Resumen
El 30 de octubre de 1983, la sociedad argentina acudió a las urnas de modo masivo. La campaña electoral se había presentado como un momento de ruptura con la dictadura instalada en 1976. El Partido Comunista de la Argentina (PCA), como los demás del arco político, presentó sus propias candidaturas constituyéndose como una alternativa para las categorías legislativas y para los ejecutivos provinciales, municipales y comunales. Dentro del abanico de las izquierdas, fue el más votado, aunque los resultados fueron insignificantes y sólo alcanzó concejalías en algunas localidades pequeñas. El artículo indaga en el proceso de búsqueda de la legalidad y la subsecuente campaña de afiliación que llevó adelante el PCA y reconstruye la promoción de una alternativa electoral que buscó interpelar a las y los trabajadores, la juventud y las mujeres de modo particular.
Palabras clave
Partido Comunista de la Argentina; elecciones; transición democrática; mujeres; juventudes
Resumo
Em 30 de outubro de 1983, a sociedade argentina foi às urnas em massa. A campanha eleitoral havia sido apresentada como um momento de ruptura com a ditadura instalada em 1976. O Partido Comunista da Argentina (PCA), assim como o restante do espectro político, apresentou suas próprias candidaturas, constituindo-se como uma alternativa para as categorias legislativas e para os executivos provinciais, municipais e comunais. Dentro do espectro de esquerda, foi o partido mais votado em todas as jurisdições, embora os resultados tenham sido insignificantes e só tenha conquistado assentos no conselho em algumas pequenas localidades. O artigo explora o processo de busca da legalidade e a subsequente campanha de afiliação realizada pelo PCA e reconstrói a promoção de uma alternativa eleitoral que buscava atrair os trabalhadores, os jovens e as mulheres, de modo particular.
Palavras-chave
Partido Comunista da Argentina; eleições; transição para a democracia; mulheres; jovens
Abstract
On 30 October 1983, Argentine society went to the polls en masse. The election campaign had been presented as a moment of rupture with the dictatorship installed in 1976. The Communist Party of Argentina (PCA), like the rest of the political spectrum, presented its own candidacies, constituting itself as an alternative for the legislative categories and for the provincial, municipal and communal executives. Within the left-wing spectrum, it was the most voted party in all jurisdictions, although the results were insignificant and it only won council seats in a few small localities. The article explores the process of seeking legality and the subsequent affiliation campaign carried out by the PCA and reconstructs the promotion of an electoral alternative that sought to appeal to workers, youth and women, in particular.
Keywords
Communist Party of Argentina; elections; transition to democracy; women; youth
Introducción
El 30 de octubre de 1983, la sociedad argentina acudió a las urnas de modo masivo en las grandes ciudades y en los más recónditos lugares del país. Los meses previos habían estado signados por la presencia de una campaña electoral que se presentaba como momento rupturista con el régimen dictatorial instalado en 1976. Sin embargo, el escenario era profundamente complejo: no sólo las ausencias y los gritos de “aparición con vida”3
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Aparición con vida fue la consigna con la que las organizaciones de derechos humanos y los familiares de las personas desaparecidas durante la dictadura (fundamentalmente sus madres agrupadas en la asociación Madres de Plaza de Mayo) pusieron en agenda para reclamar por los crímenes del terrorismo de estado. Ver SCOCCO, 2021.
contradecían las posibilidades de un clima festivo; sino que, además, las actitudes de las Fuerzas Armadas (FFAA) advertían que esa ruptura sería conflictiva (FRANCO, 2015FRANCO, Marina. La “transición a la democracia” en Argentina frente a las cristalizaciones de la memoria. Caravelle. Cahiers du monde hispanique et luso-brésilien, n. 104, 2015. doi: https://doi.org/10.4000/caravelle.1602.
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).4
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Los principales debates en torno a la transición a la democracia fueron recuperados en los diferentes capítulos de Democracia, hora cero (FRANCO; FELD, 2015), aunque su temporalidad forma parte de un debate más amplio que aún se encuentra en desarrollo (ALONSO, 2018).
La preocupación de los actores pro-democráticos de la sociedad civil estuvo centrada en el problema de los condicionamientos del poder militar y se produjo un abanico de posiciones al respecto. A su vez, las violaciones de los derechos humanos, en el marco de visibilidad de las denuncias, también se constituyeron como un eje fundamental en esta coyuntura. Por su parte, las vías de solución a la crisis económica fueron un tópico insoslayable de las agendas partidarias. El triunfo del candidato de la Unión Cívica Radical (UCR), Raúl Alfonsín, estuvo condicionado por la centralidad de los derechos humanos como eje de campaña, el proceso de reconfiguración de ese partido y la relativa crisis del Partido Justicialista (PJ). La performance electoral de las fuerzas de izquierda fue, en contraposición, extremadamente pobre, y las dirigencias y militancias señalaron la polarización entre las dos fuerzas políticas mayoritarias como fundamental causa de aquellos resultados.
La búsqueda de la legalidad, las posiciones en torno a cómo sería la nueva democracia, el balance sobre el pasado, las alternativas de construir un proyecto unitario con otros sectores y partidos y los desplazamientos discursivos en torno a las consecuencias del arrebato imperialista como uno de los problemas de la democracia configuraron la propuesta política del Partido Comunista de la Argentina (PCA). Como los demás del arco político, presentó sus candidaturas al ejecutivo nacional, pero un mes antes de las elecciones decidió bajarlos y apoyar a la fórmula del peronismo. Las y los comunistas sólo fueron una opción para las categorías legislativas y para los ejecutivos provinciales, municipales y comunales. Dentro del abanico de las izquierdas, resultó el más votado en todas las jurisdicciones, aunque los resultados fueron insignificantes y sólo alcanzó concejalías en algunas localidades pequeñas o muy pequeñas.
En cuanto a los resultados electorales, como veremos en el desarrollo de este artículo, en el Ejecutivo nacional, el radicalismo (52%) y el peronismo (40%) fueron elegidos por más del 90% de los votantes. El porcentaje restante se dividió entre formulas muy minoritarias, entre las cuales el Partido Intransigente (que ocupó el tercer lugar con el 2,5% de los votos) fue el principal representante de la izquierda en las presidenciales.5 5 Elaboración propia en base a los datos del Ministerio del Interior.
Pese a los magros resultados cosechados por el comunismo que en las elecciones legislativas alcanzó el 1,23% global,6
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Idem.
el proceso electoral fue una instancia altamente significativa. Un partido que a la vez continuaba golpeado por la represión dictatorial (CASOLA, 2015CASOLA, Natalia. El PC argentino y la dictadura militar. Buenos Aires: Imago Mundi, 2015.; BONA, 2023BONA, Victoria. 2021. «Ferifiestas» como binóculo de la reconversión del Partido Comunista de la Argentina en la posdictadura. Revista Reflexiones 100 (2). https://doi.org/10.15517/rr.v100i2.41551
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) logró conservar muchos de sus atributos materiales, simbólicos y orgánicos acudió con entusiasmo a ese proceso e incrementó de modo significativo su militancia. Entre la apertura política que supuso la crisis de la dictadura y la instalación del nuevo gobierno, el PCA desplegó una importante actividad que le permitió asumir la nueva etapa constitucional relativamente fortalecido (ÁGUILA, 2019ÁGUILA, Gabriela. La izquierda argentina: entre la dictadura y la transición democrática: notas para su estudio. Revista de Historia Social y de las Mentalidades, v. 23, n. 2, 2019, p. 277-304. doi: https://doi.org/10.35588/rhsm.v23i2.4109.
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).
Este artículo recorre la estrategia electoral del comunismo argentino; se detiene en los principales repertorios que hicieron circular para la campaña electoral de 1983 que conmocionó a todo el país. Reconoce los desplazamientos discursivos y estratégicos que se pusieron de relieve a partir de la legalización de los partidos políticos y el comienzo de la reconstrucción institucional cuando, a nivel de las direcciones y militancias, las tareas de afiliación y propaganda tomaron un rol central. Esto permite, además de reconstruir un episodio clave de la historia reciente, identificar representaciones en torno a tres actores centrales: las y los trabajadores, las mujeres y las juventudes. Para eso, el artículo indaga en el proceso de búsqueda de la legalidad y la subsecuente campaña de afiliación que llevaron adelante el partido y reconstruye la promoción de una alternativa electoral que tuvo un fuerte impacto al interior de la organización.
En la primera parte, recupera de manera sucinta los problemas centrales de la línea partidaria en la transición. En segundo lugar, se detienen en un acontecimiento partidario que tiene un lugar muy destacado en la memoria militante e institucional: el acto del Luna Park7 7 El Luna Park es un histórico teatro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde se han realizado importantes recitales y actos políticos. en 1982 y el lanzamiento de la campaña de afiliación de cara a las elecciones. Allí pone el acento en la participación juvenil. En tercer lugar, analiza la propuesta electoral y observa la plataforma atendiendo a su dimensión generizada. Además, repara en las estrategias que el PCA se dio para vehiculizarla y difundirla comprometiendo a los y a las militantes, buscando persuadir al electorado. En último lugar, el artículo analiza los resultados electorales y el balance del partido en torno a ellos.
El fin de la veda política; el fin de la “convergencia cívico-militar”
Durante los años de la dictadura, el partido se había pronunciado a favor de la “convergencia cívico-militar” y había sostenido que era necesario diferenciar el ala “democrática” del ala “pinochetista” dentro de las FFAA para lograr el establecimiento de un gobierno de amplia coalición que contuviera a los militares (CASOLA, 2015CASOLA, Natalia. El PC argentino y la dictadura militar. Buenos Aires: Imago Mundi, 2015.). Asimismo también sostuvo una denuncia de la suspensión de las garantías constitucionales, exigió el levantamiento del Estado de Sitio, demandó por las personas represaliadas, acompañó y alentó la conformación de organismos de derechos humanos mediante la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (SCOCCO, 2021SCOCCO, Marianela. La juventud y el movimiento de derechos humanos. Transformaciones y conflictos en la incorporación de una nueva generación militante pos Malvinas. Cuadernos de Historia, n. 28, 2021. p. 229-249. Disponible en: https://revistas.unc.edu.ar/index.php/cuadernosdehistoriaeys/article/view/36422.
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, 2019SCOCCO, Marianela. El Partido Comunista Argentino y sus organizaciones de masas en relación con el movimiento de derechos humanos. Revista Archivos de Historia del Movimiento Obrero y la Izquierda, n. 15, 2019, p. 99-118. doi: https://doi.org/10.46688/ahmoi.n15.81.
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; CASOLA 2010CASOLA, Natalia. Cuando lo “nuevo” es tan “viejo” como “nuevo” lo “viejo”. El movimiento de derechos humanos durante la última dictadura militar en Argentina. El papel del Partido Comunista de Argentina y la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (1976-1983). Historia Oral, v. 13, n. 2, 2010, p. 137-155.) y cuestionó sistemáticamente y en profundidad la política económica.
En el contexto de relativa apertura que supuso el gobierno de Eduardo Viola, la crítica logró apuntalar una política transicional democrática donde la gravitación del polo civil no estuviera condicionada por los militares. Para el momento del llamado a elecciones en julio de 1983, el conjunto del arco político asumió que se vivía una ruptura con el pasado autoritario. El PCA había disuelto desde 1981 la política de convergencia en la del Convenio Democrático Nacional, y con el levantamiento de la veda política en 1982 adhirió a la dicotomía entre los pares democracia-civil y dictadura-militar; y comenzó a admitir la inviabilidad de un gobierno convergente que revistiera la actuación de algunos sectores de las FFAA (BONA, 2024BONA, Victoria. “Democrático y nacional”: los posicionamientos del Partido Comunista de la Argentina en la coyuntura transicional (1981-1983). Revista Archivos de Historia del Movimiento Obrero y la Izquierda, n. 24, 2024.).
En la etapa final de la dictadura, el PCA formuló que las condiciones para la transición serían los reajustes en el plano económico y social y que esos cambios serían los que garantizarían una democratización “auténtica”. Según la organización, las “recetas imperialistas”8 8 Lo que no puede esperar, 1982. habían sido responsables de un conjunto de problemas que no podían esperar a la asunción de un nuevo gobierno y que, además, debían ser resueltos para que la transición fuera verdaderamente democrática. En función de tal diagnóstico, según opinaba el partido, la garantía sería la masividad de la participación popular fundamentalmente de las y los trabajadores. Por eso, cuando a mediados de 1982 se suprimieron las limitaciones para la actividad política, la organización se centró en la necesidad de la normalización sindical, el levantamiento del estado de sitio, la derogación de toda la legislación represiva, la libertad a los presos y el esclarecimiento sobre la desaparición de personas.
En el marco de una transición amenazada por fuerzas golpistas e intenciones continuistas, la Comisión Política del Partido Comunista convocaba a una “asamblea patriótica de la ciudadanía”9 9 Hacia un pacto..., 1983. como instrumento para armonizar al conjunto de las fuerzas sociales y políticas en pos de conseguir una democracia estable. Sostenía que la movilización popular aún no se había cerrado como camino para garantizar conquistas y sería la que podría dar soluciones a los problemas económicos y alcanzar la democracia. La propuesta era que esa asamblea cumpliera un rol importante en la vigilancia del proceso electoral revistiéndolo de un carácter “unitario” que “no pide a nadie la abdicación de sus miradas particulares, condición legítima para la existencia diferenciada de los partidos políticos”.10 10 Hacia un pacto…, 1983, p. 4. La propuesta de elaboración de un pacto de garantías constitucionales del PCA era un llamado a la comunidad política a exigir y velar por un proceso electoral y transicional limpio y a salvo de la desestabilización.
La apuesta por un proyecto de unidad que lograra solucionar los problemas de la dictadura se materializó en esa coyuntura pugnando el ingreso a la Convocatoria Multipartidaria primero y persiguiendo la construcción de un frente electoral de los actores políticos prodemocráticos después. Como veremos aquí, el rotundo fracaso de ambas tácticas determinó la presentación de candidaturas propias que a nivel ejecutivo rápidamente fueron dadas de baja para apoyar la fórmula del PJ que llevaba a Ítalo Luder y Deolindo Bittel.
El destape político:11 11 Desde la apertura que supuso la crisis dictatorial, el proceso se caracterizó por el destape cultural, político y sexual que suscitó una serie discusiones que impactaron en la construcción de la democracia (MANZANO, 2021). En consonancia con aquel clima, el comunismo hizo hincapié a su propio “destape político”. la juventud comunista y el acto del Luna Park
El acto del Luna Park fue el primer acontecimiento masivo que celebró la militancia comunista desde 1976. De allí la enorme expectativa que generó, no sólo en Buenos Aires, sino también en las otras provincias del país, cuyas delegaciones promocionaron el evento, realizaron pre-actos y se lanzaron a la capital el 3 de septiembre de 1982 para confluir en el estadio. Allí se tematizó de modo incipiente un cambio de línea política que tuvo como puntapié el abandono de la “convergencia cívico-militar”.
La plataforma se montaba sobre la idea de que luego de largos años de padecimiento durante los cuales la militancia había sido amedrentada, encarcelada, asesinada y desaparecida junto con familiares, amigas, amigos y compañeros, el comunismo se había mantenido firme, había acumulado fuerzas y tenía la oportunidad de demostrarlo luchando en la transición por “todos y cada uno de los derechos arrebatados”.12 12 El acto ya está en la calle, 1982, p. 3. La promoción del acto despertó en las y los jóvenes la sensación de ser “dueños de la ciudad”13 13 Ibidem. porque conllevó la pintada de murales y volanteadas en medio del despliegue de la campaña de afiliación aun en dictadura. Ello supuso un clima de entusiasmo que resulta muy significativo en las memorias de las y los militantes, pese a que también persiste el recuerdo de detenciones durante la propagandización del evento, entre las cuales la revista de la Federación Juvenil Comunista (La Fede) denunció más de cien.
La perspectiva del acto era que se inauguraba una nueva etapa. Se presentaba como un momento de balance sobre los “7 años de lucha”,14 14 Ibidem. de celebración de la legalidad obtenida y, al mismo tiempo, de denuncia de la continuidad de la represión manifestada en el hostigamiento de militantes que habían sido detenidos, expulsados o interceptados en esas jornadas. Tanto la prensa del partido como la juvenil denunciaban la intercepción de 22 colectivos con militantes en el acceso sur a la Ciudad de Buenos Aires. No obstante, la convocatoria había sido un éxito, las y los comunistas cantaron: “¿Qué pasó?, ¿qué pasó?, el Luna quedó chico o el partido se agrandó?”.15 15 Los comunistas pasaron al frente, 1982.
Incluso Política Obrera (PO),16 16 Política Obrera era un partido trotskista fundado en 1964 y desde 1983 llamado Partido Obrero. que había denunciado que “el acto del stalinismo” era una manifestación de “proselitismo con candado”,17 17 Política obrera, 1982. confirmaba la concurrencia de unas 25 mil personas. Por su parte, el comunismo sostenía que, desde Santa Fe, Córdoba y lugares más alejados de la capital como Río Negro, habían llegado colectivos con cánticos como “Paso, paso, paso, se viene el Rosariazo” y “Ea, ea, ea, esto es un bombazo, aquí están los bolches del glorioso Cordobazo”,18 18 Los comunistas pasaron al frente, 1982. haciendo una demostración de fuerzas amistosa entre ambas filiales.
Según el propio partido, habían llegado 300 colectivos de diferentes puntos de la provincia de Buenos Aires, 1.000 militantes de Santa Fe, 120 de Córdoba, 70 de Mendoza, 80 de Tucumán y 110 de Entre Ríos, entre otros puntos del país. Si bien es difícil precisar la capacidad de la convocatoria, tanto la prensa comunista como la revista de la juventud relatan que miles quedaron en la calle en lo que llamaron “el otro luna”,19 19 El otro Luna,1982, p. 12. desde donde la arenga y los bombos también se hicieron presentes puertas afuera.
Fragmentos de testimonios que dan cuenta de una alegría y un entusiasmo que parecían sorprender a los propios organizadores, junto con las fotos que ilustraron las notas de los órganos de difusión permiten dimensionar una amplia asistencia. Según el PCA, “lo tuvieron que admitir hasta los gorilas: el del Luna Park fue el acto más importante y concurrido de todos los que se realizaron desde que se levantó la veda política”.20 20 Los comunistas pasaron al frente, 1982. Por su parte, Miguel Contreras, fundador del PCA y militante cordobés, sostuvo que ese había sido el acto más grande del partido que había presenciado desde la década del veinte.21 21 Ibidem.
El discurso que Patricio Echegaray22 22 En ese momento Secretario General de la Federación Juvenil Comunista. Patricio Echegaray será desde entonces un cuadro clave en lo que se denominó el “viraje revolucionario” del PCA y que tuvo su epicentro en el XVI Congreso de 1986 dirigió a la juventud en el acto esbozó un contrapunto con la demonización de las juventudes que esgrimían los sectores conservadores; por el contrario, el partido las ponía como protagonistas con sus propias demandas e inquietudes. Categóricamente se pronunció contra el terrorismo de Estado, la violación de los derechos humanos y el plan económico de Martínez de Hoz en complicidad con el imperialismo. En esa clave, acusaba a la dictadura de interrumpir el proceso de politización de los años previos al golpe y evaluaba el fracaso del proyecto militar: un fracaso evidenciado por el ánimo y la concurrencia de esos jóvenes que habían logrado abatir a la persecución y se encontraban allí.
Con el lema “La sangre derramada no será negociada”,23 23 Todo el luna, 1982, p. 7-13. el dirigente de la juventud alentaba la crítica al “mal llamado”24 24 Ibidem. Proceso de Reorganización Nacional y lo daba por enterrado. Señalaba que la lucha era por erradicar la injusticia que se evidenciaba en la situación económica que requería ser revertida con “una democracia con sabor a pueblo”25 25 Ibidem. que recuerde a los desaparecidos en pos de un futuro socialista. La posición de Echegaray evidenciaba una radicalidad ajena a los discursos precedentes que habían emergido del Comité Central y apostaba a “la lucha política, a la lucha de clases y a la lucha revolucionaria”26 26 Ibidem. para conquistar tanto el Estado de Derecho como “una sociedad libre, justa, sin explotadores ni explotados”.27 27 Ibidem.
Alberto Nadra28 28 Alberto Nadra es un escritor y periodista que militó desde su temprana juventud en el PCA. Fue promovido de la Fede al partido en el año 1984 en el contexto del viraje. Tuvo a su cargo la redacción de la prensa juvenil durante los primeros años 80 y se desempeñó como asesor de los principales dirigentes de la década escribiendo sus discursos. recuerda:
Yo tengo una discusión salvaje con Patricio para elaborar el discurso del Luna Park, ese discurso lo escribo yo con él y él no es Fava, Victoria. Patricio pensaba, te aportaba ideas, venía y te decía “esto falta”, “esto sobra”, pero lo escribí. Estamos hablando del 83, y él quería meter “convergencia militar” y yo sacaba “convergencia cívico militar”, entonces venía y me reputeaba, hablando mal y pronto, porque yo lo había vuelto a sacar. Él decía que Pereyra lo planteaba y que correspondía… una discusión terrible. Por eso te quiero decir que en ese momento, no es que un año después se nos abrió el mundo, entendimos todos los problemas, comprendimos que habíamos perdido vocación de poder, entendimos que el componente militar era importante, entendimos que la dictadura era una cagada, la posición que habíamos tenido, aunque hayamos sido heroicos en la lucha concreta, la posición había sido una cagada, no es así, no fue así. Fue todo un proceso donde nosotros fuimos abriendo la cabeza, hay cosas que fuimos entendiendo, otras que nos perdimos, nos equivocamos, muchas estas que te digo, las cuales yo le puse el gancho.29 29 Entrevista a Alberto Nadra. Por Victoria Bona, octubre de 2021, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Alberto colaboraba con la composición de los discursos de los dirigentes no sólo como asistente, sino también aportando sus propias interpretaciones. En su testimonio, tal como en el discurso de Patricio Echegaray se evidencia que existía una convivencia entre la posición crítica a la línea de convergencia y el sostenimiento de la misma. Si fue posible sin significar una ruptura en el partido, una crisis o siquiera un cimbronazo, ello se debió, según nuestra interpretación, a que el desplazamiento de la idea según la cual era necesario un gobierno cívico militar fue disimulado y paulatino en algunos sectores dirigenciales primero y en otros después. Además, lo que se interpretó luego como apoyo a la dictadura en esos años fue entendido para la militancia como una alternativa para la democratización del país y una estrategia de supervivencia. Por último, la discursividad radicalizada y la mística festiva de los eventos de concentración coadyuvaron a la contención de la militancia.
Con la apertura, la juventud fue un sujeto al que apelaron todos los partidos políticos (BLANCO y VOMMARO, 2018BLANCO, Rafael; VOMMARO, Pablo. Activismo juvenil en los años ochenta en Argentina. Dos generaciones políticas entre el partido y la universidad. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, v. 16, n. 2, 2018, p. 839-852. doi: https://doi.org/https://doi.org/10.11600/1692715x.16213.
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; SCOCCO, 2021SCOCCO, Marianela. Una historia en movimiento. Las luchas por los derechos humanos en Rosario (1968-1985). Los Polvorines: UNGS; La Plata: UNLP; Posadas: UNaM, 2021.). La Fede se esforzó por mostrarse como un espacio genuinamente joven basándose en que estaban preparados y preparadas para transformar la sociedad de manera estructural y fundar una nueva forma de organización social, la cual suponía mirar hacia el futuro, hacia aquel futuro que pertenecía a la juventud.
Como a mediados de la década, la promoción de cuadros de la juventud al partido30 30 La promoción de cuadros es el paso de la Federación Juvenil Comunista al Partido Comunista de la Argentina e implica un reconocimiento de la experiencia de militancia. Las promociones solían hacerse mediante rituales específicos en el marco de actos partidarios. significó una transformación en las políticas y muchas veces los cambios de los años 80 fueron interpretados como una acción juvenil que se encargaba de “tirar a los viejos por la ventana”,31 31 Entrevista a Sergio Schilman. Por Victoria Bona, octubre de 2018, Rosario, Santa Fe. Sergio Schilman fue un militante comunista de la ciudad de Rosario. Fue responsable del PCA en la ciudad en los años 80 y varias veces candidato a concejal. Estuvo secuestrado y preso durante la última dictadura militar y fue convocado a declarar frente a la CIDH. Luego de dar testimonio fue nuevamente encarcelado y sufrió duras torturas como forma de represalia. la Fede inscribió estas transformaciones no como una disputa generacional, sino como un relevo, una idea propia de la tradición comunista: la idea de que el comunismo es la juventud del mundo, junto con la premisa de que al interior del partido no hay lucha generacional, sino sucesión (GORSUCH; KOENKER, 2013GORSUCH, Anne E.; KOENKER, Diane P. The socialist sixties, crossing borders in the second world. Bloomington: Indiana University Press, 2013.).
Nuestra interpretación es que las contradicciones entre una línea política que convivía con nuevas interpelaciones como la del secretario de la Fede, no supuso desangramientos a principios de los 80 por las propias prácticas de los y las militantes, porque sus actos configuraban una mística en torno al partido que lograba rebasar las declaraciones de la dirección política.
En una entrevista colectiva, Alejandro Szwarcman32 32 Alejandro Szwarcman fue militante de la Fede de Capital Federal en los ochenta y actualmente milita en el PCA, Comuna 7. Participó, entre otros eventos importantes para su propia formación, del Festival Mundial de la Juventud en Moscú en 1985. Si bien es comunista, tiene profundos desacuerdos respecto de la línea política actual del PCA. explicaba:
Si vos te afiliabas al Partido o a La Fede, no te estabas afiliando solamente a una organización de izquierda, te estabas afiliando a un movimiento mundial, te estabas afiliando a la historia, es parte de una historia, porque se hablaba no solamente de la URSS sino del campo socialista. Entonces vos decías “¿y si acá tomamos el poder?”33 33 Entrevista a Adrián Lomlomdjian, Alejandro Szwarcman, Gerardo Viera Vila y Marcelo Glielmi. Por Victoria Bona, octubre de 2021, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El acto del Luna Park constituyó el primer punto de partida de una serie de políticas culturales que cohesionaban la acción militante en torno a una mística (BONA, 2021Entrevista a Alberto Nadra. Por Victoria Bona, octubre de 2021, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.) que se instaló el imaginario y que iba más allá de las formas y posicionamientos de la dirección. Adrián Lomlomdjian34 34 Adrián Lomlomdjian fue militante de la Fede en Capital Federal en los 80 y actualmente del PCA en Comuna 7. Participó de escuelas de formación política en Argentina y el exterior. Actualmente es miembro de la Unión Cultural Armenia, desde donde sostiene un compromiso militante y solidario con fuerzas de izquierda de la República de Armenia. acompañó a Alejandro en su afirmación:
Lo que te trasmitía el Partido de los ’80 es la mística de la revolución, por lo menos a mí y obviamente a los camaradas nos trajo hasta este momento con nuestros errores, por lo menos creyendo saber siempre que estamos en el lugar correcto. El lugar correcto es querer cambiar este mundo, cambiar esta sociedad de mierda, rebelarnos…35 35 Entrevista a Adrián Lomlomdjian, Alejandro Szwarcman, Gerardo Viera Vila y Marcelo Glielmi.
Por su parte, Athos Fava, recientemente electo Secretario General del partido, también fue orador principal en el acto. Su intervención se centró en que el PCA nunca fue ilegal, mas estuvo obligado a actuar en la clandestinidad por gobiernos reaccionarios a los que sí les cabría una adjetivación de “ilegales”.36 36 El país necesita un gran Partido Comunista, 1982, contratapa. Mediante ese juego de palabras, su prédica insistió en el amedrentamiento hacia el comunismo en la historia del país y en que el PCA se había convertido en un partido más fuerte, que se encontraba fortalecido por haber aprendido a resistir la adversidad durante toda su historia. Esto arengaba a la militancia a tomar en sus manos lo que sería el proyecto político central del año 1983: la campaña de afiliación y la conquista del derecho de presentarse a las próximas elecciones.
Entre las manifestaciones se homenajeó a Rodolfo Carrizo, militante de la Fede y ex combatiente de Malvinas y a Carmen Gómez en representación de las personas detenidas-desaparecidas. El acto fue acompañado por Madres de Plaza de Mayo y la Comisión de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. A la distancia, también fue amparado por la cantautora comunista Mercedes Sosa, quien envió un telegrama. Entre los artistas que se hicieron presentes en el escenario se encontraban Moncho Mieres, Armando Tejada Gómez, Osvaldo Pugliese, Hamlet Lima Quintana y Leónidas Arnedo de Quintral, que protagonizarían el escenario artístico del comunismo de los 80, un escenario que pretendía, a las vistas sin mucho éxito aún, sumar, a la música folclórica y el tango, voces que pudieran conformar a la “juventud rockera”.37 37 Los artistas pusieron música al entusiasmo, 1982.
El acto se dio en el marco de la búsqueda de las 40 mil afiliaciones a las que debía llegar el PCA para conseguir el reconocimiento nacional que le permitiera presentarse a elecciones. De modo general, el proyecto de afiliación se desplegó a partir de llevar a los lugares de masas “un planteo general”, es decir, las consignas por las necesidades que el PCA entendía que se estaban masificando: el pan, el trabajo y la libertad; sin embargo, el énfasis en el rol protagónico de la juventud en la democratización se constituyó como un punto relevante. Las y los comunistas se ocuparon de recoger testimonios y documentar cómo había sido la recolección de fichas en cada lugar y hasta llegaron a afirmar que en tres días se habían realizado 200 actos comunistas en todo el país. Además la Fede realizó un “fichómetro” que arrojaba los resultados de las afiliaciones logradas por la juventud. Entre sus objetivos se había fijado aportar a la campaña con 20 mil cartones para el reconocimiento electoral, lo que significaba una contribución en un 30% del total que el partido había estimado y debía conseguir para abril de 1983.
Para comienzos del año en el que se realizarían las elecciones, el PCA ya contaba con la personería en una decena de provincias y había comenzado a tramitarla en otras diez. Batallaba por conseguir el reconocimiento en los 24 distritos. En ese escenario entendieron como una victoria la aparición de dirigentes comunistas en la prensa burguesa, la radio y la televisión; eso se interpretaba como una ruptura de la exclusión de la que se sentía víctima por las restricciones de lo que la democracia estaba llegando para desterrar: la censura. Pese a diferentes dificultades y trabas, aún frente a la represión, los y las comunistas hacían crecer sus expectativas al compás que crecían las fichas. Los años 1982 y 1983 fueron años de entusiasmo para la militancia que veía un ensanchamiento del partido y, junto con la apertura democrática, percibía una recomposición del proyecto por el cual militar.
La Fede interpretó que la campaña era momento para “cambiar la vida”38 38 Vamos a cambiar la vida, 1983. y si bien adoptó la letra del programa del partido; y, según nos cuenta Alberto Nadra, se puso a la cabeza de la producción gráfica, propuso un programa de signos cuyos colores y símbolo refuerzan la idea de un ethos militante democrático, comprometido y sensible a las injusticias. Una serie de imágenes que ilustraban momentos cotidianos como la salida del sol, la pava y el mate, dibujos abstractos y muy coloridos acompañaban el llamamiento a ese cambio de vida que suplantaba al “lucro y la rapiña imperialista” por una vida de libertad, paz y trabajo.
Lo cierto es que la gráfica impactó en las memorias de los militantes; en todas las entrevistas que realizamos hay una referencia a los múltiples colores del volante y son asociados con las nociones de vida, libertad, cambio, apertura, primavera, oxígeno, alegría, juventud, multitud. Pero no solo en las memorias se presentan estas interpretaciones. La organización fue consciente del sentido de la gráfica y este fue sumamente efectivo: Qué pasa lo reproducía en media página y sentenciaba “revolucionario en el contenido y en la forma”.39 39 Qué pasa, n. 135, p. 11.
La campaña electoral del comunismo argentino
Si bien el PCA privilegiaba el reconocimiento y la posible integración al concierto de los partidos tradicionales mediante la promoción de “medidas urgentes” de carácter “unitarias”, su plataforma tuvo expresiones independientes. La misma se orientó a las y los trabajadores, las mujeres y la juventud, y levantó consignas cómo jornada de 6h, igualación salarial, reconocimiento del trabajo doméstico, regulación de alquileres, etc.
Sólo algunas marcas del programa que se pretendía democratizante contuvieron claves de socialización: propuso la participación de trabajadoras, trabajadores y consumidores en las instancias organizativas de la producción y el abastecimiento. En ese sentido, el llamado a la unidad por la democracia y el señalamiento del imperialismo y la oligarquía como enemigos fundamentales del pueblo no siempre adquirieron ribetes reformistas. En Venado Tuerto, por ejemplo, las y los comunistas reconocieron que el marco en el que se producía la contradicción entre el imperialismo y la oligarquía con el pueblo era el de la contradicción entre las clases.
Puede decirse que las y los comunistas de la localidad tomaron en sus manos las líneas más abstractas del programa y las pusieron en práctica de un modo un tanto diferente, apoyándose sobre los discursos de los sectores más radicales del partido. Para estos núcleos militantes, la unidad no significaba perseguir alianzas o mesas de diálogos con el peronismo, sino la articulación de las y los trabajadores por una causa común. Aspiraban a terminar con la explotación y perseguían no sólo un objetivo democrático, sino también uno revolucionario que revirtiera la situación en la que “¡Los trabajadores estamos creando enormes riquezas todos los días con nuestras manos, y sólo recibimos una migaja en forma de salario!” y exigían “¡No queremos seguir repartiéndonos la miseria! (…) ¡Que la crisis la paguen ellos!”.40 40 Carta a los trabajadores n. 2, 1983.
No obstante, en las definiciones políticas de la dirección nacional, respecto del marco de alianzas, se impuso la lectura etapista de la necesidad de desarrollar la democracia en el país. La propuesta de las y los comunistas cuando la apertura democrática convocó a los partidos a las elecciones en 1983, fue la de batallar por construir un acuerdo amplio de las “fuerzas de la democracia”.41 41 Qué pasa, 1983, p. 1. Sostuvieron que el voto debía reflejar la capacidad unitaria con la que las organizaciones desde abajo habían pujado por ponerle fin a la dictadura.
Para el PCA de 1983 la construcción de un horizonte democrático no apareció como un destino que se había alcanzado, sino como una tarea militante. Si bien la democracia se presentaba en primer lugar como conquista, también aparecía en el discurso de la organización como aspiración y, por tanto, como horizonte, propiamente dicho. Además, era entendida como vehículo, como camino hacia la liberación. Interpretada de cualquiera de estos tres modos, la democracia fue el lugar donde las políticas del PCA recogieron sus fundamentos, tanto por la centralidad del nuevo contexto como por la recuperación de una tradición histórica, de una cultura política, que había señalado la profundización de la democracia formal como etapa necesaria para producir cambios estructurales en Argentina y América Latina.
En este marco, desde el comienzo, el partido puso sus candidatos y candidatas a disposición de una eventual alternativa frentista. Rápidamente y con la conformación de las plataformas particulares del resto del arco político, presentó independientemente su propuesta con una serie de consignas ante la emergencia económica y por la defensa de los derechos humanos. El viernes 22 de abril de 1983, en el Parque Rivadavia en un evento con una nutrida participación y con bombos, banderas y bonetes con la hoz y el martillo, lanzó las candidaturas. Cuando los partidos tradicionales llevaron fórmulas compuestas exclusivamente por varones para los cargos ejecutivos, el Movimiento al Socialismo, el Frente de Izquierda Popular y el PO, llevaron a tres mujeres como candidatas a la vicepresidencia. El PCA, en la misma lógica, había presentado a Irene Rodríguez en la fórmula encabezada por Rubens Íscaro. Estas candidaturas eran indicadas como alternativas obreras que representaban a la clase trabajadora y a la mujer trabajadora argentina. El partido se proponía en la contienda electoral llegar a trecientas mil afiliaciones y a representar a un conjunto de sujetos entre los que estaban obreros, estudiantes, intelectuales, pequeños empresarios y mujeres. En ese sentido, la candidata a vicepresidenta tematizó su campaña dando un lugar protagónico a las mujeres en sus apariciones en la prensa. Irene Rodríguez en un llamado a aquellas mujeres que hacia los años 80 se encontraban movilizadas y constituían una fuerza pujante sostuvo que
el 30 por ciento de nuestro partido está constituido por mujeres y, con las nuevas afiliaciones, esa cifra se ha elevado al 40 por ciento. Es que las obreras, las amas de casa, las profesionales y campesinas van comprendiendo que el PC expresa un programa y en su acción las históricas reivindicaciones femeninas. En este sentido, comprobamos que el 50 por ciento de los asistentes a nuestros grandes mítines son mujeres. Y mujeres lleva el PC de candidatas a todos los puestos electorales.42 42 Qué Pasa, 1983, p. 8 [el subrayado es nuestro].
Si bien, como se expresó, la dirección era consciente de la poca disposición de los partidos mayoritarios a establecer un frente electoral y en un primer momento insistió con poner sus candidatos a disposición de una alternativa unitaria. Algunos meses después de la presentación, luego del XV Congreso realizado el 5 de septiembre de 1983,43 43 El congreso, tras años de dictadura, tuvo como propósito discutir casi con exclusividad la cuestión electoral y fue convocado y celebrado sin despliegue propagandístico en la prensa. el PCA anunciaba la unidad entre peronistas y comunistas, para rápidamente proponer públicamente a Ítalo Luder y Deolindo Bittel (PJ) como “los candidatos del PC”44 44 Qué Pasa, 1983, contratapa. con una gráfica celeste y blanca. La “unidad” consistía en apoyar la fórmula peronista, declinar las propias candidaturas y llevar una lista integrada por comunistas a las elecciones legislativas, cuyos resultados fueron insignificantes.
El comunismo consiguió presentar candidatos y candidatas a diputados nacionales en todos los distritos. En las veintitrés provincias, la capital federal y lo que se denominó territorio nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sud,45 45 Ley n° 22.847, 1983. la “lista 12” de la hoz y el martillo estuvo en las mesas como una opción para las y los electores. Aun habiendo declinado sus figuras presidenciales, sostuvo en siete provincias las propuestas al Ejecutivo, siguiendo el criterio de acompañar a las figuras masculinas con una mujer detrás solamente en la provincia de Santa Fe con la fórmula Juan Carlos “Lito” Sorbellini y Antonia Mirabello. Corrientes, La Pampa y Mendoza tuvieron candidatos varones. En Neuquén, Sara Mansilla fue postulada a la gobernación, mas esa candidatura no se concretó.
A nivel general, la crisis económica fue un punto clave de la campaña y se representó en función de la dependencia. El PCA leyó la situación argentina en términos de liberación-dependencia, es decir, sostuvo que la crisis Argentina correspondía a su inserción en dinámicas globales. Mientras, según su interpretación, algunos problemas económicos tales como la inflación o la desocupación eran desconocidos en el mundo socialista, la ligazón argentina a la órbita capitalista la arrastraba a la crisis, una crisis de la que los responsables eran el imperialismo, la gran burguesía asociada al imperialismo y las minorías oligárquicas. En ese marco es que para las elecciones de 1983 sostuvieron que “la crisis de la sociedad argentina no es meramente coyuntural, sino que afecta sus estructuras básicas, requeridas de cambios profundos a fin de que las riquezas potenciales del país, la capacidad de trabajo y la inteligencia de los argentinos sirvan para la grandeza de la patria”.46 46 Plataforma Nacional del Partido…, 1983, p. 3.
El PCA delineó la estrategia en tres planos: el primero, de las reivindicaciones mínimas y urgentes; en segundo lugar, esgrimió un programa que contemplaba una serie de medidas que pudieran garantizar la conquista y consolidación de la democracia; en tercer lugar, reconoció demandas específicas que ampliaran los derechos de manera de beneficiar a tres sectores puntuales: los trabajadores, las mujeres y la juventud.
Las reivindicaciones mínimas
El primer núcleo de preocupaciones era sobre aquellas demandas que habían conmovido a la sociedad argentina en los últimos años. Recordemos que la irrupción masiva en el espacio público en los años de la transición marcó los primeros pasos de la apertura y se articuló a dos reclamos: la vigencia del régimen constitucional y una solución a la asfixia económica que sufría la clase trabajadora. En ese sentido, el PCA consideró urgente el restablecimiento de las libertades públicas, fundamentalmente, el levantamiento del estado de sitio, la libertad a los presos políticos y el esclarecimiento de la situación de las personas desaparecidas. Además, ubicó en el centro de las urgencias el desmantelamiento del aparato y la legislación represiva. Para el partido, el restablecimiento del régimen democrático debía articularse con la democratización en todas las instituciones y retroalimentar la ampliación de los espacios de participación, por eso, la normalización sindical, universitaria, y el acceso a la cultura resultaron prioritarios y se entrelazaron con aquel reclamo. Al mismo tiempo, el comunismo sufría no sólo un importante grado de marginalidad, sino que, además, padecía una discriminación ideológica contra la que luchaba acentuando su reformismo.
Por otra parte, este primer núcleo de preocupaciones incorporaba también la urgencia de adecuar los salarios a las necesidades de las familias de la ciudad, del campo (si bien el PCA no contaba con un gran desarrollo del programa para el agro en su plataforma nacional;47 47 En las plataformas de Santa Fe y Mendoza, la cuestión del agro era fundamental y estuvo muy presente también en Córdoba. Mientras en la provincia cordillerana la movilización de los agricultores y productores medianos había motivado la postulación de un trabajador agrícola como gobernador, Rafael Báez, en Santa Fe, las plataformas de cada pueblo tomaron en sus manos el asunto. había sostenido largamente una política hacia el sector y lo expresaba en las plataformas santafesina y mendocina) y los jubilados.
La solución del problema de la carestía y el hambre eran una demanda permanente del PCA que debía abordarse con urgencia, gobierne quien gobierne. “Basta de hambre”, “Basta de miseria” y “Basta de desangrar al pueblo” fueron las consignas con las que la organización promovió la aplicación de una serie de políticas regulacionistas mediante las cuales el Estado (con participación popular en el control de la ejecución de esas políticas) debía asumir un rol redistributivo. Ellas incluían: negociación paritaria, control de precios, control de la inflación, políticas de subsidios, modificación en la ley de alquileres, entre ortas.
En la misma línea, frente a la pregunta en torno a qué hacer con las grandes empresas y las vinculadas al capital monopólico y extranjero, las y los comunistas también decidieron sostener un programa mínimo que incluía el control de insumos para evitar las especulaciones. Por otro lado, proponían que el Banco Central fijara tasas de interés diferenciales y que el Estado tomara la delantera en la obra pública para la reactivación económica y social convirtiendo a las empresas estatales en el principal agente de dinamización. El PCA sugería un impuesto especial de emergencia a las grandes fortunas, promoción de la exportación, control de las importaciones y el control estatal del comercio exterior y del mercado de cambios. Además, como medida de urgencia, propuso que las negociaciones de la deuda se den excluyendo al FMI como intermediario entre el país y los acreedores. Asimismo, consideró que era de central importancia investigar el destino del dinero pedido a préstamo por el gobierno militar.
La nueva democracia, según el PCA, debía ser acompañada por una nueva política económica que contemplara objetivos dirigidos hacia el agro, la industria, el Estado, la inversión extranjera y el cooperativismo. Esa propuesta iba de la mano con una enclave internacional por la que el comunismo argentino pugnaba en esta coyuntura y tenía tres puntos fundamentales: el sostenimiento de una política independiente y antiimperialista; el sostenimiento de la paz y el “no alineamiento activo y la unidad latinoamericana”, por lo cual, el principio de “coexistencia pacífica” y la reivindicación de la “autodeterminación” eran centrales.48 48 Plataforma Nacional del Partido…, p. 11.
En un segundo núcleo de preocupaciones, se consideraron una serie de reformas en torno a “garantías políticas para la transición” que suponían la “consolidación y perfeccionamiento”49 49 Ibidem, p. 8. de una nueva sociedad, la sociedad democrática. Estas se presentaron en tres planos: el primero era el constitucional y fundamentalmente contemplaba la necesidad de garantizar la independencia de la justicia para la efectiva vigencia de los derechos y libertades y esclarecer por esa vía (constitucional, legal y jurídica) la denuncia sobre “la desaparición forzada de personas”.50 50 Ibidem, p. 9. El segundo plano, con la preocupación por garantizar la estabilidad, proponía reforzar la coincidencia programática en un pacto de todos los sectores y el compromiso de encarar planes de reconstrucción económica y democrática para lo que llamaron la reconstrucción del país. Esta propuesta aspiraba a la creación de espacios de diálogo para la planificación de las políticas sociales. De esos espacios denominados “consejos”, se esperaba que participasen representantes de “las organizaciones de la producción, el trabajo, la ciencia, la cultura y la técnica, de los partidos políticos y de las fuerzas armadas”,51 51 Ibidem, p. 9. lo cual suponía, como es lógico, descartar la existencia de intereses irreconciliables entre las clases. Aquella participación debía tener una expresión federal y construirse de abajo hacia arriba, desde la participación de las organizaciones vecinales en los municipios. Para ello, era imprescindible garantizar la plena libertad.
Entre las garantías de estabilidad, el PCA se manifestó también sobre un problema de largo peso en su programa, pero también, es importante señalarlo, un problema de gran importancia en la agenda pública: qué hacer con las FFAA. Sostuvieron que era el Congreso Nacional la instancia que debía dictaminar la doctrina militar en una dirección opuesta a la que, según la colectividad, promovía el imperialismo norteamericano y estaba basada en que el enemigo se encontraba dentro del país. Según el partido, debía orientarse una política hacia el sector militar que fundara una doctrina por la defensa de la soberanía nacional inspirada en principios democráticos. Como además sostuvo durante los años 80 una posición a favor del servicio militar obligatorio, promovió la democratización de los centros de formación militar.
Respecto de las garantías democráticas, había un tercer punto según el cual la democracia debía “renovarse”. Ello significaba que resultaba necesaria una asamblea constituyente que ampliara las formas de participación con mecanismos de lo que desde la época se denominó “democracia participativa” en la realización de la vida económica, política, cultural y social en general.
En otro orden de cosas, la juventud representaba uno de los sectores más golpeados y demonizados por el régimen militar. El PCA tuvo a lo largo de los 80 un conjuntos de preocupaciones relevantes en función de entender que juventud y porvenir eran parte de un binomio inseparable. Así, trabajo, recreación, cultura y deporte juveniles debían ser pensados en una instancia de gobierno separada para dar respuesta a las necesidades específicas de las nuevas generaciones. No obstante, en la plataforma electoral, los problemas principales estuvieron circunscriptos a dar respuesta a lo que se consideraban las preocupaciones más apremiantes: la desocupación, la vivienda para aquellos y aquellas que no podían independizarse de sus familias y la educación. El programa también reconoció otras demandas que estaban vinculadas con la democratización: abrir la participación de los jóvenes en los sindicatos, garantizar la legalidad del movimiento estudiantil y fomentar la participación y agremiación estudiantil.
Como señalé, dentro del tercer núcleo de problemas el programa optó por presentar políticas concretas sobre salud, vivienda y cultura. En estos tres aspectos el blanco del ataque fue en torno a la privatización que había llevado adelante la dictadura y las propuestas políticas estuvieron trazadas por el argumento según el cual el acceso a derechos básicos se había convertido en privilegio que la clase trabajadora, los campesinos, las mujeres y los y las jóvenes no podían gozar. En ese sentido, proponían políticas de seguridad social que en el plano formal implicaban el restablecimiento de la atención gratuita en los hospitales municipales y nacionales y mejoras en su infraestructura y equipamiento, precios máximos y sin IVA para los medicamentos, entre otros. En el plano de la vivienda el restablecimiento de los recursos del Fondo Nacional de Viviendas, el otorgamiento de créditos sociales, la limitación de la ejecución compulsiva de deudas, fijar precio máximo de alquileres porcentual al salario con medidas compensatorias por parte del Estado para las personas locatarias con una sola propiedad se hicieron presentes. En el plano de la educación, postularon la apertura de comedores, el boleto gratuito y transferencia de los recursos producidos por la educación privada hacia el ámbito público.
Si bien esas políticas formales respondían a una concepción redistributiva, propias de la conciliación de clases, también se esgrimieron preocupaciones y proyectos que apuntaban a democratizar la participación en la producción de políticas. En ese sentido, se proponía el establecimiento de organismos de salud y vivienda en donde participen trabajadores y usuarios además del gobierno y los sindicatos. En el mismo sentido, se expresaron a favor de la lógica cooperativa y solidaria de las obras sociales sindicales y la reincorporación del personal despedido de los diferentes sectores “por razones de persecución política, ideológica o gremial”.
La campaña tematizada: la mujer trabajadora
Dentro del tercer núcleo de preocupaciones, se tematizó la ampliación de derechos de actores particulares. El punto de partida fue un diagnóstico según el cual la igualdad jurídica no bastaba para disponer de ellos y garantizarlos; el PCA señaló una serie de elementos específicos en función de las diferencias de género y edad. Aquí nos detendremos en el primer caso.
Las elecciones profundizaron aquellos planteos sobre la “mujer trabajadora” al interior del partido y dinamizaron tanto las tareas de la Unión de Mujeres de la Argentina (UMA), como las del Secretariado Femenino que en esa coyuntura avanzaron significativamente en su representación en la prensa. Irma Othar,52 52 Irma Othar es una de las referentes obreras del PCA más importantes de la segunda mitad del siglo XX reconocida por haber alcanzado una diputación nacional como candidata comunista en los cincuenta. Se desempeñó como obrera frigorífica e integró el Consejo de la Federación Sindical Mundial. Respecto de su participación en el frente de mujeres, fue Secretaria General de la UMA e integró el Consejo de la Federación Democrática Internacional de Mujeres. Su trayectoria militante durante el peronismo fue recuperada por Adriana Valobra (2012). Es una figura pública que ha alcanzado importante reconocimiento como mujer trabajadora. miembro del Comité Central y la Comisión Sindical y candidata, denunció que las mujeres sufrían discriminación en todos los ámbitos de la vida y que, en el caso de las trabajadoras, estaban concentradas en la industria liviana o en la esfera de servicios53 53 El de las empleadas domésticas fue un conflicto que revistió gran interés para el PCA fundamentalmente en 1982. donde se percibían los salarios más bajos. Ello ponía en riesgo la independencia económica de las mujeres y sus oportunidades de “forjar su personalidad social”.54 54 La mujer, el trabajo y la lucha, 1983, p. 7. Las formulaciones de la candidata apuntaban en dos sentidos: por un lado, las mujeres asalariadas debían tener reivindicaciones inmediatas para alcanzar iguales derechos y salarios en relación con los varones. Por otro lado, existía “la cuestión de fondo” que sólo se resolvería con el socialismo donde junto con la explotación del hombre por el hombre se desvanecería toda desigualdad. Esa expectativa puesta en un futuro, quizás muy lejano, no las eximió de una activa participación y voluntad de poder. Othar sostenía que era hora de que las trabajadoras “tomen parte activa en la conducción [sindical], integrando listas y promoviendo candidatas para todos los puestos, desde hasta (sic) la dirección de la CGT. Porque una mujer también puede dirigir a los obreros”.55 55 Ibidem.
Por su parte, la maternidad fue asumida como mandato tácito en la división sexuada de la sociedad en la que las y los comunistas se insertaban, y la colectividad no realizó una expresa crítica a ese mandato. También es verdad que se esforzó por defender y representar los intereses de las mujeres trabajadoras, que encontraban en la maternidad uno de sus problemas concretos e inmediatos. Aun señalando que el PCA suponía que la prioridad de las madres es el bienestar de sus hijos e hijas (cosa que es de difícil comprobación, pero que tampoco debería ser descartado) no debe perderse de vista que la maternidad fue efectivamente uno de los problemas de las mujeres trabajadoras. El hecho de que las comunistas hayan propuesto el bienestar de las mujeres-madres, implica además de un signo patriarcal de la política, la identificación de un problema social: las mujeres eran quienes realizaban las tareas de cuidado y, sin apostar por una solución que modifique las estructuras de desigualdad de género, se propusieron políticas que aporten a alivianar esas tareas. El reconocimiento de que la tasa de fertilidad (cociente entre nacimiento y mujeres de entre 15 y 50 años) arroja resultados de más de tres hijos por mujer en la Argentina para 198356 56 Estadística elaborada por el Grupo Banco Mundial. Consultar: https://datos.bancomundial.org/indicador/sp.dyn.tfrt.in?locations=AR. permite pensar que el diseño de una política hacia las mujeres-madres puede explicarse por la lectura sobre la situación del sector.
Es por esto que el programa contenía, además de propuestas de penas por discriminación sexual en el ámbito de trabajo57 57 Exigían idoneidad como único requisito de acceso a un puesto de trabajo y prohibición de despido de las mujeres embarazadas, entre otras. y de derechos en la vida pública, una serie de medidas que apuntan al reconocimiento del cuidado como una práctica feminizada. Si bien las desigualdades no aparecían cuestionadas como opresión patriarcal y, por lo tanto, estructural, el PCA sí las reconoció y propuso soluciones a partir de políticas públicas de asistencia social. En esa línea, las exigencias más resonantes son los dispensarios y salas de cuidado para las infancias (guarderías, según el lenguaje de la época) descentralizadas y gratuitas. Estas propuestas que procuraban palear las desigualdades entre varones y mujeres mas no cuestionaban los roles de género, pugnaban también por revertir el estatuto de subyugación legal en el que las mujeres se encontraban. En ese sentido, el partido sostuvo que debía establecerse la patria potestad compartida, reconocer a la “madre soltera” como progenitora para ser, entre otras ventajas, contemplada por los servicios sociales y otorgar derechos a las mujeres viudas, hayan sido tanto esposas como concubinas.
Por otro lado, ese modelo femenino que no aparece explícitamente criticado y las políticas reformistas esgrimidas por el PCA que no parecen cuestionar de raíz los roles de género sí parece matizado con propuestas programáticas, tales como la consideración del padre como trabajador con personas a cargo exigiendo licencia paga por hija o hijo enfermo. En esa dirección, la interrupción voluntaria del embarazo se hizo lugar en el programa de los y las comunistas en 1983 como así también la educación sexual y el establecimiento del divorcio vincular “con especial resguardo para los derechos de la mujer”.58 58 Plataforma Nacional del Partido…, p. 24.
A contramano de los discursos de los sectores reaccionarios que se oponían al divorcio y al aborto por considerar que eran valores opuestos a la “defensa de la familia”,59 59 La Nación, 1983. el PCA se apoyó sobre el argumento según el cual además de “legislar sobre la realidad”, el divorcio permitía “sacar de la ilegalidad” a las personas que injustamente eran marginadas de derechos sociales. Sostuvieron que estar o no a favor del divorcio era una falsa dicotomía, pues se trataba un hecho social que existía y debía ser jurídicamente reconocido más que moralmente cuestionado. En ese punto las y los comunistas sostuvieron un discurso de avanzada que desplazaba los prejuicios morales para ampliar los derechos y reconocía la desigualdad entre los géneros. Sobre ese punto se pronunció Irene Rodríguez, la candidata a la vicepresidencia, en Caras y Caretas aseverando que nadie quería el divorcio como fin en sí mismo, pero señalando que la legislación no podía hacer que se perpetuara una situación formal donde un vínculo de “afecto” se había roto.60 60 Divorcio…, 1983, contratapa.
En el mismo sentido, el PCA se pronunció por la celeridad y gratuidad del juicio de adopción y en su interpretación de ese problema consideró que la normativa debería reformularse también en función de las necesidades de las infancias, entre las que también incluía la igualdad jurídica de todas y todos los hijos.61 61 El PC y la adopción, 1983, p. 15. Esas propuestas estuvieron enmarcadas en el proyecto de formulación de un “Código de la familia” que garantice los derechos de la mujer no sólo en la vida social, sino también en la vida familiar. Los fundamentos de la necesidad de este Código los esgrimió Fanny Edelman, una histórica dirigente comunista, acudiendo a las explicaciones sobre la familia circulantes en el marxismo: la familia era el núcleo de la organización social y estaba condicionada por la estructura económica social del país. La comunista presentaba al mundo socialista como el más alto ejemplo de la organización social respecto de las relaciones entre el Estado, la familia y la mujer donde “se está formando una nueva familia, basada en la comunidad espiritual y afectiva de los cónyuges”.62 62 Por una vida más feliz…, 1983, p. 13. También se alineaban detrás de las socialistas otras experiencias, aquellas de los países que se habían liberado del yugo colonial: Mozambique, Angola y el Congo, entre otros. Según Edelman, allí había igualdad legal plena entre mujeres y varones en todos los aspectos y alcanzando lo que las comunistas esperaban para las mujeres: “una vida más feliz”.63 63 Ibidem.
Durante la campaña electoral, la organización optó por una iconografía que vinculaba las mujeres con el trabajo, la ciencia y la lucha. Si bien reconozco cierta matriz maternalista (CASOLA, 2021CASOLA, Natalia. Las bolcheviques. Izquierda partidaria y movimiento de mujeres en la Argentina reciente. Archivos de Historia del Movimiento Obrero y la Izquierda, n. 19, 2021, p. 43-64. doi: https://doi.org/10.46688/ahmoi.n19.328.
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), también considero que el PCA sostuvo una política que ampliaba el rol de la mujer de la restricción a las tareas de cuidado de la infancia, la paz y el hogar. Aunque es posible que el movimiento feminista de los 80 haya provocado desplazamientos dentro de la política de las comunistas (cosa que aún queda pendiente comprobar), la agenda femenina del PCA incluía reivindicaciones que no le son privativos a aquel feminismo, puntualmente, el aborto y la educación sexual.
Por otra parte, Celia Bidón Chanal, militante del PCA y fundadora de la UMA, expresaba abiertamente su conformidad con la doble militancia:
QP: ¿No hay contradicción entre su militancia social y su militancia política en el PC?
CBC: ¿Por qué? Aprendí lo que se en mi partido y en la militancia del movimiento femenino. No se pueden hacer paralelos, pero en mi vida conviven ambos, tal como sucede con otras compañeras que militan en otros partidos y hacen su entrega a la UMA.64 64 Una mujer dirigente…, 1983.
En el mismo sentido, Luisa Pereyra, candidata a concejala por el PCA de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, señalaba que la democracia debía ampliarse devolviendo a los y las trabajadoras todo lo que se les había robado y que de ser electa renunciaría a su dieta, como lo habían anunciado todas y todos los candidatos del PCA. Entre otros reconocimientos que halagaban a la organización, subrayaba que en el partido había lugar para las mujeres como no lo había en las direcciones sindicales.65 65 Las elecciones del 30…, 1983, p. 13.
María Inés Brassesco, responsable de la comisión femenina y candidata a diputada nacional, señalaba que fue en el partido donde había aprendido “cuál es la verdadera libertad de la mujer trabajadora”,66 66 Las mujeres peronistas…, 1983, p. 7. refiriéndose a la igualdad política y social de mujeres y varones al mismo tiempo que la libertad de una vida digna en la que la vida material estuviera garantizada sin explotación. Otras candidatas como Cecilia Fernández, Hebe Felice, Delia Epifanio y Nöeli Massimino se expresaron sobre la problemática del tiempo libre de las mujeres y lamentaban que el cansancio de la doble jornada sumado al recrudecimiento de la explotación y la carestía las volcaba hacia la televisión y la alienación, por lo cual formación y acceso a la cultura (en una acepción más bien restringida)67 67 Las comunistas y los comunistas se refirieron en general a la cultura como bienes de consumo y sus políticas estuvieron mayormente orientadas a la distribución y democratización del acceso a bienes culturales. Por eso nos referimos en términos restrictivos cuando hablamos de cultura en tanto categoría nativa (libros, obras musicales, plásticas, películas y acceso a la educación). serían problemas centrales para atender en la nueva democracia.
En todos los casos señalados, las candidatas (no así sus pares varones) fueron presentadas con su “situación familiar” adosada, cual si fuera parte de los currículums donde ser madre y trabajadora representaba una virtud. El interés en si eran madres, solteras, casadas, responde claramente a un prejuicio patriarcal, pero también da cuenta de que entre las principales preocupaciones de la agenda de las comunista se hacían evidentes esas condiciones en la experiencia de la desigualdad o la explotación. Los padecimientos de las mujeres-madres, las mujeres-trabajadoras, madres-solas, eran a los que la agenda de las comunistas pretendía dar respuestas y la campaña electoral había sido prolija en la elección de mujeres que representaran los mismos intereses que las actrices a interpelar.
En definitiva, si bien consideramos que la situación de las mujeres comunistas era desigual en relación a los varones, también sostenemos que recuperar los relatos de sus propias experiencias (tal como es el caso de la campaña electoral) y dar más lugar a lo que sí hicieron que a su deber ser trazado por las perspectivas actuales de un movimiento de mujeres más radicalizado, reviste importancia central. Es por esta razón que elegimos subrayar los esfuerzos que ellas hicieron dentro y fuera del partido para postularse como protagonistas de la democratización desde la militancia de base hasta la dirección. Si bien fueron candidatas, referentas y dirigentas en mucho menor número que los varones, quienes ocuparon esos cargos acudieron a su propia posición, como hemos visto, de manera ciertamente ambigua: mientras soslayaron la discriminación hacia dentro de la organización, le impusieron al colectivo sus demandas específicas. No es menos importante que la participación en el partido las impulsó al debate público y que deconstruir una mirada masculinizada de los partidos políticos (aun reconociendo su carácter androcéntrico y patriarcal) nos permite echar luz sobre las aspiraciones de las mujeres, sus experiencias y lo que ellas mismas hicieron en el contexto partidarios del que formaban parte. Es con esas tensiones y en el marco de una relación conflictiva que se elaboran el programa y la plataforma electoral.
El balance electoral
Los resultados de los comicios fueron, numéricamente hablando, sumamente exiguos. Las y los electores que habían optado por los y las comunistas (la lista 12) en las diputaciones nacionales eran apenas 182.296 de un total de 15.248.891, por lo cual el partido había alcanzado tan solo un 1,23% de los votos. Los mejores resultados fueron en la Capital Federal, Buenos Aires, Mendoza, y Santa Fe, pero en el mejor de los distritos las cifras representaban apenas un 2%. En los casos de las elecciones para gobernadores y vicegobernadores, las tendencias alcanzadas eran mínimas. La provincia de Corrientes, 0,44%; Formosa, 0,31%; Jujuy, 0,61%; La Pampa, 0,56%; Mendoza, 1,42%; Río Negro, 1,04%; Santa Fe, 1.09% y Tucumán, 0,81%.68 68 Información proporcionada por el Departamento de Estadísticas de la Dirección Nacional Electoral del Ministerio del Interior.
En términos de acceso a las diputaciones, el PCA no había conseguido ninguna en el parlamento nacional, ni tampoco ningún escaño en los órganos de representación provinciales. Solamente en lugares marginales había logrado hacerse de algunos concejales. A saber, Nito Racedo y Héctor Moyanes en Monteros (Tucumán), Hugo Asaff en Tafì Viejo (Tucumán), Nicasio Mendoza en Berasategui (Buenos Aires), Juan Carbonell en Concepción del Uruguay (Entre Ríos), Eldo Ceresole en Sunchales (Santa Fe), Aldo Simonutti en Rufino (Santa Fe) y José Otero en San Lorenzo (Santa Fe), dejando sin representación a las mujeres que ocupaban lugares menos estratégicos en las listas. Se trataba, en general, de varones trabajadores reconocidos en sus localidades por valores como la “honestidad” o la “solidaridad”.
El PCA santafesino fue el más beneficiado. Tenía la particularidad de haber desarrollado una de sus agrupaciones de masas, la Unión de Productores Agrícolas de la Argentina, UPARA. La militancia agraria de la provincia se articulaba mediante visitas de militantes de los pueblos donde el partido estaba más nutrido a otros donde lo estaba menos. En aquel momento, Ricardo San Esteban era el responsable de la zona y recuerda haber recorrido durante años pueblo a pueblo.69 69 Entrevista a Ricardo San Esteban. Por Victoria Bona, enero de 2020, La Carlota, Córdoba. Ricardo San Esteban fue dirigente de Luz y Fuerza alcanzando la Secretaría General en Venado Tuerto. Luego la dirección del partido decidió orientar su trabajo hacia el ámbito rural. Fue uno de los más importantes dirigentes de UPARA. Ricardo, generosamente, donó su archivo personal al Archivo Histórico del Comunismo de Rosario (BONA, 2022) y recibió en su casa a integrantes del equipo. Pese a que los esfuerzos militantes tienen por sí mismos el valor del trabajo y el compromiso con una causa que creyeron justa y a la que dedicaron su tiempo y energía, los resultados electorales fueron sin lugar a dudas insuficientes e incongruentes con aquel despliegue.
A contramano de los resultados arrojados por la elección, el PCA celebraba: había triunfado la democracia y ello significaba, desde la perspectiva de la organización, una gran victoria popular frente a la dictadura donde “la multitud fue protagonista”.70 70 Qué Pasa, 1983. No obstante, la Comisión Política y los dirigentes de cada distrito acordaban que los resultados electorales no hacían honor a las expectativas ni tampoco a los esfuerzos que el partido había sostenido en la campaña.
Las causas esgrimidas apuntaron en dos direcciones, la primera sostenía que la polarización entre la UCR y el PJ había llevado a los sectores independientes a preferir el “voto útil”, lo cual significaba elegir entre las dos fuerzas mayoritarias. En segundo término, la dirección reconocía que los esfuerzos por explicar el apoyo a la fórmula presidencial pejotista había opacado el programa propio y este había quedado “insuficientemente planteado”.71 71 Elecciones 83…, 1983. Si bien esa segunda dimensión fue un punto importante de la autocrítica, se contrarrestó con la idea de que en la campaña se había realizado un acercamiento a los sectores obreros peronistas y que ello se avizoraba como una línea de construcción a futuro. Con todo, el triunfo de la democracia aún estaba condicionado. Según la perspectiva partidaria, para su implementación y garantía debían ajustarse cuentas con el pasado. Bajo esa premisa fue que la organización orientó su política para los años siguientes.
Los resultados en las urnas dan cuenta de la escasa influencia del PCA en el electorado, pero una mirada panorámica debe comprender también el hecho de que la polarización fue un factor determinante. De los 254 diputados nacionales, sólo 14 no correspondían a la UCR y el PJ, de los cuales 4 de los 5 escaños neuquinos correspondían al Movimiento Popular Neuquino, 2 de los 6 sanjuaninos al Partido Bloquista, 1 de los 5 pampeanos al Movimiento Federal Pampeano, 1 de los 6 jujeños al Movimiento Popular Jujeño, 2 de los 7 correntinos al Partido Liberal y al Partido Autonomista, sólo uno de los 70 escaños bonaerenses al Partido Intransigente y de los 25 porteños 1 correspondió al Partido Demócrata Cristiano, 1 al Partido Intransigente y 2 a la UCéDé. Por lo demás, entre las 15 listas presentadas en la provincia de Buenos Aires, el PCA ocupó el cuarto lugar detrás de la UCR, el PJ y el PI quedando sobre la UCéDé, la democracia cristiana y las agrupaciones trotskistas y socialistas. En CABA se ubicó sexto de trece listas.
En definitiva, como he intentado comprobar hasta aquí, el PCA celebraba el futuro en tanto una nueva etapa de la vida política nacional. La democracia y las expectativas de democratización, así como la preocupación en torno a los presuntos proyectos desestabilizadores, habían impactado en la forma de intervenir en la política. Consideró que durante los acontecimientos que habían marcado la apertura, como habían sido las movilizaciones organizadas por la CGT y por las organizaciones que peleaban por la defensa de los derechos humanos y se oponían a la amnistía y la guerra de Malvinas, se había llevado adelante una tarea que había atendido a esclarecer esos acontecimientos.
El PCA realizaba un balance de la campaña ideológica sustantivamente positivo. En términos orgánicos, según Angel Negri, el secretario de prensa del partido, se habían alcanzado los 300.000 afiliados y en el contexto de las elecciones, la venta de 100.000 prensas del partido y 100.000 más de la juventud. Según este dirigente, mediante piqueteos, actos y festivales se habían alcanzado cifras muy elevadas de colocación: 606.271 de Qué pasa en el transcurso de cuatro meses. Como dijimos, tras el proceso electoral, el PCA explicó su marginalidad en función de la polarización entre la UCR y el peronismo, no obstante, la lectura según la cual “peronistas y comunistas [debían ir] juntos en el voto y en la lucha” siguió vigente “más que nunca” aún después de las elecciones. El PCA leía que en el marco de esa polarización, los votos obtenidos eran orgánicos y constituían el núcleo duro de la militancia comunista y que las personas simpatizantes habían quedado atrapadas en la telaraña del sistema electoral y “el voto útil”.
El 4 de noviembre, luego de las elecciones, la comisión política se dirigió a “camaradas y amigos” mediante una carta en la que el partido reforzaba su compromiso con “el pueblo, hombres, mujeres y jóvenes, junto a las masas peronistas, luchando por sus reivindicaciones económico-sociales”.72 72 La movilización…, 1984, p. 2. Por un lado, el balance expresaba la (en absoluto novedosa) renuncia a la representación de la clase trabajadora en manos del peronismo, pero también, por otro lado, cierta expectativa respecto de la posibilidad de que sus cantos sean escuchados por un peronismo que había perdido las elecciones. Este asunto tuvo diferentes modulaciones en los años siguientes y se solapó con algunos discursos más radicales y con las expectativas de una militancia que no necesariamente se había convencido del benévolo balance que hacía público la dirección. La autocrítica sobre el apoyo al PJ no se hizo esperar y fue uno de los elementos fundamentales de la trasformación del partido en los años siguientes.
Comentario final
Hasta aquí hemos atendido a cómo, con la apertura que supuso una marcha hacia la recuperación de la institucionalidad democrática, el PCA se posicionó en el escenario de legalidad política electoral. Para ello, nos detuvimos en la disolución de la línea de convergencia en el marco de la crisis dictatorial, lo cual significó un paso hacia la búsqueda de una unidad exclusivamente con sectores civiles. En esa clave, el comunismo se esforzó por interpelar centralmente a los partidos tradicionales. Las dificultades para constituir una alternativa frentista lo llevaron a recorrer en relativa soledad el proceso de legalización. El artículo se detiene en cómo la campaña de afiliación disparada en el acto del Luna Park significó un parte aguas que fue considerado por el propio partido como su “destape político” donde la juventud tuvo un lugar protagónico. La movilización de recursos materiales y simbólicos alentó a la conquista de la personería en todas las provincias que se constituyó en sí misma como un éxito, pese a los magros resultados electorales.
El trabajo analizó la campaña política de cara a la conquista de la voluntad de las y los votantes y destacó cómo a los problemas de índole general (crisis económica e institucionalidad) se sumaron aquellos que afectaban de modo específico a las y los trabajadores, las juventudes y centralmente a las mujeres. En ese sentido, el artículo propuso explicar la convivencia entre discursos que promovían soluciones paliativas pero inmediatas a los problemas sociales y otros planteamientos más de fondo. Por último se reparó en los resultados electorales y las causas explicativas que la dirección del partido esgrimió para su militancia y la sociedad.
Creemos que, entre la expectativa y la desilusión, las y los comunistas fueron delineando su propia agenda y que esta estuvo fuertemente condicionada por los cambios que a nivel social, político y cultural se fueron dando en la sociedad de la que formaban parte. Asimismo, recogimos en este artículo una serie de reivindicaciones que fueron asumidas con ilusión por los protagonistas en diálogo con un conjunto social más amplio; estas son aún hoy deudas de una democracia que no ha cumplido en Argentina las promesas de alimentar, vestir y educar a todos y a todas.
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1
Artículo no publicado en plataforma de preprint. En el artículo se hace referencia a todas las fuentes y bibliografías utilizadas
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3
Aparición con vida fue la consigna con la que las organizaciones de derechos humanos y los familiares de las personas desaparecidas durante la dictadura (fundamentalmente sus madres agrupadas en la asociación Madres de Plaza de Mayo) pusieron en agenda para reclamar por los crímenes del terrorismo de estado. Ver SCOCCO, 2021SCOCCO, Marianela. La juventud y el movimiento de derechos humanos. Transformaciones y conflictos en la incorporación de una nueva generación militante pos Malvinas. Cuadernos de Historia, n. 28, 2021. p. 229-249. Disponible en: https://revistas.unc.edu.ar/index.php/cuadernosdehistoriaeys/article/view/36422.
https://revistas.unc.edu.ar/index.php/cu... . -
4
Los principales debates en torno a la transición a la democracia fueron recuperados en los diferentes capítulos de Democracia, hora cero (FRANCO; FELD, 2015FRANCO, Marina; FELD, Claudia. Democracia, hora cero. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2015.), aunque su temporalidad forma parte de un debate más amplio que aún se encuentra en desarrollo (ALONSO, 2018ALONSO, Luciano. Problemas de enfoque en torno a la movilización social en la transición a la democracia en Argentina, c. 1979-1983. Rubrica contemporánea, v. 7, n. 14, 2018, p. 59-78. doi: https://doi.org/10.5565/rev/rubrica.164.
https://doi.org/10.5565/rev/rubrica.164... ). -
5
Elaboración propia en base a los datos del Ministerio del Interior.
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6
Idem.
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7
El Luna Park es un histórico teatro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde se han realizado importantes recitales y actos políticos.
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8
Lo que no puede esperar, 1982Lo que no puede esperar. Qué pasa, n. 73, a. 2, 7 de julio de 1982..
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9
Hacia un pacto..., 1983Hacia un pacto de garantías constitucionales para asegurar la estabilidad democrática. Comisión Política del Partido Comunista. 13 de julio de 1983..
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10
Hacia un pacto…, 1983Hacia un pacto de garantías constitucionales para asegurar la estabilidad democrática. Comisión Política del Partido Comunista. 13 de julio de 1983., p. 4.
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11
Desde la apertura que supuso la crisis dictatorial, el proceso se caracterizó por el destape cultural, político y sexual que suscitó una serie discusiones que impactaron en la construcción de la democracia (MANZANO, 2021MANZANO, Valeria. Tiempos de destape: sexo, cultura y política en la Argentina de los ochenta. Mora, n. 25, 2021, p. 135-154. doi: https://doi.org/10.34096/mora.n25.8526.
https://doi.org/10.34096/mora.n25.8526... ). En consonancia con aquel clima, el comunismo hizo hincapié a su propio “destape político”. -
12
El acto ya está en la calle, 1982El acto ya está en la calle. Aquí y ahora, n. 38, a. 2, del 31 de agosto al 15 de septiembre de 1982., p. 3.
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13
Ibidem.
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14
Ibidem.
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15
Los comunistas pasaron al frente, 1982Los comunistas pasaron al frente. Suplemento especial de Qué pasa, 8 de septiembre de 1982..
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16
Política ObreraPolítica Obrera, n. 333, a. XVII, 12 de octubre de 1982. era un partido trotskista fundado en 1964 y desde 1983 llamado Partido Obrero.
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17
Política obrera, 1982.
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18
Los comunistas pasaron al frente, 1982Los comunistas pasaron al frente. Suplemento especial de Qué pasa, 8 de septiembre de 1982..
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19
El otro Luna,1982El otro Luna. Aquí y ahora, s/n., del 16 al 92 de septiembre de 1982., p. 12.
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20
Los comunistas pasaron al frente, 1982Los comunistas pasaron al frente. Suplemento especial de Qué pasa, 8 de septiembre de 1982..
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21
Ibidem.
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22
En ese momento Secretario General de la Federación Juvenil Comunista. Patricio Echegaray será desde entonces un cuadro clave en lo que se denominó el “viraje revolucionario” del PCA y que tuvo su epicentro en el XVI Congreso de 1986
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23
Todo el luna, 1982Todo el luna. Aquí y ahora, s/n., del 16 al 29 de septiembre de 1982. , p. 7-13.
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24
Ibidem.
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25
Ibidem.
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26
Ibidem.
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27
Ibidem.
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28
Alberto Nadra es un escritor y periodista que militó desde su temprana juventud en el PCA. Fue promovido de la Fede al partido en el año 1984 en el contexto del viraje. Tuvo a su cargo la redacción de la prensa juvenil durante los primeros años 80 y se desempeñó como asesor de los principales dirigentes de la década escribiendo sus discursos.
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29
Entrevista a Alberto Nadra. Por Victoria Bona, octubre de 2021, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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30
La promoción de cuadros es el paso de la Federación Juvenil Comunista al Partido Comunista de la Argentina e implica un reconocimiento de la experiencia de militancia. Las promociones solían hacerse mediante rituales específicos en el marco de actos partidarios.
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31
Entrevista a Sergio Schilman. Por Victoria Bona, octubre de 2018, Rosario, Santa Fe.Entrevista a Sergio Schilman. Por Victoria Bona, octubre de 2018, Rosario, Santa Fe. Sergio Schilman fue un militante comunista de la ciudad de Rosario. Sergio Schilman fue un militante comunista de la ciudad de Rosario. Fue responsable del PCA en la ciudad en los años 80 y varias veces candidato a concejal. Estuvo secuestrado y preso durante la última dictadura militar y fue convocado a declarar frente a la CIDH. Luego de dar testimonio fue nuevamente encarcelado y sufrió duras torturas como forma de represalia.
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32
Alejandro Szwarcman fue militante de la Fede de Capital Federal en los ochenta y actualmente milita en el PCA, Comuna 7. Participó, entre otros eventos importantes para su propia formación, del Festival Mundial de la Juventud en Moscú en 1985. Si bien es comunista, tiene profundos desacuerdos respecto de la línea política actual del PCA.
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33
Entrevista a Adrián Lomlomdjian, Alejandro Szwarcman, Gerardo Viera Vila y Marcelo Glielmi. Por Victoria Bona, octubre de 2021Entrevista a Adrián Lomlomdjian, Alejandro Szwarcman, Gerardo Viera Vila y Marcelo Glielmi. Por Victoria Bona, octubre de 2021, Ciudad Autónoma de Buenos Aires., Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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34
Adrián Lomlomdjian fue militante de la Fede en Capital Federal en los 80 y actualmente del PCA en Comuna 7. Participó de escuelas de formación política en Argentina y el exterior. Actualmente es miembro de la Unión Cultural Armenia, desde donde sostiene un compromiso militante y solidario con fuerzas de izquierda de la República de Armenia.
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35
Entrevista a Adrián Lomlomdjian, Alejandro Szwarcman, Gerardo Viera Vila y Marcelo Glielmi.
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36
El país necesita un gran Partido Comunista, 1982El país necesita un gran Partido Comunista. Aquí y ahora, s/n., del 16 al 29 de septiembre de 1982., contratapa.
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37
Los artistas pusieron música al entusiasmo, 1982Los artistas pusieron música al entusiasmo. Suplemento especial de Qué pasa, 8 de septiembre de 1982..
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38
Vamos a cambiar la vida, 1983Vamos a cambiar la vida. Volante/poster, PCA, 1983..
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39
Qué pasa, n. 135, p. 11.
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40
Carta a los trabajadores n. 2, 1983Carta a los trabajadores n. 2, Partido Comunista de Venado Tuerto, junio de 1983..
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41
Qué pasa, 1983Qué Pasa, n. 134, a. 3, 14 de septiembre de 1983., p. 1.
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42
Qué Pasa, 1983Qué pasa, n. 135, a. 3, 21 de septiembre de 1983., p. 8 [el subrayado es nuestro].
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43
El congreso, tras años de dictadura, tuvo como propósito discutir casi con exclusividad la cuestión electoral y fue convocado y celebrado sin despliegue propagandístico en la prensa.
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44
Qué Pasa, 1983Qué pasa, Suplemento especial, 6 de diciembre de 1983., contratapa.
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45
Ley n° 22.847, 1983LEY N. 22.847. Ley de Convocatoria Electoral, Buenos Aires, 12 de julio de 1983..
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46
Plataforma Nacional del Partido…, 1983Plataforma Nacional del Partido Comunista. Elecciones nacionales del 30 de octubre de 1983. Buenos Aires: Editorial Anteo, mayo de 1983., p. 3.
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47
En las plataformas de Santa Fe y Mendoza, la cuestión del agro era fundamental y estuvo muy presente también en Córdoba. Mientras en la provincia cordillerana la movilización de los agricultores y productores medianos había motivado la postulación de un trabajador agrícola como gobernador, Rafael Báez, en Santa Fe, las plataformas de cada pueblo tomaron en sus manos el asunto.
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48
Plataforma Nacional del Partido…, p. 11.
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49
Ibidem, p. 8.
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50
Ibidem, p. 9.
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51
Ibidem, p. 9.
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52
Irma Othar es una de las referentes obreras del PCA más importantes de la segunda mitad del siglo XX reconocida por haber alcanzado una diputación nacional como candidata comunista en los cincuenta. Se desempeñó como obrera frigorífica e integró el Consejo de la Federación Sindical Mundial. Respecto de su participación en el frente de mujeres, fue Secretaria General de la UMA e integró el Consejo de la Federación Democrática Internacional de Mujeres. Su trayectoria militante durante el peronismo fue recuperada por Adriana Valobra (2012)VALOBRA, Adriana. ‘Una historia de vida en la lucha de clases’: Trayectoria política de Irma Othar, 1943-1957. Mundos do trabalho, v. 4, n. 7, 2012, p. 292-113. doi: http://dx.doi.org/10.5007/1984-9222.2012v4n7p292.
https://doi.org/10.5007/1984-9222.2012v4... . Es una figura pública que ha alcanzado importante reconocimiento como mujer trabajadora. -
53
El de las empleadas domésticas fue un conflicto que revistió gran interés para el PCA fundamentalmente en 1982.
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54
La mujer, el trabajo y la lucha, 1983La mujer, el trabajo y la lucha. Qué Pasa, n. 124, a. 3, 6 de julio de 1983., p. 7.
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55
Ibidem.
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56
Estadística elaborada por el Grupo Banco Mundial. Consultar: https://datos.bancomundial.org/indicador/sp.dyn.tfrt.in?locations=AR.
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57
Exigían idoneidad como único requisito de acceso a un puesto de trabajo y prohibición de despido de las mujeres embarazadas, entre otras.
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58
Plataforma Nacional del Partido…, p. 24.
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59
La Nación, 1983La Nación. Lunes, 15 de agosto de 1983..
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60
Divorcio…, 1983Divorcio. Entre los prejuicios y la realidad. Qué pasa, n. 131, a. 3, 24 de agosto de 1983., contratapa.
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61
El PC y la adopción, 1983El PC y la adopción. Qué pasa, n. 136, a. 3, 28 de septiembre de 1983., p. 15.
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62
Por una vida más feliz…, 1983Por una vida más feliz. El PC propicia un código de familia. Qué pasa, n. 139, a. 3, 19 de octubre de 1983., p. 13.
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63
Ibidem.
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64
Una mujer dirigente…, 1983Una mujer dirigente aprendió en su partido y en la lucha diaria. Qué Pasa, n. 128, a. 3, 3 de agosto de 1983..
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65
Las elecciones del 30…, 1983Las elecciones del 30 y las trabajadoras del vestido. Qué Pasa, n. 139, a. 3, 19 de octubre de 1983., p. 13.
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66
Las mujeres peronistas…, 1983Las mujeres peronistas y comunistas. Qué Pasa, n. 133, a. 3, 7 de septiembre de 1983., p. 7.
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67
Las comunistas y los comunistas se refirieron en general a la cultura como bienes de consumo y sus políticas estuvieron mayormente orientadas a la distribución y democratización del acceso a bienes culturales. Por eso nos referimos en términos restrictivos cuando hablamos de cultura en tanto categoría nativa (libros, obras musicales, plásticas, películas y acceso a la educación).
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68
Información proporcionada por el Departamento de Estadísticas de la Dirección Nacional Electoral del Ministerio del InteriorDepartamento de Estadísticas de la Dirección Nacional Electoral del Ministerio del Interior..
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69
Entrevista a Ricardo San Esteban. Por Victoria Bona, enero de 2020, La Carlota, CórdobaEntrevista a Ricardo San Esteban. Por Victoria Bona, enero de 2020, La Carlota, Córdoba. Qué Pasa, n. 141, a. 3, 2 de noviembre de 1983.. Ricardo San Esteban fue dirigente de Luz y Fuerza alcanzando la Secretaría General en Venado Tuerto. Luego la dirección del partido decidió orientar su trabajo hacia el ámbito rural. Fue uno de los más importantes dirigentes de UPARA. Ricardo, generosamente, donó su archivo personal al Archivo Histórico del Comunismo de Rosario (BONA, 2022BONA, Victoria. El Archivo Histórico del Comunismo en la ciudad de Rosario. Pasado y presente de un acervo documental. Revista Electrónica de Fuentes y Archivos, v. 2, n. 13, 2022, p. 164-178. Disponible en: https://revistas.unc.edu.ar/index.php/refa/article/view/39681.
https://revistas.unc.edu.ar/index.php/re... ) y recibió en su casa a integrantes del equipo. -
70
Qué Pasa, 1983Divorcio. Entre los prejuicios y la realidad. Qué pasa, n. 131, a. 3, 24 de agosto de 1983..
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71
Elecciones 83…, 1983Elecciones 83. Los dirigentes dan sus opiniones. Qué pasa, n. 142, a. 3, 9 de noviembre de 1983..
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72
La movilización…, 1984La movilización es el seguro de la democracia. Qué pasa, n. 193, año 4, 7 de noviembre., p. 2.
Referencias bibliográficas
- Carta a los trabajadores n. 2, Partido Comunista de Venado Tuerto, junio de 1983.
- Divorcio. Entre los prejuicios y la realidad. Qué pasa, n. 131, a. 3, 24 de agosto de 1983.
- El acto ya está en la calle. Aquí y ahora, n. 38, a. 2, del 31 de agosto al 15 de septiembre de 1982.
- El otro Luna. Aquí y ahora, s/n., del 16 al 92 de septiembre de 1982.
- El país necesita un gran Partido Comunista. Aquí y ahora, s/n., del 16 al 29 de septiembre de 1982.
- El PC y la adopción. Qué pasa, n. 136, a. 3, 28 de septiembre de 1983.
- Elecciones 83. Los dirigentes dan sus opiniones. Qué pasa, n. 142, a. 3, 9 de noviembre de 1983.
- La movilización es el seguro de la democracia. Qué pasa, n. 193, año 4, 7 de noviembre.
- La mujer, el trabajo y la lucha. Qué Pasa, n. 124, a. 3, 6 de julio de 1983.
- Las elecciones del 30 y las trabajadoras del vestido. Qué Pasa, n. 139, a. 3, 19 de octubre de 1983.
- Las mujeres peronistas y comunistas. Qué Pasa, n. 133, a. 3, 7 de septiembre de 1983.
- LEY N. 22.847. Ley de Convocatoria Electoral, Buenos Aires, 12 de julio de 1983.
- Lo que no puede esperar. Qué pasa, n. 73, a. 2, 7 de julio de 1982.
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- Vamos a cambiar la vida Volante/poster, PCA, 1983.
- Departamento de Estadísticas de la Dirección Nacional Electoral del Ministerio del Interior.
- Entrevista a Adrián Lomlomdjian, Alejandro Szwarcman, Gerardo Viera Vila y Marcelo Glielmi. Por Victoria Bona, octubre de 2021, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
- Entrevista a Alberto Nadra. Por Victoria Bona, octubre de 2021, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
- Entrevista a Ricardo San Esteban. Por Victoria Bona, enero de 2020, La Carlota, Córdoba. Qué Pasa, n. 141, a. 3, 2 de noviembre de 1983.
- Entrevista a Sergio Schilman. Por Victoria Bona, octubre de 2018, Rosario, Santa Fe. Sergio Schilman fue un militante comunista de la ciudad de Rosario.
- Estadística del Grupo Banco Mundial. Disponible en: https://datos.bancomundial.org/indicador/sp.dyn.tfrt.in?locations=AR
» https://datos.bancomundial.org/indicador/sp.dyn.tfrt.in?locations=AR - Hacia un pacto de garantías constitucionales para asegurar la estabilidad democrática. Comisión Política del Partido Comunista. 13 de julio de 1983.
- La Nación Lunes, 15 de agosto de 1983.
- Plataforma Nacional del Partido Comunista. Elecciones nacionales del 30 de octubre de 1983 Buenos Aires: Editorial Anteo, mayo de 1983.
- Política Obrera, n. 333, a. XVII, 12 de octubre de 1982.
- Qué Pasa, n. 134, a. 3, 14 de septiembre de 1983.
- Qué pasa, n. 135, a. 3, 21 de septiembre de 1983.
- Qué pasa, Suplemento especial, 6 de diciembre de 1983.
Bibliografía
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- ÁGUILA, Gabriela. La izquierda argentina: entre la dictadura y la transición democrática: notas para su estudio. Revista de Historia Social y de las Mentalidades, v. 23, n. 2, 2019, p. 277-304. doi: https://doi.org/10.35588/rhsm.v23i2.4109.
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Editado por
Editores responsáveis
Fechas de Publicación
-
Publicación en esta colección
26 Ago 2024 -
Fecha del número
2024
Histórico
-
Recibido
19 Oct 2023 -
Acepto
19 Feb 2024