Un breve inventario de preocupaciones en la comunicación científica

La actividad científica se asocia muy a menudo con la producción de respuestas y, a veces, con certezas. La propuesta aquí es traer otra perspectiva para pensar en los compromisos que asume el hacer científico. En este contexto, un papel central de las revistas científicas en nuestra área es ofrecer conocimientos que permitan movilizar ideas para la formulación de preguntas originales, con el objetivo de investigar y cuestionar situaciones sociales. El TES, que este año cumplió 20 años, incluye, en salud colectiva, entre las revistas que cumplen esta función, articulando conocimientos y preguntas de los campos de la salud, la educación y el trabajo.

En diálogo con el mundo del trabajo contemporáneo, la mirada que nos interesa examina y confronta una realidad de dificultades para los trabajadores, para la clase obrera. Lo que nos corresponde como investigadores y editores es promover, fomentar preguntas y caminos de investigación que nos alejen de la comodidad y rompan con cualquier tendencia a naturalizar procesos sociales. Al mismo tiempo, nos corresponde a nosotros, a través del conocimiento, exigir un compromiso con la transformación de las condiciones en las que se materializan los procesos de sufrimiento, enfermedad y alienación.

Son pautas típicas de la salud colectiva, que se guía por el horizonte de transformación, pero también influye en transformaciones socialmente significativas y contextualizadas que indican otro compromiso que nos cruza: mirar a Brasil... Y reconocer los diversos Brasis. Una mirada que se reconfigura con el tiempo, o mejor dicho, con la historia, sonando como una responsabilidad de los investigadores y, como resultado, de las revistas científicas.

Así, es posible decir que la salud colectiva y las revistas que la integran participan en una construcción social y democrática. Al hablar de construcción democrática, en esta articulación particular con la comunicación científica, buscamos integrar la ambición de hacer públicos textos en los que identificamos la relevancia de los temas, la originalidad de las preguntas, la coherencia en el desarrollo de la investigación y la observancia de los aspectos éticos (Diniz, 2008).

En la línea de despertar y actuar, en este camino de fortalecimiento democrático, un desafío que enfrentamos es equiparar la implementación de políticas editoriales que fortalezcan la presencia no solo de los temas, sino de mujeres investigadoras, investigadoras y negras, investigadoras e investigadoras indígenas. con el propósito de superar la desigualdad en la producción de conocimiento. Las desigualdades, en sus diversas formas, siempre han sido problemas centrales para la salud colectiva.

La ilusión de neutralidad se dispensa en este camino. Sin embargo, hay que tener clara la diferencia entre un artículo científico y un manifiesto, sin desprecio alguno por los manifiestos. Se sabe que cambian la historia, pero nuestro espacio es diferente. Aún, nos hemos enfrentado a varias preguntas sobre lo que tratamos informalmente como ‘calidad de los textos’, pero es preferible entender cómo adaptar un discurso al ámbito de la revista.

No somos partidarios del pensamiento que coloca el manuscrito como producto de consumo académico. Entendemos que nos corresponde a nosotros desarrollar la noción de que existe, entre revistas y manuscritos, una ‘relación’ de afinidades, criterios, posibilidades, o no, de reuniones, reuniones, etc. que una política editorial muy explícita ayuda a entender. Observamos que las formas actuales de comunicación, impulsadas por los medios digitales, nos permiten comunicarnos con el potencial de interferir en la construcción de ideas y acciones más positivas para la comunicación científica. Los editores y los autores no son opositores. Todo lo contrario. Pero a veces eso es lo que parecemos ser.

Las altas tasas de rechazo de artículos frustran a autores y editores. ¿Qué hacer en esta pregunta? ¿Cuál sería el papel de las revistas para enfrentarlo? Los artículos científicos son el resultado de procesos de investigación que ocurren en un entorno que no es el de las revistas. Pero también son la respuesta, a veces inmediata y eventualmente prematura, a un sistema que continua y agresivamente presiona para el volumen de publicación. Tal hecho es bien conocido y, por lo tanto, no puede abandonar nuestro radar de preguntas.

Cada campo de conocimiento tiene sus propias características. Una de las vocaciones de la salud colectiva es dialogar no solo con científicos/investigadores, sino también con directivos, profesionales del Sistema Único de Salud (SUS), estudiantes, movimientos sociales, organizaciones sindicales... finalmente, fronteras que están más allá de la comunidad académica, porque, después de todo, ¿quién se atrevería a definir ‘¿quién debería saber?’ Las revistas científicas de nuestra área están intrínsecamente ligadas a los procesos educativos, lo que implica nuestro interés en ampliar su alcance, y es por eso que el desafío de la divulgación científica también nos preocupa.

En una visión ampliada de un marco nacional de revistas científicas, nos damos cuenta de que solo habrá futuro si se establece firmemente que el trabajo de comunicación científica se constituye como una parte inseparable de la creación de un proyecto científico-tecnológico nacional, soberano. Esta reflexión se refiere inmediatamente al caso de los movimientos por la ciencia abierta, que involucra un conjunto diverso de prácticas, pero que tiene como ideas nucleares la transparencia y el acceso rápido a los resultados de la investigación, cuya importancia se evidencia en casos de emergencia sanitaria internacional, como zika y Covid-19 (Guanaes y Albagli, 2022).

Al fin y al cabo, cabe destacar que un reto importante es enfrentar la tendencia de sumisión por presión y seducción de los oligopolios internacionales que actúan en el campo de la comunicación científica, con efectos perjudiciales para el valor y el poder de las revistas brasileñas. Es una lucha en múltiples dimensiones, especialmente en las políticas públicas. Una confrontación que requiere articulaciones, proposiciones y planes y directrices. En este sentido, destaca el reto de los actores de este ecosistema de encontrar tiempo para reunirse, discutir ideas y tomar decisiones para afirmar nuestro lugar en la producción de preocupaciones y en la formulación de acciones relevantes. Por otra parte, demostrar que nuestro trabajo, este trabajo que tenemos en común, generalmente visto como elitista y excluyente, puede ser un hacer transformador, con prácticas inventivas, lleno de la idea de ofrecer formas de pensar y enfrentar nuestros problemas sociales, en el espacio que nos encaja, y a partir de ellos construyen un futuro no solo de más conocimiento y ciencia, sino también de más esperanza.

Referências

• DINIZ, Débora. Ética na pesquisa em ciências humanas: novos desafios. Ciência & Saúde Coletiva, Rio de Janeiro, v. 13, n. 2, p. 421, 2008. https://doi.org/10.1590/S1413-81232008000200017. Disponível em: https://www.scielo.br/j/csc/a/QDNVw9nGF7X7b8Kf4LNvRVs/?lang=pt Acesso em: 6 dez. 2023.
  » https://www.scielo.br/j/csc/a/QDNVw9nGF7X7b8Kf4LNvRVs/?lang=pt
• GUANAES, Paulo C. V.; ALBAGLI, Sarita. Dados de pesquisa subjacentes a artigos científicos: questões do direito autoral. Em Questão, Porto Alegre, v. 28, n. 3, e-114171, jul./set. 2022. Disponível em: https://seer.ufrgs.br/index.php/EmQuestao/article/view/114171 Acesso em: 6 dez. 2023.
  » https://seer.ufrgs.br/index.php/EmQuestao/article/view/114171

Fechas de Publicación

• Publicación en esta colección
  09 Feb 2024
• Fecha del número
  2023