La enfermería ocupa un lugar singular entre las profesiones de salud,. Se distingue tanto por su importancia numérica, como por la práctica profesional, casi exclusivamente femenina. Desde el punto de vista cultural, cuidar es tarea de mujer (enfermera, madre, profesora, asistente social, etc.): tratar es tarea de hombre (médico, padre, provedor). La dicotomía entre cuidar y tratar define otros conflictos de relación de poder y jerarquía que se establecen en la práctica profesional de la enfermería. Tales conflictos pueden ser asociados: a) al mito fundador de origen de la enfermería, generador de una moral y de una rivalidad que condicionan la práctica profesional; b) la femineidad, la maternidad, la gestión de la intimidad y los cuidados de los cuerpos, o sea, las representaciones sociales de la enfermería en relación a la condición de género; c) al carácter androcéntrico de las relaciones de poder y de sexualidad que están subyacen en el espacio profesional.
Género; Identidad; Enfermería; Poder