Resumen
Las escuelas médicas deben incorporar la enseñanza del profesionalismo al currículo para asegurar que las próximas generaciones de médicos estén preparadas para una práctica profesional compasiva, humana y ética, adecuada a los intereses de la sociedad en un mundo con demandas cada vez mayores y en constante cambio. La mayor contribución de este estudio es mostrar el deficiente desempeño de los pasantes en los aspectos jurídicos y de soporte de las situaciones abordadas. Los datos se muestran a favor de una política de capacitación institucionalizada como un primer paso para que el sector de salud priorice la competencia en atención a la salud de las víctimas de violencia relacionada al genero y a la sexualidad no heterosexual.
Educación médica; Atención a la salud; Sexualidad; Identidad de género; Competencia clínica