Resumen
Las periferias normalmente son concebidas como escenarios de expansión de diversas actividades económicas de ciudades centrales y tanto su funcionalidad como su configuración territorial suele explicarse desde sus usos de la tierra. Sin embargo, la literatura muestra que las lógicas que configuran estos lugares también pasan por un marco de relaciones humanas territorializadas, y que sus formas de organización también se vinculan con formas de valoraciones sociales que surgen de sus usuarios. En atención a lo anterior, la investigación enfatiza la importancia de realizar una mirada integral para comprender los cambios y las funcionalidades contemporáneas de la periferia en estudio. Para esto se consideró una metodología cualitativa de tipo etnográfica, basada en la observación de usos de la tierra y las prácticas de los distintos usuarios. Como resultado, el enfoque de estructuras espaciales hizo evidente otras actividades y relaciones entre sociedad y ambiente, tales como las formas de recreación en terrenos agrícolas, el proceso de agriculturización, la diversificación agroproductiva y cambios en los modelos residenciales, los cuales deben ser tomados en cuenta para la planificación actual y futura de la periferia.
Palabras-clave: Palabras clave: uso de la tierra; transformaciones en periferias urbanas; funcionalidades; espacio geográfico; valoración social; Gran Área Metropolita
Resumo
As periferias são normalmente concebidas como cenários de expansão de diversas atividades econômicas nas cidades centrais e tanto a sua funcionalidade como a sua organização territorial são normalmente explicadas a partir dos usos do solo. Contudo, a literatura mostra que as lógicas que configuram esses lugares também passam por um quadro de relações humanas territorializadas, e que suas formas de organização também estão ligadas a valorações sociais. Diante do exposto, a pesquisa enfatiza a importância de um olhar abrangente, baseado nas estruturas espaciais, para compreender as mudanças e funcionalidades contemporâneas da periferia em estudo. Para isso, foi considerada uma metodologia qualitativa de tipo etnográfico, baseada na observação dos usos do solo e das práticas dos diferentes usuários. Como resultado, a abordagem das estruturas espaciais tornou evidente outras atividades e relações entre a sociedade e o meio ambiente, tais como as formas de recreação em terras agrícolas, o processo de agriculturização, a diversificação agroprodutiva e as mudanças nos modelos residenciais, que devem ser levadas em conta para o planeamento atual e futuro da periferia.na (GAM).
Palavras-chave: uso do solo; transformações nas periferias urbanas; funcionalidades; espaço geográfico; valoração social; Gran Área Metropolitana (GAM)
INTRODUCCIÓN
Las periferias urbanas son unidades geográficas que reflejan la existencia de una transición entre lo urbano y lo rural, en lo que respecta a los objetos materiales como también a las representaciones e imaginarios sociales. Con el paso del tiempo, las periferias urbanas vienen experimentando transformaciones palpables en sus usos de la tierra y funcionalidades que, en gran medida, provienen de la asignación de demandas específicas por parte de ciudades centrales en su proceso de expansión (Gorelik, Carré & Prévôt-Schapira, 2013).
En estos lugares, la incursión progresiva de usos residenciales, de usos industriales, de servicios básicos y financieros, vienen ganando relativa importancia frente a los usos primarios como los agrícolas y pecuarios, que en otros tiempos fueron más determinantes para la economía nacional, y mayormente implicados en las dinámicas de cambio que reestructuran su espacio. En los países y regiones del mundo, el papel de los diferentes modelos económicos implementados y las dinámicas demográficas desarrolladas también han jugado un rol en la configuración de las periferias urbanas, lo que les denota una singularidad en los procesos constitutivos, según el país en que se encuentran.
A partir de este contexto se estudia la situación de la periferia urbana noroeste del Gran Área Metropolitana de Costa Rica (GAM), desde ahora “periferia urbana noroeste”, ubicada en las proximidades de centros de segundo orden de las provincias de San José y Heredia. En la zona de estudio, aunque los terrenos están ocupados por usos residenciales y se aprecian cambios sutiles en los usos agrícolas, el trabajo de campo realizado también ha evidenciado lógicas sociales y ambientales que participan de su configuración, mediados por la participación de población local y externos. Esta investigación pretende una reflexión integral sobre las periferias urbanas, que complementa el tradicional análisis de usos de la tierrai, a partir de variables como las formas de aprovechamiento y su valorización social. En la periferia de estudio, esto permitirá aportar conocimiento sobre las transformaciones y funcionalidades del territorio, que contribuya a comprender su vocación y a dirigir su gestión.
Algunos estudios en América Latina sugieren que la conformación de las periferias urbanas forma parte de un interés generalizado por la evolución reciente que han tenido sus ciudades, especialmente ante los efectos de la densificación urbana en ciertos espacios centrales y periféricos (Souchaud & Prévôt-Schapira, 2013); (Goetz, 2019).
Investigadores como Gorelik, Carré & Prévôt-Schapira (2013); Goetz (2019); Rodríguez & Huerta (2019); Bazant & Olivera (2015); Sánchez, (2009), definen el término de periferia urbana como un espacio complejo en el que se proyecta la jerarquía piramidal socio urbana de un lugar central. Junto a lo anterior, los investigadores reconocen el rol de diferentes dinámicas internas del tipo social, económico y cultural, las cuales son responsables de configurar a los terrenos de la periferia de forma singular.
Sobre las transformaciones de las periferias urbanas en América Latina, diversos investigadores se refieren al efecto de los modelos económicos y procesos demográficos en el tiempo. Ante todo, se destaca el agotamiento del paradigma industrial en las décadas de los ochenta y noventa del siglo XX, y más tarde, una mayor incorporación de actividades terciarias durante los años noventa del siglo pasado, aunado a un proceso reciente de concentración de empresas de finanzas y servicios especializados (Soja, 2008); (Sassen, 2010); (Gorelik, Carré & Prévôt-Schapira, 2013); Goetz (2019); (Souchaud & Prévôt-Schapira, 2013). Por otra parte, Rodríguez & Huerta (2019:10) señalan la permanencia de estructuras arraigadas, definidas por construcciones antiguas, instituciones, usos y costumbres, junto con relaciones humanas territorializadas.
La importancia de incorporar la variable de la valoración social para el estudio de los cambios en los usos de la tierra y la definición de funcionalidades, parte del hecho de resaltar el contenido social de dichas transformaciones. La valoración social puede ser definida como la forma en que las personas perciben y valoran un lugar en términos de su significado y relevancia para ellos (Scannell y Gifford, 2010); (Johnsson & Beery, 2023), sin embargo, desde esta investigación se considera que el acceso a las formas de valoración social también puede ser percibido por terceros, a partir de la observación de las prácticas sobre el terreno que realizan otras personas.
Para Löw (2008) evidenciar el contenido social de la organización y ordenamiento de los objetos materiales es fundamental para comprender la configuración los lugares, además da cabida para involucrar a otro tipo de variables en su constitución como los fenómenos de la apropiación y territorialización.
Por otra parte, son varios los investigadores que desde la psicología ambiental y la geografía de la percepción se posicionan desde las distintas formas de valoración social que hacen los habitantes o visitantes de los lugares, para explicar la estructuración y funcionalidad de estos espacios (Scannell & Gifford, 2010); (Lewicka, 2008); (López, 2015); (García & Hernández, 2019); (Boley et al, 2021); (Johnsson & Beery, 2023).
Cuando las personas se sienten emocionalmente conectadas con un lugar es más probable que lo hagan suyo y establezcan formas de valoración concordantes con los atributos apreciados y resaltados. Para Scannell & Gifford, 2010) y Johnsson & Beery (2023) la valoración social de los lugares demuestra que las personas pueden privilegiar el lugar por diversas características culturales, económicas, históricas o estéticas. Estos factores, en conjunto, pueden explicar cómo las personas utilizan y experimentan los lugares, además de cómo se establecen sus funcionalidades, o si estas se satisfacen o no.
Para el caso de Costa Rica se plantea la hipótesis que los cambios recientes en los usos de la tierra de la periferia urbana noroeste del (GAM), también procede de un conjunto de valoraciones económicas, sociales y ambientales que sus usuarios hacen de los terrenos, impactando en sus funcionalidades, destacando un regreso a los usos agrícolas y pecuarios, junto con una serie de aprovechamientos alternativos de los usos existentes.
Sobre la configuración a la periferia de estudio, se ha cuestionado varios aspectos, primero ¿Cuáles son los usos de la tierra tradicionales que pudiesen definir una base para las observaciones sobre los cambios en la periferia?, segundo ¿Cuáles son las transformaciones recientes en los terrenos de la periferia con respecto a los usos identificados?, tercero ¿Cómo se definen las funcionalidades actuales de la periferia? Estas preguntas serán abordadas en el documento y corresponde a la problemática de estudio.
Área de estudio y Métodos
La investigación se enfoca en el suroeste del cantón San Rafael, al este de San Pablo, al oeste de San Isidro y al norte del cantón Santo Domingo, todos pertenecientes a la provincia de Heredia, Costa Rica. Lo que se ha denominado en este estudio como la Periferia Noroeste del Gran Área Metropolitana corresponde a dos secciones, la anteriormente descrita y la conformada por parte de los cantones de Moravia y Vásquez de Coronado en San José, a analizar en otra etapa de la investigación.
El método principal es cualitativo, con enfoque etnográfico (Abarca et al, 2013). El principal énfasis fue el uso de la percepción visual de los investigadores mediante la observación directa del paisaje. Además, se realizaron consultas de fuentes secundarias como tesis, artículos, cartografía, información censal y estadística.
Para establecer el área de estudio se usaron geonavegadores (geobrowser) como Google Maps y OpenStreetMap. El criterio para definir la periferia urbana se basó en la ubicación de sus fronteras. En primer lugar, se delimitó los principales cuadrantes urbanos de proximidad, a saber, San Pablo, Santo Domingo, San Rafael y San Isidro; de la provincia de Heredia. Adicionalmente, se precisó otra frontera, conforme a las zonas de protección ubicadas al norte de dichos cuadrantes. La periferia se consideró como una zona umbral entre las dos estructuras descritas, en la cual se enrarece la matriz urbana.
El método de la percepción visual, en este caso aplicado al análisis de los cambios en los usos de la tierra en un lugar, es un ejercicio sensorial y permite el relacionarse con el entorno a través del sentido de la vista. El principio fundamental es que, mediante este sentido, se capta el impacto más significativo que un lugar produce en nuestros sentidos (Zamora, 2013). El método se basa en la percepción del observador sobre el medio y de las actividades que las personas ahí desarrollan, y precede de una delimitación previa del área visible de los elementos o situaciones a analizar en torno al observador.
Para determinar los usos de la tierra, se realizaron observaciones del paisaje en diferentes momentos del día y del año; junto con la identificación de sus principales usos, formas de aprovechamiento y formas de funcionalidad. Este ejercicio visual contempló los itinerarios y prácticas de los residentes y no residentes, que pudiesen revelar aspectos sobre sus formas de vinculación con los diferentes lugares de la periferia (Lewicka, 2008); (Scannell & Gifford, 2010); (Johnsson & Beery, 2023).
Para la definición de las transformaciones de los usos de la tierra, el primer paso contempló caracterizar los principales usos históricos, que pudieran servir como base ante los aprovechamientos actuales identificados. Esta base presenta las principales coberturas y actividades económicas del paisaje productivo local a partir del decenio de 1980. Como segundo paso, se caracterizó a los usos contemporáneos, a partir de las prácticas o aprovechamientos sociales y económicos realizados en el entorno.
Finalmente se realizó un análisis desde la percepción de los autores en torno a la valoración social del espacio como un elemento impulsor de nuevas funciones en la periferia en estudio, a partir de los cambios en los usos de la tierra resultantes.
En conjunto, las observaciones de estas dinámicas espaciales proceden de la restricción de movilidad poblacional y del distanciamiento social, originada por la pandemia del virus SARS-CoV-2 y que surgieron efecto desde abril del 2020.
Para la recolección de datos en terreno se realizaron cinco salidas a campo, efectuadas entre los meses de abril del 2020 y diciembre del 2022. El propósito fue identificar las formas de aprovechamiento de la tierra, los patrones de usos, y las diferentes formas de interacción socioambiental entre los individuos con la periferia, esto en diferentes momentos del año.
RESULTADOS
I. La periferia urbana noroeste: usos de la tierra tradicionales y la definición de una base para el estudio de sus transformaciones espaciales
La periferia noroeste de la GAM puede caracterizarse como un área con condiciones aptas para la producción agrícola y pecuaria. Los suelos son de origen volcánico y presentan poco desgaste debido a la baja intensidad de sus usos actuales e históricos. Los lugares que la conforman también experimentaron desde la segunda mitad del siglo XX, procesos de expansión urbana, llegando a establecer modificaciones considerables en un escenario, hasta entonces con predominancia de usos y paisajes rurales.
Entre los decenios de 1980 y 1990, se puede identificar la existencia de una matriz de usos diversificados entre agrícolas y urbanos, evidenciando, a la vez, un conjunto de parches o relictos de vegetación dispersos (Carvajal et al, 1985). Entre los usos de la tierra tradicionales destacan las plantaciones de café; la agricultura de hortalizas, frutales y plantas ornamentales; los pastos para sistemas ganaderos bovinos de leche; las áreas de conservación; los usos residenciales y, finalmente, los vinculados con la recreación y esparcimiento.
I.1 Usos de tipo agrícolas y pecuarios: Un conjunto de actividades primarias con dominancia de áreas cafetaleras y pastos
Con respecto a la actividad cafetalera, esta se mantiene gracias al consumo nacional e internacional, al ser el café de Costa Rica un bien apreciado en distintos mercados. En la zona de estudio, a partir de los recorridos realizados, se comprobó que los cultivos de café están asociados a fincas históricas, algunas de ellas con superficies entre 1 y 1.5 ha, consideradas como pequeñas; entre 1.5 y 8 ha, consideradas como medianas y, las menos frecuentes, entre 8 y 30 ha, consideradas grandes. Cabe destacar que las superficies dedicadas al café cada vez son menores en la zona debido a la expansión de usos residenciales y serviciosii.
Por otra parte, se destaca el cultivo de hortalizas, siendo más evidente los implementados en fincas especializadas, las cuales, en su mayoría presentan superficies inferiores a 1 ha, pero alcanzando en pocos casos las 3.5 ha. En general, los bienes son diversificados y destacan especies aromáticas, hortalizas de hoja, tomate, pimientos (chile), leguminosas y cucurbitáceas. Además, la horticultura se practica como forma de autoconsumo bajo el sistema solar o traspatio, en el caso de formas de residencia tradicionales, integrando otras especies como granos y musáceas.
Otro tipo de actividad importante es la pecuaria, la cual se manifiesta sobre áreas con pastos, específicamente para la industria de lácteos. En ciertos lugares de la periferia existen condiciones climáticas benignas para el ganado, disminuyendo la vulnerabilidad del estado fisiológico ante condiciones ambientales difíciles (Retana, 2001). Aunque esta actividad se encuentra dispersa en el área de estudio, existen patrones de aglomeración en las colindancias de las zonas montañosas, hacia el norte. El uso que procede de esta ganadería se configura de las relaciones productivas entre el recurso humano y el ganado vacuno, siendo principalmente el potrero y la infraestructura utilizada, tal como la bodega, el establo y el recinto para ordeño.
I.2 Uso para conservación: La presencia de áreas naturales y la definición de límites de expansión para usos agropecuarios.
Tanto la agricultura como la ganadería han sido las principales actividades que configuraron el espacio rural en la periferia de estudio. Sin embargo, el efecto de las dinámicas sociales y económicas que condujeron a la expansión de frontera agrícola en la segunda parte del siglo XX también hicieron mella en la degradación de los recursos naturales como el suelo, el agua y la vegetación. Con relación a esto, algunas áreas boscosas ubicadas dentro o en las cercanías de la periferia, poseen categorías de manejo especiales en las cuales se privilegia la conservación de recursos como el agua, la flora y fauna.
El límite noreste de la periferia coincide con varias áreas de conservación, en las que destaca el Parque Nacional Braulio Carrillo y el refugio de Vida Silvestre Cerro Dantas, todas ellas pertenecientes al área de conservación central (ACC). En la periferia, al contar con este tipo de recurso natural, también ha posibilitado la movilización de la variable ambiental entre las diversas actividades económicas asentadas, entre estas las formas residenciales tipo quinta y los usos recreacionales.
I.3 Uso residencial y usos de recreación-esparcimiento
Los usos de tipo urbano, en este caso residenciales y de recreación-esparcimiento, también forman parte de las formas históricas de estructuración de la periferia urbana. Con respecto a las formas de ocupación del espacio residencial Carvajal (1985) menciona que esto deriva de procesos económicos y sociales de la década de los 80 del siglo pasado, obedecido a procesos de reubicación residenciales, tanto formales como informales. En el primero de los casos destaca la construcción de residencias para fines recreativos o permanente, financiadas por familias de ingresos medios o altos, que buscaban disfrutar del espacio rural, sin alejarse demasiado de la ciudad y sus servicios. También se desarrollaron formas residenciales populares, de tipo permanente, bajo un patrón de proximidad con la red de transporte cantonal.
Aparte de lo indicado por Carvajal et al (1985), otro proceso que impulsó el desarrollo residencial en la periferia estudiada fue el debilitamiento de la actividad agroindustrial, particularmente la producción y exportación de café, dando cabida a una recomposición de usos a favor de la demanda de vivienda, esta última en aumento por el crecimiento de la población. Algunas de las residencias para fines recreativos se desarrollaron bajo el modelo de “quinta” las cuales presentan una mayor densidad en la parte norte de la periferia, en las cercanías de las áreas de conservación; una característica compartida con algunos polos recreacionales.
Hacia el norte de los principales centros urbanos, tales como Santo Domingo, San Rafael y San Isidro, pertenecientes a la provincia de Heredia, se han consolidado varios polos recreacionales bajo los modelos de club campestre privado y de centros públicos. Uno de estos es el Castillo Country Club, un club de montaña privado que se concibió desde inicios de los años 1970 (Gutiérrez, 1989). Por otra parte, destacan lugares como el Monte de la Cruz y el Centro Recreativo Bosque de la Hoja, los cuales son de carácter público. Aunque los clubes y centros recreativos tienen un enfoque diversificado, coinciden en ofrecer atractivos como senderos, ranchos para actividades, canchas deportivas y juegos infantiles.
II. Transformaciones recientes de los usos de la tierra tradicionales
En la periferia, a pesar de la tendencia de una mayor presión por el suelo para el desarrollo de actividades urbanas, se sigue denotando una matriz de usos agrícolas, pecuarios y de conservación. Sobre esta combinación de aprovechamientos de la tierra emergen una serie de actividades afines, las cuales participan de su configuración. Desde el año 2019, a partir de observaciones in situ se ha podido identificar una diversificación agrícola y pecuaria, una agriculturización de terrenos y una diversificación del modelo residencial. Además, sobresalen actividades como el senderismo y el ciclismo que realizan un aprovechamiento recreacional de las áreas dedicadas a cafetales, mediante una presencia itinerante.
II.1 Usos Agropecuarios: Una diversificación agro-productiva acompañada de una agriculturización en terrenos
En la zona de estudio, cada vez se observan cultivos diferentes del café, como el tomate y el chile dulce o pimentón (Capsicum annuum L.). Ambos cultivos son intensivos, realizados a pequeña escala durante todo el año, ya sea en campo abierto o en espacios semi protegidos. A partir de su introducción se ha establecido un sistema de producción mixto, siendo incorporados de forma rotativa e intermitente en algunas fincas cafetaleras, sin embargo, en algunos casos estas introducciones hortícolas han desplazado de forma permanente el cultivo de café (Ver figura 1). Por otra parte, en la actividad pecuaria destaca un desarrollo incipiente de una ganadería de leche, del tipo caprina y ovina, esto en localidades como Tierra Blanca de San Isidro. Esta actividad se acompaña con el desarrollo de pastos para su alimentación (Ver figura 2).
Cultivo de tomate en el interior de una plantación de café en el sector de Quintanas Norte, Santo Domingo de Heredia. Fuente: Elaboración propia, 2023.
Pastos dedicados a ganadería caprina y ovina en el sector de Tierra Blanca, Santo Domingo de Heredia. Fuente: Elaboración propia, 2023.
En la periferia, junto a la diversificación productiva, también se viene dando un proceso de agriculturizacióniii en diversos terrenos, entendido como una expansión de las actividades agrícolas (Vasquez & Zulaica, 2014), en este caso de horticultura de hojasiv o frutícola como la fresa . Mientras que en los terrenos dedicados al agro se ha visto una expansión de la superficie de cultivo, en otros el proceso se ha implantado a expensas de pastos, bosques ribereños y charrales. Este fenómeno ha sido más evidente en la colindancia sur del cantón Santo Domingo, al borde del cañón del río Virilla, a partir de la producción de chile dulce y tomate, aprovechando antiguos terrenos cubiertos de pastos y charrales.
Como parte de esta lógica productiva podría considerarse a los cafetales en desuso, que adquieren nuevos bríos, en términos de una reactivación de la producción primaria, por la incursión de sistemas hortícolas.
II.2 Diversificación del modelo residencial
Parte de las transformaciones recientes en la periferia tiene que ver con la conversión de suelos agrícolas para el establecimiento de usos urbanos (Ver figura 3), esta vez, caracterizado por la emergencia de condominios. Este tipo de inmueble se compone de diferentes residencias y amenidades en la misma superficie del terreno, contrastando con las viviendas unitarias situadas a un lado de las vías principales. Los propietarios de los condominios son de clase media o alta y destacan los beneficios de la cercanía del medio urbano como del rural, con atributos como una menor concentración poblacional, mayor tranquilidad, calidad ambiental y la cercanía a sitios de esparcimiento como parques naturales (Fernández et al.2021).
Inmediaciones del Residencial Quizarco en Santo Domingo de Heredia. Se observa la lotificación de terrenos, antes agrícolas, para procesos de urbanización. Fuente: Elaboración propia, 2023.
Caminantes en vías internas de fincas cafetaleras. Sector Tierra Blanca, en San Isidro de Heredia. Además de caminantes, por estas mismas vías, se da una circulación de ciclistas, principalmente los fines de semana. Fuente: Elaboración propia, 2023.
A la par de este modelo también se sigue desarrollando las casas de campo o quintas, las cuales varían su aprovechamiento al utilizarse como residencias de uso permanente. Según lo constatado en la zona de estudio el desarrollo de quintas no representa una novedad como si lo hacen los conjuntos de condominios que se emplazan con mayor frecuencia en el tiempo.
II.3 Uso recreativo en terrenos agropecuarios
Sobre la distribución de este hecho espacial se ha determinado tres situaciones en la periferia. En primer lugar, en las cercanías de los centros urbanos históricos, Santo Domingo, San Pablo, San Isidro y San Rafael, se configura una primera franja a partir de caminatas recreativas urbano agrícolas, la cual se extiende hacia el norte, hasta encontrar una matriz de usos compuestos de pastos y áreas de amortiguamiento. En segundo lugar, se define otra franja constituida por el senderismo, en lo que comprende esta sección de la periferia caracterizada por usos pecuarios y su transición a bosque. Finalmente, en un tercer lugar, destaca el montañismo en zonas limítrofes con áreas protegidas y zonas de amortiguamiento (Ver figura 5).
Actividades recreativas según dificultad y tipos de usos presentes. Fuente: Elaboración propia. 2023.
Para el caso del ciclismo, hemos constatado que la actividad está asociada con las condiciones accidentadas del terreno, el cual evoca a la práctica del mountain bike, esto de manera diurna y durante los fines de semana.
A pesar de contar con una matriz de usos de la tierra vinculada con actividades tradicionales como la agricultura y ganadería, junto con diferentes formas de urbanización, se considera que estas son un reflejo de una continuidad en la funcionalidad de la periferia. Sin embargo, las principales transformaciones obedecen a un quiebre de esta matriz tradicional, al asumir usos recreativos; lo que podría verse como una mirada renovada en su valoración social, ambiental y económica.
III. La redefinición de funcionalidades en la periferia urbana ante nuevas perspectivas sociales, ambientales y económicas.
Una de las características de los lugares es su funcionalidad. Las actividades económicas, sociales, culturales o ambientales que se realizan en los terrenos determinan esta situación y permite que se manifieste en el paisaje. Las transformaciones recientes en la periferia de estudio develan la reincorporación de aprovechamientos agrícolas, la expansión de usos recreativos y la diversificación del modelo residencial, cuestionando aspectos como la durabilidad y la complementariedad de las funciones tradicionales.
La noción de funcionalidad en geografía denota una designación específica de acciones que la sociedad establece para un determinado lugar o conjunto de estos, produciendo a la vez una configuración o estructura maleable con el tiempov. Bailly & Béguin (2016: 18; 115) se refieren a la función de los lugares como la dimensión que expone el contenido de las formas en el espacio, específicamente a los diversos objetivos que les somete la sociedad. En este caso, la funcionalidad de un lugar denota un vínculo utilitario entre los centros urbanos de proximidad y la periferia estudiada, además constituye una instancia para comprender las formas de aprovechamiento que la sociedad determina para los lugares.
En la zona de estudio, la búsqueda de entornos adecuados para la realización de actividades recreativas constituye uno de los factores que confrontan la dominancia de la funcionalidad agropecuaria y residencial. En la periferia, ante las condiciones restrictivas de la pandemia del Sars-Cov-2, entre marzo del 2020 y el segundo semestre del 2021, se mostró un mayor dinamismo en desplazamientos de residentes e individuos de centros urbanos próximos. Lo anterior evidencia que las condiciones de la periferia se encuentran en el imaginario de estas personas, cumpliendo con sus expectativas ante el distanciamiento social, al poseer ambientes poco concurridos y con calidad ambiental.
De esta forma, las características geográficas de la periferia permitieron que se integraran funciones de esparcimiento para una parte de la población urbana, lo que posibilitó su revaloración social. Ante esta particularidad, también subyace la función urbana residencial, ampliada mediante modelos como los condominios, y con la prevalencia del modelo de quinta, debido al atractivo intrínseco de los lugares. Si bien, la zona de estudio se refiere al noroeste del Gran Área Metropolitana, en otros de sus flancos periféricos también se evidencian cambios en sus funcionalidades.
Desde esta perspectiva, la estructuración espacial de la periferia está en función de las prácticas y las valoraciones que los individuos o agrupaciones sociales hacen del entorno, en este caso, con un interés particular en nuevas incursiones en los sectores agropecuario y recreacional, mediante la vía material y la inmaterial. Sobre esta última, los residentes y otros usuarios son susceptibles a realizar una apropiación simbólica de la superficie de la periferia, reconociendo sus diferentes usos y objetos tangibles que, aunque enmarcadas en la propiedad privada, también les permiten concretizar sus intereses y experiencias cotidianas en dichos espacios.
IV. Formas de valorización social presentes en las funcionalidades de la periferia urbana
Según las observaciones realizadas a partir del trabajo de campo se puede destacar aspectos ambientales, recreacionales y económicos (agricultura y residenciales), como los principales ejes de valorización social de la periferia urbana. Sobre la cuestión ambiental, destaca la variable de calidad ambiental en la zona, lo cual es asimilado por los usuarios mediante su percepción del paisaje.
La existencia de mayores coberturas vegetales, de zonas con cultivos y con menores superficies asfaltadas, ha creado una respuesta particular en sus usuarios, quienes aprovechan estas condiciones para desarrollar actividades de diversa índole. Desde el punto de vista recreacional sobresalen actividades deportivas como el ciclismo y las caminatas de contemplación. Un hecho que afirma esta situación fue lo experimentado con la situación del virus SARS-CoV-2 entre inicios del año 2020 y finales del 2021. Ante las medidas de distanciamiento social impuestas, y que irrumpió la movilización urbana, algunas periferias de la GAM fueron escenario de una mayor circulación de personas por motivos de esparcimiento, en un claro reconocimiento o valoración social de dichas cualidades ambientales ante la situación descrita.
Esta forma de valoración también incide en procesos económicos relacionados con las formas de urbanización en la zona, al margen del cumplimiento de directrices ambientales como el decreto N.º 25902 - MIVAH-MP-MINAE, que procura mantener medidas de protección del ambiente y una baja densidad habitacional por el tema de la recarga de acuíferos. Efectivamente, en las zonas más altas, la percepción visual de una mejor calidad ambiental, aunado a una mayor disposición de zonas verdes y a los paisajes panorámicos del Valle Central, inciden también sobre residencias tipo quinta, a pequeña escala, que cambian su modo de ocupación intermitente por uno permanente, para el disfrute constante de estas condiciones ambientales.
Otras valoraciones sociales retoman el tema agrícola y pecuario, nuevamente evidenciando transformaciones en procesos económicos y en el espacio. En este sentido, se renueva la funcionalidad de la periferia con respecto a la expansión urbana y a la explotación del cultivo de café, para dar cabida a la horticultura y a la ganadería caprina y ovina, sobre todo, a pequeña escala. Aunque el surgimiento de ambas actividades parece en oposición al detrimento de coberturas agrícolas en las periferias urbanas de la GAM, la presente investigación no puede determinar si se trata de un fenómeno de agriculturización; pero sí se evidencia la búsqueda de bienes con mayor rentabilidad respecto al cultivo del café, a modo de una estrategia de diversidad productiva, o bien, debido al sostenimiento de una actividad por razones identitarias.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
El artículo se concentró en exponer las transformaciones espaciales contemporáneas en la periferia noroeste del GAM, definidas mediante la funcionalidad de los lugares, la valorización social y la apropiación. Este enfoque ha permitido incluir aspectos que estructuran el espacio pero que no son evidentes mediante la lógica convencional de usos de la tierra, la cual privilegia los hechos y objetos materiales de las actividades económicas. De esta forma, al referirse a los diferentes aprovechamientos en los terrenos, se hace evidente otras actividades y relaciones innovadoras entre sociedad y ambiente, tales como las formas de recreación en terrenos agrícolas, la agriculturización, la diversificación agroproductiva y los cambios en los modelos residenciales.
Como punto de partida, para establecer una base para las observaciones sobre los cambios en la periferia de estudio, se identificaron algunos usos de la tierra tradicionales, entre los que destacan las fincas cafetaleras, zonas de conservación, además las formas residenciales tradicionales y el tipo quintas. Por otra parte, las transformaciones recientes se concentran en diferentes aprovechamientos realizados por la población local y visitantes, en los que destaca una diversificación agrícola y pecuaria; una agriculturización de terrenos, y una diversificación del modelo residencial. Además, se mencionan actividades como el senderismo y el ciclismo que muestran un aprovechamiento recreacional e itinerante de las áreas dedicadas a cafetales.
Aunque las investigaciones de Carvajal et al (1985) y Gutiérrez (1989) concuerdan con la existencia en el área de estudio de una matriz agrícola cafetalera, rodeada de usos residenciales, y de actividades para la recreación; se puede determinar que el principal enfoque utilizado fueron los objetos visibles del paisaje económico. Sin embargo, este estudio pionero permitió brindar una idea sobre la funcionalidad de la periferia al referirse a los usos de la tierra dominantes.
Aunque existen experiencias sobre análisis de transformaciones espaciales en periferias urbanas en América Latina, las situaciones son muy concretas para los casos de estudio, en su mayoría sudamericanos, evidenciados por (Soja, 2008); (Sassen, 2010); (Gorelik, Carré & Prévôt-Schapira, 2013); Goetz (2019); (Souchaud & Prévôt-Schapira, 2013) y Rodríguez & Huerta (2019:10). A pesar de esto, los resultados de esta investigación confirman lo destacado en los estudios mencionados: una fuerte influencia por parte de los modelos económicos y los procesos demográficos en la configuración de la periferia, lo que se aprecia en la transición entre una agricultura cafetalera y el enfoque residencial y de servicios.
En este sentido, la existencia de una matriz económica cafetalera junto con un aumento en los usos residenciales denota la transición de un paradigma agroexportador a uno mixto, con mayor incorporación de actividades terciarias desde los años noventa del siglo pasado. Con respecto a estos estudios, la principal novedad de la investigación se refiere a la introducción de la variable “espacios naturales”, en este caso con categoría de conservación, lo cual establece un criterio restrictivo para el avance de otros usos, mientras permite un tipo de externalidad positiva hacia lo ambiental que modela las actividades en la periferia.
La investigación además enfatizó en la necesidad de entender las transformaciones en los terrenos de la periferia como un proceso histórico, dinámico y con matices sociales, económicos y ambientales, más allá de los resultados de un ejercicio simple de clasificación de usos de la tierra. En este sentido, la funcionalidad de la periferia urbana noroeste es consustancial a los elementos visuales percibidos de los diferentes usos, pero además a la valoración social, al reconocimiento de determinados lugares y de un proceso de apropiación simbólica que hacen sus usuarios.
La existencia de un proceso de revaloración social de la periferia urbana estudiada también llevó a cuestionar el manejo o planificación de estos escenarios a futuro, sobre todo ante el acelerado ritmo de la actividad urbanística y la reactivación de actividades primarias. En algunos gobiernos municipales, a los que pertenecen estas zonas, herramientas como planes reguladores buscan favorecer una construcción controlada y establecer parámetros para las actividades primarias. Además, el uso recreacional que la población da a la periferia también justifica mantener sus calidades ambientales y paisajísticas en el marco de la gestión territorial.
Con respecto a las investigaciones de Scannell & Gifford (2010); Lewicka (2008); López (2015); García & Hernández (2019); Boley et al (2021) y Johnsson & Beery (2023), se concuerda en que la creación de valoraciones sociales y, en un marco de análisis más amplio como lo es las estructuras espaciales y fenómenos de territorialización, están estrictamente vinculadas con la experiencia y el contacto de los usuarios con los lugares. En este sentido, para esta investigación, esa experiencia se desprende del conjunto de itinerarios que ciclistas y caminantes repiten, en aspectos como la recreación; o las vinculaciones entre productores con sus terrenos y las identidades productivas para el caso de la agricultura y las distintas formas de ganadería.
La situación de medidas sanitarias impuestas al inicio y durante la pandemia del SARS-CoV-2 coincidió en la realización de esta investigación y trajo consigo algunas situaciones. La principal fue el impedimento de realizar entrevistas o conversatorios con usuarios de la periferia, tanto residentes como visitantes, lo que determinó brindar mayor importancia a la percepción e interpretación visual por parte de los autores, quienes además residen en la zona y tienen conocimiento de las diferentes rutinas y actividades que allí se realizan, tanto en diferentes momentos de la semana como del día. En síntesis, esta situación limitó la obtención de diversos criterios sobre la funcionalidad y apropiación de la periferia. Sin embargo, se considera que los hechos documentados son notorios y que permiten una primera aproximación al problema de estudio.
NOTAS
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Esto se aprecia en algunas investigaciones realizadas en la zona de estudio como la de Carvajal (1985)y Gutiérrez (1989) quienes brindan una idea de funcionalidad en la periferia a partir de usos de la tierra económicos como el café y el residencial.
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ii
Aunque los cafetales existentes en la periferia de estudio son remanentes de una intensa actividad queinició en Costa Rica desde el siglo XIX, en la actualidad, la inestabilidad de los precios en el mercado internacional provoca un desestimulo para su continuidad y la búsqueda de negocios más rentables, en este caso vinculados con el desarrollo inmobiliario y la venta de terrenos para usos residenciales.
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iii
Cabe mencionar que la agriculturización hace alusión a una expansión en áreas previamente nocultivadas o en paisajes naturales, como bosques, selvas o praderas (Vasquez & Zulaica, 2014).
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iv
Las hortalizas de hojas son aquellas que se consumen principalmente por sus hojas, en las quedestacan la espinaca, lechuga, acelga, rúcula, puerro, coles.
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v
La maleabilidad de las configuraciones de los lugares indica que su funcionalidad puede variar en eltiempo a partir de los procesos económicos, políticos y sociales que los afectan.
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Fechas de Publicación
-
Publicación en esta colección
19 Feb 2024 -
Fecha del número
2024
Histórico
-
Recibido
14 Nov 2023 -
Acepto
15 Nov 2023 -
Publicado
01 Ene 2024