JUSTIFICATIVA Y OBJETIVOS: Existen controversias sobre la eficacia de la toxina botulínica con relación al anestésico local para infiltración de puntos-gatillo. El objetivo de este estudio es comparar el efecto analgésico de la toxina botulínica con el de la bupivacaína, para infiltración en puntos-gatillo de síndrome miofascial crónica. MÉTODO: Fueron evaluados 20 pacientes, divididos en dos grupos. Los pacientes del G1 (n = 10) recibieron 25U de toxina botulínica y los del G2 (n = 10), bupivacaína a 0,25%, de un a tres puntos-gatillo, siendo 0,5 mL por punto. Los pacientes fueron evaluados semanalmente, durante 8 semanas. Fueron asociados 35 mg de orfenadrina, y 300 mg de dipirona, a cada 8 horas, los pacientes fueron sometidos a estimulación eléctrica transcutánea, dos veces por semana, durante 1 hora por sesión. La intensidad del dolor fue evaluada a través de la escala numérica verbal y la calidad de la analgesia, por el paciente, en los momentos cero (antes de la inyección), y después de 30 minutos, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8 semanas. Los resultados fueron sometidos al análisis estadístico (Mann-Whitney y Exacto de Fisher). RESULTADOS: Después de 30 minutos de la aplicación y con 1 y 4 semanas, la intensidad del dolor en el G1 fue menor que en el G2. Después de 2, 3, 5, 7 y 8 semanas de la infiltración, no hubo diferencia significativa entre los grupos. La calidad de la analgesia fue considerada mejor por los pacientes del G1 que del G2, excepto después de 2 semanas. CONCLUSIONES: El efecto analgésico fue mejor con toxina botulínica (25U) que con bupivacaína a 0,25% para infiltración de puntos-gatillo.