El V informe del IPCC (2014), en su capítulo referente a la mitigación, reconoce la permanencia de la desigualdad entre los países que se disputan la ocupación del espacio carbono. Revertir esta situación es, evidentemente, importante. Sin embargo, el foco de la G77+China no puede ser éste. Lo más importante es crear las condiciones necesarias para que los extraordinarios avances recientes en la capacidad de generación de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables y descentralizadas lleguen de forma masiva a los países en vías de desarrollo. Fortalecer las economías fósiles y construir hidroeléctricas nocivas para ecosistemas preciosos y frágiles es perennizar un camino de acceso a la energía que está siendo superado globalmente. Para América Latina, persistir en este camino significa profundizar la reprimarización de sus economías, distanciándolas todavía más de una sociedad de conocimiento. La burbuja de carbono, la desvalorización de los activos de las empresas convencionales de energía, junto con el avance exponencial de la capacidad de generación de renovables, abren condiciones inéditas para que la democratización del acesso a la energía, el avance de las innovaciones técnicas y sociales, y el respeto a los límites ecosistémicos estén orgánicamente integrados.
Cambio climático; desigualdades; gases de efecto invernadero; presupuesto carbono; burbuja de carbono; energias renovables
