Resumen
Si bien la hipercentralidad del inglés ha sido considerada un rasgo central del sistema académico mundial y una tendencia creciente en el circuito académico latinoamericano, impulsada por las políticas científicas estatales y por las creencias de los investigadores, no se ha intentado hasta ahora observar hasta qué punto la publicación en inglés es efectivamente un requisito para desarrollar una carrera académica en la región. Intentamos aportar a la comprensión sobre esta cuestión explorando los resultados de una encuesta que compara el uso de lenguas extranjeras en las publicaciones y las experiencias de adquisición de competencia lingüística en inglés de investigadores radicados en Argentina, Brasil y Chile. Los resultados muestran una realidad más compleja que la adelantada por la evidencia de la hipercentralidad del inglés. La bibliodiversidad y el multilingüismo parecen ser más la norma que la excepción entre estos investigadores. Se identificó entre ellos un flujo constante de publicaciones en la lengua nacional, así como el uso de otras lenguas. Dado que estos resultados varían según el campo disciplinario y en relación con la formación de doctores en el extranjero, el artículo propone una visión más matizada de la dinámica de las prácticas de publicación en el Cono Sur.
Palabras clave:
Hipercentralidad del inglés; Capital lingüístico; Multilingüismo.
Resumo
Embora a hipercentralidade do inglês tenha sido considerada característica central do sistema acadêmico mundial e tendência crescente no circuito acadêmico latino-americano, impulsionada pelas políticas científicas estatais e pelas crenças dos pesquisadores, até agora não se tentou observar até que ponto a publicação em inglês é efetivamente requisito para desenvolver uma carreira acadêmica na região. Intentamos contribuir para a compreensão dessa questão explorando os resultados de uma pesquisa que compara o uso de línguas estrangeiras em publicações e as experiências de aquisição de competência linguística em inglês de pesquisadores radicados na Argentina, Brasil e Chile. Os resultados mostram uma realidade mais complexa do que a avançada pela evidência da hipercentralidade do inglês. A bibliodiversidade e o multilinguismo parecem ser mais a norma do que a exceção entre esses pesquisadores. Identificou-se entre eles um fluxo constante de publicações na língua nacional, bem como o uso de outros idiomas. Dado que esses resultados variam segundo o campo disciplinar e em relação com a formação de doutores no exterior, o artigo propõe uma visão mais matizada da dinâmica das práticas editoriais no Cone Sul.
Palavras-chave:
Hipercentralidade do inglês; Capital linguístico; Multilinguismo.
Abstract
While the hyper centrality of English has been considered a central feature of the world academic system and an increasing tendency in the Latin American academic circuit, one that has been pushed by state scientific policies and by the beliefs of researchers, no attempt has been made so far to observe to which extent publication in English is indeed a requirement for developing an academic career in the region. We attempt to shed new light in this issue by exploring the results of a survey that compares the use of foreign languages in publications and the experiences of acquiring linguistic competence in English for researchers based in Argentina, Brazil and Chile. The results show a more complex reality than that advanced by the evidence of hyper centrality of English. Bibliodiversity and multilingualism seems to be more the norm than the exception among these researchers. A steady stream of publication in the national language was identified among them, as well as the use of other languages. As these results vary by disciplinary field and related to phd formation abroad, the article proposes a more nuanced view of the processes and dynamics of publication practices in the Southern Cone.
Keywords:
Hyper centrality of English; Linguistic capital; multilingualism.
Introducción
Durante mucho tiempo, los investigadores de diferentes latitudes han vivido (o maldecido) la parábola “publicar o perecer”, pero la mayoría de ellos acaba creyendo que publicar en las revistas de la corriente principal es la puerta de oro para entrar en la “ciencia mundial”. Una vez cumplida la globalización de los criterios establecidos por el Institute of Scientific Information (isi) creado en 1959, publicar en inglés se convirtió en el medio más eficaz para adquirir prestigio científico “universal”. Las revistas estadounidenses fueron el modelo legítimo de este nuevo estilo de producción y el inglés la lengua dominante que conquistó casi todas las disciplinas. Varios estudios (Gingras, 2002Gingras, Yves. (2002), “Les formes spécifiques de l’internationalité du champ scientifique”. Actes de la Recherche en Sciences Sociales, 141-142: 31-45., Ortiz, 2009Ortiz, Renato. (2009), La supremacía del inglés en las ciencias sociales. Buenos Aires, Siglo Veintiuno.) han observado que la base de datos de indexación creada por Garfield fue durante cuarenta años la única fuente para los informes y estudios comparativos internacionales y, en consecuencia, también para la “universalización” de los indicadores de evaluación de las carreras individuales y las instituciones. No cabe duda de que la hipercentralidad del inglés prevaleció en este proceso como el capital lingüístico transaccional más valioso (Gerhards, 2014Gerhards, Jürgen. (2014), “Transnational linguistic capital: Explaining English proficiency in 27 European countries”. International Sociology, 29 (1): 56-74. doi: 10.1177/0268580913519461.
https://doi.org/10.1177/0268580913519461...
). De Swaan (2002)De Swaan, Abram. (2002), The world language system. A political sociology and political economy of language. Cambridge, Polity Press. sostiene que este predominio también forma parte de la lógica de un sistema lingüístico global que se sustenta en relaciones de poder e intercambio, que no evolucionan independientemente de las dinámicas económicas políticas y culturales.
En el caso de América Latina, esto parece corroborarse de diversas maneras en el largo plazo: la imposición de una lengua sobre otras fue una forma de violencia simbólica que comenzó durante la conquista en 1492 y continuó durante la colonización, como resultado de la violencia física ejercida contra las comunidades originarias de este subcontinente. Dos lenguas dominantes, el español y el portugués, se establecieron como oficialmente legítimas mientras se producía el exterminio de gran parte de la población nativa, subyugando cientos de lenguas indígenas como el Náhuatl, el Quechua, el Aymara, el Guaraní, el Mapudungún y otras. En la actualidad, los supervivientes de estas comunidades siguen hablando esas lenguas y las tradiciones nativas han resistido.
En el ámbito de la producción y circulación del conocimiento científico parece que estas dos lenguas oficiales han sido arrinconadas por el inglés, al menos entre los biólogos, investigadores de salud y medicina, ingenieros, físicos, astrónomos y otros. Informes recientes afirman que el inglés se utiliza en más del 90% de los documentos publicados en revistas académicas (Badillo, 2021Badillo, A. (2021), El portugués y el español en la ciencia: apuntes para un conocimiento diverso y accesible. Madri, oei/Real Instituto Elcano.). Lo que no se dice claramente es que esta observación se limita a las bases de datos principales que incluyen principalmente la producción de las universidades tradicionales de alto rango. Este enfoque oscurece la considerable actividad académica que sigue teniendo lugar en todo el mundo en múltiples idiomas, lo que indica el valor que estos idiomas tienen para los escritores académicos, así como para los lectores. La realidad global del multilingüismo en todos los ámbitos, incluido el académico, pone en tela de juicio la naturalización del inglés como lengua privilegiada de publicación (Curry y Lillis, 2022Curry, M. J. & Lillis, T. (2022), “Multilingualism in academic writing for publication: Putting English in its place”. Language Teaching: 1-14 doi:10.1017/S0261444822000040.
https://doi.org/10.1017/S026144482200004...
). Desde la perspectiva de la periferia, se observan otras realidades, junto a un dinámico circuito regional con más de 6.000 revistas científicas editadas en español y portugués, publicadas en acceso diamante (Beigel, 2019Beigel, Fernanda. (2019), “Indicadores de circulación: Una perspectiva multi-escalar para medir la producción científico-tecnológica latinoamericana”. Ciencia, Tecnología y Política, 2 (3), 028. https://doi.org/10.24215/26183188e028.
https://doi.org/10.24215/26183188e028...
).
Las características de la integración de las élites científicas semiperiféricas a los estándares globales han sido examinadas en estudios históricos, sociológicos y bibliométricos (Vessuri, Guédon y Cetto, 2014Vessuri, H.; Guédon, J-C. & Cetto, A. M. (2014), “Excellence or quality? Impact of the current competition regime on science and scientific publishing in Latin America and its implications for development”. Current Sociology, 62 (5): 647-665.; Vessuri y Kreimer, 2018Kreimer, P. & Vessuri, H. (2018), “Les sciences en Amérique latine. Tensions du passé et défis du présent”. In: Kleiche-Dray, Mina (dir.). Les ancrages nationaux de la science mondiale xviiie-xxie siècles. Paris, Éditions des Archives Contemporaines - ird Éditions, pp. 99-131.; Aguado-López et al., 2018Aguado-López, Eduardo; Becerril-García, Arianna & Godínez-Larios, Sheila. (2018), “Asociarse o perecer: la colaboración funcional en las ciencias sociales latinoamericanas”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 161: 3-22. doi: https://doi.org/10.5477/cis/reis.161.3.
https://doi.org/10.5477/cis/reis.161.3...
; Alperin y Rosemblum, 2017; Vasen y Lujano, 2017Vasen, F., & Lujano Vilchis, I. (2017), “National systems of classification of academic journals in Latin America: Recent trends and implications for academic evaluation in the social sciences”. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, 62 (231): 199-228.; Piovani, 2020Piovani, Juan Ignacio. (2020), “Styles of academic production in the Argentine social sciences: heterogeneity and heterodoxy”. Serendipities. Journal for the Sociology and the History of the Social Sciences, 4 (1-2): 27-48.). Sin embargo, hasta ahora no se ha estudiado cómo llegan a dominar el inglés como lengua extranjera, sopesando el efecto causal del origen social y el papel que juega la formación académica. La encuesta examinada en este trabajo (Ecapin, 2018) recoge los resultados de un estudio trinacional realizado en Argentina, Brasil y Chile por un equipo compuesto por investigadores senior de los tres países. Luego de determinar el universo de estudio de cada campo nacional, sus condiciones estructurales y su eje comparativo, se aplicó la encuesta a tres poblaciones de académicos. Los resultados de esta encuesta se analizan en diferentes artículos presentados en esta revista, mientras que este trabajo se centra particularmente en los medios para la construcción de habilidades lingüísticas para la publicación académica en inglés. En la primera parte, analizamos la literatura disponible sobre la construcción del capital lingüístico transnacional. En segundo lugar, profundizamos en la descripción de las tres poblaciones estudiadas y el peso de los estudios de doctorado en el extranjero en sus trayectorias. Por último, señalamos los principales aspectos de la comparación transnacional que explican las similitudes y diferencias en los modos de circulación del conocimiento en el Cono Sur.
La escritura académica en inglés, en la encrucijada entre el origen social y el capital social
El capital lingüístico, como tipo de capital cultural, se compone tanto de la competencia en sí como del proceso de adquisición o incorporación, que constituye una marca de origen que posteriormente determinará su uso en el ámbito cultural (Bourdieu, 2003Bourdieu, P. (2003), El oficio del científico. Barcelona, Anagrama.). Sin embargo, el aprendizaje temprano de la lengua y el capital académico no conducen naturalmente a la publicación en los circuitos principales. Los intercambios lingüísticos en el mundo académico son asimétricos porque las lenguas se valoran de forma diferente y los académicos no tienen el mismo acceso a las habilidades asociadas a la escritura científica en inglés (Chardenet, 2012Chardenet, P. (2012), “Langues et savoirs: perceptions et réalités du capital linguistique dans la circulation des connaissances”. Coloquio Circulación Internacional del Conocimiento. México, Cinvestav-iiesu.; Lillis y Curry, 2010Lillis, Theresa & Curry, Mary Jane. (2010), Academic writing in a global context: The politics and practices of publishing in English. Londres, Routledge.; Gerhards, 2014Gerhards, Jürgen. (2014), “Transnational linguistic capital: Explaining English proficiency in 27 European countries”. International Sociology, 29 (1): 56-74. doi: 10.1177/0268580913519461.
https://doi.org/10.1177/0268580913519461...
). Como sostienen Gérard y Wagner (2015)Gérard, Étienne & Wagner, Anne-Catherine. (20 mai 2015), “Introduction: Élites au Nord, élites au Sud : des savoirs en concurrence?”. Cahiers de la Recherche sur l’Education et les Savoirs [En ligne], 14 . Disponível em: http://journals.openedition.org/cres/2722, consulado em 19/01/2022.
http://journals.openedition.org/cres/272...
, el conocimiento de una élite académica nunca es el resultado de prácticas exclusivamente eruditas, sino que siempre implica algún tipo de savoir-faire (saber hacer) y savoir-être (saber ser). Estos conocimientos se cultivan en las instituciones en las que se forman las élites y, para ser eficaces, siempre deben estar vinculados a determinados tipos de recursos sociales y políticos.
Para entender el funcionamiento y la reproducción de este saber hacer institucional, es útil recordar la distinción de Bourdieu entre los “tres estados” del capital cultural: encarnado, objetivado e institucionalizado. El primer estado, encarnado, está vinculado a un individuo a través de su familia y su educación; el segundo, está relacionado con los productos materiales y las perspectivas desarrolladas en las instituciones académicas. El capital cultural institucionalizado consiste en credenciales académicas cuyo valor simbólico excede las capacidades y perspectivas adquiridas por el individuo porque son capaces de hacer creer a los demás y de consolidar el prestigio independientemente del estatus real del portador (Bourdieu, 1979Bourdieu, Pierre. (1979), “Les trois états du capital culturel”. Actes de la Recherche en Sciences Sociales, 30: 3-6.). El saber hacer institucional es una competencia interaccional que aumenta el éxito académico y se diferencia de las capacidades de los no elegidos. La élite se construye a sí misma, pero busca la aprobación desde arriba y también desde abajo, porque los grupos a los que las élites pretenden dominar también deben aceptar el principio de su superioridad. Entre las propiedades estructurales del campo científico y las propiedades que encarnan los agentes, hay un conjunto de diferentes capitales simbólicos responsables de este poder de hacer creer, establecer la valía, reconocer y distinguir.
Sin embargo, dentro de campos académicos estructuralmente heterogéneos como los periféricos observados en este estudio, la transición mágica hacia un habitus de escritura transnacional requiere más que un capital académico o un título académico en el extranjero. Como observó Beigel (2017)Beigel, Fernanda. (2017), “Científicos periféricos, entre Ariel y Calibán. Saberes institucionales y circuitos de consagración en Argentina. Las publicaciones de los Investigadores del Conicet” (publicado en español y en inglés). Dados: Revista de Ciências Sociais, Rio de Janeiro, 60 (3): 825-865., el diferencial para definir los circuitos de reconocimiento radica en disposiciones y habilidades que se adquieren a través de la experiencia de investigación en ciertas instituciones o grupos y no en otros. Este savoir-être y savoir-faire se incorporan en la formación académica, en la docencia auxiliar, en la participación en concursos de becas, en el aprendizaje en laboratorios con investigadores senior, en la adquisición del know-how que transmiten los investigadores de éxito, en la familiarización con los estilos de publicación en el instituto en el que se realiza su trabajo, en la colaboración en redes de publicación e investigación colectivas. Este capital institucional es mucho más que una forma institucionalizada del capital académico que supone una titulación: es un capital social y un conocimiento incorporado que opera a la hora de buscar un puesto de entrada como investigador o a la hora de escribir un artículo. Estas habilidades y el savoir-dire (saber decir) son relevantes a la hora de construir el métier académico en los concursos de titularidad o al redactar una solicitud o una propuesta de proyecto para una beca de investigación.
Muchos estudios asignan tradicionalmente una fuerte incidencia a la formación doctoral en el extranjero como determinante de las formas de circulación y de los estilos de publicación (Gantman, 2011Gantman, Ernesto. (2011), “La productividad científica argentina en ciencias sociales: economía, psicología, sociología y ciencia política en el Conicet (2004-2008)”. Revista Española de Documentación Científica, 34 (3): 408-425.; varios otros). De hecho, ese era el caso de los investigadores medios hace dos o tres décadas. Estudios recientes muestran que el 92% de los investigadores del Conicet (Argentina), una de las poblaciones de este estudio, tienen títulos de doctorado obtenidos en su propio país y, sin embargo, están altamente internacionalizados con niveles considerables de publicación en inglés (Beigel, Gallardo y Bekerman, 2018Beigel, F.; Gallardo, O. & Bekerman, F. (2018), “Institutional expansion and scientific development in the periphery: The structural heterogeneity of Argentina’s academic field”. Minerva, 1-27. https://doi.org/https://doi.org/10.1007/s11024-017-9340-2.
https://doi.org/https://doi.org/10.1007/...
). En contra de la idea de sentido común de que “más joven es mejor”, los adultos pueden avanzar más rápido en la adquisición de una segunda lengua siempre que ese aprendizaje se produzca en un contexto adecuado (Krashen, 2009Krashen, S. D. (2009), Principles and practice in second language acquisition. Retrieved from http://www.sdkrashen.com/.
http://www.sdkrashen.com/...
).
La encuesta, la población objeto y la comparación transnacional de la incidencia de la formación doctoral en el extranjero
La encuesta Ecapin tuvo como objetivo comparar el uso de lenguas extranjeras en las publicaciones y las experiencias de adquisición de competencia lingüística en inglés de investigadores argentinos, brasileños y chilenos, a partir de un cuestionario autoadministrado. Para hacer posible esta comparación, teniendo en cuenta el clásico problema de la equivalencia de contextos, se decidió trabajar con poblaciones “emparejadas” según el cumplimiento de una serie de condiciones relacionadas con la definición de “científico”. La idea era estudiar a los miembros más cualificados del sistema científico de cada país y, por tanto, los más proclives a la internacionalización. Sin embargo, dado que cada país tiene un sistema de ciencia y tecnología (CyT) diferente, no fue posible lograr una equivalencia perfecta. En el caso de Argentina, la población objetivo fueron los investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), mientras que en Brasil el estudio se centró en los investigadores adscritos a programas de doctorado de excelencia (nivel 7, según la calificación de Capes), y en el caso chileno, en aquellos involucrados en proyectos de investigación financiados por Fondecyt en el período comprendido entre 2000 y 2014.
La recolección de datos se realizó durante 2017-2018 por correo electrónico mediante cuestionarios autoadministrados. En Argentina y Brasil se invitó a todos los miembros de la población objetivo a participar en el estudio, mientras que en Chile se adoptó un procedimiento de muestreo probabilístico sistemático. Sin embargo, teniendo en cuenta las bajas tasas de respuesta (como es de esperar en este tipo de encuestas), el resultado final fue el de muestras autoseleccionadas. En relación con el cuestionario, su estructura estaba compuesta por varios módulos comunes a los tres países: a) datos sociodemográficos y académicos básicos; b) antecedentes académicos e inserción institucional actual; c) habilidades lingüísticas (comprensión lectora, comprensión oral, expresión oral y escritura) y uso de lenguas extranjeras; y d) la experiencia de la adquisición de la competencia escrita en inglés. Los cuestionarios utilizados fueron muy similares en los tres países. No obstante, fue necesario realizar algunos ajustes para tener en cuenta las especificidades locales, lo que dio lugar a algunas diferencias que acabaron afectando a algunos indicadores de comparación previstos.
La base de datos combinada (que incluye las muestras de los tres países) está compuesta por 3.195 registros, de los cuales 2.390 corresponden a Argentina, 597 a Brasil y 208 a Chile. La muestra argentina incluye un 54,9% de mujeres, frente al 39,9% de Brasil y el 33,2% de Chile. La muestra argentina no sólo es la más grande sino también la más joven: el encuestado de mayor edad es un investigador nacido en 1940, mientras que en Brasil se da el caso de un investigador nacido en 1928 y en Chile uno nacido en 1936. Además, el año medio de nacimiento es 1972 para los argentinos, 1967 para los chilenos y 1964 para los brasileños. En Brasil y Argentina, los más jóvenes nacieron en 1987, mientras que en Chile lo hicieron en 1984. Como se puede observar en el Gráfico 1, el 71,1% de los argentinos nacieron a partir de 1970, frente al 51,4% de los chilenos y el 33,5% de los brasileños en la misma situación. En el Gráfico también se puede observar que en la distribución correspondiente a Brasil la moda es el intervalo 1960-1964 (17,9% del total), mientras que en Argentina y Chile la moda es el intervalo 1975-1979, aunque en el primer caso incluye al 32,4% de los investigadores y en el segundo al 21,6%.
La muestra argentina es también la que presenta la mayor proporción de investigadores nacidos en el país (97%), cifra que se reduce al 88,8% en Brasil y al 80,8% en Chile. Los pocos investigadores argentinos nacidos en el extranjero son principalmente europeos (especialmente españoles o italianos), latinoamericanos (sobre todo uruguayos y, en menor medida, brasileños o colombianos) y estadounidenses. En la muestra brasileña destacan los investigadores de origen europeo (4,5%), pero también los argentinos (2,7%) y en menor medida los estadounidenses (1%). Por su parte, la muestra chilena, que es la que presenta una mayor proporción de investigadores nacidos en el extranjero, cuenta con un 6,7% de europeos (nacidos principalmente en Alemania, Francia, Rusia y España), y un 4,3% de argentinos. Desde el punto de vista de la movilidad de los investigadores entre los tres países en estudio, Brasil y Chile tienen un saldo neto negativo con Argentina, en el sentido de que en ellos hay una importante presencia de investigadores argentinos, mientras que en Argentina la presencia de investigadores chilenos y brasileños es más bien marginal. Tampoco es cuantitativamente significativa la presencia de investigadores brasileños en Chile y chilenos en Brasil. Otro aspecto interesante a destacar es que, más allá de que algunos de los investigadores nacidos en el extranjero no son migrantes en sentido estricto (por ejemplo, en el caso de los hijos de diplomáticos en servicio o de exiliados políticos que tenían la nacionalidad -o el derecho a la nacionalidad- del país en el que trabajan actualmente), la proporción de nacidos en el extranjero en la muestra argentina (3%) es inferior a la proporción de migrantes en la población total del país (4,8%), mientras que en Brasil y Chile es mucho mayor (11,2% frente a 0,3%, en el caso brasileño, y 19,2% frente a 2,6%, en el caso chileno)
En cuanto a las variables que podrían estar asociadas al uso de lenguas extranjeras, una cuestión relevante a reconocer -más allá del hecho de haber nacido y crecido en un lugar donde se habla otro idioma-, es el país donde se realizó el doctorado. Argentina parece tener la dinámica más endógena, ya que el 83,7% de los investigadores encuestados realizaron el doctorado en su propio país. Nótese que esta proporción de investigadores con doctorado nacional es incluso inferior al porcentaje registrado en el total de la población objetivo (92%), como ya se ha mencionado. Y esta cifra incluso aumenta en las generaciones más jóvenes dado que la beca de doctorado otorgada por el Conicet sólo admite la realización del doctorado en una universidad argentina. En Brasil, a pesar de tener una fuerte tradición de estudios de posgrado, con programas institucionalizados y consolidados desde antes que en Argentina, el porcentaje de investigadores con doctorado nacional desciende al 69,3%. En el caso de este país, las dos principales entidades públicas que conceden becas de doctorado, el cnpq y la Capes, apoyan los doctorados nacionales, pero también cuentan con un amplio sistema de becas internacionales, ya sea para la realización del doctorado completo (cuatro o cinco años) o para realizar estancias de investigación de corta duración en el extranjero, como es el caso de las llamadas becas sándwich.
En el caso de la muestra de Chile, que cuenta con la mayor proporción de investigadores con estudios de posgrado en el extranjero, hay que tener en cuenta que si bien el Conicyt tiene un programa de becas para doctorados nacionales, el esquema de Becas Chile, a diferencia de las becas del Conicet en Argentina, exige un doctorado en el extranjero y, preferentemente, en universidades de alto rango. De hecho, estas becas se otorgan de acuerdo con el ranking de universidades de la ocde por áreas temáticas. Asimismo, y aunque no es vinculante para el otorgamiento de las becas, se han implementado convenios con universidades de varios países desarrollados, especialmente Reino Unido, Canadá, Australia y Estados Unidos.
Entre los investigadores argentinos que se doctoraron en el exterior, los principales destinos fueron Estados Unidos (3,6%), España (3,6%), Francia (1,3%) y Brasil (1,3%). En el caso de Brasil, destacan los porcentajes de quienes se doctoraron en Estados Unidos (8,5%), Reino Unido (7,9%), Francia (5,5%) y Alemania (2,5%). Entre los chilenos, Estados Unidos (21,2%), España (13,5%), Francia (8,7%), Reino Unido (6,7%) y Alemania (4,3%) fueron los destinos más populares para los estudios de doctorado. Si se considera la suma de todos los que se doctoraron en países de habla inglesa, se observa que en Argentina esta cifra se eleva al 5,3%; en Brasil al 17,4% y en Chile al 31,2%.
Hasta ahora, se han analizado los porcentajes de los que completaron su doctorado en su propio país de trabajo o en otro, y esto se consideraba tradicionalmente relevante en relación con el conocimiento de lenguas extranjeras. En cambio, la presencia de investigadores nacidos en el extranjero en cada país no puede tomarse linealmente como un indicador de la internacionalización académica, sobre todo si se supone que muchos de ellos llegaron a su actual lugar de residencia y trabajo después de terminar sus estudios. En consecuencia, es importante analizar los porcentajes de finalización del doctorado en el extranjero exclusivamente de los nacidos, respectivamente, en Argentina, Brasil y Chile. Entre los nacidos en Argentina, el 83,8% se doctoró en su país, mientras que el 3,6% lo hizo en Estados Unidos, el 3,4% en España, el 1,9% en Francia y el 1,6% en Brasil. Entre los nacidos en Brasil, el 72,2% se doctoró en una universidad local, mientras que el 8,4% lo hizo en una estadounidense, el 7,1% en una británica, el 5% en una francesa y el 2,6% en una alemana. Chile es el país con la mayor proporción de investigadores nacidos en el país con doctorados extranjeros, con un 20,6% que lo hizo en Estados Unidos, 13,5% en España, 8,2% en Francia, 6,5% en el Reino Unido, 1,8% en Brasil y 1,2% en Argentina. Aunque no se encuentran entre los destinos doctorales más importantes, Brasil, y en menor medida Argentina, han sido polos de atracción para la realización del doctorado entre los investigadores del Cono Sur: el 1,6% de los nacidos en Argentina y el 1, 8% de los nacidos en Chile se doctoraron en Brasil, mientras que el 0,4% de los investigadores nacidos en Brasil y el 1,8% de los nacidos en Chile lo hicieron en Argentina. Por otro lado, no hay casos de investigadores nacidos en Brasil que hayan obtenido su doctorado en Chile, y sólo el 0,3% de los nacidos en Argentina lo hicieron allí.
Los porcentajes relativos al lugar de realización del doctorado, como se verá más adelante, varían según la disciplina científica de los investigadores. Los datos sobre este último punto, por su parte, se visualizan en el Gráfico 2. Las ciencias sociales y humanas, las biológicas y de la salud, y las exactas y naturales comprenden, cada una, aproximadamente una cuarta parte de la muestra. Las ciencias agrarias y la ingeniería suponen alrededor del 17% del total, mientras que los investigadores especializados en desarrollo tecnológico apenas representan el 3%.
En la muestra argentina, si bien las tres áreas principales tienen una distribución relativamente pareja, las ciencias biológicas y de la salud se destacan levemente. Cabe señalar que estas disciplinas tradicionalmente tuvieron un lugar preponderante en el Conicet y fueron centrales para su prestigio internacional. Este país, además, es el único en el que el área de tecnología está registrada “oficialmente”, y su bajo peso relativo se debe, al menos en parte, a que comenzó a adquirir relevancia y reconocimiento institucional en tiempos recientes. En las muestras brasileña y chilena, destaca el área de ciencias exactas y naturales, con el 34,3% y el 40,4% de los investigadores, respectivamente. En segundo lugar, aparece el área de ciencias biológicas y de la salud en Brasil (29,1%) y en Chile la de ciencias sociales y humanas (35,1%). Las ingenierías y las ciencias agrarias tienen porcentajes bastante equivalentes de investigadores en los tres países, oscilando aproximadamente entre el 16,5 y el 18,5%.
Al considerar la relación entre la disciplina científica y el lugar de realización del doctorado, se observa que en el caso argentino la proporción de doctorados locales varía entre el 73,9% para las ciencias sociales y el 88,5% para las ciencias biológicas y de la salud, con valores que también superan el 85% en las tres áreas restantes. La menor proporción de doctorados locales entre los investigadores de las ciencias sociales y humanas está posiblemente relacionada con la tardía institucionalización de estos programas en las universidades argentinas. Los investigadores de estas disciplinas que se doctoraron en el extranjero lo hicieron principalmente en España (5,4%), Francia (5,3%), Estados Unidos (3,7%), Italia (2,5%), Brasil (2,2%) y Reino Unido (2,2%). Entre los de ciencias biológicas y de la salud, destacan España (3,1%) y Estados Unidos (3%); mientras que en las ciencias exactas y naturales los destinos extranjeros más frecuentes fueron Estados Unidos (4,2%), España (2%) y Alemania (1,5%). Por último, entre los investigadores de ingeniería y ciencias agrarias destacan Estados Unidos (4,2%) y España (4%); y en el caso de Desarrollo Tecnológico España (4%), Francia (2%) y Alemania (2%).
En la muestra brasileña, el porcentaje de investigadores con doctorado nacional es del 63,9% en ciencias exactas y naturales, del 66,3% en ingeniería y ciencias agrarias, del 68,3% en ciencias sociales y humanas y del 78,2% en ciencias biológicas y de la salud. En este último ámbito, el Reino Unido (6,3%), Estados Unidos (4,6%) y Francia (2,3%) fueron los destinos más frecuentes de los estudios de doctorado. Entre los investigadores de ciencias sociales y humanas, destacan los doctorados franceses (10,6%), estadounidenses (9,8%) y británicos (7,3%). En el caso de las ciencias exactas y naturales, el peso relativo de los doctorados en Estados Unidos (11,7%) y el Reino Unido (8,3%) sigue siendo elevado, pero el de los franceses (3,9%) desciende notablemente. Los investigadores brasileños en ingeniería y ciencias agrarias que se doctoraron en el extranjero lo hicieron principalmente en el Reino Unido (10,5%), Francia (8,4%), Estados Unidos (7,4%) y Alemania (4,2%).
En la muestra chilena hay un 24,7% de investigadores en ciencias sociales y humanas que se doctoraron en España, mientras que casi un 14% lo hizo en Francia, así como en Estados Unidos y el Reino Unido. En las ciencias biológicas y de la salud, la mayoría de los doctorados extranjeros se obtuvieron en Estados Unidos (53,8%), Alemania (15,4%) y España (7,7%). En las ciencias exactas y naturales, vuelve a destacar Estados Unidos (22,6%), seguido de España (8,3%), Francia (4,8%) y Alemania (3,6%). Por último, en el ámbito de ingeniería y las ciencias agrarias, la mayoría de los doctorados extranjeros proceden también de Estados Unidos (21,1%), Francia (10,5%), Alemania, Australia, España y Bélgica (alrededor del 5% en cada uno de estos países).
Conclusiones
Si bien la hipercentralidad del inglés ha sido considerada una característica central del sistema académico mundial y una tendencia creciente en el circuito académico latinoamericano, impulsada por las políticas científicas estatales y por las creencias de los investigadores, no se ha intentado hasta ahora observar hasta qué punto la publicación en inglés es efectivamente un requisito para desarrollar una carrera académica en la región. Intentamos arrojar nueva luz sobre esta cuestión explorando los resultados de una encuesta que compara el uso de lenguas extranjeras en las publicaciones y las experiencias de adquisición de competencia lingüística en inglés de investigadores radicados en Argentina, Brasil y Chile. Los resultados muestran una realidad más compleja que la adelantada por la idea de la hipercentralidad del inglés. La bibliodiversidad y el multilingüismo parecen ser más la norma que la excepción entre estos investigadores. Se identificó entre ellos un flujo constante de publicaciones en la lengua nacional, así como el uso de otras lenguas. Dado que estos resultados varían según el campo disciplinario, también fue relevante observar la diversidad relacionada con la formación de doctores en el extranjero.
La encuesta mostró que la publicación en inglés no está directamente vinculada a los estudios de doctorado en el extranjero como lo estaba hace décadas. Reveló que está ligada sobre todo a la capacidad de dominar un idioma con la ayuda de colegas nativos, redes de investigación y diversas fuentes de traducción. Todo ello depende no sólo del capital académico sino sobre todo del capital social adquirido durante la formación doctoral junto con la participación en determinados equipos de investigación internacionalizados. La encuesta puso en evidencia la relevancia del contexto institucional donde se forjan las competencias lingüísticas necesarias para escribir y publicar un artículo académico en inglés. Estas habilidades difieren según la disciplina e implican un conocimiento experto de la estructura formal de los artículos científicos, junto con los usos y costumbres en materia de citación. Así, la transformación de las habilidades lingüísticas aprendidas en la infancia hacia el capital académico implica la familiaridad con los contextos, la literatura disponible y otros conocimientos prácticos. Los resultados de este estudio muestran la importancia de la formación personalizada impartida por hablantes nativos de inglés y/o la ayuda de colegas académicos con gran experiencia en la escritura en inglés.
Las diferencias más importantes se expresan al desagregar los datos por disciplina y en relación con la autopercepción de las habilidades. Al menos tres cuartas partes de los investigadores brasileños declaran tener una competencia avanzada en las cuatro habilidades lingüísticas examinadas en la encuesta. En todos los ítems presentan los valores más altos. Los argentinos y chilenos, en cambio, sólo en comprensión lectora perciben una competencia avanzada. Para las otras tres, los promedios son significativamente menores, 51% para el caso argentino y 43% para el chileno. Una mejor autopercepción de la competencia en inglés no está necesariamente asociada a un inicio más temprano de la formación. Al comparar los tres países se verifica que Argentina presenta los niveles más altos de inicio temprano del aprendizaje del inglés, pero esto no se traduce en una mayor autopercepción de competencia que en el caso brasileño, donde hay casi una cuarta parte de los casos que declara haber iniciado su aprendizaje en la escuela de posgrado o incluso después.
Aunque la encuesta se dirigía a las élites académicas internacionalizadas de los tres países, que se suponen más internacionalizadas y mejor integradas en el sistema académico mundial dominado por el inglés, sorprendentemente, los resultados muestran una importante bibliodiversidad y multilingüismo en las prácticas editoriales. El informe brasileño muestra una fuerte representación de un perfil globalizado bien definido, el del investigador que se percibe con un nivel avanzado de inglés, que ha publicado tres cuartas partes, o más, de sus publicaciones en ese idioma, más de cinco artículos fuera de Brasil en los últimos cinco años, y que escribe de forma autónoma en inglés. Existe, sin embargo, un grupo de investigadores que “sobrevive” en los programas altamente competitivos encuestados mientras publica en su lengua nacional, el portugués. Una minoría más pequeña, por otra parte, tiende a publicar también en español, francés y alemán. Los informes de Chile y Argentina corroboran este panorama general. Además, Beigel y Bringel (2022)Beigel, F. & Bringel, B. (2022), forthcoming. comprobaron la distancia entre las autopercepciones y las prácticas editoriales a través de un análisis de los currículos completos de los investigadores de las poblaciones objetivo de esta encuesta.
América Latina está a la vanguardia del movimiento de acceso abierto no comercial. En consecuencia, sólo unas pocas de sus revistas están indexadas en wos o Scopus, mientras que la mayoría de las más de 7.000 revistas existentes están indexadas en sistemas regionales como Redalyc, Scielo y Latindex Catálogo. Otros miles de revistas siguen sin estar indexadas en ningún repositorio, pero se publican regularmente, sostenidas por el trabajo de profesores a tiempo completo, al amparo de las universidades públicas. Esto es posible porque, al menos en algunas disciplinas, en ciertas instituciones se acepta la publicación en lenguas nativas y en revistas locales en los procedimientos de evaluación. Por eso se observan élites académicas bicéfalas, unas orientadas principalmente a los estándares globales de publicación y a la colaboración internacional, otras orientadas básicamente a la circulación local. En medio de estos grupos polarizados, pueden encontrarse agendas de investigación multiescalares y multilingües.
Referencias
- Aguado-López, Eduardo; Becerril-García, Arianna & Godínez-Larios, Sheila. (2018), “Asociarse o perecer: la colaboración funcional en las ciencias sociales latinoamericanas”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 161: 3-22. doi: https://doi.org/10.5477/cis/reis.161.3
» https://doi.org/10.5477/cis/reis.161.3 - Badillo, A. (2021), El portugués y el español en la ciencia: apuntes para un conocimiento diverso y accesible Madri, oei/Real Instituto Elcano.
- Beigel, Fernanda. (2017), “Científicos periféricos, entre Ariel y Calibán. Saberes institucionales y circuitos de consagración en Argentina. Las publicaciones de los Investigadores del Conicet” (publicado en español y en inglés). Dados: Revista de Ciências Sociais, Rio de Janeiro, 60 (3): 825-865.
- Beigel, Fernanda. (2019), “Indicadores de circulación: Una perspectiva multi-escalar para medir la producción científico-tecnológica latinoamericana”. Ciencia, Tecnología y Política, 2 (3), 028. https://doi.org/10.24215/26183188e028
» https://doi.org/10.24215/26183188e028 - Beigel, F.; Gallardo, O. & Bekerman, F. (2018), “Institutional expansion and scientific development in the periphery: The structural heterogeneity of Argentina’s academic field”. Minerva, 1-27. https://doi.org/https://doi.org/10.1007/s11024-017-9340-2
» https://doi.org/https://doi.org/10.1007/s11024-017-9340-2 - Beigel, F. & Bringel, B. (2022), forthcoming.
- Bourdieu, Pierre. (1979), “Les trois états du capital culturel”. Actes de la Recherche en Sciences Sociales, 30: 3-6.
- Bourdieu, P. (2003), El oficio del científico Barcelona, Anagrama.
- Chardenet, P. (2012), “Langues et savoirs: perceptions et réalités du capital linguistique dans la circulation des connaissances”. Coloquio Circulación Internacional del Conocimiento México, Cinvestav-iiesu.
- Curry, M. J. & Lillis, T. (2022), “Multilingualism in academic writing for publication: Putting English in its place”. Language Teaching: 1-14 doi:10.1017/S0261444822000040.
» https://doi.org/10.1017/S0261444822000040. - De Swaan, Abram. (2002), The world language system. A political sociology and political economy of language Cambridge, Polity Press.
- Gantman, Ernesto. (2011), “La productividad científica argentina en ciencias sociales: economía, psicología, sociología y ciencia política en el Conicet (2004-2008)”. Revista Española de Documentación Científica, 34 (3): 408-425.
- Gérard, Étienne & Wagner, Anne-Catherine. (20 mai 2015), “Introduction: Élites au Nord, élites au Sud : des savoirs en concurrence?”. Cahiers de la Recherche sur l’Education et les Savoirs [En ligne], 14 . Disponível em: http://journals.openedition.org/cres/2722, consulado em 19/01/2022.
» http://journals.openedition.org/cres/2722 - Gerhards, Jürgen. (2014), “Transnational linguistic capital: Explaining English proficiency in 27 European countries”. International Sociology, 29 (1): 56-74. doi: 10.1177/0268580913519461.
» https://doi.org/10.1177/0268580913519461. - Gingras, Yves. (2002), “Les formes spécifiques de l’internationalité du champ scientifique”. Actes de la Recherche en Sciences Sociales, 141-142: 31-45.
- Krashen, S. D. (2009), Principles and practice in second language acquisition Retrieved from http://www.sdkrashen.com/
» http://www.sdkrashen.com/ - Kreimer, P. & Vessuri, H. (2018), “Les sciences en Amérique latine. Tensions du passé et défis du présent”. In: Kleiche-Dray, Mina (dir.). Les ancrages nationaux de la science mondiale xviiie-xxie siècles Paris, Éditions des Archives Contemporaines - ird Éditions, pp. 99-131.
- Lillis, Theresa & Curry, Mary Jane. (2010), Academic writing in a global context: The politics and practices of publishing in English Londres, Routledge.
- Ortiz, Renato. (2009), La supremacía del inglés en las ciencias sociales Buenos Aires, Siglo Veintiuno.
- Piovani, Juan Ignacio. (2020), “Styles of academic production in the Argentine social sciences: heterogeneity and heterodoxy”. Serendipities. Journal for the Sociology and the History of the Social Sciences, 4 (1-2): 27-48.
- Vasen, F., & Lujano Vilchis, I. (2017), “National systems of classification of academic journals in Latin America: Recent trends and implications for academic evaluation in the social sciences”. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, 62 (231): 199-228.
- Vessuri, H.; Guédon, J-C. & Cetto, A. M. (2014), “Excellence or quality? Impact of the current competition regime on science and scientific publishing in Latin America and its implications for development”. Current Sociology, 62 (5): 647-665.
Fechas de Publicación
-
Publicación en esta colección
27 Ene 2023 -
Fecha del número
2022
Histórico
-
Recibido
22 Ene 2022 -
Acepto
16 Set 2022