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El estatuto epistemológico de la psicologia moderna según Abelardo Pithod

The epistemological status of modern psychology according to Abelardo Pithod

O estatuto epistemológico da psicologia moderna segundo Abelardo Pithod

Le retour de l’inatteignable objet du désir. Une lecture de la nouvelle “L’Autel de los Muertosde morts” d’e Henry James

El objetivo de este estúdio es rescatar el valor y alcance epistemológico que tiene la investigación psicoclínica en la obra de Abelardo Pithod. Este filósofo argentino participó activamente en el debate acerca del estatuto epistemológico de las ciencias sociales y humanas. Este estudio presenta la comprensión de este autor sobre la psicología moderna, es decir, de este campo del saber que se configura como disciplina autónoma a partir de su independización y desarrollo desde finales del siglo XIX. Pithod se preocupó por destacar, dentro de una comprensión aristotélica de la práctica científica, el valor epistémico del conocimiento empírico y probabilístico que proporcionan los estudios psicoclínicos. Su contribución podría significar un aporte en el escenario argentino y del mundo en general, consagrado a legitimar el ejercicio y la investigación psicoclínica.

Palabras clave:
Abelardo Pithod; psicologia moderna; investigación psicoclínica; neoescolástica


Resumos

The objective of this study is to rescue the value and epistemological scope of psycho-clinical research according to Abelardo Pithod. This Argentinean philosopher actively participated in the debate about on the epistemological status of the social and human sciences. We will limit ourselves to presenting his understanding of modern psychology, that is, of theis field of knowledge that is has been configured as an autonomous discipline from since its independence and development since in the end of the 19th century. PithodOur author was concerned to highlight, within an Aristotelian understanding of scientific practice, the epistemic value of empirical and probabilistic knowledge provided by psycho-clinical studies. His understanding of the issue could mean be a contribution in the Argentinean scenario, and in the world in general, devoted to legitimizingas it aims to legitimize psycho-clinical exercise practice and research.

Key words:
Abelardo Pithod; modern psychology; psycho-clinical research; neo-scholasti

O objetivo deste estudo é resgatar o valor e o alcance epistemológico da pesquisa psico-clínica na obra de Abelardo Pithod. Este filósofo argentino participou ativamente do debate sobre a situação epistemológica das ciências sociais e humanas. Limitar-nos-emos a apresentar a sua compreensão da psicologia moderna, ou seja, deste campo do conhecimento que se configura como disciplina autónoma desde a sua independência e desenvolvimento desde o final do século XIX. Nosso autor preocupou-se em destacar, dentro de uma compreensão aristotélica da prática científica, o valor epistêmico do conhecimento empírico e probabilístico proporcionado pelos estudos psico-clínicos. Sua contribuição pode significar uma contribuição para a cena argentina e para o mundo em geral, dedicada a legitimar o exercício e a pesquisa psico-clínica.

Palavras-chave:
Abelardo Pithod; psicologia moderna; pesquisa psico-clínica; neo-escolástica


Des auteurs comme Freud et Lacan ont souvent eu recours à la fiction pour illustrer des structures psychopathologiques. Partant d’une perspective psychanalytique, cet article se concentre sur le personnage principal de la nouvelle “L’autel des morts” d’Henry James. Nous soutenons que les différentes strategies dont il fait preuve au cours de sa vie, telles que décrites par l’auteur, servent à éviter la confrontation à l’objet du désir et suggèrent une structure obsessionnelle. Pour le sujet obsessionnel, il s’agit d’assurer la subsistance de l’objet tout en le rendant intouchable. Le désir est donc conçu comme impossible, une façon d’assurer l’existence de l’objet qui le produit. L’idéalisation de la mort, l’inhibition de l’amour sensuel et la ritualisation de son existence sont les symptômes d’une lutte personnelle, un conflit qui s’avérera insoluble.

Mots clés:
Psychanalyse; littérature; obsession; désir; symptôme


Introducción

Son vastísimos los campos de análisis que abre el filósofo argentino Abelardo Pithod en sus consideraciones en torno a la epistemología de las ciencias humanas y sociales. No es nuestra intención en absoluto, exponer su amplia y profunda comprensión acerca de los problemas epistémicos con los que se enfrentan hoy estas ciencias. Por otro lado, esta tarea ya la cumplió Ricardo Crespo (2010aCrespo R. (2010a). La ciencia económica. In A. Pithod (Ed.), Epistemología de las ciencias humanas y sociales (pp. 145-159). Porrúa.; 2010bCrespo R. (2010b). El conocimiento directivo como ciencia práctica. In A. Pithod (Ed.). Epistemología de las ciencias humanas y sociales (pp. 161-170). Porrúa.) quien expone las tesis medulares de la epistemología de Pithod aunque preocupándose en estudiar específicamente cómo se comportan estos principios rectores en el campo de la economía.

En esta oportunidad, nuestra tarea se limita a presentar el potencial y la fuerza que tienen ciertas tesis neurálgicas de su comprensión del quehacer científico para entender los límites y los alcances epistémicos de lo que hoy reconocemos como la investigación psico-clínica.

Abelardo Pithod comenzó sus estudios en filosofía en el año 1953 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo (Lépori de Pithod, 2020, p. 140). Cuatro años antes, en el año 1949 esta facultad había sido sede del Primer Congreso Nacional de Filosofía donde se había mantenido un vivo debate respecto a la legitimación de la psicología moderna como ciencia y como práctica. Numerosos historiadores de la psicología argentina (Vezzetti, 1996Vezzetti, H. (1996). Freud en Buenos Aires. 1910-1939. Ed. de la Universidad Nacional de Quilmes.; Gentile, 1997Gentile, A. (1997). Primer Congreso Argentino de Psicología. 1954. Cuadernos Argentinos de Historia de la Psicología, 3(1/2), 159-172.; Rovaletti, 1998Rovaletti, M. L. (1998). Panorama psicológico argentino: antecedentes, constitución, institucionalización y profesionalización de la psicología. Cuyo. Anuario de Filosofia Argentina y Americana, 15, 79-108.; Klappenbach, 2001Klappenbach, H. (2001). La Psicologia en Argentina: 1940 – 1958. Tensiones entre una psicologia de corte filosófico y una psicologia aplicada. Tesis Doctoral. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires., 2006Klappenbach, H. (2006). Periodización de la psicología en Argentina. Revista de Historia de la Psicologia, 27(1), 109-164.; Piñeda, 2003Piñeda, M. A. (2003). La filosofía neoescolástica en la formación de psicólogos argentinos. El caso de la Universidad Nacional de Cuyo, sede San Luis. Fundamentos en Humanidades, 4(7/8), 79-102.; 2005aPiñeda, M. A. (2005a). Antecedentes de la psicología neoescolástica argentina en el campo filosófico: 1900-1950. Fundamentos en Humanidades, 6(12), 111-142.; 2005bPiñeda, M. A. (2005b). El concepto de conducta y la psicología neoescolástica Argentina. Perspectivas en psicologia, 2(2), 89-97.; 2005cPiñeda, M. A. (2005c). El Padre Leonardo Castellani y la psicología argentina. Revista de historia de la psicologia, 26(1), 67-100.; Rossi, Ibarra, & Ferro, 2009Rossi, L., Ibarra, F., & Ferro, C. (2009). Historia de la psicología en la Argentina. Psicologia para América Latina, 17. Recuperado de: <http://www.psicolatina.org/17/argentina.html>.
http://www.psicolatina.org/17/argentina....
; Vazquez & Gargiulo, 2017Vazquez, S. H., & Gargiulo M. T. (2017). Epistemología de la psicología en Leonardo Castellani: raíces filosóficas y problema del método. Limite. Revista Interdisciplinaria de Filosofíay Psicología, 12(40), 31-45.; Vazquez, 2019Vazquez, S. H. (2019). Los debates del existencialismo en el Primer Congreso Nacional de Filosofía (1949) y su incidencia en la psicología argentina. Acta Psiquiátr Psicol Am Lat., 65(3), 203-214.) mencionan la fuerte incidencia que tuvo la tradición neo-escolástica en esta pugna por legitimar o no a la psicología moderna.

La formación filosófica de Pithod se inscribió, bajo la guía del profesor Guido Soaje Ramos, en este esfuerzo neo-escolástico por entender los alcances de la ciencia moderna. Aún más fue el mismo Octavio Derisi, uno de los pensadores neo-escolásticos más importantes del país en aquella época, quien lo becó para que pudiera realizar su magister en Psicología en la Universidad Complutense de Madrid (Lépori de Pithod, 2020, p. 140).

Estaban los que abogaban por la psicologia como una ciência autónoma y los que la concebian como una rama de la filosofia (Klappenbach, 2006Klappenbach, H. (2006). Periodización de la psicología en Argentina. Revista de Historia de la Psicologia, 27(1), 109-164.). Estas tensiones entre una psicología de corte filosófico y una psicología aplicada que Klappenbach (2001)Klappenbach, H. (2001). La Psicologia en Argentina: 1940 – 1958. Tensiones entre una psicologia de corte filosófico y una psicologia aplicada. Tesis Doctoral. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. sitúa en los años 1940 y 1958, perduraron y se mantuvieron vivas no sólo en los años de formación de nuestro autor, sino incluso en discusiones que mantuvo con propios colegas en el marco XI Semana Tomista en Buenos Aires en el año 1986, tal como veremos más adelante.1 1 El mismo Klappenbach señala que “las características que [se analizan] en cada período no desaparecen en el período siguiente ni tampoco aparecen subitamente. Al contrario, suelen perdurar” (Klappenbach, 2006, p. 112).

En este contexto temático, el aporte de Abelardo Pithod adquiere relevancia en la medida en que retoma, con original visión, dicha discusión intentando poner en vigencia la vocación dialógica y arquitectónica de la tradición neoescolástica, alejándose equidistantemente del positivismo empirista que divorcia la psicologia de la filosofia (con un alto costo para la misma psicologia, como veremos), y de algunas direcciones neoescolásticas que desprecian o no saben reconocer la naturaleza cientifica de los desarrollos que ofrece la investigación psico-clinica, paralizando el desarrollo cientifico de esta ciencia. De manera que, anclado en dicha tradición, el esfuerzo de Abelardo Pithod recoge y continúa los desarrollos de aquellos autores neoescolásticos argentinos (puestos de manifiesto por los estudios arriba citados) interesados en lograr una especificación del estatuto epistemológico de la psicologia moderna que haga justicia a todos los descubrimientos que ha logrado y logra la psicologia empirica y la investigación psicoclinica.

Ahora bien, seria de vital relevancia para los estudios sobre la historia de la psicologia en Argentina ponderar el aporte de Pithod a las discusiones epistemológicas y metodológicas que se plantean con fuerza en el escenario académico y cientifico argentino consagrado a la psicologia. En esta linea nuestra intención es rescatar su participación en esta discusión en torno al estatuto epistemológico de la psicologia moderna.

En primer lugar, nos preguntaremos acerca de cuál es el valor y alcance que tiene, según Pithod, el conocimiento empirico y probabilistico que proporcionan los estudios psico-clinicos. En segundo lugar, dilucidaremos si puede haber ciencia de lo indeterminado que no es sino el carácter que adopta el objeto de la investigación psico-clinica y de la misma práctica psicoterapéutica.

El orden expositivo de nuestro trabajo no busca respetar un orden estrictamente cronológico. La exposición es más bien hermenêutica y comprensiva. Buscamos que quede patente la comprensión y el valor que Pithod le concede a este campo del saber.

Nuestro autor fue publicando a lo largo de los años numerosos artículos respecto a la metodología y los alcances epistêmicos de lo que hoy se conoce como ciencias sociales. Pero, en 2010, publicó un libro que compendia los artículos que el propio Pithod consideraba como lo más importantes sobre esta temática (Lêpori de Pithod, 2020Lêpori de Pithod, M. E. (2020). In Memoriam Abelardo Félix Pithod. Gladius, 37(109), 139-152.), y que nos permite acceder a una visión panorámica de su comprensión más madura acerca del estatuto epistêmico de las disciplinas humanas y sociales.

Antes de entrar en tema es necesario hacer una breve consideración sobre el título del libro que analizaremos: Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Nuestro autor, en absoluto, deja de advertir la peligrosa tendencia que existe en disciplinas tales como la epistemología, la metodología o la filosofía de la ciencia de dar prioridad al conocer respecto al ser. Pithod insiste en que, porque hay una realidad conocida, es posible preguntar a posterior cómo la conocí. O, dicho de otro modo, porque existe la ciencia, podemos hacer seriamente a posteriori epistemología, y subsiguientemente, metodología y filosofía de la ciencia. Los grandes descubrimientos científicos se hicieron sin que los sabios “estuvieran pendientes de la teoría del conocimiento, ni del paradigma teóricometodológico que estaban usando” (Pithod, 2010, p. 2Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.). En virtud de las de las características del objeto que una disciplina busca estudiar, se van formulando diversos mêtodos.

La disciplina que se ocupa de estudiar los mêtodos particulares de cada ciencia, es decir sus respectivas demostraciones o argumentaciones es la Lógica, explica nuestro autor mendocino. Ella es el método de los métodos que estudia las demostraciones que va construyendo la ciencia, pero no genera ciencia por sí misma (Pithod, 2010, pp. 2-5Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.).

Pero a pesar de estas aclaraciones nuestro autor mendocino, no titula su libro Lógica de las ciencias humanas y sociales, sino Epistemologia. Esta elección, como tantos otros pasajes del libro, revela su ingeniosa habilidad para llevar claridad a los términos ambiguos en los que puede estar inmerso el lector contemporáneo. Permanentemente procura entender por inmersión las condiciones y posibilidades de comprensión de sus interlocutores, y re-traducirlos o conducirlos a conceptos más luminosos.

¿Cuál es el valor y alcance del conocimiento empírico y probabilístico que facilitan los estudios psico-clínicos?

En una misma ciencia — enseña Pithod (2010, p.2)Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa. — conviven diversos grados de conocimiento. No se puede entender la ciencia de modo unívoco. Este es un error que nuestro autor denunciaba entre sus propios colegas pertenecientes a una fuerte tradición escolástica, la cual, desvirtuada quizás por el racionalismo moderno, definía exclusivamente la ciencia como el conocimiento cierto por las causas. Según él, esta concepción desdibuja la noción de ciencia que tenía Aristóteles y el mismo Tomas de Aquino.

En esta dirección cita aquel pasaje de la Ética Nicomaquea donde Aristóteles advierte que las ciencias no tienen el mismo grado de demostrabilidad, ni el mismo método y que, por ende, no pueden ofrecer el mismo grado de certeza (Pithod, 2010, p. 2Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.): “No se ha de buscar el rigor por igual en todos los razonamientos (...) porque es propio del hombre instruído buscar la exactitud en cada género de conocimientos en la medida en que la admite la naturaleza del asunto” (Ética Nicomaquea, I, 3, 1094 11-27 y II, 2, 1104 A 1-4).

Continuando esta misma línea de análisis abierta por nuestro autor, podemos distinguir en el campo de la psicología, un nivel filosófico-conceptual, un nivel experimental-descriptivo, un nivel explicativo; y, por supuesto, un nivel práctico que no es sino el mismo ejercicio de la práctica psicoterapéutica. Se trata de diversos niveles de conocimiento científico que no alcanzan individualmente el mismo grado de demostrabilidad; aunque exista evidentemente en cada modelo o escuela de psicología una tensión permanente de conformar una unidad orgánica capaz de dar cuenta de sus tesis en cada uno de estos niveles.

Ciertamente la psicología moderna alcanza su máximo nivel explicativo cuando ella está fundada y orientada en una sólida base filosófica, pues en virtud de ella puede alcanzar la verdad acerca de las causas primeras y explicativas del psiquismo humano. En este nivel de conocimiento se podría alcanzar una certeza superior, propia del saber demostrativo o causal. Esto es posible porque en él se definen aspectos esenciales del psiquismo.

Pero también hay ciencia, en el sentido clásico de la palabra, subraya el filósofo argentino, en los estudios de tipo descriptivo (Pithod, 2010, p. 7Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.). Los diversos diseños experimentales que hoy se implementan en los estudios psico-clínicos exigen seleccionar un conjunto parcial de variables que sean representativas de determinadas dinámicas psíquicas y que sean susceptibles de posibles validaciones empíricas.

Lo psíquico es inmensurable en tanto que no es en sí mismo una realidad extensa y cuantificable. De aquí que estos diseños busquen traducir una dinámica psíquica particular en indicadores observables o referentes empíricos como manifestaciones fisiológicas, conductuales, lingüísticas, cognitivas que manifiesten específicamente el problema o la dinámica a estudiar. Estas exteriorizaciones fenoménicas constituyen ciertas formas de percepción y posibilidades de comprobación que proceden del «objeto» mismo.

Mas luego de la observación y medición de los cambios registrados en el estudio respecto al comportamiento de estas variables (acerca, por ejemplo, de la efectividad que presenta una determinada práctica o técnica psicoterapéutica) se da lugar a un nuevo nivel de conocimiento, el nivel explicativo donde se postulan una serie de hipótesis probables que pretenden dar cuenta de los resultados obtenidos en el estudio.

En este nivel de conocimiento se postulan — explica Pithod (2010, p. 7)Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa., adoptando el lenguaje que Aristóteles emplea en sus Tópicos — una serie de opiniones (o de éndoxa) razonables. Éstas no constituyen ciertamente saberes universales y necesarios. Pero sí proporcionan información en la medida que se fundan en un mayor o menor análisis lógico-empírico.

Estas hipótesis pueden adoptar distintos tipos de formalización. Pueden expresarse en opiniones verbales o bien, en un cálculo de probabilidades utilizando la estadística.

Respecto a estos resultados matematizados, no cabe para nuestro autor, la discusión si los números obtenidos son una mera entidad arbitraria que existe solo en la mente del investigador. Se trata de matemática aplicada donde el número es una entidad formal que expresa cuantitativamente las interrelaciones reveladas en el diseño clínico. Los números obtenidos en el estudio son medida de algo bien real y concreto como puede ser el rendimiento en un test, o la eficacia de determinada técnica o práctica sobre el grupo experimental (Pithod, 2010, p. 40Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.).

Ahora bien, esta eficacia medida matemáticamente todavía no demuestra nada. Simplemente presenta una correlación. Se trata de una expresión simbólica de las mismas interrelaciones halladas en el ensayo, advierte Pithod. Se trata de un conocimiento que se mueve en la esfera de lo probable. Lo probable no es sino una cierta relación que revela la inteligencia entre los phainómenais, es decir, en las mismas manifestaciones del ser.

Y aquí es preciso detenerse en lo que implica esta probabilidad para nuestro autor. Ella expresa simbólicamente una correlación entre dos variables. No significa necesariamente un lazo de causa-efecto; pues la razón, la causa de esta correlación entre dos variables puede permanecer oculta al investigador. Luego no hay modo de saber o comprobar si las propiedades y notas que inferimos de estos estudios revelan o no la esencia de un fenómeno o proceso psíquico. El comportamiento de este fenómeno puede deberse a la acción de terceras variables que son todavía desconocidas y no a las que han sido puntualmente analizadas.

En vistas a ser ilustrativo, Pithod cita en el capítulo 5, el caso de los estudios de Durkheim sobre el suicidio. Allí refiere el proceso mediante el cual el sociólogo y filósofo francés advierte una correlación entre dos variables a saber, la temperatura y el comportamiento suicida; e infiere una posible hipótesis capaz de dar cuenta de ellas. Advierte un aumento de los suicidios en los periodos de ascenso de la temperatura ambiente, es decir, en los días calurosos. Notemos que hasta aquí no postula ninguna razón explicativa o causal, solo advierte una correlación. Lo que le dio pista posteriormente — explica Pithod (2010, pp. 51-53)Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa. — para resolver el enigma fue un factor que estaba presente de modo constante en otras variables analizadas tales como la correlación que existía entre, hombres-mujeres, solteros-casados, protestantes-católicos, gente de campo y de ciudad. El factor común capaz de dar cuenta, según Durkheim, de la variabilidad observada en estos otros factores analizados era la intensidad de la vida social. El sociólogo francés concluyo que era más verosímil pensar a la intensidad de vida social y no a la mera temperatura atmosférica como el factor que podía estar favoreciendo y condicionando el comportamiento suicida. La actividad social aumenta naturalmente en los días calurosos y ello expone más a eventuales conflictos. Esta hipótesis estaba en congruencia, a su vez, con los datos obtenidos en las demás variables seleccionadas y medidas: los suicidios en las mujeres tendían a presentarse los fines de semana que es cuando en aquel entonces tenían más vida social; en los hombres, en cambio en los días laborables; los números también oscilaban si se medía a los sujetos que se mueven en medios sociales en los que son mayoría protestante o católicos; si en esos entornos el divorcio es socialmente aceptado o no, etc.

Los datos y la información que proveen los estudios psico-clínicos análogos al de este estudio sociológico de Durkheim son de índole descriptiva y probable, o al menos el grueso de sus resultados tiene este carácter. No proporcionan el saber demostrativo y causal que provee la episteme filosófica. Pero ello no es óbice en absoluto para despojarlos de su carácter científico, insiste nuestro autor (Pithod, 2010, p. 53Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.).

La mayoría de los resultados de los estudios psico-clínicos poseen un carácter relativo y provisorio. Son las mejores hipótesis que tenemos hasta el momento para poder salvar o dar cuenta de los fenómenos psíquicos observados. Las regularidades observadas que se expresan en sus conclusiones no son inciertas, simplemente no pueden ser generalizables más allá de lo estricta y rigurosamente observado explica Pithod (2010, p. 104)Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.. Para dar luz a esta cuestión, nuestro autor cita un texto del Aquinate del De caelo:

Las suposiciones que los astrónomos han imaginado no son necesariamente verdaderas; aunque estas hipótesis parezcan salvar los fenómenos (salvare apparentias), no se debe afirmar que son verdaderas, pues quizás se podría explicar los movimientos aparentes de las estrellas por algún procedimiento que los hombres no han concebido todavía. (De Caelo, I, II, lect. XVII).2 2 Se puede ver un argumento similar también en Tomas de Aquino, De Caelo, I, I, lect. 3. Un poco más arriba, Pithod (2010, p. 103) cita el siguiente texto del Aquinate: “Dos son los modos como interviene la razón para explicar una cosa: de un modo, para probar suficientemente alguna verdad fundamental, como sucede en las ciencias naturales, donde se dan razones suficientes para demostrar que el cielo se mueve con velocidad uniforme. De otro modo, se alegan razones, no como suficientes para probar una verdad radical, sino tales que, supuesta la verdad radical, muestran la congruencia con los efectos subsiguientes, y de este modo se habla en astronomía de excéntricos y epiciclos, porque hecha esta suposición, se pueden explicar las apariencias sensibles de los movimientos del cielo; y sin embargo, esta razón no es demostrativa porque tal pudiera explicarse también en base a otra hipótesis” (Summa Theologica I, q 32, a, 1, ad. 2).

Continuando esta misma línea de análisis, abierta por Pithod, podemos decir que los estudios psico-clínicos no pueden formular una explicación de tipo causal. La congruencia medida en un estudio psico-clínico entre dos fenómenos o variables no es una relación necesaria, porque no hay modo de poder determinar si ella pertenece o no a su esencia, o cuáles son sus causas en el sentido aristotélico. Son atribuciones simplemente plausibles. Se trata de hipótesis provisorias de las cuales no podemos demostrar que estén vinculadas necesariamente a su ser. Luego, las conclusiones o los juicios de los estudios psico-clínicos suelen ser de este tipo: dadas ciertas condiciones, el fenómeno a suele venir acompañado de B. Pero esta conexión probable entre a y b puede deberse al influjo de c, es decir, un tercer factor que quizás todavía no hemos considerado (Pithod, 2010, p. 178Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.).

Estos estudios se desarrollan en un nivel de conocimiento que no accede “a princípios intrínsecos, no hay apelación de una physis” escribe nuestro autor mendocino tomando prestadas las palabras de Nimio de Anquín (Pithod, 2010, p. 98Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.).3 3 Aqui Pithod parafrasea una de las tesis que Nimio de Anquin postula en Ente y ser (1962, pp. 25 y 126). Ellos establecen relaciones funcionales o correlaciones probables que piden y exigen de suyo un análisis e interpretación en los términos de la causalidad final (Pithod, 2010, p. 99Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.), lo cual puede cumplirse naturalmente en una lectura filosófica de los procesos anímicos. Solo cuando se cumple el vínculo vital de la psicología con la filosofia sería posible captar características esenciales y propias de la naturaleza humana. Por supuesto que esto no es una tarea que pueda resolverse tan expeditamente como creyó el racionalismo, pero es mucho más factible de lo que está dispuesto a aceptar el empirismo, apunta Pithod (2010, p. 105)Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa..

Este acento que nuestro filosofo mendocino pone en el carácter probabilístico y conjeturable del conocimiento empírico es consistente con todos aquellos pasajes del De Potentia (q. 9, art. 2, ad 5) y de la Suma Contra Gentiles (I, I, c. 3) donde el Doctor común insiste que ignoramos muchas propiedades de las cosas sensibles, y que muchas veces no podemos encontrar, perfectamente, la razón de las propiedades que aprehendemos. Es decir, las diferencias esenciales de las cosas son frecuentemente ignotas e innominadas. Pithod (2010)Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa. cita como una anécdota sintomática la intervención de Pieper en la XI Semana Tomista de Buenos Aires (1986) cuando denunciaba “que en los manuales tomistas nunca se encuentra destacada la frase “las esencias de las cosas no son desconocidas” (p. 181).

Pues bien, trasladando estas consideraciones a la psicología moderna, podemos decir que los modelos psicológicos tales como el conductismo y el mismo psicoanálisis, deben entenderse como modelos explicativos que suministran, en el mejor de los casos, conjuntos de hipótesis de “alcance medio” o probables acerca de fenómenos mentales particulares. No constituyen teorías generalizables. No constituyen teorías generalizables y muchos menos demostrativas del psiquismo humano, explica Pithod (2010, p. 183)Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa. en el capítulo reservado a tratar la presencia de ideologías en las ciencias humanas y sociales.

Ciertamente estas teorias se esfuerzan por formular leyes generales. Las leyes del reflejo condicionado o de la evolución de la libido pretendían tener un poder explicativo general de la conducta humana. Buscaban ser la matriz en virtud de la cual se pudiera dar cuenta de todos los fenómenos psíquicos (Pithod, 2010, pp. 173-177Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.).

El error fundamental que se puede adoptar frente a estas u otras escuelas es dar por validadas la totalidad de sus sistemas. En la medida que estas modelos no justifican sus tesis, ni en una instancia empírica ni en una consideración de orden filosófico, a juicio de Pithod se convierten en verdaderas ideologías. Muchas de estas escuelas evitan justificar sus supuestos en un nivel filosófico, porque ello significaria — según los parâmetros de la ciencia moderna — entrar en el campo de la pseudo-ciencia. Mas, si analizamos de cerca los estudios de validación empírica, podemos advertir que incluso muchas de sus tesis tampoco están validadas empíricamente.

Es necesario huir de los idealismos construidos por los grandes sistemas que nos alejan de la comprensión del hombre real. Es preciso ir a la experiencia y revisar la calidad de las mediciones de los estudios psicoclínicos. Pithod demuestra la fecundidad de esta tarea cuando revisa las observaciones hechas por una psicóloga en 100 internados en un Hospital Psiquiátrico de San Luis (Argentina) en vistas a analizar el alcance y los límites que tiene la tesis mono-factorial de la líbido.

Los reportes describen la presunta regresión o fijación oral de ciertos psicóticos. La psicóloga, refiere en los pacientes una obsesión por chupar incansablemente algo. La ingesta de mate “sólo es interrumpida cuando la Institución pone límites a través de horarios” (Pithod, 2010, p. 186Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.); asimismo observa:

un incesante pedido de cigarrillo y chupeteo de manos y dedos. En cuanto al mate, aun cuando el Hospital retira las “pavas” para agua caliente (con enojo de los pacientes), hay quienes consiguen calentar clandestinamente el agua y “matean” en horas de la madrugada. Si esto fracasa, el paciente opta por tomar mate con agua fría, también en forma continua. (p. 186)

Ciertamente las descripciones explicitan una fijación oral en una amplia gama de conductas. Más estas no legitiman por sí mismas que estas fijaciones tengan un carácter específicamente libidinoso. Si hacemos este tipo de inferencia, estaríamos yendo más allá de lo que razonablemente nos permiten concluir las observaciones, alega Pithod (2010, p. 184)Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa..

Si en vez de la libido se hablara indeterminadamente de una fuerza psíquica concupiscible, entonces podría ser más verosímil la explicación de que, en tales casos, dicha fuerza psíquica se ha visto perturbada en su desarrollo; ha quedado fijada o ha regresado a esta etapa primaria de la afectividad donde la boca ocupa un lugar central de las dinámicas afectivas e imaginativas con las que el niño explora y se relaciona con el mundo (Pithod, 2010, p. 183Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.).

La tesis de la fijación-regresión se ve parcialmente confirmada por los hechos. Sin embargo, una generalización excesiva, como es la teoría mono-factorial de la libido no encuentra confirmation fáctica. No hay elementos que nos permitan atribuirle un carácter libidinoso a este comportamiento observado en los psicóticos. Tampoco podemos inferir que los pacientes en estas conductas experimenten vivencias libídicas, en sentido propio, escribe Pithod (2010, p. 187)Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa..

En estas consideraciones nuestro autor parece hacer extensivo aquel pasaje del De Caelo donde el Estagirita describe la actitud ideológica de aquellos que no están dispuestos a revisar ni corregir mediante la experiencia sus propias hipótesis:

Sucede que los que hablan de los fenómenos dicen cosas que no concuerdan con los fenómenos. La causa de ello es no haber asumido bien los primeros principios, sino querer subsumirlo todo a unas opiniones preestablecidas. Pero ellos, por el apego a esas (opiniones), parecen hacer lo mismo que los que defienden las tesis en las disputas (dialécticas); en efecto, sostienen cualquier conclusión, considerando estar en posesión de principios verdaderos, como si algunos (principios) no hubiera que juzgarlos a partir de lo que de ellos se deriva, y sobre todo a partir de su fin (...) y el fin de la ciencia física es lo que aparece siempre principalmente a la percepción sensible. (De Caelo, iii, 7, 306a5-17)

Todo acercamiento a un fenómeno psíquico supone, naturalmente, un modelo o suporte teórico que permite una primera aproximación cognoscitiva acerca de la naturaleza del fenómeno. Estas primeras hipótesis o las éndoxa de las que habla Aristóteles en sus Analíticos posteriores (I, 1, 71a8-9) y en su Física (I, 1, 184a23-184b14; iv, 4, 210b33-34) no son sino las definiciones iniciales provistas por las opiniones y la tradición. Pero estas opiniones no son definitivas ciertamente en la investigación cientifica. Pues para que estas primeras configuraciones conceptuales pre-demostrativas se constituyan en principios explicativos de una ciencia, es decir, para que adquieran el rasgo formal de la episteme, deben satisfacer ciertos requisitos que deben ser demostrados (Analíticos Posteriores I, 2, 71b10, b11). La justification de un principio propio no depende de la relación de consistencia que mantenga con nuestras creencias, sino primaria y principalmente de su aptitud para dar cuenta de la estructura causal y necesaria de los fenómenos que se revelan en nuestra experiencia. La psicología progresa no por el aumento de contenido empírico sino por la intelección cada vez más exhaustiva de la esencia de su objeto, es decir, por la creciente intelección del alcance y la aplicación de los primeros principios de una ciencia

Las conclusiones que ofrece la psicología en sus diseños clínicos de investigación están lejos de ser fantasías abstractas o sutiles pensamientos. Por el contrario, ellas no son sino el intento de traducir a indicadores observables o referentes empíricos la forma de las dinámicas psíquicas. En el acto de la percepción, están presentes en la mente las propias formas de la naturaleza y no meras imágenes de estas. Ir contra la percepción supone, por lo tanto, ir contra la naturaleza misma. Seguir a la percepción significa dar una descripción verdadera de la naturaleza (Pithod, 2010, p. 37Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.). Esta unidad hilemórfica que Pithod busca restablecer entre la teoría y la experiencia, entre el logos y los fenómenos que abordan las ciencias sociales se expresa en el siguiente pasaje del Estagiria: “Pero parece que el razonamiento (lógos) testimonia (martyreîn) a favor de los fenómenos (phainoménois) y los fenómenos, a favor del razonamiento” (De Caelo I, 3, 270b4-5).

Evidentemente, existe la posibilidad de leer de multiples maneras una misma dinámica psíquica. El desafío está justamente en evaluar, confrontar y modificar estas diversas lecturas en función de su virtualidad explicativa.4 4 Esta práctica científica se puede encontrar en los siguientes textos del Estagirita: Gen. An. iii, 10, 760b 28-33; De Caelo ii, 13, 294b 6 y ss ; De An. i, 2, 403b 20- 24; De div. per somn. 1, 462b 14-18; Met. xii, 8, 1073b 13-17. Los resultados obtenidos en la descripción de estos fenómenos pueden ser corregidos y mejorados por observaciones y experiencias posteriores más cuidadosas. Podrían surgir hipótesis más comprehensivas para la explicación de un mismo género de fenómenos. O, por el contrario, puede ocurrir que al ser puesto a prueba una hipótesis se revele como falsa y, por consiguiente, sea suprimido del ámbito de la ciencia. De eso se trata en definitiva para nuestro autor mendocino, la tarea científica.

¿Puede haber ciencia de lo indeterminado?

Hay otro problema medular que Pithod piensa reiteradamente en el libro y que nos interesa revisar pues tiene significativas proyecciones para la cuestión que nos ocupa: es el problema del indeterminismo.

Nuestro autor no trata el tema simplemente por una moda del momento en la cual las ciencias sociales importaban de la física los problemas epistémicos. Ciertamente el indeterminismo cuántico puso sobre la mesa la discusión acerca de la posibilidad de leer un orden en la Naturaleza. ¿Es posible descifrarla o su comportamiento es caprichoso y arbitrario?

Conduciendo esta cuestión al campo de la psicoterapia podríamos preguntar lo siguiente: ¿Podemos descifrar las causas que explican lineal y necesariamente el comportamiento de los pacientes? Y en este sentido, ¿Pueden los estudios psico-clínicos significar un verdadero insumo para la práctica psicoterapéutica? ¿Qué valor tienen las leyes o regularidades que ellos formulan? ¿Estos estudios suponen realmente un auxilio para discernir la técnica más efectiva en virtud de un cuadro y paciente particular?

Ciertamente, la respuesta del paciente a un tratamiento es indeterminada, ni siquiera es estadísticamente predecible porque la conducta humana es en sí misma indeterminada. No es posible predecir la respuesta o el curso que va a adoptar un paciente frente a determinada técnica o práctica. Primero, explica Pithod (2010, p. 180)Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa., por una cuestión cognoscitiva, no es posible conocer la totalidad de las fuerzas que operan en él, pero fundamentalmente por una cuestión de la misma naturaleza humana, hay una indeterminación intrínseca en el mismo comportamiento del paciente.

Hay muchas estructuras de comportamiento humano que están determinadas, es decir, surgen necesariamente en el psiquismo humano: el deseo de felicidad, de amar y ser amado, de aprender, de seguridad, etc. Se trata de dinámicas psíquicas que tienen su explicación en la misma estructura biofísica del ser humano. El análisis esencial del ser humano da prueba de estas propiedades que se presentan como necesarias y no como probables. No necesitamos una constancia de estos hechos pues surgen de la consideración de la misma naturaleza humana (Pithod, 2010, p. 181Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.).

Sin embargo, no hay modo de poder predecir cómo estas dinámicas psíquicas o anímicas van a concretarse o materializarse en las biografías de nuestros pacientes. Su libertad y las condiciones de misma biografía irán diversificando en infinitas formas existenciales dichas dinámicas. Aún más el ser humano, puede actuar contra-natura, contradiciendo incluso ciertas disposiciones de su naturaleza. De ahí la imprevisibilidad del comportamiento y las dinámicas del psiquismo humano (Pithod, 2010, p. 181Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.).

Frente a este patente nicho de libertad o “sector caprichoso”, espontáneo e indeterminable de la conducta humana ¿Tiene sentido, entonces, la investigación psico-clínica? Lo tiene absolutamente, según Pithod (2010)Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa., siempre y cuando se tenga en cuenta “el carácter constitutivamente probabilístico e hipotético” (p. 95) de tales estudios psico-clínicos.

Mientras mejor se conozcan las interrelaciones o correlaciones probables que existen en determinados procesos anímicos, más ajustadas serán nuestras predicciones acerca de cómo se van a desarrollar en un paciente particular, y ello no tiene por qué inducirnos a desconocer ni libertad del paciente ni el carácter meramente probable que tienen nuestros conocimientos clínicos (Pithod, 2010, p. 97Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.).

Solo el prejuicio cientificista moderno puede dudar u objetar que puede haber ciencia de algo que es en sí mismo indeterminado, como lo es el comportamiento humano (Pithod, 2010, p. 173Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.).

En estos últimos años los estudios psico-clínicos tienden a ser más específicos respecto al tipo de tratamiento que se implementa, el estilo personal del terapeuta y el perfil psicológico paciente, el tipo de relación y alianza terapéutica, las circunstancias en que se desarrolla la terapia y el tipo de problema que se aborda. En otras palabras, hoy es más factible explicitar y relativizar los resultados de los estudios en virtud de quien administra la terapia, en qué circunstancia, para qué paciente y con qué problema.

Por otro lado, y trasladando esta misma cuestión al terreno de la práctica psicoterapéutica, Pithod también está previniendo de alguna manera la creencia errónea que erige el éxito del ejercicio profesional como el criterio que corroboraría la eficacia y efectividad de la teoría psicológica adoptada (Fierro & Brisuela, 2016Fierro, C., & Brisuela, L. (2016). La psicología clínica, la psicoterapia y su investigación científica en Argentina: problemas recientes a la luz de la historia de la formación universitaria (1942-1976). In Unión Latinoamericana de Entidades de Psicología (Comp.), Diálogos e interacciones de la Psicología en América Latina (pp. 527-558). ULAPSI.; Fierro, 2019Fierro, C. (2019). El problema de la relación entre investigación y psicopraxiologías clínicas en argentina: un análisis metodológico y epistemológico de las cuestiones de la validez y la eficacia. Revista Argentina de Clínica Psicológica, XXVIII(1), 32-47 DOI: 10.24205/03276716.2018.1075.
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). En lógica esto se reconoce facilmente como un ejercicio circular o petición de principio. En este caso, el psicólogo daría por demostrado aquello que justamente debería demostrar.

El éxito logrado en los propios pacientes, no indica necesariamente la eficacia del bagaje teórico del profesional, de sus intervenciones o de las técnicas que implementa. La resolución de problemas en contextos clínicos y con agentes singulares no es un terreno que permita discriminar específicamente cual es la variable que resultó más efectiva o si fue la misma alianza terapéutica la que tuvo mayor incidencia en el tratamiento. Los éxitos terapéuticos conquistados en la práctica privada no hacen necesariamente ciencia en la medida que en esta instancia no se puede discriminar y probar cuál fue específicamente el o los factores promotores de rehabilitación. Tampoco es factible descartar que ella no se debió a la intervención o incidencia de otras variables externas que no fueron consideradas por el profesional (Kazdin, 2001, p. 16Kazdin, A. (2001). Métodos de investigación en psicologia clínica. In D. F Kazdin, Métodos de investigación en psicologia clinica. Prentice Hall.).

El terapeuta, a su vez, corre el riesgo de seleccionar, registrar e interpretar el material clínico de acuerdo con los patrones que su propia teoría prescribe. Los instrumentos de medición y observación, los test de diagnósticos implementados con sus respectivos modos de explicar los resultados obtenidos no son más que instancias donde el profesional podría dar por garantizado lo que la investigación psico-clinica se esfuerza por probar.

Esta falencia de decodificación prejuiciosa del material clínico y la imposibilidad de control de variables son suficientes para ilustrar los vacíos o las amenazas y peligros de remplazar con la propia psicoterapéutica los resultados que nos proporcionan las investigaciones psico-clínicas.

Estas son otras razones que abonan la necesidad que reclama Pithod de consultar y revisar los avances empíricos en estas áreas. Por supuesto, tal como mostramos más arriba, esta consulta de estudios psico-clínicos debe ser crítica y criteriosa, es decir, el profesional debe ser capaz de juzgar la calidad de sus resultados, y de las metodologías implementadas y, a su vez, debe ser capaz de identificar los supuestos teóricos que podrían estar condicionando la selección, medición e interpretaciones del estudio, etc.

En el marco de la atención relativamente marginal que se le ha prestado al desarrollo de estas habilidades en la formación clínica de los psicólogos en Argentina, las denuncias de Pithod adquieren toda su relevancia y vigencia. Estudios tales como el de Fernández-Alvarez (2008)Fernández-Alvarez, H. (2008). Integration in psychotherapy: An approach from Argentina. Journal of Psychotherapy Integration, 18(1), 79-86;, Roussos (2001)Roussos, A. (2001). Investigación empírica en Psicoterapia en Argentina. Panorama actual, métodos y problemas. Vertex, 45, 179-187., Vera-Villarroel & Mustaca (2006)Vera-Villarroel, P., & Mustaca, A. (2006). Investigaciones en Psicología Clínica basadas en la Evidencia en Chile y Argentina. Revista Latinoamericana de Psicología, 38(3), 551-565;, Fierro (2019)Fierro, C. (2019). El problema de la relación entre investigación y psicopraxiologías clínicas en argentina: un análisis metodológico y epistemológico de las cuestiones de la validez y la eficacia. Revista Argentina de Clínica Psicológica, XXVIII(1), 32-47 DOI: 10.24205/03276716.2018.1075.
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, Di Domênico & Piacente (2011)Di Domênico, M., & Piacente, T. (2011). Acreditación en Psicología en el Cono Sur de América. Psicolatina, 22, 1-18.; Klappenbach (2003Klappenbach, H. (2003). La Investigación en Carreras de Grado en Psicología en Universidades Nacionales de Argentina. In J. Villegas, P. Marassi, & J. Toro (Eds), Problemas Centrales para la Formación Académica y el Entrenamiento Profesional del Psicólogo en las Américas (pp. 257-271). Sociedad Interamericana de Psicología., 2006Klappenbach, H. (2006). Periodización de la psicología en Argentina. Revista de Historia de la Psicologia, 27(1), 109-164., 2015Klappenbach, H. (2015). La formación universitaria en psicología en Argentina: perspectivas actuales y desafíos a la luz de la historia. Universitas Psychologica, 14(3), 937-960.); Fierro & Di Domenico (2016Fierro, C., & Di Domênico, M. (2016). Pluralismo crítico: historia de la ciencia en debates sobre formación en psicología. Quaderns de Psicología, 18(2), 27-57., 2017Fierro, C., & Di Domênico, M. (2017). Enseñanza y formación universitaria en Psicología en Argentina: Caracterización de una taxonomía del pensamiento crítico. Cuadernos de Neuropsicología, 11(1), 31-67.) y Garcia (2009)García, L. (2009). La disciplina que no es: los déficit en la formación del psicólogo argentino. Psiencia, 1(2), 12-23. han dado prueba suficiente de esta falencia en las carreras de pregrado en las universidades nacionales de psicología del país. Ellos señalan, de una u otra manera, que sus planes de estudio están estructurados de modo tal que el alumno se familiariza con los grandes sistemas teóricos en desmedro de las habilidades y competencias metodológicas necesarias para revisar el alcance de la investigación en psicología clínica.

Frente a este panorama Pithod reclamaría la necesidad de que estos planes de estudio de psicología complementen esta incursión en las perspectivas teóricas, con el entrenamiento del futuro psicoterapeuta en las competencias para el ejercicio de una práctica profesional basada en la evidencia empírica. El psicoterapeuta debe ser capaz de evaluar de forma racional y científica su propia práctica mediante la consulta, revisión y crítica de los alcances de tales estudios.

Pero dando un paso más, nuestro filosofo también denunciaría la carencia de formación filosófica en el psicólogo argentino. Atendiendo a su tesis del primado que tiene la teoría, Abelardo Pithod no dejaría de acentuar hoy la necesidad y relevancia que tiene la formación filosófica en el mismo profesional de la salud mental. Primero porque en ella se resuelve en definitiva la pregunta del hombre. Segundo, porque es el bagaje filosófico lo que le facilita al psicólogo o psiquiatra formular una revisión meta-teórica respecto a los supuestos antropológicos que pueden estar condicionando la selección de la muestra, la elección de determinados instrumentos de observación y diagnóstico o el modo en el que son interpretados los resultados de los estudios psico-cínicos. Tercero, porque es esta instancia del conocimiento la que posibilita repensar nuevas variables o modalidades que permitan fortalecer dichas investigaciones.

Conclusion

Hasta aquí hemos buscado exponer la comprensión filosófico-critica de Pithod respecto a la configuración y el alcance de la psicologia moderna. Nuestro autor se esforzó por formular, desde su tradición neoescolástica, un posible modelo de psicologia filosófica capaz de revisar e integrar los avances y desarrollos de la investigación psico-clínica. A lo largo de sus escritos invalidó la tensiones y dialécticas entre una psicología de corte filosófico y una psicologia aplicada instaladas en el ambiente académico a la sazón de la naciente psicologia argentina y la joven psicologia cientifica en general. No solo participó activamente en las discusiones epistemológicas y metodológicas en el escenario académico y cientifico argentino consagrado a la psicología, sino que postuló una particular compresión acerca del estatuto epistemológico de esta disciplina.

La contribución de Abelardo Pithod a este particular debate adquiere relevancia en la medida en que pone en vigencia la vocación dialógica de la psicología neoescolástica con los avances y desarrollos de la psicología moderna. Conocer su aporte supone, a nuestro entender, una contribución en la labor de visualización de los motivos e ideas que circularon durante el proceso de legitimación de la psicología en Argentina.

En numerosos pasajes de sus escritos, él manifiesta su extrañeza ante el despreció que expresan sus mismos colegas neo-escolásticos frente al conocimiento de tipo explicativo que proporcionan los estudios de tipo empírico y probabilístico.

Ciertamente, nuestro autor reconoció como un blanco de crítica el desprendimiento de las ciencias humanas y sociales de su matriz filosófica en el transcurso del siglo XIX, con todas las limitaciones que ello supone (Pithod, 2010, p. 17Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa.). En este sentido, compartía las legítimas denuncias acerca del carácter antifilosófico, positivista y cientificista que condicionaron históricamente el origen de las ciencias humanas y sociales. Pero ello en absoluto le impidió comprender el alcance y la legitimidad que tienen en sí mismas estas disciplinas modernas. Supo ponderar el verdadero valor que tiene el conocimiento de tipo descriptivo y probabilístico: y ello a pesar de los prejuicios antifilosóficos y empiristas que históricamente le dieron cauce.

  • 1
    El mismo Klappenbach señala que “las características que [se analizan] en cada período no desaparecen en el período siguiente ni tampoco aparecen subitamente. Al contrario, suelen perdurar” (Klappenbach, 2006, p. 112Klappenbach, H. (2006). Periodización de la psicología en Argentina. Revista de Historia de la Psicologia, 27(1), 109-164.).
  • 2
    Se puede ver un argumento similar también en Tomas de Aquino, De Caelo, I, I, lect. 3. Un poco más arriba, Pithod (2010, p. 103)Pithod, A. (2010). Epistemologia de las ciencias humanas y sociales. Porrúa. cita el siguiente texto del Aquinate: “Dos son los modos como interviene la razón para explicar una cosa: de un modo, para probar suficientemente alguna verdad fundamental, como sucede en las ciencias naturales, donde se dan razones suficientes para demostrar que el cielo se mueve con velocidad uniforme. De otro modo, se alegan razones, no como suficientes para probar una verdad radical, sino tales que, supuesta la verdad radical, muestran la congruencia con los efectos subsiguientes, y de este modo se habla en astronomía de excéntricos y epiciclos, porque hecha esta suposición, se pueden explicar las apariencias sensibles de los movimientos del cielo; y sin embargo, esta razón no es demostrativa porque tal pudiera explicarse también en base a otra hipótesis” (Summa Theologica I, q 32, a, 1, ad. 2).
  • 3
    Aqui Pithod parafrasea una de las tesis que Nimio de Anquin postula en Ente y ser (1962, pp. 25 y 126).
  • 4
    Esta práctica científica se puede encontrar en los siguientes textos del Estagirita: Gen. An. iii, 10, 760b 28-33; De Caelo ii, 13, 294b 6 y ss ; De An. i, 2, 403b 20- 24; De div. per somn. 1, 462b 14-18; Met. xii, 8, 1073b 13-17.

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Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    02 Set 2024
  • Fecha del número
    2024

Histórico

  • Recibido
    02 Set 2021
  • Revisado
    11 Ene 2024
  • Acepto
    10 Feb 2024
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