La brecha 10/90, establecida por el Global Forum for Health Research, enfatiza que el 90% del gasto global en investigación médica está orientada a problemas que afectan solo al 10% de la población mundial. El aplicar los resultados de investigaciones de los países desarrollados a los problemas de los países pobres podría resultar en un una solución conveniente, potencialmente fácil y tentadora para esta brecha. En este artículo, argumentamos que tal aproximación acarrea el riesgo de exportar fracasos. Las intervenciones de salud que demuestran ser efectivas en el contexto de un país desarrollado no implican, necesariamente, que funcionará en los países en desarrollo.