce en un espacio de derechos. Como resultado, las vías formales y alternativas de entrada al país se han diversificado de manera importante (Baeninger et al., 2019BAENINGER, Rosana; DEMÉTRIO, Natalia; DOMENICONI, Jóice. Espaços das Migrações Transnacionais: perfil sociodemográfico de imigrantes da África para o Brasil no século XXI. REMHU, Revista Interdisciplinar da Mobilidade Humana, v. 27, n. 56, p. 35-60, 2019.).
Sin duda, la postura del gobierno brasileño también respondió a coyunturas regionales como la política de ‘puertas abiertas’ en Ecuador, a la cual se atribuye el aumento significativo de las llegadas de viajeros africanos entre 2013 y 2015 (Jung, 2021JUNG, Phillip. Hope, Disillusion and Coincidence in Migratory Decisions by Senegalese Migrants in Brazil. Social Inclusion, v. 9, n. 1, p. 268-277, 2021.). Por otra parte, gobernados por criterios de ciudadanía y nacionalidad, los procedimientos de regularización se han convertido en una engorrosa faena cada vez menos asequible (Espiro, 2021ESPIRO, María Luz. “A veces ganas, a veces perdés.” La trayectoria de un migrante senegalés en el corredor migratorio entre Argentina y Brasil. PERIPLOS, v. 5, n. 1, p. 181-206, 2021. ).
En términos generales, puede decirse que la llegada de viajeros como Camden se debe a tres factores principales: la proximidad geográfica, el posicionamiento político y económico estratégico de Brasil en África, así como los lazos históricos entre ambas regiones, mismos que se remontan a la industria esclavista portuguesa del siglo XVI al XIX (Uebel, 2021UEBEL, Roberto Rodolfo Georg. African Migration to Brazil in the Twenty-First Century: New trajectories and Old Paradigms. In: ABEGUNRIN, Olayiwola; ABIDDE, Sabella O. (eds.). African Migrants and the Refugee Crisis. Suiza: Springer, 2021, p. 187-218. ). En efecto, la historia de las políticas de movilidad humana transnacional en Brasil no puede entenderse sin la historia del afán colonizador y del racismo supremacista eurocéntrico (Martínez, Dutra, 2018MARTÍNEZ, Susana; DUTRA, Delia. Experiencias de racismo desde la inmigración haitiana y africana en Brasil. REMHU, Revista Interdisciplinar da Mobilidade Humana, v. 26, n. 54, p. 99-113, 2018.).
Cuando llegamos a Rio de Janeiro pensé que tendría un gran problema porque no tenía papeles, pero uno de los hombres en el barco dijo: ‘no te preocupes, en Brasil estás seguro’. Me sugirió que fuera a Caritas.9 9 La Caritas Brasileira es una organización humanitaria fundada en 1956 por la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil. Así lo hice, ellos me dieron comida y ropa. Les mostré mi mano, porque tenía una herida profunda, pero dijeron que no podían hacer nada sin que antes fuera a solicitar un documento. La policía me entrevistó y entonces pudieron llevarme a un hospital. Pasé ochenta y un días recuperándome.
El relato expone una contradicción significativa. En Brasil, la entrada está prácticamente garantizada, pero el soporte humanitario (por ejemplo, el acceso a servicios médicos) se supedita a la acreditación legal de la documentación oficial. Una vez repuesto, Camden abordó un autobús hacia la ciudad de Manaos. Viajó por el Amazonas hasta la población de Tabatinga en la triple frontera con Perú y Colombia. De lado peruano, continúo el trayecto por río de Santa Rosa a Yarimaguas, donde retomó el camino por tierra hacia Ecuador. Camden no refirió sucesos notables hasta llegar a Colombia, donde hubo de esperar para que las autoridades le tomaran registro y diez días después le entregaran un permiso de tránsito de corta duración.
Además de fronteras porosas, en Sudamérica los jóvenes africanos, así como personas provenientes del Caribe (Haití y Cuba), Medio Oriente (Siria e Irak) y otras partes de Asia (Afganistán y el Subcontinente Indio), enfrentaban una contradicción de base. Por una parte, políticas en teoría benévolas (o al menos permisivas), pero que no otorgaban garantías y además empleaban procedimientos selectivos dirigidos a ‘perfiles de riesgo’ (Acevedo, Echeverri, 2018ACEVEDO, Liza; ECHEVERRI, Jonathan. Pensando a través de la errancia: travesías y esperas de viajeros africanos en Quito y Dakar. Antípoda, n. 32, p. 105-123, 2018. ). De tal modo, es imposible afirmar que la región superó los enfoques de seguridad nacional y fronterización en provecho de regímenes que priorizan los derechos humanos. Las políticas de movilidad transnacional en Sudamérica nunca dejaron de orientarse a la exclusión y prevención del arribo de extranjeros designados no deseables, si bien su apertura ‘a medias’ en algunos sentidos sí puede considerarse un hecho históricamente inédito (Domenech, 2017DOMENECH, Eduardo. Las políticas de migración en Sudamérica: elementos para el análisis crítico del control migratorio y fronterizo. Terceiro Milênio, v. 8, n. 1, p. 19-48, 2017.).
De cualquier modo, el panorama de incertidumbres empeoraba en países como Colombia, donde no existían leyes con enfoque de derechos en lo relativo a movilidad transnacional (Acevedo, Echeverri, 2018ACEVEDO, Liza; ECHEVERRI, Jonathan. Pensando a través de la errancia: travesías y esperas de viajeros africanos en Quito y Dakar. Antípoda, n. 32, p. 105-123, 2018. ). Más aún, los recientes cambios jurídico-legislativos que beneficiaron a miles de exiliados venezolanos también permitieron la persecución de ciudadanos y organizaciones locales que asisten a personas en route (Angulo et al., 2019ANGULO, Héctor; CASALLAS, Oscar; GRANADOS, María Isabel; HERRERA, Natalia; PEREA, Cristian. La cara de la migración de la que nadie está hablando: los impactos de la migración de tránsito en las regiones desgobernadas de Urabá y el Darién. Cancillería de Colombia, 2019. Disponible en: Disponible en: https://www.cancilleria.gov.co/sites/default/files/FOTOS2020/2019_h_angulo_et_al_migracion_de_transito_en_uraba_y_darien.pdf . Acceso en: 01.03.20.
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). Desde la creación del Sistema Nacional de Migraciones (2011), en Colombia la prioridad ha sido promover los ‘flujos ordenados’ y disuadir los ‘flujos irregulares’ (Cabrera et al., 2013CABRERA, Donna; CANO SALAZAR, Gabriela; RAMÍREZ, Clemencia. Aproximación a la identificación de las corrientes migratorias procedentes de Asia y África en Colombia. In: CAMINO, Ángel; GURRIERI, Jorge; TEXIDÓ, Ezequiel; VACA, Vanesa (eds.). Migrantes extracontinentales en América del Sur: estudio de casos. Cuadernos Migratorios, n. 5. Buenos Aires: Organización Internacional para las Migraciones, 2013, p. 22-83.). La realidad, sin embargo, muestra que la limitada capacidad institucional de las autoridades, a la par una significativa ausencia de cooperación con países vecinos, dio lugar a la producción e intensificación de vulnerabilidades. En el caso de los jóvenes africanos, la espera para obtener un permiso de tránsito10
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Permiso de Ingreso y Permanencia de Tránsito Temporal, válido por quince días.
podía ir de unos días hasta dos semanas. Los viajeros se dirigían entonces a enclaves costeros como Turbo o Necoclí, para luego tomar el extremadamente peligroso trayecto por aguas del Urabá hacia Capurgana, traslado en el cual los naufragios no eran inusuales.
Estuvimos cuatro días adentro del bosque. Cruzamos ríos y montañas. En el camino nos robaron. Habíamos escuchado historias sobre personas asesinadas por resistirse. Los ladrones se llevaron todo: dinero, ropa, incluso la comida. Después encontramos a dos campesinos. Ellos eran buenos, nos guiaron de vuelta y nos compartieron fruta, galletas y café.
Salvo una creciente presencia militar, en la frontera colombo-panameña las instituciones e infraestructura del estado son casi nulas y coexisten un sinnúmero de economías informales e ilegales controladas por organizaciones criminales y grupos armados, aunque también iniciativas comunitarias de resistencia ante estos poderes fácticos y el embate de las autoridades. Esencialmente, mientras que el gobierno colombiano asumió un enfoque administrativo más o menos limitado, sumado a propuestas legislativas restrictivas, en Panamá las autoridades adoptaron una gestión militarizada mezclada con discursos sobre derechos humanos, emergencia humanitaria y cooperación internacional (Angulo et al., 2019ANGULO, Héctor; CASALLAS, Oscar; GRANADOS, María Isabel; HERRERA, Natalia; PEREA, Cristian. La cara de la migración de la que nadie está hablando: los impactos de la migración de tránsito en las regiones desgobernadas de Urabá y el Darién. Cancillería de Colombia, 2019. Disponible en: Disponible en: https://www.cancilleria.gov.co/sites/default/files/FOTOS2020/2019_h_angulo_et_al_migracion_de_transito_en_uraba_y_darien.pdf . Acceso en: 01.03.20.
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). Destacan las expresiones de solidaridad como la que Camden menciona, pues se sabe que agentes del Servicio Nacional de Fronteras11
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Policía militarizada creada en agosto de 2008.
incurren con regularidad en prácticas de hostigamiento contra cualquiera que se atreva a brindar auxilio a los agotados y a veces extraviados viajeros (Winters, 2019WINTERS, Nanneke. Haciendo-lugar en tránsito. Reflexión sobre la migración africana y trabajo de campo en Darién, Panamá. REMHU, Revista Interdisciplinar da Mobilidade Humana , v. 27, n. 56, p. 235-243, 2019.).
Tan pronto llegaban al albergue temporal en Metetí, los viajeros eran enumerados, examinados, vacunados; su información biométrica comparada con la base de datos de la Interpol. Si no había motivo de alarma, se les permitía continuar hacia un segundo parador situado en La Peñita, generalmente tras una o dos noches en Bajo Chiquito (u otras comunidades originarias), donde no existió plataforma oficial para recibirles. Retenidos hasta que las autoridades costarricenses autorizaban su traslado al enclave fronterizo de Paso Canoas, hasta cien personas eran enviadas a El Golfito, para posteriormente encaminarse hacia La Cruz o Peñas Blancas, cerca de la frontera nicaragüense (Mora Izaguirre, Winters, 2019MORA IZAGUIRRE, Cynthia; WINTERS, Nanneke. Es cosa suya: entanglements of border externalization and African transit migration in northern Costa Rica. Comparative Migration Studies, v. 7, n. 27, p. 1-20, 2019.).
Este manejo colaborativo fue en parte operado por la OIM y ACNUR mediante organizaciones humanitarias locales y transnacionales encargadas de gestionar aspectos clave como traslados, alojamiento, alimentación y acceso a servicios de salud básicos. En total, Camden permaneció casi tres semanas en Panamá y apenas dos días en Costa Rica. En ambos países, recibió atención médica para las múltiples heridas resultado de la proeza en cuerpo y espíritu que atravesar el bosque tropical del Darién.
La gente en Costa Rica fue muy buena. Migración, los ciudadanos, muy buenos, sí. Cuando llegamos lo primero que hicieron fue darnos de comer. Después del registro, nos llevaron a un campo. Debido a que me habían robado todo lo que traía, tuve que llamar a un amigo. De hecho, yo no conozco a esta persona, pero alguien de mi iglesia me dio su teléfono por si necesitaba ayuda.
Después de pasar los filtros de seguridad, en Costa Rica los viajeros recibían un documento que les otorgaba un status especial y derechos fundamentales, pero que también sirvió como instrumento de control. 12 12 Permiso de Ingreso y Tránsito, renovable automáticamente por tiempo indefinido. Sin descrédito a los efectos altruistas, recientemente Costa Rica se ha convertido en un país frontera (Sandoval, 2005, en Kron, 2010KRON, Stefanie. La frontera norte tiene tres problemas: tráfico de armas, de drogas y de migrantes. Migración irregular y discursos ‘securitarios’ en Centroamérica: el caso de Costa Rica. Encuentro, v. 17, n. 87, p. 38-60, 2010.). Ejemplo de ello, en 2003, el gobierno comenzó a requerir visados para no residentes, anulando así las facilidades que hasta entonces permitían la entrada bajo el estatus de turista a la mayoría de los ciudadanos del ‘sur global’ (Kron, 2011KRON, Stefanie. Gestión migratoria en norte y centroamérica: manifestaciones y contestaciones. Anuario de Estudios Centroamericanos, v. 37, p. 53-85, 2011.). De igual manera, dos proyectos constituyentes con evidente carácter restrictivo fueron promulgados en 2005, mientras que, en 2010, una nueva legislación, en principio enfocada a la protección de los derechos humanos y el fomento de la inclusión social, legalizó la restricción de servicios públicos condicionándolos a procedimientos burocráticos cada vez más costosos y difíciles de proseguir (Fouratt, 2016; 2014, en Mora Izaguirre, Winters, 2019MORA IZAGUIRRE, Cynthia; WINTERS, Nanneke. Es cosa suya: entanglements of border externalization and African transit migration in northern Costa Rica. Comparative Migration Studies, v. 7, n. 27, p. 1-20, 2019.).
De acuerdo con sus divergentes pero entreverados procesos históricos y políticos, ante la inviabilidad de una campaña de deportaciones masivas, desde 2015, los gobiernos de Panamá, Costa Rica y Nicaragua implementaron políticas destinadas a impedir el paso de personas hacia Norteamérica tanto como fuese posible (Miraglia, 2016MIRAGLIA, Peter. The Invisible Migrants of the Darién Gap: Evolving Immigration Routes in the Americas. Council on Hemispheric Affairs, 18.11.2016. Disponible en: Disponible en: https://www.coha.org/the-invisible-migrants-of-the-darien-gap-evolving-immigration-routes-in-the-americas/ . Acceso en: 11.09.2021
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).
En particular, las medidas adoptadas por el gobierno de Nicaragua no fueron menos que un cerco que permitía cruces clandestinos en extremo riesgosos13 13 Se sabe de naufragios en las costas de Nicaragua y Costa Rica, e incluso de Guatemala y Chiapas. . Nadie pasaba más de unas horas en el país, pues en caso de ser detenidos, aun al cubrir la cuota de entrada, los viajeros eran devueltos a territorio costarricense. Sin duda, esta fue la administración estatal de una economía ilegal y filtro de selección paralelos a una agresiva campaña de contención a lo largo de una frontera imposible de sellar. En este punto, además, los viajeros encontraban un contexto hostil recrudecido por la disputa territorial histórica entre Costa Rica y Nicaragua (Moreno Rodríguez, 2019MORENO RODRÍGUEZ, Gleicys. Cuban undocumented through Central America: The role of Nicaragua in the migration crisis of 2015. Estudios Fronterizos, v. 20, e038, 2019.).
Viajamos por mar en la noche. Cuando llegamos a Nicaragua había muchos soldados y policías. Ahí hay que pagar ciento cincuenta dólares y entrar es muy peligroso. Todo el mundo paga. En Honduras no toman nuestro dinero, pero tampoco tienen adonde llevarnos. Un muchacho de Ghana que conocí en el camino me ayudó con algunos gastos. Después logré contactar a otro amigo, él vive en Estados Unidos e hizo una colecta. Esperé dos días y al tercero una persona hondureña me ayudó a recibir la transferencia, luego compré un boleto de bus hacia Guatemala. Ahí tampoco se paga para entrar, solo el transporte. Fui a un lugar llamado la Casa del Migrante,14 14 Institución fundada en 1993 y afiliada a la Scalabrini International Migration Network. ahí me ayudaron. Las personas en Guatemala fueron muy buenas. En Honduras también, sobre todo la gente mayor.
A diferencia de la extensa implicación del estado en la primera parte del corredor centroamericano, la postura de las autoridades hondureñas y guatemaltecas obedeció al principio de indiferencia planificada. No impedían la entrada, pero tampoco proporcionaban otro servicio que la emisión de permisos de tránsito temporales. Naturalmente, indiferencia planificada no significa ausencia, pues ambos gobiernos envían a militares, policías y agentes migratorios para entrenarse en tácticas de retención y vigilancia con diferentes agencias del gobierno estadounidense. En Honduras y Guatemala organizaciones no gubernamentales, generalmente vinculadas a alguna institución eclesiástica, así como la sociedad civil en general, eran las instancias encargadas de resarcir la indolencia estatal (JCUS-WOLA, 2014, en Vilches, 2015VILCHES, Miguel. Los nuevos escenarios de la migración internacional en la región Centroamérica-Norteamérica. Red Jesuita con Migrantes, 2018. Disponible en: Disponible en: http://www.rtmg.org/documents/559 . Acceso en: 01.06.2020.
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).
Asimismo, para afrontar los obstáculos y peligros del tránsito los viajeros echaban mano de los recursos económicos y morales puestos a su disposición a través de lo que se ha denominado ‘nuevo’ Atlántico Negro. Es decir, culturas políticas, sistemas sociales y praxis de solidaridad que se originan en un humanismo-cosmopolitismo fluvial ‘desde abajo’ (Gilroy, 2019GILROY, Paul. Never Again: Refusing Race and Salvaging the Human. Conferencia Holberg, Noruega: Universidad de Bergen, Junio 4, 2019. Disponible en: Disponible en: https://holbergprisen.no/en/news/holberg-prize/2019-holberg-lecture-laureate-paul-gilroy . Acceso en: 11.10.2020.
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Pese a que no es posible desarrollar la discusión aquí, cabe destacar que el paradigma del Atlántico Negro puede acotarse mejor cuando se pone en diálogo con las tesis del Panafricanismo y del Afropolitanismo.
. Esta metaestructura sociocultural diaspórica permitió que, en Costa Rica, Camden recibiera apoyo decisivo de parte de una persona a quien no conocía, pero con la que guardaba profundos lazos de hermandad, en este caso, provenientes de su fe cristiana. Casi providencialmente, además de sus vínculos en África y Estados Unidos, los destellos de camaradería entre los propios viajeros, como le ocurrió al conocer a aquel muchacho ghanés en Honduras, fueron la otra gran fuerza vital necesaria para vencer a las fuerzas destructivas que le acechaban.
Cuando llegué a México esperé cuatro días afuera de la estación migratoria. Había mucha gente, logramos entrar, pero después tuvimos que esperar treinta días más. Migración en Tapachula no es para nada buena. Incluso diría que son racistas. Solo atienden a los centroamericanos. Cuando intentas decirles algo no se toman el tiempo para entenderte. Dicen que no hablan inglés, pero en realidad no quieren escucharnos. A veces había poca comida y a los chicos centroamericanos les servían dos o tres veces. Ellos siempre comían primero. Debido a este problema, los guardias de seguridad caminaban con palos para golpear a quienes protestábamos. Después me llevaron a Acayucan. Ese lugar es totalmente distinto. Ahí comíamos bien, las personas de migración, aunque no hablaban inglés, buscaban entender lo que les decíamos. Todo era tan diferente, estaba sorprendido. Esperé trece días hasta que me dieron un papel.16 16 Permiso de tránsito temporal válido hasta por treinta días por el cual el estado reconoce la condición ‘apátrida’ de una persona que no ha solicitado asilo o refugio en México, en particular, cuando no existen relaciones diplomáticas con el país de origen. Quería comprar un boleto de bus directo a Tijuana, pero era muy caro. Una persona mexicana que conocí organizó una colecta en su iglesia, así fue como pude llegar.
Las fronteras colombo-panameña y costarricense-nicaragüense constituyen la barreras más significativas en la región
En México, concertado con OIM y ACNUR, el gobierno también implementó una estrategia de gestión de limbos jurídicos cuyo objetivo era acelerar la entrada y salida de personas mediante filtros de seguridad, al mismo tiempo que se proporcionaban algunos servicios básicos como alimentación, alojamiento, transporte o emisión de permisos de tránsito temporales. Los contrastes que Camden describe no fueron solamente producto de los limitados y mal administrados recursos que las autoridades mexicanas dedicaron a la diversificación reciente de los circuitos de movilidad humana transnacional en el país. Desde hace más de treinta años, México se ha transformado en una gran frontera arterial, es decir, un territorio caracterizado por la abundancia de lugares de circulación y obstrucción, a efecto de políticas difusas y ambiguas que propician movimientos progresivamente más fluidos y multidireccionales, pero también ralentizados, costosos y arriesgados (Vogt, 2017, en Mora Izaguirre, Winters, 2019MORA IZAGUIRRE, Cynthia; WINTERS, Nanneke. Es cosa suya: entanglements of border externalization and African transit migration in northern Costa Rica. Comparative Migration Studies, v. 7, n. 27, p. 1-20, 2019.).
Las actuales políticas mexicanas de contención tienen sus orígenes en el establecimiento (1993) del Instituto Nacional de Migración (INM), organismo facultado legalmente (1996) para llevar a cabo tareas de inspección y detención en todo el país. Más aún, desde 2007, el gobierno oficializó su ‘agenda migratoria’ al nivel de prioridad del combate al crimen organizado (Torre Cantalapiedra, Yee Quintero, 2018TORRE CANTALAPIEDRA, Eduardo; YEE QUINTERO, José Carlos. México ¿una frontera vertical? Políticas de control del tránsito migratorio irregular y sus resultados, 2007-2016. LiminaR, v. 16, n. 2, p. 87-104, 2018. ). Por otra parte, en los centros de detención administrados por el INM llamados estaciones migratorias (EM) y estaciones provisionales (EP) se ha documentado hacinamiento, exposición a enfermedades, falta de insumos e infraestructura deficiente. Por regla general, espacios en los que existen situaciones análogas a las que ocurren en centros de reclusión penal (CNDH, 2019COMISION NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS (CNDH). Situación de las Estaciones migratorias en México, hacia un nuevo modelo alternativo a la detención. Informe especial. México: CNDH, 2019. Disponible en: Disponible en: https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/documentos/2019-11/Informe-Estaciones-Migratorias-2019.pdf . Acceso en: 01.12.2020.
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).
Pese a que en 2011 se aprobó la Ley de Migración y la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo político (esta última reformada en 2014), técnicamente una de las legislaciones latinoamericanas más avanzadas en la materia, las autoridades mexicanas continuaron orientándose hacia un enfoque de seguridad nacional y fronterización, siempre en cabildeo con el gobierno estadounidense. La relevancia que este último asigna a las políticas mexicanas de securitización fronteriza es que más obvia. ‘La frontera de Guatemala con Chiapas es ahora nuestra frontera sur,’ aclaró un alto funcionario a mediados de 2012 (Morales, Meyer, Isacson, 2014MORALES, Gabriela; MEYER, Maureen; ISACSON, Adam. Mexico’s Other Border. Security, Migration, and the Humanitarian Crisis at the Line with Central America. The Washington Office on Latin America, 2014. Disponible en: Disponible en: https://www.wola.org/sites/default/files/Mexico%27s%20Other%20Border%20PDF.pdf . Acceso en: 15.09.2021
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).
Indicio de un régimen que formaliza la exclusión de los indeseables y la inclusión subordinada de los indispensables (Mezzadra, 2005MEZZADRA, Sandro. Derecho de Fuga. Migraciones, ciudadanía y globalización. Madrid: Traficantes de Sueños, 2005. ), la postura de las autoridades mexicanas fue sumamente ambigua. Mientras que a comienzos de 2019 se entregaron miles de tarjetas de visitante por razones humanitarias17 17 Documento renovable (con vigencia de un año) que facilita transitar ‘libremente’ por territorio mexicano, obtener una Clave Única de Registro de Población (CURP) temporal y acceder a servicios públicos. Los beneficiarios de esta medida fueron principalmente personas provenientes del Triángulo Norte de Centroamérica, en particular, Honduras. , a mediados de ese mismo año, ante las presiones estadounidenses, el gobierno desplegó a la Guardia Nacional18 18 Policía militarizada creada en marzo de 2019. y provocó así un alza exponencial en el número de arrestos y deportaciones en el país. Como cabría esperar, las personas a quienes estas acciones represivas estaban dirigidas muy pronto expresaron decididamente su oposición. Por ejemplo, lo sucedido el 21 de agosto en la estación migratoria Siglo XXI en Tapachula, donde viajeros procedentes de África, Haití y Cuba protagonizaron varios encontronazos con las fuerzas de seguridad, o también, el 9 de julio en la garita del Chaparral en Tijuana, cuando alrededor de 150 manifestantes africanos denunciaron extorsiones sistemáticas por parte de oficiales del INM y agentes de la policía local.
Aunque más allá del foco de este trabajo, es indispensable como mínimo señalar que cuanto más restrictivas son las políticas de movilidad humana transnacional, más derivan en la generación institucionalizada de procesos de racialización. Esto es, conceptos jurídicos, políticos y sociales representantes de condiciones que degradan las posibilidades de vida de las personas no blancas mediante la producción y explotación de vulnerabilidades diferenciadas y circunstancias de prematuración a la muerte sancionadas por el estado e instancias extralegales (Gilmore, 2007, en Gilroy, 2014GILROY, Paul. Race and Racism in “The Age of Obama”. Centro Eccles de Estudios Americanos de la Biblioteca Británica, 2014. Disponible en: https://www.bl.uk/britishlibrary/~/media/bl/global/eccles%20centre/ec%20plenaries/baas-2013-gilroy.pdf?la=en&hash=034DD4196D1BC47C4F57DA969C050CDB. Acceso en: 10.10.2019.
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).
El recorrido por Latinoamérica implica riesgos pero también posibilidades de vida transnacional
Ciertamente, las personas negras luchan contra un racismo de propiedades expansivas que durante siglos les ha relegado al último escalafón social, político y económico de un sistema supremacista global. Una economía taxativa racial y cultural herencia del pasado colonial (Zeleza, 2007ZELEZA, Paul. Africa's contemporary global migrations: patterns, perils, and possibilities. Journal of Global Initiatives, v. 3, n. 1, p. 33-56, 2007. ) que en la actualidad también se expresa en políticas, leyes y dispositivos que obstaculizan o impiden el acceso a canales formales de movilidad transnacional (Bashi, 2004BASHI, Vilna. Globalized Anti-Blackness: Transnationalizing Western Immigration Law, Policy, and Practice. Ethnic and Racial Studies, v. 27, n. 4, p. 584-606, 2004.).
Asimismo, es importante precisar que la historia de Estados Unidos y Latinoamérica no puede entenderse políticamente sin la presencia y contribuciones de personas provenientes de África y sus descendientes. A manera de autocrítica, se admite que el paradigma del Atlántico Negro en ocasiones ha llevado su esfuerzo deconstructivo al punto de divorciar conceptos fundamentales como negritud y africanidad. Para evitar esta y otras graves confusiones, además de las esferas transnacionales que posibilitan los itinerarios africanos contemporáneos en Latinoamérica, este ensayo procuró concentrarse en las condiciones históricas que produjeron esta experiencia diaspórica: un interminable puzzle mundial entre continuum colonial, transnacionalismo poscolonial y globalización predatoria (Zeleza, 2005ZELEZA, Paul. Rewriting the African diaspora: beyond the Black Atlantic. African Affairs, v. 104, n. 404, p. 35-68, 2005. ). Por ello, se insiste que la cultura política de los pueblos y sus sistemas sociales no dependen tanto de territorialidades, esencias, o raíces, sino de fuerzas oceánicas que son producto de la modernidad y recurso vital ante sus horrores.
Camden completó el tránsito de Rio de Janeiro a la frontera norte de México en poco menos de seis meses. Las pruebas fehacientes del peligro que corre su vida en Nigeria auguraban una resolución favorable para su solicitud de asilo en Estados Unidos. Como muchos, en la Casa del Migrante Tijuana, recibió acompañamiento jurídico para presentar su petición. Pasaron casi tres meses desde nuestra entrevista (junio 7 de 2019) para que las autoridades estadounidenses le permitieran exponer su caso en una entrevista de miedo creíble, mecanismo implementado por primera vez en 2009 y a través del cual un solicitante debe probar ser víctima de persecución por motivos de raza, credo, afiliación política o pertenencia a grupos minoritarios, además de proporcionar evidencia suficiente de la incapacidad o renuencia de su gobierno para protegerle; de ordinario, un procedimiento altamente discrecional. Tras cuatro meses más de espera en México, finalmente, Camden alcanzó el objetivo.
Conclusiones
Ante la premura de abandonar un territorio que se vuelve mortífero, el imperativo al movimiento y el cruce de fronteras, en viajeros como Camden la pulsión de vida insiste y abre caminos, permite calcular riesgos y resolver dilemas. Impulsados por culturas políticas y sistemas sociales transnacionales y diaspóricos, estos itinerarios constituyen un método de lucha que también puede acarrear condiciones de desarraigo y aflicción adicionales. De buen grado, aquí se presentó un ‘caso de éxito’ en el cual una persona en movilidad sin documentos alcanza el reconocimiento de su estatus político-legal según las convenciones del sistema de protección internacional. Sin embargo, este era un escenario en muchas ocasiones inaccesible para buena parte de los viajeros africanos.
Los movimientos masivos y también a cuentagotas de personas que desafían la violencia y el terror generan cada vez más inquietudes para los gobiernos nacionales de todo el mundo, en particular, aquellos que suscriben tratados internacionales para la salvaguarda de derechos. De acuerdo con los intentos de coerción del poder hegemónico global estadounidense, la incidencia de organismos e instituciones transnacionales, así como sus propios intereses geoestratégicos, por una parte, los gobiernos latinoamericanos entrecerraron sus fronteras y burocratizaron el tránsito, y por otra, intentaron contener y disuadir los flujos por todos los medios a su alcance.
Este trabajo resiste la urgencia de identificar la sustancia que define a una persona fugitiva, exiliada, refugiada, o solicitante de asilo. En su lugar, suscribe el entendido de que itinerarios como el de Camden no están ahí para proveer la resolución total de las interrogantes históricas, políticas o sociales que plantean. Metodológicamente, la idea fue elaborar un texto al estilo del montaje de un rompecabezas. Una etnografía de fragmentos que permitiera hallar contrastes y diálogos entre narrativas de opresión y sufrimiento, tanto como de reivindicación y liberación, provenientes de diferentes lugares, pueblos y épocas.
Referencias
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1
El autor agradece de sobre manera la labor de todas las personas involucradas el funcionamiento de la Casa del Migrante Tijuana, así como las facilidades brindadas por la institución para llevar a cabo las entrevistas.
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2
Establecida en 2007, esta red engloba a más de 250 organizaciones y entidades con presencia en países como Brasil, Colombia, Guatemala, Sudáfrica, Filipinas y el territorio de Taiwán.
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3
En la actualidad La Casa del Migrante Tijuana ofrece alojamiento, alimentación, atención médica primaria, acompañamiento psicológico breve, acompañamiento jurídico para solicitudes de protección internacional (en Estados Unidos y México), asistencia para tramitar documentos oficiales (en el caso de ciudadanos mexicanos deportados), coordinación con empresas locales para facilitar la inserción laboral, programas de capacitación técnica y enseñanza de idiomas, así como actividades recreativas (celebración de efemérides, convivíos, entre otras). Formalmente, tiene capacidad para recibir hasta ciento cincuenta personas, sin embargo, en varios momentos el entorno fluctuante ha obligado a expandir este límite.
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4
En 2012, se estimaban 167 millones de habitantes: 50.5 por ciento practicante del islam, 48.2 del cristianismo y 1.3 de religiones tradicionales (Agbiboa, 2013AGBIBOA, Daniel. Ethno-religious Conflicts and the Elusive Quest for National Identity in Nigeria. Journal of Black Studies, v. 44, n. 1, p. 3-30, 2013. ).
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5
Hausa-fulani al norte, predominantemente musulmán, yoruba al suroeste e igbo al sureste, principalmente cristianos.
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6
Es probable que Camden se refiera al bosque Sambisa, a unos 60 kilómetros de Maiduguri. El área, en especial la zona montañosa de Gwoza próxima a la frontera camerunesa, sirve de guarida para las milicias.
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7
Según conteos oficiales, en 2017 y 2018 se registraron totales de 2,178 y 2, 958 (Leyva, Ray, 2020LEYVA, René; RAY, Madeline. Migrantes africanos indocumentados en México: Implicaciones para la salud pública. Frontera Norte, v. 32, 2020. Disponible en: https://doi.org/10.33679/rfn.v1i1.2058.
https://doi.org/10.33679/rfn.v1i1.2058... ). -
8
Investigaciones recientes también identifican a Guyana y Argentina como puertos de entrada significativos (Amahazion, 2021AMAHAZION, Frikesus. Long Voyage: African Migration through Latin America to the US. Open Journal of Social Sciences, v. 9, n. 7, p. 280-300, 2021.).
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9
La Caritas Brasileira es una organización humanitaria fundada en 1956 por la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil.
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10
Permiso de Ingreso y Permanencia de Tránsito Temporal, válido por quince días.
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11
Policía militarizada creada en agosto de 2008.
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12
Permiso de Ingreso y Tránsito, renovable automáticamente por tiempo indefinido.
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13
Se sabe de naufragios en las costas de Nicaragua y Costa Rica, e incluso de Guatemala y Chiapas.
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14
Institución fundada en 1993 y afiliada a la Scalabrini International Migration Network.
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15
Pese a que no es posible desarrollar la discusión aquí, cabe destacar que el paradigma del Atlántico Negro puede acotarse mejor cuando se pone en diálogo con las tesis del Panafricanismo y del Afropolitanismo.
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16
Permiso de tránsito temporal válido hasta por treinta días por el cual el estado reconoce la condición ‘apátrida’ de una persona que no ha solicitado asilo o refugio en México, en particular, cuando no existen relaciones diplomáticas con el país de origen.
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17
Documento renovable (con vigencia de un año) que facilita transitar ‘libremente’ por territorio mexicano, obtener una Clave Única de Registro de Población (CURP) temporal y acceder a servicios públicos. Los beneficiarios de esta medida fueron principalmente personas provenientes del Triángulo Norte de Centroamérica, en particular, Honduras.
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18
Policía militarizada creada en marzo de 2019.
Fechas de Publicación
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Publicación en esta colección
11 Mayo 2022 -
Fecha del número
Jan-Apr 2022
Histórico
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Recibido
22 Jul 2021 -
Acepto
21 Dic 2021