Open-access ¿Agencia? Un concepto a considerar desde terapia ocupacional

Agência? Um conceito para ser considerado a partir da terapia ocupacional

Agency? A concept to be considered in occupational therapy

Resumen

A lo largo de los años, diferentes investigadores han tratado de definir el concepto de agencia. Sin embargo, ninguno ha desarrollado vínculos estrechos con la teoría que respalda la práctica de la terapia ocupacional. Esta situación ha impulsado la creación de este ensayo, el cual busca ser una aproximación teórica en la comprensión del cómo o por qué el ser llega al hacer. En este contexto, nos basamos en la condición humana y en los procesos que conducen a la adaptación ocupacional, a través de una contrastación y análisis de diversos marcos teóricos y de referencia utilizados en terapia ocupacional. Como conclusión, planteamos que la agencia es un componente esencial para comprender el por qué las personas participan (o no) de las diversas ocupaciones significativas presentadas en las intervenciones terapéuticas, pudiendo modular la motivación por la acción, generar el empoderamiento que conduce a la participación ocupacional y con ello, a la adaptación ocupacional a través del proceso volitivo y las fases de cambio.

Palabras clave:  Terapia Ocupacional; Práctica Profesional; Modelos Teóricos; Ciencias Bioconductuales

Resumo

Ao longo dos anos, diferentes investigadores tentaram definir o conceito de agência. No entanto, nenhum desenvolveu ligações estreitas com a teoria que respalde a prática em terapia ocupacional. Essa situação motivou a criação deste ensaio, que busca ser uma abordagem teórica para compreender como ou o porquê do fazer humano. Neste contexto, baseamo-nos na condição humana e nos processos que conduzem à adaptação ocupacional, através do contraste e análise de vários quadros teóricos e de referência utilizados na terapia ocupacional. Concluindo, propomos que a agência é um componente essencial para compreender porque as pessoas participam (ou não) das diversas ocupações significativas apresentadas nas intervenções terapêuticas, sendo capaz de modular a motivação para a ação, gerar o empoderamento que leva à participação ocupacional e, com isso, adaptação ocupacional através do processo volitivo e fases de mudança.

Palavras-chave:  Terapia Ocupacional; Prática Profissional; Modelos Teóricos; Ciências Biocomportamentais

Abstract

Over the years, different researchers have tried to define the concept of agency. However, none have developed close links to the theory behind the practice of occupational therapy. This situation has prompted the creation of this essay, which seeks to be a theoretical approach to understanding how or why being comes to doing. In this context, we are based on the human condition and the processes that lead to occupational adaptation, through a contrast and analysis of various theoretical and reference frameworks used in occupational therapy. In conclusion, we propose that agency is an essential component to understand why people participate (or not) in the various significant occupations presented in therapeutic interventions, being able to modulate the motivation for action, generate the empowerment that leads to participation occupational and with it, occupational adaptation through the volitional process and phases of change. Over the years, various researchers have attempted to define the concept of agency, yet none have established strong connections with the theoretical foundations of occupational therapy. This gap has led to the development of this essay, which offers a theoretical approach to understanding how and why being translates into doing. Grounded in the human condition and the processes that lead to occupational adaptation, we contrast and analyze multiple theoretical frameworks and reference models used in occupational therapy. We conclude that agency is a fundamental concept for understanding why individuals engage (or not) in meaningful occupations during therapeutic interventions. Agency can influence motivation for action, foster empowerment that promotes occupational participation, and, through the volitional process and stages of change, facilitate occupational adaptation.

Keywords:  Occupational Therapy; Professional Practice; Models; Theoretical; Biobehavioral Sciences

Introducción

Para iniciar me es importante destacar el objetivo de la terapia ocupacional (TO), el cual consiste en permitir que las personas participen en las actividades diarias con la mayor autonomía e independencia posible, teniendo en cuenta su cultura y comunidad (Labrador, 2004). Para lograr esto, se enfoca en la ocupación, que se refiere a las actividades cotidianas que las personas realizan individualmente, en familia y en comunidad para ocupar su tiempo y darle sentido y propósito a la vida (American Occupational Therapy Association, 2011). Sin embargo, existen diversas situaciones que tensionan este objetivo y que muchas veces se ven reflejadas en situaciones sociomateriales que se traducen en injusticias ocupacionales y vulneraciones sistemáticas de los derechos humanos.

En este sentido, como profesionales contamos con herramientas como el enfoque de la justicia ocupacional participativa, que se elaboró para sentar las bases de medidas reflexivas y colaborativas destinadas a abordar instancias de injusticia ocupacional (Whiteford et al., 2018), teniendo como objetivo el incluir socialmente en ocupaciones del diario vivir a todas las personas, sin importar las diferencias de edad, género, capacidades u otras características (Townsend & Whiteford, 2011; Townsend & Polatajko, 2007). Esto, por medio de la reflexión crítica, negociación colaborativa de las relaciones de poder, concentración en aspectos económicos, políticos y legales y la generación de optimismo y la esperanza de un mundo ocupacionalmente justo (Marchant Castillo, 2021b, 2022a).

No obstante, aun cuando el profesional ha implementado de manera óptima los elementos teóricos y con ello, las seis etapas del enfoque; despertar conciencia, involucrarse colaborativamente, mediar acuerdos, establecer estrategias para encontrar recursos, apoyar la implementación y evaluar el plan e inspirar abogacía (Whiteford et al., 2018), algunas personas no logran demostrar la autoabogacía y el empoderamiento necesario para mejorar su calidad de vida. Si bien, comprendemos que no todas las intervenciones aseguran los resultados esperados por los complejos escenarios en los cuales se desenvuelven las personas, se hace necesario reflexionar sobre lo que sucede cuando las personas no se encuentran en situaciones de injusticia ocupacional (Whiteford, 2000) y tienen la motivación, autonomía, independencia y otros recursos personales necesarios para participar en ocupaciones significativas, y estas deciden no hacerlo, incluso cuando los factores contextuales facilitan su participación.

Desde este marco es que considero que la agencia es un concepto que se debe tener en cuenta y que puede resultar de gran importancia para intervenir en las necesidades y retos previamente descritos, lo que justifica que la presente propuesta de análisis - que se estructura desde un proyecto doctoral en progreso, enmarcado en el FONDECYT nº1220081- busque encontrar respuestas en lineamientos teóricos externos a la profesión de terapia ocupacional y vincularlas a la misma.

¿Qué es Agencia?

A lo largo del tiempo, diversos autores han tratado de definir la agencia desde diferentes puntos de vista (Arendt, 1958; Levine, 2005; Biesta & Tedder, 2006, 2007), algunos autores han descartado el concepto por asumirlo como primitivo, careciente de desarrollo o eventualmente, la dificultad para precisarlo ha hecho que no se le preste la atención que merece (Emirbayer & Mische, 1998; Castón, 2011; Ávila Reyes et al., 2020). Dentro de los autores que han abordado el concepto tenemos aquellos como Lacan (1977), Giddens (1991), Schwartz et al. (2005) y Levine (2005) que califican la agencia como una capacidad o elemento interno, personal e hiper-individual, comparándolo al autocontrol que tiene una persona para ser el autor de las decisiones de su vida, que les permite la autorrealización y la autoinnovación para dar respuestas adaptativas que responden a las cambiantes demandas del mundo actual. Dicha capacidad se desarrollaría automáticamente por la participación constante de los desafíos de las sociedades modernas (Shanahan & Pychyl, 2007).

Por otra parte, Arendt (1958) ha contribuido a la definición de una agencia descentralizada, con la cual el logro de la agencia se da en función de la interacción con un otro. En esta línea, Vygotsky (1987) menciona que la agencia tendría tanto un plano intermental como un plano intramental de la funcionalidad; esto hace referencia a que las personas terminan por reproducir ciertas formas de prácticas colectivas (intermental) que moldean el funcionamiento de las personas en función de donde participan (o no), siempre y cuando hayan integrado el lenguaje (intramental) del contexto de participación (Leont’ev, 1959; Newman et al., 1989).

Por su parte, Bandura (2001) menciona que la agencia seria la reciprocidad entre los aspectos personales, conductuales y ambientales, siendo el individuo capaz de actuar intencionalmente en su funcionamiento y en las circunstancias de la vida, similar a la definición del concepto que plantean Emirbayer & Mische en 1998. Sin embargo, estos últimos destacan la importancia del compromiso construido temporalmente por actores de diferentes entornos estructurales, relacionales y temporales que, habitualmente imaginan, juzgan, reproducen y transforman las estructuras para dar respuesta a problemas situados históricamente.

A su vez, Biesta & Tedder (2006) establecen que la agencia no necesariamente sería sinónimo de tomar la iniciativa, si no que estaría vinculada a aquellas situaciones en las que las personas toman el control de sus vidas y orientan sus acciones según el sentido del deber, visualizándose como un proceso complejo en el que intervienen diversos agentes y significados (Galaz et al., 2019). Además, estos autores mencionan que las personas logran agencia cuando el resultado de su interacción con los esfuerzos individuales, los recursos disponibles y los factores contextuales y estructurales se unen en situaciones particulares y, en cierto sentido, únicas para cada persona (Biesta & Tedder, 2007).

Al leer esta breve descripción teórica sobre agencia, diversas personas relacionadas con la TO podrían identificar varios elementos que conforman las áreas del ámbito profesional (American Occupational Therapy Association, 2011). De hecho, esta narrativa se asemeja a la descripción del hacer, el que se constituye por la participación ocupacional, desempeño ocupacional y las habilidades ocupacionales de una manera continua y que cambia por la interacción constante entre los aspectos personales y el ambiente (de las Heras, 2015). De hecho, la elección de no participar o aplazar el inicio de una actividad la hemos de considerar como una forma de agencia deliberada, es decir, la persona ha decidido y se ha comprometido (de forma deliberada) a no llevar a cabo la actividad o posponerla por falta de un compromiso temporal con la tarea, impactando en su ambiente social. En este sentido, podemos decir que el compromiso hace referencia a un alto interés, un involucramiento personal con la tarea, el tema o los actores asociados a esta y, por ende, la motivación por realizarla (Eodice et al., 2016).

Desde TO, autores como Gómez-Antilef et al. (2020), Taff & Putnam (2022), Marchant Castillo (2023) y Álvarez Franco et al. (2023) han utilizado el concepto agencia en sus publicaciones disciplinarias, más no se han detenido a describirlo con detenimiento (Véase Tabla 1), por lo cual nos planteamos el propósito de llevar a cabo un análisis descriptivo sobre el significado de la agencia en la praxis de terapeutas ocupacionales.

Tabla 1
Utilización de agencia por terapeutas ocupacionales.

Para ilustrar de mejor manera la relación entre agencia y TO, se podría considerar el siguiente ejemplo: Una persona con discapacidad física, cuya agencia ha sido afectada y su modalidad de acción (Ávila Reyes et al., 2020) ha sido forzada al interactuar subordinadamente con las demandas sociales, puede trabajar con una terapeuta ocupacional para desarrollar las habilidades necesarias para llevar a cabo actividades cotidianas, como cocinar o vestirse de manera independiente. A medida que la persona adquiere estas habilidades, experimenta un aumento en su sentido de eficacia personal y un poder o dominio ambiental, lo que le permitiría cierto nivel de independencia, traduciéndose en un cambio en la modalidad de agencia a la hora de enfrentar los desafíos cotidianos.

Cabe señalar que los cambios en el comportamiento ocurren mediante pequeños pasos que son reconstruidos discursivamente por las personas, elaborados a partir del proceso de aprendizaje que han vivenciado al participar en una o varias situaciones. En otras palabras, el cambio ocurre cuando existen oportunidades de participar en experiencias subjetivas de aprendizaje (Chavez Rojas et al., 2023), por ejemplo; al pasar de la precontemplación del cambio de conducta, a la contemplación del cambio, a la preparación para la acción, al cambio en sí, y finalmente a su mantenimiento a largo plazo (Prochaska & Diclemente, 1982).

No obstante, si la persona no cuenta con una agencia (compromiso por actuar) que impacte en el contexto social significativo (Kar et al., 1999), difícilmente decidirá organizar las nuevas habilidades hacia acciones que promuevan un aumento en el rango de desempeño o un mayor grado de dominio sobre su ambiente de participación (Schell et al., 2016), ya que para lograr cambios en el comportamiento de los individuos, es necesario ir más allá de solo adquirir habilidades relevantes, conocimiento y práctica (Marchant Castillo, 2022b, Pick et al., 2007; Kabeer, 1999; Sen, 1999).

En esta línea, autores como Kirsch et al. (1995), Gilbert et al. (2000), Beyers et al. (2003), Lesch & Kruger (2004) y Kagitcibasi (2005) han concluido que la agencia es un elemento decisivo a la hora de reconocer el papel de uno mismo en el desarrollo de su propio bienestar, desarrollar la autonomía, facilitar la habilidad de comunicación entre personas usuarias y promotores de la salud, para asumir responsabilidad y trabajar aspectos sensibles como la sexualidad o el consumo problemático de sustancias. Considerándose un elemento necesario para la inclusión (Ávila Reyes et al., 2020) y el empoderamiento (Aspée et al., 2021; Pick et al., 2007) ya que impacta positivamente en la calidad de vida y la salud de las personas a través del mejoramiento de la relación entre el individuo y su entorno (Kar et al., 1999). De hecho, Barrantes (2019) menciona que los individuos de alta agencia son reconocidos por su valentía al retar sus suposiciones, creencias, agendas y prácticas para ejercer una influencia intencional en sus vidas, carreras y circunstancias de la vida.

Evidentemente esta pequeña aproximación no responde al objetivo planteado para este análisis teórico. No obstante, ofrece un punto de partida para fomentar la reflexión entre el estudiantado y profesionales de la TO, respecto al por qué, cómo, cuándo o para qué las personas actúan al participar en las actividades terapéuticas, ya que al comprender el nivel de compromiso que una persona tiene frente a una propuesta de intervención, podemos anticipar su motivación hacia la misma (Hernandez & Iyengar, 2001). En esta línea, Côté (1997) y Schwartz et al. (2005) refieren que la agencia tiene el potencial de superar desventajas socioeconómicas, lo que la convierte en un factor protector que ayuda a enfrentar y superar obstáculos que se presentan con mayor frecuencia en contextos vulnerables (Côté, 2002) o donde se aprecian situaciones de injusticia ocupacional (Marchant Castillo, 2019, 2020a, 2020b, 2021a), siendo una herramienta que apoya las intervenciones que las profesionales de la TO puedan efectuar.

Entendiendo la Agencia Desde la Terapia Ocupacional

Según Emirbayer & Mische (1998) la agencia consta de tres dimensiones:

La primera dimensión de la agencia se refiere a lo iterativo, que implica una mirada hacia las motivaciones del pasado en la que la persona se involucra en la combinación de factores personales y utiliza patrones de aprendizaje disponibles en su reserva cognitiva. Esta amplia dimensión se visualiza desde la terapia ocupacional al considerar la cultura donde está inserta la persona y los valores, intereses y motivaciones que fomentan la acción (a través de la agencia), y que están presentes en la rutina de cada ocupación. En otras palabras, abarca los elementos de dominio de la profesión (American Occupational Therapy Association, 2011). Esto brinda estabilidad y organización a los entornos sociales, permitiendo mantener roles, identidades, interacciones e instituciones a lo largo del tiempo (de las Heras, 2015).

El segundo concepto mira hacia el futuro y se refiere a la dimensión proyectiva, que implica la capacidad imaginativa de considerar diferentes posibilidades de acción en el futuro. Esta dimensión hace referencia a la capacidad de las personas de reconfigurar creativamente sus pensamientos y acciones de acuerdo a sus esperanzas, temores, motivaciones y deseos para el futuro. Dentro de esta dimensión, podemos observar el componente de desempeño, que implica evaluar de manera objetiva y subjetiva las demandas de nuestros proyectos de vida y ajustar las elecciones ocupacionales en función de nuestra motivación, identidad y competencia ocupacional actual (de las Heras, 2015).

El tercer elemento apunta hacia el presente en lo práctico evaluativo, que tiene que ver con el desempeño objetivo o lo observable a través de las habilidades; motoras, de procesamiento e interacción social de las personas. Estas habilidades permiten hacer juicios prácticos y normativos entre diferentes opciones de acción que responden a la motivación, demandas, dilemas y ambigüedades de las situaciones que surgen de la rutina, durante la participación en ocupaciones (American Occupational Therapy Association, 2011). Basado en esta conceptualización podemos apreciar que la agencia podría mediar entre la motivación y la acción, y que dicha relación sería una acción deliberada y consciente frente a la (no)participación de una situación. Esto vendría a tensionar aquellas explicaciones basadas en modelos de respuesta ideo-motoras en las que, la respuesta se describe como el producto de una reacción a un estímulo (De Luca Picione et al., 2019).

Es importante resaltar que esta propuesta no se lleva a cabo de manera arbitraria, sino que se basa en la definición de Fries (2008), Haggard & Chambon (2012), Papies & Aarts (2011) y Powell et al. (2010), quienes mencionan que la agencia surge de la unión (antes, durante y posterior a la acción) entre la elección, ejecución y control de las acciones, con sus consecuencias en el mundo. Esto se suma a lo establecido por Castañeda y Peñalosa (2016), quienes vinculan la agencia con la volición, y a los hallazgos de Schwartz et al. (2005), quienes plantean que la agencia de las personas se relaciona de manera positiva con la capacidad de exploración, el compromiso flexible y la toma de decisiones intencionadas, los cuales son indicadores del estado de logro, que, finalmente se visualizan en el empoderamiento de una persona al impactar en el entorno social (Pick et al., 2007).

Profundizando en la Relación entre Agencia y Terapia Ocupacional

Con el fin de profundizar en la relación agencia - TO, me centro en el Modelo de Ocupación Humana (Kielhofner, 2011), debido a que este posee la conceptualización del proceso volitivo, un elemento fundamental para situar la agencia dentro de las trayectorias de las personas que reciben apoyos de profesionales de TO. El proceso mencionado consta de cuatro etapas, las cuales se basan en las ideas y definiciones de de las Heras (2015) principalmente:

Exploración

En esta etapa las personas participan de ambiente nuevos en los cuales pueden poner en práctica diversas habilidades, pudiendo articular – lo que llamo- el potencial agentivo, que será entendido como el cúmulo de aprendizajes y vivencias pasadas que están presentes en cada persona (Biesta & Tedder, 2007). En este momento, las personas suelen poseer una agencia con modalidades limitadas, ya que se carece de conocimientos previos para ejercer un dominio de los nuevos contextos de participación, recurriendo a intervenciones/estrategias superficiales que no impactan significativamente en el ambiente social (Castañeda & Austria, 2013).

Interpretación

En este momento las personas analizan una situación específica a través de la reflexión de la experiencia de agencia (Haggard & Chambon, 2012; Papies & Aarts, 2011), basándose en su desempeño objetivo (al poner en práctica sus habilidades) y en su experiencia personal (desde el cuerpo vivido). Lo que a su vez, permite que -el llamado- potencial agentivo se visualice a través de esquemas que los actores reconocen, ubican e implementan por medio de patrones corpóreos y cognitivos utilizados en las transacciones situadas (Emirbayer & Mische, 1998).

Anticipación

En este punto las personas se anteponen a los posibles resultados de sus acciones, teniendo la oportunidad de ajustar la modalidad de agencia en función de los esfuerzos individuales, los recursos disponibles y la interacción con los factores contextuales y estructurales del entorno en el que se encuentran. En otras palabras, lo que la persona decide y se compromete a enfrentar de algún modo en particular, dando lugar a aprendizajes derivados de diversas situaciones experimentadas en la participación de un conjunto de circunstancias y eventos situados histórica, cultural y socialmente (Clarà, 2013; Biesta & Tedder, 2007).

Elección

En este momento la persona, basándose en la volición, la reflexión y los aprendizajes de la etapa anterior, decide si desea volver a participar en la ocupación. Según Labonte (1994) y Sen (1997), la agencia cumpliría un rol importante a la hora de elegir y transformar las vidas y los factores contextuales; institucionales, políticos, económicos y gubernamentales, que facilitan o inhiben la acción. En este sentido, si la persona ha tenido una experiencia positiva, es probable que su compromiso con la ocupación se mantenga y decida participar nuevamente. Sin embargo, si se ha tenido una experiencia negativa, es posible que el compromiso disminuya y por ende, se decida y elija (deliberadamente) rechazar la oportunidad de participar nuevamente (Marchant Castillo, 2023).

Desde este proceso volitivo, se definen tres etapas del cambio (Kielhofner, 2011), que se podrían equiparar con los niveles de agencia propuestos por Figueiras y colaboradores en el 2018;

La primera etapa llamada exploración cuenta con un nivel de agencia bajo (Figueiras et al., 2018), ya que la persona empieza a aprender sobre sus habilidades en nuevos ambientes de participación, sus preferencias y valores a través de la articulación del potencial agentivo, el cual es expresado en -lo que llamo- respuesta agentiva exploratoria. Este término hace referencia a la capacidad de los actores para recordar, seleccionar y aplicar esquemas de acción que han desarrollado a través de interacciones pasadas, las cuales pueden ser valoradas y clasificadas en función de las diversas formas de experimentar el mundo (Emirbayer & Mische, 1998).

La segunda etapa llamada competencia cuenta con un nivel de agencia medio (Figueiras et al., 2018), en el cual ocurren las valoraciones y clasificaciones que permiten el asentamiento de los conceptos explorados (pasado), tratando de cumplir las demandas ambientales de forma óptima, desarrollando nuevas habilidades (presente), las que se organizan en hábitos que sustentarán el desempeño ocupacional (futuro). Esto puede ser significativo en los procesos terapéuticos ya que la forma en la que las personas hablan sobre sus orientaciones hacia el pasado, presente y el futuro representa un factor importante en la agencia (Emirbayer & Mische, 1998). En esta etapa, propongo la incorporación del concepto respuesta agentiva, que representaría el nuevo patrón de respuesta establecido en función de la motivación y el compromiso por cumplir con las demandas ambientales y/o con las expectativas del rol (de las Heras, 2015; Vähäsantanen, 2015). El nuevo patrón se establece luego de haber valorado los resultados de la respuesta agentiva exploratoria.

La última fase conceptualizada como logro posee un nivel de agencia alto (Figueiras et al., 2018), ya que es la instancia en que las personas adquieren un alto grado de reflexión, habilidades y hábitos suficientes que les permiten participar y mantener un patrón estable al obtener pericia en los contextos de participación y resultados excepcionales en sus objetivos (Chavarría, 2016). En esta fase, propongo la existencia de una identidad con agencia, ya que la respuesta agentiva ha cumplido satisfactoriamente con la demanda ambiental y ha sido consistente y coherente con la expectativa del rol, en otras palabras, se ha alcanzado la adaptación ocupacional (de las Heras, 2015). Incluir este nuevo elemento teórico promueve una conceptualización de agencia de forma integral y no reproduce la tradicional conceptualización de agencia competente (Castón, 2011). De igual forma, esta propuesta contribuye en la reformulación del concepto de identidad habilitante (Chávez et al., 2022), pues busca integrar mayores elementos personales y contextuales que permitan visibilizar la postura subjetiva del hablante en su proceso de adaptación ocupacional (López Martín, 2019; Moreno Benítez, 2020) y no tan solo ser el resultado de la capacidad que tienen las personas para actuar de manera competente al abordar las demandas del ambiente social y físico.

Conclusión

A partir de esta articulación teórica es que me atrevo a mencionar que la agencia no puede reducirse a un atributo aislado del individuo o del medio (Wertsch et al., 1993), si no que implica el compromiso situado temporalmente que una persona adquiere al llevar a cabo tareas, actividades y ocupaciones específicas relacionadas con ciertos roles significativos. Este compromiso se basaría en los recursos y factores personales que se combinan en una situación (Clarà, 2013), y se manifiesta en diversas modalidades a lo largo de la rutina y los hábitos (Barrantes, 2019), pudiendo generar tensiones y cambios en las relaciones existentes con el entorno físico y social con el objetivo de empoderar a la persona, grupo o comunidad, y mejorar la participación y el desempeño en dicho contexto espacio-temporal particular. Esto se lograría gracias a la integración del discurso intramental al intermental (Wertsch et al., 1993) que resulta del desarrollo de procesos volitivos en la participación de experiencias subjetivas de aprendizaje (Chavez Rojas et al., 2023), permitiéndoles a las personas ganar autonomía para realizar (deliberadamente) elecciones ocupacionales (Castañeda et al., 2014), estructurar y crear medios ambientes que optimicen el aprendizaje y posibiliten las alternativas de transformación, tanto en el entorno como en sí mismos, promoviendo la salud mental y la calidad de vida de los individuos (Loyola Gaete et al., 2024; Tejada, 2005).

Como profesional de la terapia ocupacional es relevante destacar la pertinencia y la inclusión de la agencia dentro de los procesos formativos y de intervención ya que, a medida que se ejerce activamente, se demuestra la capacidad de transformar las prácticas sociales y los lenguajes utilizados dentro de dichas prácticas. En este sentido, es necesario reconocer que la agencia es un factor protector que permite el logro de la función humana en su máximo esplendor a través de la disminución de las brechas sociales y las injusticias ocupacionales (Pick et al., 2007), ya que permite responder a las restricciones y crear críticamente respuestas a las situaciones problemáticas (Biesta & Tedder, 2006; Priestley et al., 2015) en las que se reivindican y valoran las resistencias legítimas que emergen a través de diversas modalidades de agencia, las cuales buscan hacer espacio a la autoabogacía de las personas frente a los contextos que producen y reproducen las injusticias ocupacionales (Marchant Castillo, 2020a).

De esta forma y basado en lo postulado por Chapela & Cerda (2010), un sujeto saludable sería aquél que puede agenciar soluciones a problemas individuales y colectivos. De esta forma, el logro de una persona saludable podría traducirse en una persona que ha logrado desarrollar una identidad con agencia, como resultado de su trayectoria de empoderamiento (Wallerstein, 2006) y de la facilitación de procesos volitivos en los que se cumplan las fases de exploración, competencia, logro y la ansiada adaptación ocupacional. Y, si bien la situación sociocultural desempeña un papel crucial en la configuración de las experiencias subjetivas de aprendizaje, constituyendo una de las principales razones por las cuales la promoción del hacer resulta tan desafiante en la práctica profesional, se observa claramente que una de las claves para propiciar estos cambios radica en la creación de entornos que fomenten la apropiación de diversos medios, distintos a aquellos que las personas emplearían en circunstancias alternas (Wertsch et al.,1993), permitiendo que las personas puedan involucrarse de forma activa en los procesos de cambio hacia la construcción de una sociedad democrática, solidaria y justa (Whiteford, 2000).

Por último, es importante resaltar que la agencia se ejerce en función de las condiciones situadas del contexto local, los discursos dominantes, los artefactos físicos, las circunstancias materiales, las relaciones de poder, las culturas laborales y los posicionamientos ideológicos (Castro, 2011; Etelapelto et al., 2013). Por lo cual, podemos afirmar que descuidar la agencia, tanto en su dimensión iterativa, proyectiva o practico- evaluativa, tendría el resultado negativo en el que, incluso si hay motivación y factores ambientales que fomenten la participación de una persona, ésta (deliberadamente) tome la decisión de no realizar la actividad u optar por desvincularse del profesional y del proceso terapéutico. Claramente, este factor puede ser uno más, con una valoración menor o mayor en cada persona según su volición, pero sin duda contribuye significativamente en el entendimiento de la condición humana y en la praxis de terapeutas ocupacionales que buscan un puente para lograr la adaptación ocupacional entre el ser, - la agencia - y el hacer.

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Editado por

  • Editora de sección
    Profa. Dra. Ana Paula Serrata Malfitano

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    04 Nov 2024
  • Fecha del número
    2024

Histórico

  • Recibido
    08 Mar 2024
  • Revisado
    06 Jun 2024
  • Acepto
    09 Ago 2024
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