La crónica de Nelson Rodrigues, escrita del punto de vista del hombre común - en el disyuntiva del "pobre-hombre de traje único" - propicia la fundación de una voz fronteriza, entre lo banal y lo singular, y realiza la profesión de fé antiintelectualista y antirretórica, característica de la obra, en sus diversas modalidades. Rio de Janeiro, ciudad escaparate de Brasil durante las décadas de los 60 y 70, constituye el protagonista del texto y opera el lenguaje de modo a recriar sus espacios. El artista desdobla su imaginación totalizante en opuestas y simétricas dimensiones, la pornográfica y la mística, o la del erotómano y la del "convertido". La dramatización pública del "reacccionario" constituye, entonces, la respuesta del ritual y del sacrifício al "revolucionario de izquierda" de los años 60, en la práctica renovada de las formas totalizantes de pensamiento.
crónica; Río de Janeiro; Nelson Rodrigues