La escritura es la forma principal utilizada para la producción y difusión de conocimientos. Su papel en la comunicación es ya un consenso. Por su parte en la creación, sin embargo, la escritura se abre a un campo de posibilidades que la Universidad hace una recuperación al menos escasa. Este artículo pretende introducir un espacio de diluición de las figuras tradicionales de escritura - como el yo que escribe y los regímenes inmutables de significado - a fin de escuchar la expresión, con la creencia en la posibilidad de reunir las funciones de la ciencia con la calidez de la escritura. La contribución a la escritura académica es similar, pues, un golpe inesperado cuando todo parece ser demasiado claro. Es la aparición de numerosas posibilidades de experimentar con la palabra, a través del cual la escritura académica puede investigar sus zonas informes.
Escritura; expresión; experimentación