Se plantea la discusión de algunas cuestiones acerca de las acciones educativas en salud a partir de la propuesta contenida en el material del Programa de Atención Integral a la Salud de la Mujer (PAISM), publicado en la década de 80, elaborado e implementado con importante participación del movimiento feminista. Se abordan los avances traídos por la participación del movimiento social en la elaboración e implantación de políticas de salud, al lado de las dificultades asistenciales que incluso esta participación al fin y al cabo suscita. Se concluye que el programa no dejó de afrontar y demostrar los riesgos y posibilidades en la incorporación de las cuestiones del poder, sea por referencia a las cuestiones hombre-mujer en la sociedad, sea por referencia a las relaciones medicina-mujer, en el interior de las instituciones de salud, trayendo una importante cuestión ético-política al interior de las instituciones. La posible traducción técnica de esa cuestión - posibilidad histórica y socialmente planteada - se demostró, sin embargo, rozada por conflictos y dilemas entre el ético-político y el científico-tecnológico, como la dificultad de componer calidad y cantidad, saber técnico y saber popular y de cuestionar las relaciones de poder en el interior de las instituciones de gran autoridad técncica y moral en la sociedad.
salud de la mujer; instituciones de salud; educación en salud