RESUMEN
Introducción: Las pérdidas cognitivas se encuentran entre los eventos más prevalentes en la población anciana y pueden causar déficits funcionales. Entre las alternativas de prevención y tratamiento no farmacológico disponibles, el aumento de los niveles de condición física funcional se presenta como una estrategia importante que sugiere mejoras en la función física y cognitiva de los ancianos, desencadenada por la práctica de ejercicios.
Objetivo: Determinar el poder predictivo de los indicadores de aptitud funcional y establecer sus puntos de corte como discriminadores del deterioro cognitivo en adultos mayores.
Métodos: La muestra estuvo compuesta por 310 ancianos que respondieron un cuestionario que comprendía información sociodemográfica, hábitos de vida, hospitalización en los últimos 12 meses, presencia de comorbilidad y el Mini-Examen del Estado Mental. La condición física funcional se evaluó utilizando la fuerza de agarre manual (FAM) y las pruebas de sentarse y levantarse de una silla. Para identificar predictores de deterioro cognitivo, se adoptó el análisis de curvas Receiver Operating Characteristic (ROC), con intervalo de confianza del 95% (IC95%). Posteriormente se identificaron los puntos de corte con sus respectivas sensibilidades y especificidades. Los análisis se realizaron respetando el nivel de significancia del 5%.
Resultados: Se observó que algunos indicadores de aptitud funcional mostraron un Área Bajo la Curva (ABC) significativa, y la prueba de sentarse y pararse (ABC=0,72; 95%IC: 0,64-0,77) mostró los mejores resultados. Los mejores puntos de corte para el test FAM y el sit-and-stand test fueron 18,8 kgf y 8 repeticiones, respectivamente.
Conclusión: Los resultados del presente estudio permiten concluir que el test sit-to-stand es moderadamente eficiente para discriminar la presencia de deterioro cognitivo en adultos mayores. Nivel de Evidencia III; Estudio Transversal.
Descriptores:
Desempeño Físico Funcional; Disfunción Cognitiva; Salud del Anciano; Atención Primaria de Salud; Salud Pública