Agregação plaquetária; inibidores dos receptores da glicoproteína IIb/IIIa da membrana de plaquetas; intervenção coronária percutânea
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Instituto Dante Pazzanese de Cardiologia, São Paulo, SP - Brasil
Correspondencia
Palabras clave
Agregación plaquetaria, inhibidores de los receptores de la glicoproteína IIb/IIIa de la membrana plaquetaria, intervención coronaria percutánea.
Introducción
Los inhibidores de la glicoproteína IIb/IIIa (IG IIb/IIIa) se desarrollaron en el inicio de los años 1990 con el objetivo de proporcionar bloqueo máximo de la agregación plaquetaria. Su utilización, inicialmente, ocurrió junto a la angioplastia coronaria con balón a fin de reducir la oclusión aguda del vaso tratado y sus complicaciones, como el infarto agudo de miocardio (IAM) periprocedimiento. La disección del vaso tras la dilatación ocasionada por el balón en las intervenciones coronarias percutáneas (ICP) ocurría en el 20% al 25% de los casos, y, como consecuencia de ello, la oclusión aguda se establecía en cerca del 5% de esos pacientes1.
La reducción en la agregación plaquetaria con los IG IIb/IIIa proporcionó una reducción de los eventos cardiovasculares mayores (muerte, infarto agudo de miocardio (IAM) y revascularización de urgencia del vaso blanco) tras ICP2. Sin embargo, fue el advenimiento de los stents coronarios -una vez que éstos no sólo restablecen la geometría del vaso, sino que también "sellan" las disecciones- lo que más contribuyó para la eliminación de dichas complicaciones. Los IG IIb/IIIa, junto a los stents coronarios, básicamente redujeron el IAM periprocedimiento, que ocurre en virtud de fenómenos de flujo lento como consecuencia de la embolización plaquetaria ("slow reflow", "no reflow") u oclusión de ramas secundarias.
Los buenos resultados de los estudios iniciales como EPIC2, EPILOG3 y EPISTENT4 con la reducción combinada de eventos cardiovasculares mayores (ECM) impulsaron el uso creciente de los IG IIb/IIIa. Desde entonces, se probaron los diversos fármacos de la clase (abciximab, tirofiban y eptifibatide), en diferentes situaciones -tales como los procedimientos electivos, los síndromes coronarios agudos (SCA) con y sin supradesnivelamiento del segmento ST-, para la reducción de la reestenosis coronaria y, más recientemente, como fármaco auxiliar en la facilitación de angioplastias primarias.
Con la evolución de la terapia antiagregante plaquetaria, surgieron nuevas clases de fármacos, entre ellos los tienopiridínicos. Hoy día, se volvió obligatorio el pretratamiento con esos medicamentos antes de la ICP5. Sin embargo, la terapia antitrombótica también avanzó de modo que recientes estudios con la bivalirudina6 y el fondaparinux7 permiten que sean diversas las opciones de terapéutica adyuvante en las ICP actuales.
En esta breve revisión estableceremos, de acuerdo con las publicaciones recientes y las directrices actuales, el rol de los IG IIb/IIIa como terapia adyuvante en las ICP, insertos en los más distintos escenarios.
Intervención coronaria percutánea electiva
Los primeros estudios que probaron el uso de esos fármacos en angioplastias electivas fueron EPISTENT4 (abciximab), ESPRIT8 (eptifibatide) y RESTORE9 (tirofiban). Ellos demostraron de manera no uniforme una fuerte tendencia a la reducción de eventos combinados, sobre todo en perjuicio del IAM sin onda Q (elevación de la enzima CK-MB mayor que tres veces el límite superior de la normalidad). Es importante resaltar que el uso de tirofiban en el estudio RESTORE no alcanzó significancia estadística para reducción de ECM, probablemente por haber utilizado subdosis del fármaco (Fig. 1).
Con la evolución de la terapia antiagregante plaquetaria aparecieron los tienopiridínicos. Surgía, entonces, la necesidad de cuestionar si el pretratamiento con esos fármacos podría reemplazar el uso de los IG IIb/IIIa, con resultados equivalentes en la reducción del IAM periprocedimiento. En este sentido, se publicó el estudio ISAR REACT I, en el que se sometieron a ICP a más de dos mil pacientes de bajo riesgo cardiovascular -todos previamente tratados con 600mg de clopidogrel, al menos seis horas antes del procedimiento-, sin demostrarse beneficio de la adición de abciximab a la asociación de AAS y clopidogrel, terapia estándar de la práctica clínica actual. El resultado final de ese análisis sugiere fuertemente no haber un rol que puede ser desempeñado por los IG IIb/IIIa en angioplastias electivas de bajo riesgo10.
En los días actuales, en Brasil, el 5,5% de las ICP (electivas o no) se realizan bajo efecto de los IG IIb/IIIa, según los datos del CENIC (Centro Nacional de Intervenciones Cardiovasculares)11. A pesar del alto costo del fármaco y de las referencias presentadas, los últimos consensos estadounidense12 y europeo13 preconizan todavía el uso de los IG IIb/IIIa en ICP electivas como indicación IIa, nivel de evidencia B.
Síndrome coronario agudo sin supradesnivelamiento de ST
Se puede decir que el uso de esos fármacos se haya difundido en el ámbito de pacientes de moderado a alto riesgo cardiovascular, en los síndromes coronarios agudos con y sin supradesnivelamiento de ST, evento en que se sabe que la intervención precoz junto a la farmacoterapia reduce la posibilidad de eventos cardiovasculares mayores (ECM).
El beneficio de la utilización de IG IIb/IIIa en las SCA sin supradesnivelamiento de ST se comprobó, hace más de una década, con la publicación del estudio CAPTURE14. Los pacientes con SCA sin supradesnivelamiento de ST de alto riesgo cardiovascular que recibieron el fármaco presentaron reducción de riesgo relativo de eventos mayores (muerte, IAM, RLB) del 28,9% en relación al grupo placebo, al final de 30 días. Ese beneficio, que se observó sólo en los pacientes con lesiones complejas (tipo e" B2), se debió, específicamente, a la reducción de IAM periprocedimiento. Los estudios siguientes -PRISM-PLUS15, PARAGON-B16 y PURSUIT17- también incluyeron a pacientes con igual presentación. Cuando se realizó la ICP bajo efecto del IG IIb/IIIa, se observó una reducción del riesgo relativo de muerte o IAM, en el período 30 días, en el 42%, el 35% y el 31%, respectivamente, en comparación con el tratamiento conservador. Al confirmarse dichas evidencias científicas, los IG IIb/IIIa conquistaron lugar de destaque en la prescripción de pacientes con SCA sin supradesnivelamiento de ST y de alto riesgo.
De modo semejante a las intervenciones electivas, el uso mandatorio pretratamiento del clopidogrel cuestionó una vez más el real beneficio de los IG IIb/IIIa, ahora en pacientes con SCA sin supradesnivelamiento de ST. La respuesta para esa cuestión se volvió clara a partir de la publicación de los resultados del ISAR REACT II18. En una población de alto riesgo cardiovascular (elevación de troponina en el 51,9% y enfermedad multiarterial en el 74% de la muestra), el grupo de pacientes con troponina positiva fue el único a alcanzar disminución significativa del desenlace primario (muerte, IAM o RLB) al final de seis meses y un año (Fig. 2).
En una época en que la reducción de costos hospitalarios se convirtió en elemento-clave para las nuevas investigaciones en desarrollo, se evaluó el uso de único bolus de IG IIb/IIIa en publicación reciente19. La idea de esta estrategia se basa en el hecho de constar de la literatura una comprobación de la potente antiagregación plaquetaria con bolus único de epitifibatide, sin que se aumente los riesgos de sangramiento20. En la era de la liberación de los stents bajo altas presiones, con uso estándar de clopidogrel, existen pocas complicaciones trombóticas agudas como cierre abrupto del vaso. El tiempo promedio de una ICP actual es menor que una hora en la mayoría de los grandes centros; así que si se conoce la farmacocinética del epitifibatide, se podría esperar mantenimiento de la antiagregación plaquetaria durante al menos dos a tres horas21. En el caso del abciximab, ese tiempo llegaría a seis horas. Además de ello, la descontinuación precoz del IG IIb/IIIa podría reducir complicaciones hemorrágicas como, por ejemplo, la presencia de hematomas en zona de punción. Pero, sin duda, el mayor beneficio residiría en la reducción del costo hospitalario. En el estudio PURSUIT17 el costo promedio de eptifibatide fue de U$S 1.014; en el ESPRIT8, U$S 502; y en este análisis, U$S 5919. Esta puede convertirse en una alternativa muy atractiva, si se la compruebe en grandes estudios randomizados.
Algunos factores, tales como los diferentes diseños de estudios y la diversidad de fármacos utilizados, traen dudas que conducen a la siguiente pregunta: ¿Cuál de los IG IIb/IIIa utilizarse? Tomando en consideración el número expresivamente mayor de estudios en SCA con abciximab; la menor afinidad in vitro del eptifibatide por el receptor de glicoproteína IIb/IIIa; ambos sumados, en primer lugar, a la ausencia de grandes estudios randomizados que lo comparen directamente con los demás integrantes del grupo (abciximab y tirofiban); y en segundo, a los resultados de 30 días del estudio TARGET22 -que demostraron mayor incidencia de ECM en la población que usó bolus de 10 ¼g/kg de tirofiban en comparación al abciximab-. Todo ello crea una imagen viciada de que el abciximab debe ser siempre el IG IIb/IIIa de elección en dichas situaciones, curiosamente, con mayor costo. Sin embargo, las publicaciones del estudio ADVANCE23 y del metaanálisis TENACITY24 -éste interrumpido precozmente por razones financieras, al utilizarse un bolus mayor de 25¼g/kg de tirofiban-, demostraron la no inferioridad de fármaco en relación al abciximab en los desenlaces mayores (muerte, IAM y RLB), además de un perfil de seguridad similar en 30 días. Es importante resaltar que, cuando una SCA sin supradesnivelamiento de ST no es seguida de estratificación invasiva, el uso del abciximab no resulta en beneficios, en conformidad a lo evidenciado claramente por el estudio GUSTO IV25. En cuanto al momento exacto de la administración del fármaco (sala de emergencia versus laboratorio de hemodinámica), el estudio ACUITY Timing26 mostró discreta elevación de eventos isquémicos, sin significancia estadística, para el uso del IG IIb/IIIa en la sala de hemodinámica cuando comparado al uso precoz. Por otro lado, dicho retraso en la utilización del fármaco resultó en una reducción relevante de eventos hemorrágicos (4,9 x 6,1%; p <0,001).
Con tantas comprobaciones constantes de la literatura, el uso de los IG IIb/IIIa en las SCA sin supradesnivelamiento de ST se muestra una indicación inequívoca clase I, nivel de evidencia A, en la ausencia del clopidogrel, según el consenso estadounidense12. Cuando se utiliza el clopidogrel, la indicación del IG IIb/IIIa se convierte en IIa, nivel de evidencia B. En situaciones complejas, como cierre abrupto del vaso, presencia de trombo visible y fenómeno de "no/slow reflow",se configura una indicación IIa, nivel de evidencia C, según la directriz europea vigente13,27. Los resultados de los estudios citados traen un mensaje claro: cuanto sean mayores los riesgos, mayores serán los beneficios del fármaco. En general, se podrá utilizar cualquiera de los IG IIb/IIIa en pacientes de alto riesgo en vigencia de SCA sin supradesnivelamiento de ST sometidos a la estratificación invasiva precoz.
Síndrome coronario agudo con supradesnivelamiento de ST
Las SCA con supradesnivelamiento de ST también cambiaron la indicación para IIa (nivel de evidencia B) desde los últimos consensos europeo y estadounidense, para uso de abciximab, basado en metaanálisis como él de Kandzari et al.28. Al abordar los estudios de vanguardia ADMIRAL, RAPPORT, ISAR II y CADILLAC, dicho metaanálisis demostró que la variable más relevante fue la reducción expresiva de RLB en 30 días, además de su mantenimiento por seis meses en el grupo de pacientes que utilizó abciximab. Esta señalización tardía, por parte de los consensos, se debe tal vez a la dificultad de analizarse en conjunto los diferentes modelos de estudios y sus resultados (Fig. 3).
La ausencia de beneficios sobre la reducción de eventos mayores en el estudio CADILLAC, cuya administración de abciximab era concomitante a la ICP, contrasta con los resultados de los estudios RAPPORT y ADMIRAL. En estos últimos, el uso precoz del abciximab ocurrió en cerca del 25% de los pacientes, antes su llegada al laboratorio de hemodinámica, hecho que resultó mayor posibilidad de flujo distal TIMI III, lo que tal vez explique la discrepancia en los resultados28.
Montalescot et al.29 observaron en metaanálisis de seis estudios en SCA con supradesnivelamiento de ST (tres estudios con abciximab y tres estudios con tirofiban) el rol del uso precoz del IG IIb/IIIa (ambulancia o departamento de emergencia). Cuando comparado al uso en el laboratorio de hemodinámica, la administración precoz resultaba en mayor posibilidad de flujo distal TIMI III (20,3% vs 12,2% - razón de posibilidades 1.85, IC 95%, 1.26-2.71; p<.001) (Fig. 4). El uso precoz del fármaco, en ese análisis, resultó en una reducción del 28% en el riesgo relativo de muerte en relación al uso en sala de hemodinámica (4,7% vs 3,4%), aunque sin significancia estadística.
Dichos hallazgos también se confirmaron en el reciente estudio RELax AMI30. En este análisis 210 pacientes fueron randomizados en vigencia de SCA con supradesnivelamiento de ST sometidos a la ATC primaria con uso precoz de abciximab (sala de emergencia - promedio de 55 minutos previo a la ATC) o tardío (laboratorio de hemodinámica - promedio de 14 minutos antes de la ATC - p<0,001). Los desenlaces primarios incluían posibilidad de flujo epicárdico TIMI III, "blush" miocárdico grado 2-3 en la angiografía inicial y recuperación de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo con 30 días tras el evento. Todos los beneficios angiográficos ocurrieron con mayor frecuencia en el grupo precoz (Fig. 5), así como una mayor ganancia en la fracción de eyección (8 ±7% vs. 6 ±7% ; p = 0,02) con valores absolutos de 51 ± 9% precoz versus. 47 ± 10% tardío; p = 0,01, al final de 30 días.
Srinivas et al.31 publicaron recientemente un análisis observacional, utilizándose de datos del registro de angioplastias primarias del estado de Nueva York. Con más de siete mil pacientes tratados entre los años 2000 y 2003, con el 78,5% de uso de IG IIb/IIIa, la tasa de mortalidad hospitalaria cayó del 6,2% para el 3%. En la muestra evaluada, cerca del 30% de los pacientes utilizaron abciximab y el 46% recibieron tirofiban o eptifibatide. Lo que se trata de una sorpresa, ya que éstos tienen solamente la indicación IIb según el consenso de la AHA/ACC12. Más una vez, la dificultad de interpretar los distintos estudios parece ser responsable de esas particularidades respecto a la indicación del IIb/IIIa junto a la ICP primaria. En la experiencia de nuestro servicio, en Instituto Dante Pazzanese de Cardiología, en el período de 2002 a 2007, se utilizaron los IG IIb/IIIa en cerca del 5% de todas las angioplastias. En el IAM con supradesnivelamiento de ST, a su vez, se los utilizaron en el 30% de las angioplastias primarias.
Angioplastias primarias facilitadas
El estándar de referencia de tratamiento en las SCA con supradesnivelamiento de ST es la reperfusión rápida y eficaz del vaso blanco. Diversos estudios en la literatura han evidenciado la superioridad de la angioplastia primaria cuando comparada al fibrinolítico, si se la realiza en tiempo hábil. Sin embargo, en virtud de una serie de factores, difícilmente se alcanza esa meta (< 90 minutos). Así que surgió la idea del uso del fibrinolítico con o sin IG IIb/IIIa en la ambulancia o sala de emergencia, seguido de angioplastia para garantizar una reperfusión completa. Inicialmente, una serie de estudios piloto como TIGER-PA, ON TIME, Sk-EPTIFIBATIDE y SPEED (piloto do GUSTO-IV) mostraron, en su mayoría, un aumento de la tasa de reperfusión miocárdica, con reducción en la carga de trombo plaquetario, pero con aumento de sangramiento, sobre todo cuando combinado al uso de fibrinolítico32,33. El estudio GUSTO V, incluyendo a más de 15 mil pacientes, evaluó la asociación de abciximab y subdosis de reteplase contra dosis plena de este último, sin observar diferencia significativa para la tasa de mortalidad tras 30 días (5,6 x 5,9%) y un año (el 8,4% para ambos grupos); y aún con casi el doble de la incidencia de hemorragia intracraneal en la población con más de 75 años (2,1 vs 1,1)34. A pesar de haber más de 17 estudios en la literatura sobre este tema, dicha estrategia no comprobó sus beneficios clínicos todavía; por otra parte, los malos resultados de trabajos recientes, así como las tasas de hemorragia pueden decretar el fin de esta propuesta terapéutica.
Se publicó recientemente el aguardado estudio FINESSE, con 2.452 pacientes, mayor análisis ya realizado para comparar ATC primaria con angioplastia facilitada. El desenlace primario de mortalidad, fibrilación ventricular y/o insuficiencia cardiaca tras 90 días no resultó estadísticamente distinta entre las comparaciones -ATC primaria con IG IIb/IIIa en el laboratorio vs IG IIb/IIIa y media dosis de reteplase prelaboratorio; y IG IIb/IIIa prelaboratorio x IG IIb/IIIa y media dosis de reteplase prelaboratorio. Hubo mayor incidencia (p<0,005) de hemorragias mayores y menores, según el criterio TIMI, para los dos grupos de angioplastia facilitada -IG IIb/IIIa pre-ATC y media dosis de reteplase com. IG IIb/IIIa pre-ATC-, si comparados con ATC primaria. Esos resultados no traen demasiado optimismo para ese tipo de estrategia35.
Intervención coronaria percutánea en diabéticos
Otra población que puede despertar el interés de los investigadores es la de diabéticos, que, como se sabe, presenta el mayor grado de inflamación y disfunción endotelial. Cuadro éste que culmina en un ambiente propicio para el desarrollo de enfermedad arterial coronaria. Las plaquetas de esos pacientes se presentan más rígidas, sus membranas muestran menor viscosidad y presentan una mayor cantidad de receptores de la glicoproteína IIb/IIIa. Ese grupo de pacientes tiende a experimentar mayor tasa de mortalidad y de RLB en el primer año tras ICP si comparado a la población de no diabéticos36. Un subanálisis retrospectivo del EPISTENT, al abordar solamente la población de diabéticos, mostró reducción tardía de la RLB en el grupo que usó abciximab37; dicha hipótesis, sin embargo, no se confirmó en los desenlaces primarios del estudio ISAR-SWEET38, en lo que fueron randomizados 701 pacientes diabéticos y se los sometieron a ICP electiva para que recibieran abciximab o placebo. En ese estudio, la incidencia de muerte o IAM fue del 8,3% en el grupo abciximab, y del 8,6% en el grupo placebo, sin distinción estadísticamente significativa entre los grupos. Casi en simultáneo, el estudio DANTE39, al reestudiar con ultrasonido intracoronario a un grupo exclusivo de pacientes diabéticos, seis meses tras angioplastia electiva, no observó ningún efecto sobre la disminución de la tasa de reestenosis en el grupo que utilizó abciximab (Fig. 6).
Sin embargo, en una población de diabéticos de más alto riesgo, el uso de abciximab ya demostró impacto en la reducción de eventos. Montalescot et al.40, en reciente metaanálisis de SCA con supradesnivelamiento de ST, observaron incidencia cuatro veces mayor de muerte e IAM en diabéticos en relación a no diabéticos al final de tres años de seguimiento. La utilización del abciximab, en esta población diabética, presentó beneficio relevante sobre la reducción de desenlaces cardiovasculares.
Otro metaanálisis de seis estudios41, de esta vez en vigencia de SCA sin supradesnivelamiento de ST, demostró que pacientes diabéticos también presentan beneficio a través de la utilización de los IG IIb/IIIa. Entre más de seis mil pacientes incluidos, la terapia antiplaquetaria con IG IIb/IIIa apuntó reducción de mortalidad, tras 30 días, del 6,2% para el 4,6% (reducción relativa, 0,74; [IC95% 0,59-0,92]; p=0,007). A pesar de que estos estudios hayan observado una acción protectora para dichos pacientes, no existe hasta el momento ninguna indicación específica, según los consensos estadounidense y europeo para el uso de los IG IIb/IIIa precisamente en la población diabética.
Nuevas opciones
En búsqueda por el antitrombínico ideal para el tratamiento de las SCA, se probaron nuevos fármacos como, por ejemplo, el fondaparinux y la bivalirudina (inhibidores directos de la trombina), con mayor perfil de seguridad en relación con la incidencia de eventos hemorrágicos, cuando comparados a la terapia estándar que consiste en la asociación de heparina e IG IIb/IIIa junto a la ICP.
Se probó la bivalirudina, previamente utilizada sólo como alternativa a los pacientes que desarrollaran trombocitopenia inmune inducida por heparina, inicialmente en el estudio REPLACE 242. La bivalirudina, asociada al uso criterioso de IG IIb/IIIa, comprobó su no inferioridad ante la asociación de heparina no fraccionada (HNF) - IG IIb/IIIa en ICP electivas y de urgencia, con resultados equivalentes al final de un año, en todos los subgrupos evaluados, además de menor incidencia de hemorragias mayores en la fase intrahospitalaria (2,4% x 4,1%; p<0,001). Es importante resaltar la tendencia a la disminución de mortalidad en el grupo con bivalirudina, aunque sin significancia estadística (Fig. 7).
Los resultados del reciente estudio ACUITY6 demostraron la no inferioridad del uso aislado de la bivalirudina, cuando comparada a las asociaciones de HNF - IG IIb/IIIa y bivalirudina - IG IIb/IIIa en relación a eventos isquémicos y con reducción relevante de eventos hemorrágicos importantes en pacientes con SCA sin supradesnivelamiento de ST, independiente del uso de tienopiridínicos (Fig. 8). La confirmación de los datos en el subanálisis ACUITY-PCI43, aunque con cuestionamientos respecto a los grupos de pacientes que no utilizaron tienopiridínico pre-ICP y aquellos con troponina positiva, en que el uso aislado de la bivalirudina demostró tendencia a elevación del número de eventos isquémicos (sin significancia estadística) trae una nueva opción para el tratamiento de las SCA sin supradesnivelamiento de ST de alto riesgo (indicación IIA - nivel de evidencia B)44, específicamente cuando el riesgo de eventos hemorrágicos es significante (adultos ancianos, sexo femenino y bajo peso).
El fondaparinux, otro fármaco con acción directa sobre la trombina, también demostró superioridad cuando comparado a heparinas no fraccionada y de bajo peso molecular en los estudios OASIS-57 (SCA sin supradesnivel de ST) y OASIS-645 (SCA con supradesnivelamiento de ST), en relación con los desenlaces cardiovasculares mayores (muerte, IAM y accidente vascular encefálico) y, sobre todo, reducción relevante sobre la incidencia de hemorragias mayores y menores. Ambos estudios, juntos, incluyeron más de 20 mil pacientes, pero los resultados sobre la incidencia de ECM no resultaron transponibles para el grupo sometido a ICP. La incidencia de trombosis de catéter en el estudio OASIS-5 para el grupo con fondaparinux aislado se configuró muy superior al grupo con heparina de bajo peso molecular (1,3% vs 0,6%). Sin embargo, este problema parece resolverse si se añade otro fármaco con actividad anti-IIa (HNF o bivalirudina)44 durante la ICP, sin elevar el riesgo de sangramiento.
Conclusión
Ante las evidencias presentadas, el uso de los IG IIb/IIIa se volvió extremamente racional en los últimos años. Su utilización, en los días actuales, se restringe a las SCA con y sin supradesnivelamiento de ST (con marcadores de alto riesgo como troponina positiva), tomando en cuenta que los consensos todavía preconizan el uso del tirofiban y del eptifibatide para las estrategias inicialmente conservadoras. Las cuestiones de costo y la incidencia de eventos hemorrágicos, directamente relacionados al aumento de la tasa de mortalidad intrahospitalaria, abrieron paso para estudios con nuevos fármacos que mostraron resultados prometedores.
Algunas nuevas opciones de uso para los IG IIb/IIIa, como, por ejemplo, la utilización precoz del abciximab antes de la llegada al laboratorio de hemodinámica en las SCA con supradesnivelamiento de ST y el bolus único de eptifibatide en ICP electiva pueden justificar futuros cambios de las directrices. Al uso de los fármacos del grupo se debe añadir una dosis ajustada de HNF para ICP (promedio de 70UI/kg) a fin de disminuirse la posibilidad de eventos hemorrágicos. Casos bajo alto riesgo de complicaciones trombóticas, como en anatomías complexas (lesiones que contienen trombo), también se configuran como una alternativa al uso de esos fármacos. Se debe, todavía, corregir siempre que necesario las dosis de eptifibatide (Cl Cr < 50 ml/min) y tirofiban (Cl Cr < 30 ml/min) para insuficiencia renal. Si es la bivalirudina el anticoagulante de elección para a ICP, no se debe utilizar IG IIb/IIIa; a su vez, combinado al fondaparinux, el IG IIb/IIIa puede convertirse en una de las alternativas de asociación, si se realice la ICP precoz. A pesar de las recientes actualizaciones de los consensos, esos nuevos fármacos todavía no están disponibles para uso en Brasil.
Potencial Conflicto de Intereses
Declaro no haber conflicto de intereses pertinentes.
Fuentes de Financiación
El presente estudio no tuvo fuentes de financiación externas.
Vinculación Académica
No hay vinculación de este estudio a programas de postgrado.
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Inhibidores de la glicoproteína IIb/IIIa en la práctica clínica
Fechas de Publicación
-
Publicación en esta colección
04 Feb 2009 -
Fecha del número
Ene 2009
Histórico
-
Recibido
06 Dic 2007 -
Revisado
07 Ene 2008 -
Acepto
25 Ene 2008