A partir de experiencias clínicas, nos cuestionamos una vez más sobre el lazo del niño autista con la voz. Sostenemos que el cuerpo y el lenguaje entran en resonancia a partir del timbre, dimensión real de la voz «sonora». La voz mecanizada, la voz artificial, o incluso frases musicales, serán utilizadas por el autista para jugar con esta dimensión del timbre, permitiendo una apertura hacia el lenguaje. Identificar las posibilidades de resonancia del niño se convierte en una nueva perspectiva clínica.
Autismo; resonancia; timbre; voz