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Disputando la modernización en contextos rurales periféricos: revolución verde, mujeres y paradigmas entrelazados bajo la lente pionera de Cynthia Hewitt de Alcántara

Resumen

Las desigualdades interdependientes en la producción y circulación de conocimientos en ciencias sociales han marcado la formación histórica de cánones mayormente masculinos y de los centros. Con el impulso de la ola feminista en América Latina, el estudio de las contribuciones de mujeres invisibilizadas en la construcción de las ciencias sociales es un tópico que ha comenzado a tener mayor relevancia. Este trabajo se propone presentar por primera vez la trayectoria intelectual y profesional de Cynthia Hewitt de Alcántara (1942) desde una perspectiva de género y de sociología del conocimiento. A partir de su producción escrita y una entrevista en profundidad realizada en julio de 2022, analizo la etapa mexicana entre 1966-1985, reconstruyendo las interrelaciones entre contextos de producción y sus aportes en torno a la modernización, la revolución verde, las mujeres en contextos rurales periféricos y los paradigmas entrelazados de las ciencias sociales desde una perspectiva de género.

Palabras claves:
Modernización; Revolución verde; Mujeres rurales; Cynthia Hewitt de Alcántara; Circulación de conocimiento; Género

Abstract

The interdependent inequalities in the production and circulation of knowledge in the social sciences have marked the historical development of mostly male canons from the centers. With the impulse of the feminist wave in Latin America, the great contribution of invisible women to the construction of the social sciences has begun to have high relevance. This article introduces for the first time the intellectual and professional trajectory of Cynthia Hewitt de Alcántara (1942) from the gender and sociology of knowledge perspectives. Based on her written production and an in-depth interview conducted in July 2022, I focus on the author’s production during her first stay in Mexico between 1966-1985, reconstructing the interrelations between the contexts of production and her contributions contesting modernization processes within the green revolution, the situation of women in peripheral rural contexts and the entangled paradigms of the social sciences from a gendered perspective.

Keywords:
Modernization; Green revolution; Rural women; Cynthia Hewitt de Alcántara; Circulation of knowledge; Gender

Resumo

As desigualdades interdependentes na produção e circulação do conhecimento nas ciências sociais marcaram a formação histórica de cânones majoritariamente masculinos e dos centros. Com o impulso da onda feminista na América Latina, o estudo das contribuições das mulheres invisíveis na construção das ciências sociais é um tema que começa a ter maior relevância. Este artigo tem por objetivo apresentar pela primeira vez a trajetória intelectual e profissional de Cynthia Hewitt de Alcántara (1942), segundo uma perspectiva de gênero e da sociologia do conhecimento. A partir de sua produção escrita e de uma entrevista em profundidade realizada em julho de 2022, analiso a etapa mexicana entre 1966-1985, reconstruindo as inter-relações entre contextos de produção e suas contribuições para a modernização, a revolução verde, as mulheres em contextos rurais periféricos, bem como os paradigmas entrelaçados das ciências sociais a partir de uma perspectiva de gênero.

Palavras-chave:
Modernização; Revolução verde; Mulheres rurais; Cynthia Hewitt de Alcântara; Circulação de conhecimento; Gênero

Introducción Las teorías del (sub)desarrollo latinoamericano en circulación: voces femeninas y desigualdades interdependientes

Durante una estancia de investigación en Berlín Occidental, el sociólogo agrario norteamericano de origen alemán Ernest Feder compiló en 1976FEDER, Ernest. Gewalt und Ausbeutung. Lateinamerikas Landwirtschaft. Hamburg, DE: Hoffmann und Campe, 1976. un extenso reader bajo el título Gewalt und Ausbeutung. Lateinamerikas Landwirtschaft (Violencia y explotación. La agricultura latinoamericana) que tenía el objetivo de presentar al público alemán los debates cruciales del problema agrario en América Latina. En una lista de contribuciones con un total de 24, se contaba una sola contribución escrita por una mujer: “La historia de la revolución verde: La experiencia mexicana” de Cynthia Hewitt de Alcántara. Este ejemplo, si bien algo azaroso, muestra una constante en la producción y circulación de conocimiento en ciencias sociales: La presencia minoritaria de mujeres en la formación de sus debates y cánones. Numerosas investigaciones han hecho hincapié en las desigualdades en la producción y circulación de ciencias sociales en diferentes niveles. Se han destacado las desigualdades y dependencias estructurales entre centros y periferias, la creciente hegemonía del inglés y un sistema de evaluación y de indexación que privilegia los centros (Alatas, 2003ALATAS, Syed Farid. Academic dependency and the global division of labour in the social sciences. Current Sociology, n. 6, p. 599-613, 2003.; Connell, 2007CONNELL, Raewyn. Southern theory. The global dynamics of knowledge in social science. Australia: Allen & Unwin, 2007.; Keim, 2009KEIM, Wiebke. Social sciences internationally: the problem of marginalisation and its consequences for the discipline of sociology. African Sociological Review, v. 12, n. 2, p. 22-48, 2009.; Gingras & Mosbah-Natanson, 2010GINGRAS, Yves; MOSBAH-NATANSON, Sebastien. Where are social sciences produced? World Social Science Report: Knowledge Divides, p. 149-153. Paris: Unesco, Publishing, International Social Science Council, 2010.; Vessuri et al., 2014VESSURI, Hebe et al. Excellence of quality? Impact of the current competition regime on science and scientific publishing in Latin America and its implications for development. Current Sociology, v. 62, n. 5, p. 647-665, 2014.). Veronika Wöhrer (2016WÖHRER, Veronika. Gender studies as a multi-centred field? Centres and peripheries in academic gender research. Feminist Theory, v. 17, n. 3, p. 323-343, 2016.) ha mostrado cómo en los propios estudios de género, cuyo objetivo es visibilizar desigualdades, los centros (especialmente los EE.UU.) articulan los debates y teorías con mayor circulación global en detrimento de las producciones de las periferias. En el marco de estas estructuras desiguales la producción de ciencias sociales en América Latina es considerada como “semi-periférica”, atendiendo a diferentes momentos históricos, la existencia de centros-periféricos, redes y circuitos de reconocimiento propios (Beigel, 2013______. Centros y periferias en la circulación internacional de conocimiento. Nueva Sociedad, n. 245, p. 110-123, 2013.; 2014). Estudios sobre el caso latinoamericano han enfocado en mostrar cómo las desigualdades interdependientes (de género, clase, etnicidad, geografía, lenguas e instituciones) constituyen las formas de producción, circulación y marginalización de sus conocimientos (Göbel & Martín 2018GÖBEL, Barbara; MARTÍN, Eloísa (Eds.). Desigualdades interdependentes e geopolítica do conhecimento: negociações, fluxos, assimetrias. Rio de Janeiro: 7Letras, 2018.). Las brasileñas Lélia Gonzalez y Beatriz Nascimento cuentan entre las académicas y activistas pioneras en denunciar la marginalización y violencias epistémicas contra mujeres negras e indígenas (Ratts, 2006RATTS, Alex. Eu sou atlântica: sobre a trajetória de vida de Beatriz Nascimento. São Paulo: Instituto Kuanza, 2006.). La ola feminista actual, con fuerte presencia en América Latina, ha producido un crecimiento de producciones académicas en torno a las mujeres invisibilizadas en la historia intelectual y de la ciencia desde una perspectiva de género. En la reconstrucción de la historia de las teorías críticas del desarrollo, la socióloga Vania Bambirra ha sido una de las pocas mujeres que ha recibido atención (Ribeiro, 2019RIBEIRO, Andrea. Vania Bambirra e as mulheres no capitalismo dependente. São Francisco do Conde, BA: Horizontes ao Sul, 2019.; Wildner, 2019WILDNER, Maria Belén. Vania Bambirra en Chile: reflexiones en torno a la liberación de la mujer latinoamericana. Cuadernos del CEL, v. 4, n. 8, p. 29-43, 2019.). Un estudio muy reciente sobre la trayectoria de la nutricionista Emma Reh en la United Nations Food and Agriculture Organization (FAO) en Guatemala en los años sesentas ha mostrado la marginalización de su voz crítica sobre nutrición (Pernet, 2019PERNET, Corinne. FAO from the field and from below: Emma Reh and the challenges of doing nutrition work in Central America. The International History Review, v. 41, n. 2, p. 391-406, 2019.). Corinne Pernet argumenta que la invisibilización de Reh está relacionada con una tendencia masculina y machista de las organizaciones internacionales de desarrollo que tienden a marginalizar las voces femeninas, sumado al singular trabajo crítico e integrativo sobre los planes de nutrición que ella realizó basado en un sostenido trabajo de campo con comunidades indígenas. Continuando con estas nuevas tendencias de análisis de trayectorias de mujeres, este artículo se propone presentar por primera vez el aporte pionero de Cynthia Hewitt de Alcántara en el marco de las discusiones sobre la cuestión agraria en América Latina, especialmente en el período de auge de la agenda desarrollo/subdesarrollo entre mediados de la década del sesenta y finales de los ochenta (Kay, 2010KAY, Christoph. Latin American theories of development and underdevelopment. London: Routledge, 2010.; Svampa, 2016SVAMPA, Maristella. Debates latinoamericanos: indianismo, desarrollo, dependencia y populismo. Buenos Aires: Edhasa, 2016.; Ruvituso 2020RUVITUSO, Clara. From the South to the North. The circulation of Latin American dependency theories in the Federal Republic of Germany. Current Sociology, v. 68, n. 1, p. 22-40, 2020.). A partir de datos obtenidos en sus publicaciones y en una entrevista en profundidad, en el primer apartado me propongo reconstruir la trayectoria intelectual y profesional de Hewitt de Alcántara desarrollada a partir de su formación en EE.UU. (1960-1966), la investigación en y sobre México entre consultoría e investigación (1966-1985) y su consolidación profesional como funcionaria de alto rango en el United Nations Research Institute for Social Development (Unrisd) en Ginebra (1985-2002). En los siguientes tres apartados, daré cuenta de los aportes centrales y pioneros de Hewitt de Alcántara centrados en diferentes aspectos del proceso de modernización en sus contextos de producción. En primer lugar, su investigación “La modernización de la agricultura mexicana” que abordó críticamente los múltiples impactos sociales y políticos de la revolución verde en México. En segundo lugar, el informe para la Cepal (Hewitt de Alcántara, 1979) sobre la transformación de la situación de las mujeres rurales pobres en América Latina en el contexto de modernización. Por último, su estudio pionero sobre los paradigmas entrelazados que explican las diferentes miradas que la antropología construyó sobre el campo mexicano entre 1920 y 1980. En las conclusiones, daré cuenta de los factores interconectados que pueden explicar la trayectoria de la obra de Hewitt de Alcántara en la historia del pensamiento crítico sobre subdesarrollo y la cuestión rural desde una perspectiva de género y de sociología del conocimiento.

Una trayectoria entre consultoría e investigación: formación, redes transregionales, maternidad y cuidados

Nacida en 1942 en Lexington (Ky, EE.UU.), el primer contacto de Cynthia Hewitt con América Latina se dio en el marco de una mudanza de su familia a Alburquerque, Nuevo México, durante su adolescencia: “Es un Estado con un pasado mexicano, colonial y que todavía conserva rasgos de la cultura mexicana. El español es un idioma oficial. Allí fui cautivada por la cultura española-colonial-mexicana”1 1 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022. . En 1960 obtuvo una beca para estudiar ciencias políticas en el prestigioso Vassar College (NY, EE.UU.), donde asistió a las clases de historia latinoamericana de Charles C. Griffin. Al terminar Vassar ingresó a la Universidad de Columbia en la Maestría en Relaciones Internacionales, donde continuó su formación con otras figuras:

En Columbia tenía profesores y contactos bastantes amplios en torno a América Latina. Pude asistir a las clases de Charles Walter Wagley sobre Brasil Bryce Wood, Marvin Harris y Frank Tannenbaum, quien tenía un seminario muy personal e íntimo, el seminario de los martes, donde invitaba a ilustres académicos de América latina. Vinieron por ejemplo Víctor Urquidi y Rodolfo Stavenhagen. Obtuve conocimientos de la historia, sistemas políticos, pero sin haber tocado suelo en América Latina. Todavía era solo una estudiante basada en EE.UU.2 2 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022. .

Después de un año en Columbia, Hewitt recibió una beca de la Fundación Ford para estudiar el programa de ayuda exterior de EE.UU. en el Nordeste de Brasil. Esta experiencia fue crucial para el descubrimiento del tema que ocuparía su vida:

La primera vez que toqué suelo latinoamericano fue en Recife, Pernambuco. Como a las dos semanas de llegar, me di cuenta que mi plan era ridículo. Era 1965, acababa de darse el golpe de Estado contra el presidente Goulart y contra la inmensa movilización de la izquierda, casi revolucionaria. Era una situación muy turbia. Un momento donde los movimientos sociales eran muy fuertes y además donde se percataba con mucha tristeza la miseria de la gente. Vi una miseria realmente lastimosa, gente con lepra en las calles, gente muriendo de hambre, con todas las movilizaciones campesinas y violencia de los grandes terratenientes en contra de los campesinos. Se acababa de encarcelar al líder campesino Francisco Julião, la iglesia católica trataba de apoyar las demandas de los trabajadores agrícolas con sindicatos católicos muy progresistas. Era un momento como yo nunca había visto en mi vida. Dediqué los tres meses siguientes a recorrer el campo del Estado de Pernambuco en camiones y con sindicatos católicos y a ver la terrible situación agraria de explotación absoluta y de un poder dominante de los militares, en contra de cualquier esfuerzo de mejorar la situación. A raíz de eso, decidí que lo que yo quería estudiar eran movimientos campesinos y la situación de la población rural3 3 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022. .

Al terminar sus estudios en Columbia en 1966, Hewitt fue contratada como asistente del sociólogo Henry Landsberger de la Universidad de Cornell para colaborar en un estudio comparativo multidisciplinario sobre estructura agraria y desarrollo agrícola en México patrocinado por el Centro de Investigaciones Agrarias, que contaba con financiamiento, entre otros, de Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el gobierno de México y que fue dirigido por el antropólogo y sociólogo Rodolfo Stavenhagen. En ese trabajo Hewitt conoció a su futuro esposo y compañero de vida, el antropólogo Sergio Alcántara Ferrer:

Sergio era asistente de Rodolfo y yo de Henry Landsberger. Nuestros jefes tenían otras obligaciones y los asistentes fuimos a hacer el trabajo de campo. Fuimos a Michoacán en una zona azucarera (Taretan). Hicimos mucho trabajo de campo. Un año después surgió otra vez la invitación a México: Landsberger y yo volvimos en 1967. Otra vez nos enviaron a Sergio y a mí a dirigir el trabajo de campo, esta vez en La Laguna, una zona algodonera de ejidos colectivos en el norte. Al año nos casamos4 4 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022. .

El Centro de Investigaciones Agrarias fue la base de sus redes intelectuales internacionales. Por allí pasaron investigadores, consultores y funcionarios, desde Rodolfo Stavenhagen (eje de la red) a Gerrit Huizer, Solon L. Barraclough, Andrew Pearse, Raymond Buve, Shlomo Eckstein y Sergio Maturana.

Todos lo que tenían interés en movimientos campesinos y en desarrollo rural del lado progresista en algún momento u otro prestaban su apoyo o vinieron a colaborar con el Centro. De ahí viene mi red de contactos en EE.UU. y Europa5 5 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022. .

Entre 1971 y 1985 Hewitt de Alcántara realizó diferentes trabajos de investigación como consultora para Unrisd y la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y entre 1980 y 1984 fue profesora visitante del Centro de Estudios Sociológicos en El Colegio de México, donde dirigió un proyecto de investigación sobre el sistema alimentario de la Ciudad de México. En este período radicada en México produjo los estudios que se transforman en sus dos libros más importantes: La modernización de la agricultura mexicana (1940-1970) (Siglo XXI, 1976) e Imágenes del campo. La interpretación antropológica del mundo rural (El Colegio de México, 1988), así como el Informe “La modernización y los cambios en las condiciones de vida de la mujer campesina” (Hewitt de Alcántara, 1979b). Los contextos de producción de estos dos estudios y el informe cepalino estuvieron sujetos a la combinación de sus roles como investigadora, consultora y madre:

Porque Sergio trabajaba en Plan Lerma, y luego en Cepal, tuve el privilegio de quedarme en casa cuando nuestras hijas eran pequeñas. Podía trabajar de manera flexible, aceptando algunas consultorías cuando el tema era interesante y rechazando otras. También fijaba mi propio horario, que me permitía combinar el trabajo académico con la vida familiar6 6 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022. .

En 1985 la familia se mudó a Ginebra para que Hewitt de Alcántara formara parte de Unrisd, cuyo director en ese momento era Enrique Oteiza:

Nos recomendaron colegas de la red internacional de estudios rurales. Nos quedamos en Ginebra 16 años. Entonces cambiamos de roles: en vez de que fue Sergio quien ganó la vida y yo hacía consultorías, yo gané la vida y él hacía consultorías. Hemos sido una dupla7 7 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022. .

De 1986 a 2022 Hewitt de Alcántara fue funcionaria del Unrisd. Primero como encargada de proyectos comparativos internacionales sobre sistemas alimentarios y sociedad, los mercados en la teoría y en la práctica y sobre crisis, ajuste y cambio social en América Latina. De 1995 a 2002 fue directora adjunta, apoyando un proyecto para mejoras del conocimiento sobre el desarrollo social dentro de las organizaciones internacionales. Durante este período, Hewitt de Alcántara produjo numerosos artículos, informes y libros centrados en cuestiones de desarrollo, alimentación y democracia. Luego de su jubilación de Unrids en 2002, ella y su esposo volvieron a su casa de Guadalajara en México, donde vive actualmente: “México es un lugar absolutamente fascinante. Me encantó en 1966 y me sigue encantando”8 8 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022. .

Un informe impugnado: Modernización, tecnología, estructuras sociales y desperdicio en la revolución verde mexicana

En 1976 se publicó el informe “Modernizing Mexican Agriculture: Socioeconomic Implications of Technological Change (1940-1970)” en el marco del Unrisd y en 1978 apareció la versión española como libro La modernización de la agricultura mexicana (1940-1970) en la editorial Siglo XXI. El informe había sido realizado en el marco de un proyecto global sobre revoluciones verdes financiado por Unrisd y dirigido por el sociólogo británico Andrew Pearse. Se trató de un programa que se proponía entender los efectos de las innovaciones tecnológicas de la revolución verde en el mundo, especialmente la implementación de nuevas tecnologías y semillas. Ya en el prefacio, Pearse advertía la particularidad del informe sobre México:

La autora de este estudio tuvo la suerte de poder discutir el asunto de la “revolución verde” de México con todo tipo de participantes, entre ellos científicos, políticos, ejidarios y miembros de comunidades indígenas, productores comerciales, agrónomos, extensionistas y otras muchas personas que tomaron parte en la acción que se desarrolló en los últimos treinta años (Pearse, 1978PEARSE, Andrew. Prefacio. in: HEWITT DE ALCÁNTARA, Cynthia. La modernización de la agricultura agraria mexicana (1940-1970), p. 9-10. Mexico City: Siglo XXI, 1978.: 10).

El estudio de Hewitt de Alcántara se constituyó de diferentes fases de investigación y metodologías: La primera parte incluyó un análisis crítico sobre el desarrollo agrario con base en los resultados del análisis de una amplia bibliografía producida globalmente sobre México. La segunda parte se concentró en el estudio de caso sobre Sonora, basado en un intenso trabajo de campo de seis meses. El análisis de la autora incluyó algunos puntos de partida generales:

  • a. se trataba de un estudio de modernización rural, que de ninguna manera podía ser pensado como sinónimo de desarrollo o progreso rural. La modernización podía conducir al desarrollo, subdesarrollo y no desarrollo;

  • b. la aplicación y la introducción de nueva tecnología y la implementación de semillas de alto rendimiento no solo produjeron cambios en el tipo y formas de producción, sino fundamentalmente cambios sociales con efectos muy diversos entre las clases sociales;

  • c. solo con un análisis del funcionamiento de las instituciones públicas y privadas, las alianzas de clases y contextos locales que entran en el proceso de expansión se puede comprender los efectos redistributivos de la modernización agrícola.

La pregunta era entonces: ¿quiénes son los ganadores y perdedores y qué grupos económicos están en condiciones de beneficiarse del cambio tecnológico? El resultado fue un estudio sobre la modernización agraria o revolución verde desde una perspectiva múltiple y crítica que incluía los efectos socio-políticos y económicos de la trasformación del mundo rural mexicano desde 1940 a 1970 teniendo en cuenta: el marco de las estructuras capitalistas globales, la acción de fundaciones internacionales (especialmente la Fundación Rockefeller), la de científicos locales y extranjeros, políticos, grandes terratenientes, industriales, ejidarios, campesinos sin tierra y comunidades indígenas, entre otros. El marco general fue la de los estudios críticos del desarrollo en el contexto de las teorías de la dependencia, cuyos principios generales compartían los investigadores del Centro de Estudios Agrarios:

Supongo que, por haber estado en el Nordeste de Brasil, por haber trabajado ya en Taretan y estar en el Centro de Investigaciones Agrarias, haber trabajado en La Laguna en los ejidos colectivos que eran muy parecidos a los ejidos de Sonora, viendo esas situaciones y conviviendo con todos los investigadores mexicanos de los años sesenta y setenta, pues sería difícil no haber absorbido un punto de visto progresista, más o menos dependentista de algún tipo. En el Centro de Investigaciones Agrarias, todos teníamos una manera de ver tanto la Revolución Mexicana, como lo que venía después con la instauración de un gobierno autoritario y corrupto. Pero yo no iba al campo con la idea de que iba a aplicar algo. Y Rodolfo Stavenhagen, que fue un gran teórico, simplemente nos instaba a indagar sobre la realidad que encontrábamos9 9 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022. .

La primera parte del estudio resumía la pre-historia de la revolución verde: De la Reforma Agraria del presidente Cárdenas (1934-1940) que fortaleció los ejidos, es decir, la tenencia y producción comunal, a las subsiguientes presidencias liberales (1940-1970), centro del análisis, que implementaron una modernización beneficiando a los grandes latifundistas y la concentración de la tierra, provocando no solo el empobrecimiento de los ejidatarios sino también un formidable desperdicio de recursos. Hewitt de Alcántara reconstruyó cómo la implementación de nuevas tecnologías a partir de programas de cooperación entre la Fundación Rockefeller y el gobierno mexicano fortalecieron e hicieron crecer de manera exponencial al sector trigero latifundista, formando a su vez una gama de científicos y técnicos agrarios mexicanos convencidos del proceso modernizador y de la ineficiencia de la reforma agraria y los ejidos. El estudio mostraba a su vez que la revolución verde en México fue resultado de una alianza de los grandes terratenientes y el sector industrial urbano en una lucha feroz por mostrar y provocar el fracaso de la reforma agraria: Todas las pruebas que contaba el estudio señalan el hecho de que los ejidatarios y pequeños agricultores privados habían competido en desventaja, por ejemplo, por el crédito agrícola y el agua de riego. En la segunda parte del informe, la autora analizó a partir de un profundo trabajo de campo en ejidos y comunidades indígenas de la región de Sonora los efectos de estas políticas y transformaciones, mostrando sus múltiples dilemas: éxodo de campesinos pobres hacia las ciudades, destrucción identitaria de comunidades indígenas, formas y estilos de vida, conflictos internos, corrupción y desintegración, creación de una cultura de la pobreza. La publicación del informe fue fuertemente resistida por la Fundación Rockefeller:

Mi propósito no era criticar a la Fundación Rockefeller, mi propósito era ver cuál había sido el impacto de la revolución verde en Sonora, en las comunidades. Probablemente si hubiese tenido acceso a archivos y al internet, el informe sería mucho más crítico de la Fundación Rockefeller de lo que yo fui. Pero igual se enojaron y vetaron la publicación. Tuve que ir a Ginebra desde México a defenderlo, y aunque muchos colegas estaban de mi lado, tenían un problema. Luego vino Andrew Pearse de Ginebra a México y fuimos al centro de la revolución verde en México de la Fundación Rockefeller, y tuve que defenderlo otra vez. Estaban de acuerdo que lo publicara en español, pero no en inglés. Así que la versión en inglés es solo en rústica, es de Unrisd, pero sí salió en español; se tradujo y se publicó en Siglo XXI10 10 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022. .

El prefacio de Pearse a la versión inglesa rezaba la aclaración de que las opiniones vertidas en el estudio no eran necesariamente las del organismo. La traducción del estudio de Hewitt de Alcántara al español, corregida y revisada por su esposo, se publicó en 1978 en Siglo XXI, una editorial central de la intelectualidad crítica latinoamericana y para 1988 ya contaba con seis ediciones. A pesar de ese reconocimiento en el ámbito intelectual mexicano, el manuscrito no fue aceptado como tesis doctoral en la Universidad de Leiden (Holanda), porque era “demasiado empírico”.

La situación de la mujer rural en un proceso de modernización “desde arriba y desde afuera”: Dependencias, explotación, machismo y la importancia de escuchar sus voces

The changing position of rural woman is a vast and terribly understudied topic” escribió Cynthia Hewitt de Alcántara en un informe titulado “Modernization and the changing life chances of women in low-income rural families” publicado en 1979 por la Cepal y traducido al español “La modernización y los cambios en las condiciones de vida de las mujeres campesinas”. El informe surgió en el marco de una consultoría a pedido de la socióloga argentina radicada en México Liliana de Riz:

La persona que me pidió este informe fue Liliana de Riz, una socióloga que colaboraba con Cepal. Ella estudiaba cuestiones de género desde muy tempranos años, pero no pudo hacer el informe sobre esta reunión. Lourdes Arizpe que es la pionera en estudios de género y de estudios antropológico específicamente de la situación de la mujer tampoco podía hacer el informe y me lo pasó. Utilicé las ideas que ya tuve de años de trabajar en el campo. También me apoyé en lo que había leído. Antes de eso yo había hecho un enorme trabajo para Rodolfo Stavenhagen como consultora que trataba de crear una especie de banco de datos para el campo mexicano, y por eso tenía muchísima bibliografía. Encontré estudios sobre mujeres que incluí en los pies de página. No muchos. Es de ahí de donde saqué la cuestión de las raíces psicológicas y socio-económicas del machismo11 11 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022. .

En principio se trataba de compilar los resultados de un encuentro realizado del 23 al 30 de octubre de 1978 en la ciudad de México y que había contado con el apoyo de Clacso, FAO y Unicef con el objetivo de discutir “los cambios habidos en los últimos años en las posibilidades que tienen las familias de bajos ingresos para mejorar sus condiciones de vida” (Hewitt de Alcántara, 1979: 1). Participaron en las discusiones representantes de asentamientos y cooperativas de reforma agraria, funcionarias de asociaciones nacionales o regionales de mujeres rurales afiliadas a partidos políticos, extensionistas agrícolas, mejoradoras del hogar rural, maestras rurales, una promotora bilingüe en zona indígena, una experta en alfabetización por radio y una socióloga que había trabajado varios años con mujeres campesinas, en total quince personas de siete países diferentes12 12 Los países representados fueron Costa Rica, Cuba, El Salvador, Honduras, México, Panamá, y la República Dominicana. . Los tópicos del workshop fueron:

  • a. la cambiante posición de la mujer dentro de las familias rurales de bajos ingresos; su contribución a la subsistencia física de la familia mediante trabajo no remunerado; su capacidad de cuidar en forma adecuada de los niños; su prestigio (o status) desde su propio punto de vista punto de vista y de los demás;

  • b. los cambios en las oportunidades de participación por parte de la mujer campesina en el mercado laboral (las condiciones para obtener trabajos remunerados; horarios y salarios, en comparación con los de los hombres; la necesidad de migración; la influencia del trabajo remunerado en la vida familiar; el uso al que se destina el ingreso de las mujeres campesinas); y

  • c. tendencias en la participación por parte de las mujeres campesinas en el gobierno de la comunidad, los partidos políticos, los sindicatos, las cooperativas (Hewitt de Alcántara, 1979: 2-3).

Además de participar del workshop, el informe de Hewitt de Alcántara se inspiró en una minuciosa recolección de información bibliográfica sociológica y antropológica sobre el rol y status de la mujer rural, junto con las impresiones y enseñanzas ganadas en su trabajo de campo en varias regiones de México:

Cuando estuve haciendo el trabajo de campo sobre la revolución verde en Sonora, viví en casa de don Bernabé Arana y su esposa doña Petrita Rodríguez de Arana quien fue increíble, fue una de esas mujeres del norte, fuerte, que en realidad manejaba muchos elementos de la organización campesina, pero generalmente en privado. Entonces yo pensé mucho en ella, en lo que tienen que contar y decir las mujeres. Y también los niños, que nadie entrevista, son una gran fuente de información. Lo veo como una llamada con Liliana de Riz, con Lourdes Arizpe para que haya más atención a la cuestión de la mujer. No sé si es feminismo o no. En ese momento no había un gran movimiento feminista en México13 13 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022. .

La autora resumía el workshop como un “esfuerzo colectivo” para comprender la complejidad de la situación de la mujer rural en procesos de cambio, lo que había significado que cada una de ellas tuviera el tiempo suficiente de describir su contexto especifico y experiencias. El informe recogía entonces los extensos intercambios del encuentro, junto con una profunda lectura de la bibliografía existente y las propias experiencias de campo de la autora con el fin de sistematizar los problemas de la mujer rural, atendiendo a las muchas diferencias. El informe concluía con recomendaciones para las futuras políticas de desarrollo rurales que incluían la protección en contra de los estragos del capitalismo, las mejoras en los servicios estructurales y, sobre todo, escuchar las perspectivas propias de las mujeres.

La mujer rural: contextualizando las diferencias

En la introducción al estudio, Hewitt de Alcántara comenzaba con una contextualización de los cambios que había sufrido el mundo rural en América Latina a partir del proceso de modernización en la posguerra, es decir, la incorporación acelerada en el capitalismo global en tanto estructura económica pero también socio-cultural. Esto no solo cambió las formas de producción, sino también las formas de relaciones familiares y comunitarias en torno a la subsistencia entre los campesinos en diferentes escenarios: haciendas, plantaciones, comunidades. La pregunta era entonces: ¿Qué ocurre con la situación de las mujeres de más bajos recursos del mundo rural con tan vastos escenarios en el proceso de modernización? Para Hewitt de Alcántara, la situación de la mujer rural dependía de las formas en que ambos sexos establecen sus vínculos con el sistema socio-económico más amplio. La autora diferenciaba cuatros escenarios que servían a modo comparativo para comprender las situaciones de la mujer en el mundo rural y explicar, por ejemplo, las diferencias notables que exhibían las violencias machistas entre las comunidades cerradas y abiertas, las nuevas dependencias de la mujer como esposas de agricultores comerciales modernizados, la super-explotación histórica de la hacienda y su insuficiente superación. El primer apartado estaba dedicado a mujeres en comunidades campesinas “cerradas”. La autora se refería a comunidades campesinas remotas en Mesoamérica y México, sobreviviendo durante siglos, hablando sus lenguas, practicando religiones propias. A partir de la evidencia extraída de los estudios antropológicos, Hewitt de Alcántara indicaba que antes de la incorporación al capitalismo global y la intensificación de la interacción con la sociedad urbana, en este tipo de comunidades la mujer disfrutó de un estatus diferente al del hombre, pero alto y central, por lo que no se puede hablar de patriarcado, sino de una sociedad cooperativa (Hewitt de Alcántara, 1979:14). En contraste, las mujeres en comunidades mestizas “abiertas” se caracterizaban por sufrir un alto grado de violencias machistas. Hewitt de Alcántara analizaba este rasgo en el marco de la integración desigual de estas comunidades al capitalismo y sus efectos negativos sobre hombres y mujeres:

No tenían acceso ni a las comodidades materiales ni a las credenciales educativas necesarias para obtener prestigio dentro de la moderna sociedad urbana, y su poder político era absolutamente insuficiente para ejercer efectiva presión en procura de mejoras futuras. A menudo, desde su propio punto de vista, eran ciudadanos de segunda clase de la sociedad nacional contemporánea, mientras que los habitantes de las comunidades indígenas “cerradas” eran miembros de primera clase de una sociedad local. Esta diferencia fundamental en la autoestimación de los diferentes grupos dentro del campesinado latinoamericano, inseparable de las diferencias en el tipo de relación mantenida con el sistema socioeconómico nacional, parecería constituir un elemento importante en la explicación de la predominancia del “machismo” en las comunidades mestizas, y su virtual ausencia en las indígenas “cerradas” (Hewitt de Alcántara, 1979: 17).

En este marco de la llamada modernización, la autora describió las diferentes oportunidades laborales para las mujeres pobres rurales con diferentes ejemplos extraídos de sus experiencias o de la literatura: la migración estacional para cosechas, donde la mujer (y los niños) reciben menos salario que sus maridos aumentando las dependencias; la migración a la ciudad que las obliga a realizar servicios domésticos siendo sujetas a “humillaciones antes desconocidas”; asimismo hay mujeres que logran establecerse como vendedoras ambulantes, como era el caso retratado por la antropóloga mexicana Lourdes Arizpe en su estudio de “Las Marias”. Otro escenario presentaba la realidad de las mujeres en el contexto de la agricultura del capitalismo moderno. Son por ejemplo esposas de los cultivadores comerciales y en la mayoría de los casos parecen perder todas las funciones económicas dentro de la familia, excepto las de tener hijos y realizar las tareas domésticas. Para la autora, las mujeres en esta situación brindaban algunos de los ejemplos “más patéticos de dependencia” que se encuentran en la bibliografía: “Se sienten prisioneras del destino y exhiben un desinterés pasivo por los asuntos de las comunidades” (Hewitt de Alcántara, 1979:27). Esta posición de las mujeres amas de casa en el contexto capitalista se diferenciaba de las mujeres dedicadas al trabajo doméstico en comunidades, donde su trabajo se valora en su doble carácter de productivo y afectivo:

No hay nada intrínsecamente apocador respecto a la domesticidad. En una sociedad basada sobre la entidad doméstica, no sólo para el afecto sino también para la producción, la responsabilidad por el funcionamiento sin tropiezos del hogar, es un honor. Empero, dentro de un ambiente capitalista la producción se aparta cada vez más de la entidad doméstica y es valorada sólo en términos monetarios, desde el punto de vista de la simple utilidad para la subsistencia. Así ocurre que el trabajo en el hogar, tanto de hombres como mujeres, llega a ser considerado de importancia secundaria, y los miembros de la familia que se dediquen enteramente a actividades domésticas no remuneradas pierden la apreciación social por sus esfuerzos por parte de la sociedad más amplia (Hewitt de Alcántara, 1979: 30).

Así, la autora explicaba que había elementos de cambios culturales en las estrategias adaptativas para la subsistencia, uno de ellos era el machismo y sus códigos que se convierten en un recurso económico, que permite a los hombres establecer lazos políticos y comerciales con otros que pueden ser útiles para ganar dinero. Por último, la autora retomaba la hacienda y la explotación de la mujer: “Si ha habido alguna vez institución en la historia latinoamericana que haya proporcionado los requisitos estructurales para una explotación cabal de la mujer, es por lo tanto la hacienda” (Hewitt de Alcántara, 1979:37). En la hacienda la mujer fue considerada nada más que un complemento de su marido y, por lo tanto, disponibles para ayudar (sin cargo) a mantener buenas relaciones entre los hombres dependientes de la hacienda y sus patrones. Pero la transición de dependientes de hacienda a beneficiarios de la reforma agraria, aunque sí implicó una transformación radical del estatus jurídico de las familias campesinas, no eliminaba los obstáculos a la plena igualdad de la mujer en la sociedad en general. Las unidades domésticas campesinas se vieron insertas como pequeños productores enfrentado nuevas desigualdades.

Las recomendaciones: participación, barreras al capitalismo e incorporación de servicios

A pesar de muchas de las diferencias en los recursos y estrategias de campesinas y campesinos pobres en el marco de la modernización, para la gran mayoría de las familias esta implicó la incorporación creciente en un mercado en términos sistemáticamente desfavorables para pequeños productores. Este proceso tendió a aislar a las familias, terminando con estrategias tradicionales de cooperación y seguridad. La autora subrayaba aquí que la principal determinante socio-económico del rol de la mujer en el escenario rural no sería el tipo de familia, o su propio género, sino las formas de incorporación al mercado y las consecuentes adaptaciones de ambos sexos para la supervivencia, afectando las opciones de manutención tanto de hombres como mujeres. Muchas veces las decisiones de los tipos de trabajo que deben realizar las mujeres en los contextos de modernización van en contra de la propia cultura y normas, generando efectos nocivos en la psicología individual y comunitaria. Asimismo, la autora contradecía los estudios que asumían que salir de la esfera doméstica para trabajar afuera aumentaba las chances de una mejor calidad de vida y emancipación de las mujeres. Esta conclusión de los estudios de género de los países industriales no aplicada a la experiencia de mujeres rurales pobres del contexto latinoamericano, cuyas condiciones de vida no mejoraron como empleadas domésticas, o como fuerza de trabajo agrícola mal paga, sin contar con sistemas de cuidados y alimentación para sus hijos. Por el contrario, la necesidad de trabajo remunerado, de obtener dinero para poder sobrevivir, el desprestigio del trabajo doméstico no remunerado, las encontró más dependientes de sus maridos y con menos lazos comunitarios. Entonces ¿Qué podemos hacer en el marco de las políticas públicas de desarrollo? Las recomendaciones de la autora incluían la combinación de barreras de las lógicas capitalistas en las comunidades, la participación de las personas involucradas en la toma de decisiones y las mejoras estructurales de los servicios otorgados por el Estado:

Al desarrollo rural debe otorgársele por tanto una alta prioridad en la planificación nacional, y debe ser vigorosamente alentada la participación de los habitantes locales en el proceso de planificación. Al mismo tiempo debe sustentarse el valor de la cultura local frente a una tendencia abrumadora hacia su extinción. Todas estas medidas bien pueden entrañar la reposición de ciertas barreras a la penetración del campo por parte del sistema económico y sociocultural capitalista más amplio. Ciertamente suponen la existencia de organizaciones de hombres y mujeres, en el plano rural, que se sienten libres para discutir los problemas locales y gestionar los recursos locales (Hewitt de Alcántara, 1979: 55).

Asimismo, Hewitt de Alcántara recomendaba la implementación de una serie de servicios para las mujeres y sus familias que incluyeran: agua entubada, centros de salud, programas de alfabetización, formación técnica, guarderías y vivienda adecuada. La autora indicada que el orden de prioridad de estos programas, así como el mejor método de la participación local en su realización, debía ser determinado por las mujeres y familias interesadas: “Entregarlos enteramente por iniciativa extraña constituiría simplemente un nuevo elemento en una larga historia de modernización desde arriba y desde afuera” (Hewitt de Alcántara, 1979: 54).

El apartado sobre Cuba: la modernización y la revolución socialista

Los diagnósticos sobre mujeres rurales que desarrolló Hewitt de Alcantará en el informe estaban enmarcados sobre todo en contextos de capitalismo periférico, con impedimentos muy específicos para la inclusión de la mujer rural a la economía nacional. En un apartado del informe, la autora se ocupó de reflexionar sobre estos procesos en el marco de sistemas socialistas, destacando el caso cubano. Para Hewitt de Alcantará, si bien la transición de un orden socioeconómico y cultural capitalista a uno socialista eliminaría por definición algunos de los impedimentos principales a la incorporación en iguales condiciones de las familias de bajos ingresos a la sociedad nacional, sin embargo, no existe una relación necesaria entre una transición al socialismo y el abandono del sesgo urbano tan típico de la modernización y el desarrollo puede seguir siendo dirigido mayoritariamente “desde arriba”: “…el socialismo no siempre supone esfuerzos inmediatos y efectivos para eliminar el tratamiento discriminatorio a la mujer dentro de la fuerza laboral y la familia” (Hewitt de Alcántara, 1979: 42). El caso cubano, a veinte años de la revolución, tomaba entonces especial relevancia por su singularidad, con un diagnóstico que destacada efectos positivos para la mujer:

El caso del socialismo cubano es particularmente interesante, ya que ha entrañado no solo un desplazamiento en las prioridades nacionales hacia la satisfacción de las necesidades básicas de todos los grupos de bajos ingresos, sino que también porque el gobierno cubano ha concedido especial prioridad a la mayor participación al nivel local en el proceso de adopción de decisiones, fomentando el desarrollo rural y otorgando iguales oportunidades para las mujeres. Por lo tanto, ha ido más lejos que muchas otras experiencias socialistas en intentar mejorar las oportunidades de vida de las mujeres rurales de bajos ingresos y de sus familias (Hewitt de Alcántara, 1979: 43).

La explicación de la diferencia del caso cubano con la de otras experiencias socialistas se basaba en una suma de factores:

  • a. la experiencia de los caudillos revolucionarios en el campo durante un largo período de guerra de guerrillas reforzó su compromiso ante compatriotas rurales y ante las mujeres, que desempeñaron un papel significativo en las guerrillas;

  • b. el azúcar requiere abundante mano de obra durante la zafra, así como un contingente relativamente calificado de obreros de ingenios situados en el campo;

  • c. con la reforma agraria el campo comenzó a verse reorganizado en entidades administrativas integradas en .un sistema de planificación regional;

  • d. el desempleo, tanto en zonas rurales como urbanas, fue atacado simultáneamente mediante un programa en gran escala de obras públicas y la expansión agrícola. En total el número de mujeres en la fuerza laboral se duplicó entre 1959 y 1970, aumentando de 295 mil a 600 mil;

  • e. la inversión con fondos fiscales en una extensa red de guarderías, pensionados en escuelas secundarias y los restaurantes de autoservicios en los lugares de trabajo aligeraron la carga de trabajo doméstico.

La autora destacaba que para las mujeres estos cambios significaron no solo una mayor participación económica en los campos “tradicionalmente femeninos” (enseñanza, enfermeras, trabajos comunitarios), también desempeñaron una parte importante en cada zafra, se convirtieron en conductoras de tractores, obreras de ingenios, mecánicas de automóviles, policías y médicas y ocuparon un número cada vez mayor de puestos administrativos superiores. A pesar de estos cambios estructurales, las resistencias y discusiones en torno al nuevo código de familia de 1975 mostraron que existen numerosos impedimentos, sobre todo culturales, para la igualdad entre ambos sexos. Así, para la autora el desafío mayor para Cuba era entonces las definiciones culturales más que estructurales de los papeles de ambos sexos.

Las miradas antropológicas sobre la vida rural en México: paradigmas entrelazados y transregionales

En 1984 se publicó Anthropological perspectives on rural Mexico en la prestigiosa colección “International Library of Anthropology” de la editorial Roudledge and Kegan Paul dirigida por Adam Kuper de la Universidad de Leiden (Holanda). Se trataba del manuscrito defendido como tesis doctoral en sociología y antropología por Cynthia Hewitt de Alcántara, en 1982, en la Universidad de Leiden. El libro fue traducido al español con el título Imágenes del campo. La interpretación antropológica del mundo rural y publicado por El Colegio de México, en 1988. Imágenes del campo es un estudio pionero en la sociología del conocimiento aplicada a América Latina. La génesis de este libro se remontaba a 1976, cuando Hewitt de Alcántara inició un trabajo de revisión bibliográfica sobre los estudios producidos sobre el mundo rural mexicano con la intención de poder elaborar indicadores e identificar patrones de cambios. Tal como se cuenta en el prefacio, a partir de la revisión de más de 1.000 entradas la autora detectó las similitudes sustanciales entre el grupo de investigadores que trabajó bajo la mirada general del funcionalismo, con una mirada y énfasis determinados, y también las diferencias con investigadores bajo otros paradigmas teóricos ¿reflejaban un cambio en el mundo rural o más bien una evolución o cambio teórico? El trabajo viró entonces hacia una nueva pregunta e hipótesis de investigación: Se podían detectar patrones de cambio en el mundo rural, pero estos estaban mediados por la mirada de “no-campesinos” u “outsiders”, con una experiencia urbana y formación universitaria determinada, que enmarcaba sus miradas. Hewitt de Alcántara decidió entonces estudiar a los antropólogos y sus producciones como campo disciplinar en un ejercicio pionero para comprender los cambios e intersecciones de paradigmas en las ciencias sociales en diferentes contextos socio-políticos e históricos que involucraron a los antropólogos nacionales y extranjeros que pensaron la cuestión agraria en México desde la posrevolución, entre 1920-1980. La elección de este problema de investigación en torno a la historia de las ideas y de la ciencia se dio asimismo en el contexto de la decisión de escribir una tesis doctoral, que debía versarse sobre temas teóricos, así como la importancia en ese momento de trabajar mayoritariamente desde la casa (con la imposibilidad de salir al campo) y el hecho de que desde su propia casa disponía de una biblioteca especializada y contactos con muchos colegas antropólogos:

No podía salir al trabajo de campo, así que leí. En la casa hay bibliotecas por todos lados, son los libros de antropología de Sergio, y todas las publicaciones del Instituto Nacional Indigenista, estudios de aldeas, pueblos y comunidades. Además, viví durante décadas dentro de la comunidad de los antropólogos hablando de estos temas. Entonces escribí Imágenes del campo 14 14 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 11 de Julio de 2022. .

Paradigmas entrelazados en un campo antropológico transregional

El estudio de Hewitt de Alcántara aplicaba la noción de paradigmas de Kuhn a un campo disciplinar (la antropología), un problema específico (el mundo rural mexicano) en un escenario transregional entrelazado. Se trataba de cientistas sociales nacionales y extranjeros caracterizados por la formación universitaria urbana (muchas veces en EE.UU. o Francia) y que estudiaba la “otredad” en contextos coloniales y poscoloniales. El estudio incluyó narrativas antropológicas producidas de forma paralela y entrelazada sobre todo en México, EE.UU. y Europa entre 1920 y 1980. La autora advertía de la existencia de paradigmas paralelos en competencia y entrelazados, así como de los múltiples factores que podían afectar los resultados de las investigaciones, más allá de los bordes que crea un paradigma:

[…] one must remain constantly alert to the possibility that the conclusions of researchers working within different paradigms were affected, thought chance or design, not only by the intellectual boundaries of their own research traditions, and the temporal boundaries of an historical moment, but also by the particular socio-economic and ecological characteristics of the setting within which observation took place (Hewitt de Alcántara 1984: 5).

Así, la presentación de diferentes bordes paradigmáticos se debía comprender desde un punto de vista analítico, en el que el particularismo, el funcionalismo, el estructuralismo histórico, el indigenismo, marxismo y dependentismo entraban en juegos de combinaciones dialécticas, interrelaciones y confrontaciones. Así, los diferentes capítulos no mostraban una historia de sucesiva de cambios paradigmáticos, sino diferentes combinaciones paralelas de debates producidos en el marco de la antropología dedicada a México en contextos políticos e institucionales determinados. La narrativa diacrónica de Hewitt de Alcántara incluía una constante apertura de los bordes paradigmáticos que analizaba, desde lo transdisciplinar, lo político e institucional. Así, en la primera parte “Particularismo, Marxismo y funcionalismo en la antropología mexicana (1920-1950)” la autora mostraba (por nombrar solo algunos ejemplos) cómo el antropólogo mexicano Manuel Gamio, formado con Franz Boas en Columbia, en vez de adoptar la creciente moda relativista en la antropología, desarrolló una mirada sobre las comunidades rurales de Teotihuacán en la que lo indígena se caracterizaba como fundamentalmente retrasado y arcaico. Para Gamio la solución era la integración de los indios a una identidad nacional mexicana homogénea y moderna como base del progreso. En contraste, Hewitt de Alcántara analizaba la otra posición “indigenista” de Moisés Sáenz, quien reconocía la explotación y miseria de las comunidades indígenas rurales, considerando la importancia de sacarlos de esa situación, pero manteniendo sus propios gobiernos y la pluralidad de las culturales. A esta posición, la autora agregaba la de los indigenistas marxistas como Vicente Lombardo Toledano y Luis Chávez Orozco, quienes explicaban los elementos estructurales de la miseria indígena, la importancia de la reforma agraria para superarla, y a su vez, criticaban las políticas educacionales liberales que violentaban el derecho de las comunidades de mantener sus lenguas y costumbres. Paralelamente, explicaba que, en medio de estas disputas entre antropólogos mexicanos, se estaba realizando un cambio en la antropología global de los años veinte hacia el estructural-funcionalismo (Malinowski, Radcliffe-Brown), aplicado a México en el trabajo de Robert Redfield sobre la comunidad Chan Kom. Este cambio iniciaba un nuevo trend analítico y político: el estudio de comunidades ya no cerradas, sino en contacto, surgiendo el problema de la aculturación y el estudio centrado de las aspiraciones y valores que explican la integración social. A diferencia de Gamio, algunos de sus adherentes no pretendían realizar cambios en las comunidades, sino comprenderlas en términos de mayor o menos aculturación.

Así, la segunda parte “Un diálogo sobre el conflicto étnico: Indigenismo y funcionalismo (1950-1970)” mostraba las productivas discusiones entre los antropólogos mexicanistas locales y extranjeros, ejemplificado en la colaboración entre el funcionalista Branislaw Malinowski y el indigenista marxista Julio de la Fuente en su estudio conjunto sobre los mercados del valle de Oaxaca. Allí se combinaron las dos perspectivas logrando explicar tanto la unidad como la dependencia. Hewitt de Alcántara también analizaba como De la Fuente produjo el aporte fundamental para la teoría indigenista y su práctica a partir de introducir la cuestión de las relaciones interétnicas. Estas mismas combinaciones de debates internacionales, con las prácticas y aspiraciones políticas locales, se repitieron en el capítulo sobre la ecología cultural y el marxismo, sobre la teoría de la dependencia y el estructuralismo histórico. Un capítulo de singular originalidad, fue el dedicado al paradigma de la dependencia. La autora introdujo aquí un análisis hasta el momento inédito del encuentro de la teoría de dependencia con las discusiones antropológicas, con entrelazamientos hasta el momento muy poco estudiados. El estudio de Hewitt de Alcántara, dedicado a estudiar a sus propios colegas, muchos de ellos amigos cercanos, tuvo un buen recibimiento:

Eric Wolf me contestó que le gustó mucho. Gonzalo Aguirre Beltrán dijo que le parecía demasiado crítico del indigenismo, que la había dolido un poco, pero que respetaba mis ideas. Cuando Roger Bartra hizo la presentación del libro en El Colegio de México, yo estaba aterrorizada, pensé ¡me va a hacer pedazos! Y no fue así. Él dijo: Esto libro es tan interesante, aprendí cosas de mí mismo. Hay algunas personas que lo han criticado terriblemente y lo hacen aún, se enojaron porque no incluí a sus personas favoritas, tienen una lista de personas que no incluí. Yo fui consciente de que no incluía a todos, pero en algún momento tenía que parar15 15 Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 11 de Julio de 2022. .

Este estudio pionero de la historia de la antropología desde una perspectiva transregional y entrelazada tuvo y tiene hasta hoy recepción dentro de México, pero mucho menos en los cánones de la historia de las ciencias e intelectual en América Latina, mucho menos fuera de sus márgenes.

Conclusiones

La trayectoria intelectual de Cynthia Hewitt de Alcántara en el período de auge de la agenda desarrollo/subdesarrollo entre los años sesentas y ochentas estudiado en este artículo se inscribió en el momento de mayor circulación internacional de teoría social producida en América Latina. El dependentismo fue el paradigma de origen latinoamericano que acumuló una enorme aceptación en los estudios críticos del desarrollo a nivel global (Kay, 2010KAY, Christoph. Latin American theories of development and underdevelopment. London: Routledge, 2010.; Svampa, 2016SVAMPA, Maristella. Debates latinoamericanos: indianismo, desarrollo, dependencia y populismo. Buenos Aires: Edhasa, 2016.;Ruvituso 2020RUVITUSO, Clara. From the South to the North. The circulation of Latin American dependency theories in the Federal Republic of Germany. Current Sociology, v. 68, n. 1, p. 22-40, 2020.). Tal como analiza Fernanda Beigel (2014BEIGEL, Fernanda. Publishing from the periphery: structural heterogeneity and segmented circuits. The evaluation of scientific publications for tenure in Argentina’s Conicet. Current Sociology, v. 62, n. 5, p. 743-765, 2014.) con el concepto de “centro-periféricos”, México D.F. y Guadalajara pueden considerarse espacios de producción de conocimientos transregionales sobre las múltiples temáticas relacionadas al subdesarrollo. La cuestión agraria e indígena tuvo una crucial relevancia, esto último especialmente por la presencia articuladora del sociólogo agrario Rodolfo Stavenhagen. Los investigadores y consultores progresistas en torno a la cuestión agraria -de cuya red transregional Hewitt de Alcántara formaba parte- compartían los diagnósticos generales del dependentismo en torno a la crítica a la modernización, la importancia de generar categorías propias para comprender el subdesarrollo en América Latina (y otras regiones del Tercer Mundo), así como la de construir estrategias y soluciones locales, nacionales y/o regionales diferenciadas. En este contexto, el rasgo distintivo y pionero de Hewitt de Alcántara es que sus estudios sobre el mundo rural mexicano y los efectos de la modernización (hoy llamaríamos globalización) se basaron en una productiva combinación de lecturas críticas y eruditas de la bibliografía crítica global (mexicana e internacional) con la realización de trabajos de campo en los espacios rurales de mayores desigualdades y explotación. Hewitt de Alcántara recogió las voces de los actores más desfavorecidas por la modernización: mujeres, niños, campesinos sin tierra, ejidarios empobrecidos, cooperativas, comunidades indígenas. En su informe para la Cepal sobre las mujeres pobres en el mundo rural latinoamericano, Hewitt de Alcántara logró recoger esos saberes acumulados e invisibilizados sobre las consecuencias de la modernización en contextos periféricos, recomendando escuchar sus propias voces y necesidades para la realización de las políticas de desarrollo, sin pretender importar soluciones europeas de “emancipación” de la mujer producidas más allá de sus contextos, aspiraciones y culturas. El estudio de Hewitt de Alcántara sobre la historia de las miradas antropológicas sobre México desde la perspectiva de la sociología del conocimiento fue un aporte central y pionero a la historia intelectual y de las ciencias constituido sobre la base de un profundo conocimiento bibliográfico, pero también de los contextos, redes e instituciones nacionales e internacionales implicadas, en el sentido que hoy da la llamada historia global intelectual y de la ciencia. Siguiendo estudios previos sobre circulación internacional de saberes (Alatas, 2003ALATAS, Syed Farid. Academic dependency and the global division of labour in the social sciences. Current Sociology, n. 6, p. 599-613, 2003.; Connell, 2007CONNELL, Raewyn. Southern theory. The global dynamics of knowledge in social science. Australia: Allen & Unwin, 2007.; Keim, 2009KEIM, Wiebke. Social sciences internationally: the problem of marginalisation and its consequences for the discipline of sociology. African Sociological Review, v. 12, n. 2, p. 22-48, 2009.; Gingras & Mosbah-Natanson, 2010GINGRAS, Yves; MOSBAH-NATANSON, Sebastien. Where are social sciences produced? World Social Science Report: Knowledge Divides, p. 149-153. Paris: Unesco, Publishing, International Social Science Council, 2010.; Beigel, 2014; Vessuri, 2014VESSURI, Hebe et al. Excellence of quality? Impact of the current competition regime on science and scientific publishing in Latin America and its implications for development. Current Sociology, v. 62, n. 5, p. 647-665, 2014.) la pregunta es entonces ¿Cómo se explica que a pesar de sus aportes pioneros, de producir en inglés, del prestigio de las instituciones en las que trabajó dentro de la región y en el contexto de las organizaciones internacionales y su extensa red norte-sur, Hewitt de Alcántara tenga presencia reducida al espacio local en la canonización de los estudios agrarios y de historia intelectual o de las ciencias? Desde la perspectiva de género seguida por Pernet (2019PERNET, Corinne. FAO from the field and from below: Emma Reh and the challenges of doing nutrition work in Central America. The International History Review, v. 41, n. 2, p. 391-406, 2019.) para el caso de Emma Reh, esta invisibilización fuera de México puede comprenderse desde factores múltiples y entrelazados.

Prevalencia de un enfoque empírico, local y multidisciplinario en detrimento de anteojeras mono-disciplinares, universales y teóricas: en el marco del boom del paradigma dependentista que marcaba el debate del desarrollo con fuertes presupuestos teóricos, el enfoque metodológico de Hewitt de Alcántara fue el de encarar el problema de la modernización a partir de una estrategia inusual: la confrontación directa con los estudios realizados anteriormente (leídos desde una perspectiva a su vez histórica y crítica) combinado con el trabajo de campo localizado. Muy consciente de las anteojeras que implicaban los paradigmas y las modas teóricas, su pregunta ¿quién gana y quien pierde en la modernización? -si bien de alcance global- fue contestada a partir de las evidencias locales. En el estudio La modernización de la agricultura mexicana, la autora logró mostrar los efectos múltiples de la modernización en un estudio interdisciplinario que incluía el análisis de los cambios tecnológicos de la revolución verde (implementación de semillas, infraestructuras de riego, maquinarias) con el análisis de las alianzas de clases, instituciones, intereses y sus efectos en las formas de vida, culturas, desintegración y resistencias. Estas circunstancias se acercan al análisis de Pernet (2019PERNET, Corinne. FAO from the field and from below: Emma Reh and the challenges of doing nutrition work in Central America. The International History Review, v. 41, n. 2, p. 391-406, 2019.) sobre la trayectoria de la nutricionista Emma Reh en la FAO/Guatemala, cuya invisibilización reflejaba un enfoque “machista” en las perspectivas de las políticas internacionales de desarrollo y de la modernización, en las que los trabajos interdisciplinarios, empíricos y de fuerte soporte en la experiencia local y comunitaria, especialmente con indígenas fueron subestimados en favor de visiones técnicas, teóricas y universalistas mayormente sostenidas por hombres.

Entre consultoría, investigación y cuidados: sobre la base del análisis de sus libros y una entrevista en profundidad, la reconstrucción de su trayectoria intelectual, profesional y familiar, así como de las redes profesionales e institucionales de Hewitt de Alcántara ayudan a comprender los contextos de producción y la circulación de su obra. Madre de dos hijas, Cynthia Hewitt de Alcántara realizó la mayoría de su carrera contratada como consultora o como funcionaria en organismos internacionales de desarrollo. La primera etapa en México (1966-1985), empezó con cinco años de trabajo de campo en varias regiones de México, formando la base del libro La modernización de la agricultura mexicana. La realización de los dos otros estudios que hemos analizado en este artículo se dieron en el marco de la combinación de maternidad con consultorías esporádicas y un período de cuatro años como investigadora en El Colegio de México. Resulta interesante ver cómo este contexto la llevó a escribir un segundo libro: Una historia pionera de las miradas de la antropología global sobre México, basada en una enorme erudición en materia bibliográfica y sus redes personales en América Latina, EE.UU. y Europa. En una segunda etapa en Ginebra (1986-2002), Hewitt de Alcántara ocupó puestos de jerarquía en Unrisd como analista de políticas de desarrollo de escala regional y global. Esta combinación ecléctica de temas y los cambios entre la función profesional como consultora y funcionaria, la de investigadora y académica y la maternidad (que además influyeron en esa diversidad de sus temas) puede haber debilitado la recepción sostenida de sus estudios críticos sobre modernización, mujeres y la historia de las ciencias más allá de México.

La reconstrucción de la trayectoria intelectual y profesional de Hewitt de Alcántara y el análisis de sus trabajos durante el período mexicano (1966-1985) que hemos analizado en este artículo deja entrever las interdependencias que se desarrollan en las carreras de mujeres en el ámbito de los estudios críticos del desarrollo. Así, tal como hemos analizado, las formas que adoptó la circulación de sus aportes respondieron a factores entrelazados. La maternidad y los lazos de familia constituyeron una trayectoria que debió combinar trabajo de consultoría en organismos internacionales con el de la investigación, así como períodos con la imposibilidad de salir al campo, el espacio que ella consideró central para comprender la cuestión agraria. Llama la atención otro rasgo de la forma de producción de sus trabajos: En la entrevista en profundidad realizada en 2022, Hewitt de Alcántara recordó enfáticamente el acompañamiento, ayuda y apoyo que recibió durante toda su trayectoria de su esposo, el antropólogo Sergio Alcántara Ferrer. Como su “crítico más apreciado”, traductor, corrector, compañero de trabajo de campo, la presencia de su esposo en su carrera fue constantemente visibilizada durante la entrevista, también en los prólogos a sus libros. Esta aceptación del trabajo “en equipo”, no es muy común en las narrativas masculinas de la historia intelectual. Asimismo, a los efectos de la circulación y canonización, la prevalencia de lo empírico por sobre lo teórico, del caso particular local por sobre aspiraciones universales, así como sus conclusiones críticas de algunas políticas de desarrollo, constituyeron el marco de rechazos y obstáculos. La lectura actual de Cynthia Hewitt de Alcántara invita a un reconocimiento de los ejemplos pioneros de análisis críticos de la globalización desde espacios locales, lo que hoy llamaríamos con Anna Lowenhaupt Tsing friction.

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    Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022.
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    Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022.
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    Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022.
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    Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022.
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    Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022.
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    Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022.
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    Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022.
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    Los países representados fueron Costa Rica, Cuba, El Salvador, Honduras, México, Panamá, y la República Dominicana.
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    Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 7 de Julio de 2022.
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    Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 11 de Julio de 2022.
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    Entrevista de la autora a Cynthia Hewitt de Alcántara, 11 de Julio de 2022.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    19 Dic 2022
  • Fecha del número
    Sep-Dec 2022

Histórico

  • Recibido
    05 Jul 2022
  • Acepto
    28 Set 2022
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