Resumen
La población de jóvenes y adolescentes representa un conjunto crítico de la población global. Su importancia para una agenda de desarrollo no se debe a la cantidad, sino a otro tipo de problemas que favorecen la reproducción intergeneracional de la pobreza y consolidan brechas de desigualdad que acentúan los procesos de “desinstitucionalización” y “desocialización”, entre otros: sistemas educativos insuficientemente adaptados al mundo del trabajo actual o a la escolarización masiva de jóvenes provenientes de hogares vulnerables, mercados de trabajo precarios a los que muchos jóvenes se incorporan con baja calificación, o condiciones socioambientales que afectan gravemente las condiciones de salud de jóvenes de barrios marginales. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible marcan con claridad el sendero a transitar en los próximos años, así como también resaltan la necesidad de innovación y fortalecimiento de las políticas públicas para asegurar “que ningún joven será dejado atrás”. La Agenda 2030 representa una oportunidad única para que el Estado, el sector privado, la sociedad civil y el sistema de cooperación internacional aprovechen sinergias positivas para mejorar la calidad de vida de la población joven.
Adolescentes; Objetivos de Desarrollo Sustentable; Políticas públicas; Formulación de políticas; Políticas de salud