RESUMEN
En el curso del siglo XVIII, los frailes del convento mercedario de Quito organizaron una serie de cuestaciones a lo largo de todo el continente americano y parte de Europa, valiéndose para esto de una imagen milagrosa de la Virgen de la Merced, que pronto llegaría a ser conocida como la “Peregrina de Quito”. Como resultado de estos viajes, la advocación quiteña alcanzó una amplia difusión en territorios muy diversos y distantes entre sí, materializándose su culto en un vasto conjunto de novenas, medallas, estampas y otros objetos devocionales. El objetivo de este trabajo consiste en analizar el recorrido material y simbólico de esta imagen en sus múltiples desplazamientos por tierras americanas y europeas, así como los mecanismos de difusión y consolidación de esta devoción a lo largo de todo su peregrinaje.
Palabras clave:
Virgen Peregrina de Quito; devoción mariana; religiosidad; circulación de imágenes; América colonial