Open-access ¿Por qué invertir en la primera infancia?


Brasil ha instituido la garantía del derecho universal a la salud en la Constitución Federal de 1988, con la creación del Sistema Único de Salud (SUS) y, en 1990, la plena protección infantil, con el Estatuto del Niño y del Adolescente (ECA, por sus siglas en portugués)(1). Desde entonces, la salud del niño viene presentando una mejora significativa en el país. Se observa la reducción de la morbimortalidad por enfermedades inmunoprevenibles y diarrea, reducción de los índices de desnutrición y mejora creciente en los indicadores de lactancia materna(1). Como consecuencia, Brasil ha logrado una disminuir las tasas de mortalidad infantil (menores de un año) y de mortalidad en la infancia (menores de cinco años), y así ha cumplido el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) para el 2015 con tres años de antelación(1). Tal como en otros países, con la reducción de la mortalidad infantil, los aspectos relacionados con el bienestar de los niños y con su pleno desarrollo tienden a recibir mayor relevancia.

El desarrollo en la primera infancia (correspondiente en Brasil, al período de cero a seis años completos(1)) ha logrado destacar cada vez más gracias a la contribución de las investigaciones en neurociencias y políticas públicas. Se sabe hoy que el período intrauterino y los primeros años de vida son esenciales al desarrollo físico, emocional y cognitivo de los niños. Durante la gestación y los primeros años de vida (sobre todo durante los primeros mil días), ocurre un rápido desarrollo del cerebro, y es en esta etapa que los circuitos neurales se forman y se fortalecen por medio del estímulo y de las relaciones de vínculo. La salud física y emocional, las habilidades sociales y las capacidades cognitivo-lingüísticas que emergen en los primeros años de vida son prerrequisitos importantes para el éxito en la escuela y, más adelante, en el ambiente de trabajo y en la comunidad(2).

Evidencias señalan que la inversión en programas de calidad para la primera infancia brindan una alta tasa de retorno para la sociedad. Además de eso, la inversión en la primera infancia es la mejor manera de reducir las desigualdades, enfrentar la pobreza y construir una sociedad con condiciones sociales y ambientales sustentables(3). Pese a las evidencias sobre la importancia de la primera infancia, se estima que más de 200 millones de niños menores de cinco años en países de baja y mediana renta no alcancen su potencial de desarrollo debido a la exposición a factores de riesgo ambientales, biológicos y psicosociales(3).

Para enfrentar este problema, se han adoptado algunas iniciativas en el ámbito mundial. La importancia del desarrollo en la primera infancia se ha confirmada en los Objetivos de Desarrollo Sustentable del 2030, y la Red de Acción para el Desarrollo de la Primera Infancia -constituida por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), por el Banco Mundial y por la Organización Mundial de la Salud- propuso el «Modelo de nutrición de cuidados» (Nurturing care model) para incentivar a los países a invertir en programas intersectoriales. Según este modelo, los cuidados y la atención con el desarrollo infantil deben incluir salud, nutrición, cuidados responsivos, aprendizaje desde los primeros años de vida, protección y seguridad(4) .

Se constata que el número de países con políticas intersectoriales para el desarrollo en la primera infancia aumentó de 7, en el 2000, a 68, en el 2014, de los cuales el 45 % eran países de renta baja y mediana(3). Siguiendo la tendencia mundial, crece en Brasil la inversión en la promoción del desarrollo de este rango etario por medio de la implantación de programas federales, como Brasil Cariñoso y Niño Feliz, además de otras iniciativas estatales y locales(5). Un paso importante para el fortalecimiento de esta agenda en el ámbito nacional fue la institución del Marco Legal de la Primera Infancia, que establece principios y directrices para la formulación e implementación de políticas públicas para la primera infancia, en atención a la especificidad y a la relevancia de los primeros años de vida en el desarrollo infantil y en el desarrollo del ser humano(1).

En el ámbito de la salud, la promoción del desarrollo infantil también ha sido enfatizada en la Política Nacional de Atención Integral a la Salud del Niño (PNAISC), publicada en el 2015. En su tercer eje estratégico de acción, dicha Política resalta la importancia de la vigilancia y del estímulo del «pleno crecimiento y desarrollo del niño, en especial del ‘Desarrollo en la Primera Infancia (DPI)’, por la Atención Básica a la Salud, según las orientaciones de la Libreta de Salud del Niño, que incluye acciones de apoyo a las familias para el fortalecimiento de vínculos familiares»1).

Por tanto, se percibe en el país un interés creciente en la implementación de políticas dirigidas a la primera infancia, con el compromiso de gestores federales, estatales, municipales y el compromiso de la sociedad civil. En este contexto, es fundamental el papel de los profesionales de salud, que, por medio del contacto precoz con los niños y sus familias, pueden contribuir a la promoción de la salud, de la nutrición adecuada, del fortalecimiento de los vínculos y de la estimulación precoz y apropiada, con el fin de garantizar que todos los niños alcancen su pleno potencial de desarrollo.

Referencias bibliográficas

  • 1 Ministério da Saúde (BR). Secretaria de Atenção à Saúde. Departamento de Ações Programáticas Estratégicas. Política Nacional de Atenção Integral à Saúde da Criança: orientações para implementação. Brasília: Ministério da Saúde; 2018. Disponível em: http://www.saude.pr.gov.br/arquivos/File/Politica_Nacional_de_Atencao_Integral_a_Saude_daCrianca_PNAISC.pdf
    » http://www.saude.pr.gov.br/arquivos/File/Politica_Nacional_de_Atencao_Integral_a_Saude_daCrianca_PNAISC.pdf
  • 2 Shonkoff JP, Boyce WT, McEwen BS. Neuroscience, molecular biology and the childhood roots of health disparities: building a new framework for health promotion and disease prevention. JAMA. 2009;301:2252-9. doi:10.1001/jama.2009.754
    » https://doi.org/10.1001/jama.2009.754
  • 3 Black MM, Walker SP, Fernald LCH, Andersen CT, DiGirolamo AM, Lu C, et al. Early childhood development coming of age: science through the life course. Lancet. 2017;389:77-90. doi: 10.1016/S0140-6736(16)31389-7
    » https://doi.org/10.1016/S0140-6736(16)31389-7
  • 4 World Health Organization, UNICEF, World Bank Group. Nurturing care for early childhood development: a framework for helping children survive and thrive to transform health and human potential Genève; 2018. Available from: http://www.who.int/maternal_child_adolescent/child/nurturing-care-framework/en/
    » http://www.who.int/maternal_child_adolescent/child/nurturing-care-framework/en/
  • 5 Ministério da Saúde (BR). Secretaria de Ciência Tecnologia e Insumos Estratégicos. Departamento de Ciência e Tecnologia. Síntese de evidências para políticas de saúde: promovendo o desenvolvimento na primeira infância. Brasília: Ministério da Saúde; 2016. Disponível em: http://bvsms.saude.gov.br/bvs/publicacoes/sintese_evidencias_politicas_primeira_infancia.pdf
    » http://bvsms.saude.gov.br/bvs/publicacoes/sintese_evidencias_politicas_primeira_infancia.pdf

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    03 Feb 2020
  • Fecha del número
    2020
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