RESUMEN
En los años 1960 y 1970, el teatro argentino experimenta casi simultáneamente un interés por lo documental y lo político, como también por la experimentación e hibridación de las formas. Su desarrollo condujo más tarde al teatro autobiográfico de las décadas 1980-1990 y al biodrama de los 2000. Una obra destacada que se inscribe en esas tradiciones es Mi vida después, de Lola Arias. Analizando el modelo de actuación de esta obra, proponemos y estudiamos la figura del actor-documento y su aporte particular al teatro contemporáneo; un actor que pone en crisis las nociones de ilusión y mímesis y que tensiona los límites entre ficción y realidad al moverse en una zona de oscilación constante entre presencia y representación.
Palabras clave:
Actor-Documento; Presencia; Representación; Teatro Documental; Performance