RESUMEN
Introducción:
Actualmente varios protocolos de entrenamiento de fuerza vienen siendo probados en la búsqueda de adaptaciones sistémicas para mejorar la funcionalidad en adultos mayores. Con este propósito, ejercicios integrados y dirigidos hacia el perfeccionamiento de movimientos esenciales pueden ser una estrategia interesante para mejorar el rendimiento en las actividades diarias.
Objetivo:
Comparar los efectos de ocho semanas de entrenamiento funcional con ejercicios de fuerza tradicional sobre la aptitud física de ancianas.
Métodos:
Treinta y dos ancianas fueron divididas en los grupo entrenamiento funcional (EF, n = 16) y entrenamiento tradicional (ET n = 16). Para la verificación de las respuestas funcionales se utilizó la batería Senior Fitness Test, además de pruebas complementarias de fuerza y de potencia muscular. Los datos fueron analizados a partir de una ANOVA 2x2 con prueba post hoc de Sidak para verificar las diferencias entre los grupos.
Resultados:
Al final de las ocho semanas, cuando se comparó con el grupo ET, el grupo EF mostró aumentos significativos en las variables equilibrio/agilidad (p = 0,01; +7,6%), fuerza de las extremidades inferiores (p = 0,04; +15,3%), la fuerza de las extremidades superiores (p = 0,05; +11%) y la capacidad cardiorrespiratoria (p = 0,05; +10,7%). No obstante, con respecto a las pruebas de flexibilidad, pruebas convencionales de fuerza dinámica máxima y potencia muscular no fueran verificadas diferencias estadísticamente significativas entre los grupos.
Conclusiones:
Ambas intervenciones son eficientes para mejora de la aptitud física de las personas mayores sedentarias; sin embargo, el entrenamiento funcional induce mejores respuestas adaptativas a la funcionalidad en comparación con el entrenamiento tradicional. Nivel de Evidencia I; Ensayo clínico Aleatorizado.
Descriptores:
Envejecimiento; Actividades cotidianas; Ejercicio