Este artículo analiza autorretratos de Iberê Camargo, en particular los autorretratos de 1943 y de 1984. El tema del tiempo se manifiesta tanto en la cronología que diferencia dos concepciones de pintura como en la gestualidad que marca el ritmo y el desarrollo como categorías enunciativas de la pintura. Mientras que en el autorretrato de 1943 el ritmo es suave, casi etéreo, creando efectos de armonía e integración, en el cuadro de 1984 la gestualidad brusca acelera y confunde el tiempo de la pintura, resultando en un desarrollo veloz y en un efecto inacabado de imperfección. La inscripción del tiempo en la matéria prictórica transforma la representación y altera de esta forma la relación intersubjetiva entre observador y pintor.
autorretrato; Iberê Camargo; tiempo en la pintura