El mercado de trabajo en los últimos años ha dado señales de recuperación, destacándose la mayor formalización de los empleos. La población económicamente activa, en el concepto amplio del IBGE, se distribuye entre el mercado de trabajo por cuenta ajena, que abarca a los empleados de estabelecimiento, el servicio doméstico remunerado y los desempleados, y el trabajo por cuenta propia, que abarca a los trabajadores autónomos, los miembros de sus familias que trabajan sin remuneración, los empleadores y los trabajadores en la producción agrícola para el consumo propio y en la autoconstrucción. En el mercado de trabajo por cuenta ajena, la mujer presenta mayores tasas de desempleo e informalidad en el vínculo del empleo. En el trabajo por cuenta propia, la presencia femenina es mayor entre los no remunerados y en la producción agrícola para consumo propio, mientras que los hombres tienen mayor participación entre los autónomos y los empleadores. El mercado de trabajo por cuenta ajena abarca dos tercios de la PEA y, recientemente, ha crecido más fuertemente que el por cuenta propia. En el mercado de trabajo por cuenta ajena, el empleo formalizado ha crecido más fuertemente que el informal. La participación de la mujer se ha ampliado en los dos tipos de trabajo, pero las diferencias de ingresos por sexo continúan siendo muy grandes. A pesar de la mayor participación, las mujeres continúan segregadas en ocupaciones de menores ingresos, tanto en lo mercado de trabajo por cuenta ajena como en el trabajo por cuenta propia.
Mercado de trabajo; Rendimientos; Género; Escolaridad
