Acessibilidade / Reportar erro

Presentación: Saberes en las Américas: Cruces, trayectorias y zonas de intercambio

Presentation: Knowledge in the Americas: Crossroads, Trajectories, and Trading Zones

En 1790, Felipe Arenas, esclavo mulato, era procesado en la localidad rural de Quillota, ubicada en la Capitanía General de Chile, como autor de la muerte de Nicolás Sapien, cuyo fallecimiento se atribuía a la herida producida por unos piedrazos que le había lanzado el primero. La defensa de Arenas argumentó que Sapien, cuyo deceso se había producido 5 o 6 días después de la reyerta, en realidad había muerto de tabardillo, una enfermedad no vinculada en lo más mínimo a la herida. Que era tabardillo quedaba probado por la violenta calentura que le acometió y porque su cuerpo se había pintado de manchas moradas. Los testigos declararon que la herida no se había hinchado y que se encontraba sana (“fresca, enjuta y sin la menor materia”), por lo que su muerte debía ser atribuida a otra enfermedad. En palabras de la mujer que se había hecho cargo de su curación, Sapien “andaba enfermo de la caja del cuerpo y de la cabeza” y, según otro testigo que ejercía el oficio de curandero, “murió de fiebre de calor, y que en esta virtud las manchas moradas que le salieron después de muerto fueron del tabardillo tan fuerte que le entró”. Las manchas moradas aparecen también descritas por el defensor de Arenas, quien argumentó que se podía saber que le había acometido un “tabardillo o accidente violento” porque había quedado con “su cuerpo denegrido a trechos”. El defensor identificó dos causas para la enfermedad: “el vicio tan arraigado que tenía al licor del aguardiente” que la noche anterior a su muerte lo dejó botado en la cama, y el que su cuerpo “ya estaba corrupto interiormente por las muchas enfermedades que adolecía, sobre cuya enfermedad le recayó la fiebre”.1 1 ARCHIVO NACIONAL HISTÓRICO DE CHILE (ANHCh), Santiago. Criminal por el homicidio de Nicolás Sapien, 1790. Real Audiencia, v. 1332, pieza 3, ff. 226-324v.

De manera similar, pero en 1774 y en San Fernando, Chile, Antonio Salazar, acusado por dar muerte a su esposa, esgrimió en su defensa que ésta en realidad había fallecido de tabardillo, causado por haber tomado aguardiente y arrope en exceso. Como en el caso anterior, argumentó que esto explicaba las manchas negras que habían quedado como marcas en el cuerpo de la mujer. Según la argumentación de su defensor, la enfermedad había sido ocasionada por “humores del cuerpo humano indispuesto por los desórdenes y excesos” de la mujer.2 2 ANHCh, Santiago. Criminal por el homicidio de Josefa Tapia, 1774. Real Audiencia, v. 2191, pieza 6, ff. 185-218. Ni en este proceso ni en el anterior los jueces recurrieron al parecer de practicantes de la medicina formal.

Si nos remitimos al Florilegio Medicinal, obra escrita en México por el jesuita moravo Juan de Esteyneffer (1712, p. 270)ESTEYNEFFER, Juan de. Florilegio medicinal de todas las enfermedades, sacado de varios, y Clasicos Authores, para bien de los Pobres, y de los que tienen falta de Medicos, en particular para las Provincias Remotas, en donde administran los RR. PP. Missioneros de la Compañia de Jesus. Ciudad de México: Herederos de Juan Joseph Guillena Carrasco, 1712., el tabardillo o febris petechialis consistía en una calentura pestilencial que se podía identificar porque aparecían “manchitas moradas, ya pocas, ya muchas, ya en todo el cuerpo, o particularmente en el pecho, espaldas, y cintura”. Estas manchitas podían ser también verdes o negras y en este último caso eran “peores, porque denotan peor cualidad del humor” (p. 270). Explicaba que, “en las calenturas ardientes, o fuertes, [hay] mucho desasosiego, y les gruñe el pecho, con mucho dolor”, luego de lo cual era común que murieran poco tiempo después. Cuando perseveraban las manchas era “mala señal”, porque significaba que habían salido “no por virtud, y fuerza de la naturaleza, sino por su gran malicia, o abundancia del mal humor” (p. 272). Si bien Esteyneffer (1712, p. 273-274)ESTEYNEFFER, Juan de. Florilegio medicinal de todas las enfermedades, sacado de varios, y Clasicos Authores, para bien de los Pobres, y de los que tienen falta de Medicos, en particular para las Provincias Remotas, en donde administran los RR. PP. Missioneros de la Compañia de Jesus. Ciudad de México: Herederos de Juan Joseph Guillena Carrasco, 1712. no presenta el consumo de alcohol como causante del tabardillo, sí alertaba respecto de los peligros de beber en exceso durante su desarrollo, pues podía “encender más la calentura”. Dentro de los síntomas que acompañaban a la calentura, Esteyneffer lista la sordera, que de aparecer al principio de la enfermedad auguraba un mal pronóstico. Esto es interesante, porque en el caso de Sapien, los testigos aseguraban que padecía de sordera, “echando podre por los oídos hasta la noche antes de su muerte en que cayó muy malo”.3 3 ANHCh, Santiago. Criminal por el homicidio de Nicolás Sapien, 1790. Real Audiencia, v. 1332, pieza 3, ff. 291v. Como se dijo arriba, el defensor del acusado indicó como una de las causas del tabardillo las muchas enfermedades que la víctima padecía previamente, sin hacer, eso sí, alusión directa a la sordera.

¿Por qué los intervinientes en procesos judiciales de dos provincias distintas del Chile rural durante la segunda mitad del siglo XVIII describieron con similitud el tabardillo como una fiebre violenta que producía la muerte, que podía ser causada por el consumo excesivo de alcohol y cuya señal distintiva eran las manchas negras o moradas que pintaban el cuerpo? Sabemos que el Florilegio Medicinal (ESTEYNEFFER, 1712ESTEYNEFFER, Juan de. Florilegio medicinal de todas las enfermedades, sacado de varios, y Clasicos Authores, para bien de los Pobres, y de los que tienen falta de Medicos, en particular para las Provincias Remotas, en donde administran los RR. PP. Missioneros de la Compañia de Jesus. Ciudad de México: Herederos de Juan Joseph Guillena Carrasco, 1712.), obra de divulgación de conocimientos médicos concebida para contribuir a las labores curativas ejercidas en el contexto de las misiones, circuló en Chile durante la segunda mitad del siglo XVIII. Aparece, por ejemplo, en inventarios de bibliotecas privadas y documentación comercial, pero no necesariamente podemos colegir de ello que los intervinientes en los procesos judiciales aquí presentados la hubieran leído (LABARCA, 2020LABARCA, Mariana. Los libros de medicina en el Chile del siglo XVIII: Tipologías, propietarios y dinámicas de circulación. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, v. 47, n. 2, p. 345-371, jul./dic. 2020.). La curandera cuya declaración citábamos arriba era analfabeta, por lo que su descripción probablemente proviene de un universo de saberes no directamente vinculado al impreso. Además, detalle también lleno de significados, el defensor del acusado fundamentó la teoría del tabardillo no en el conocimiento médico oficial institucionalizado, sino que lo hizo descansar en la autoridad del saber de sus dos testigos principales: “Antonio Olguín que hace oficio de cirujano y Juliana Orellana mujer la más inteligente de este lugar en estas materias”.4 4 ANHCh, Santiago. Criminal por el homicidio de Nicolás Sapien, 1790. Real Audiencia, v. 1332, pieza 3, f. 247. Se abre así un espacio rico de posibilidades interpretativas vinculado a los asuntos que este dossier ha querido explorar: los cruces, trayectorias y zonas de intercambio de los saberes en la América española durante la temprana modernidad.

La consonancia en las nociones respecto del tabardillo nos remite a la posibilidad de pensar en la existencia de horizontes lingüísticos y culturales móviles, maleables y comunes, que se actualizaban traspasando fronteras regionales y sociales a través de la negociación de distintas personas, grupos y comunidades de saber, y que circulaban con variados medios y materiales. Estas mujeres y hombres de diversa formación, ocupación y extracción cultural aparecen caracterizando y nombrando una enfermedad en términos similares, sumando en cada caso énfasis distintos. Tenemos, por ejemplo, la atribución del beber excesivo como causante de la enfermedad, algo que no aparece abiertamente en el caso del Florilegio (ESTEYNEFFER, 1712ESTEYNEFFER, Juan de. Florilegio medicinal de todas las enfermedades, sacado de varios, y Clasicos Authores, para bien de los Pobres, y de los que tienen falta de Medicos, en particular para las Provincias Remotas, en donde administran los RR. PP. Missioneros de la Compañia de Jesus. Ciudad de México: Herederos de Juan Joseph Guillena Carrasco, 1712.), o el que no se identificara directamente la sordera como síntoma de la enfermedad, en el caso de los testigos del caso judicial de 1790. En unos casos las manchas son de tamaño indeterminado, en el otro se trata de pequeños puntos como picaduras de pulgas. De todas formas, es evidente la coincidencia de nociones e interpretaciones respecto del nombre de esta enfermedad y sus características principales. Además, el hecho de que se utilizara como argumento judicial para alegar inocencia refuerza la idea de que se trataba de una enfermedad por todos conocida, no solo por su nombre, sino también por sus síntomas y señales.

El caso del uso del saber médico sobre el tabardillo es paradigmático pues sugiere que las prácticas y discursos de la enfermedad y su tratamiento no eran solo autoritativas de médicos especialistas ni de lectores eruditos de manuales de medicina. Además de las trayectorias a través del impreso o del manuscrito, el caso del tabardillo hace evidente el hecho de que aspectos del saber médico estaban distribuidos, conectados y esparcidos entre pacientes que aprendían, conversaban y comparaban sus padecimientos, agentes sanadores llamados para socorrer a los dolientes, familiares y vecinos que observaban, escuchaban y comentaban. Junto a ello, es preciso tener en cuenta que en las redes dispersas de la plaza pública de la sanación se transmitieron y forjaron marcos de sentido enunciados por figuras disímiles como curanderos, cirujanos y boticarios, jueces y procuradores. Este tipo de resonancias, ecos y similitudes que encontramos en los archivos son indicios que propician la investigación histórica sobre el movimiento, comunicación y formación de cuerpos de conocimientos compartidos y negociados.

Este dossier hace énfasis en cómo se elaboraban, reproducían, actualizaban y aplicaban los cuerpos de saberes en contextos americanos por parte de actores diversos. Las acumulaciones, resonancias y marcos comunes epistémicos están vivos gracias a cada instancia y pronunciamiento de tales actores. Lo que resulta clave en estas instancias es que, en muchos casos, desbordan lo puramente institucional, no dependen únicamente de la circulación de lo escrito ni de la lectura, y tampoco se reproducen exclusivamente a través del control de disciplinas y oficios. Haciendo nuestras las ideas de Secord (2004)SECORD, James A.. Knowledge in Transit. Isis, v. 94, n. 4, p. 654-672, 2004., los marcos, razonamientos, interpretaciones, gestos y lenguajes comunes a los que nos estamos refiriendo estarían en movimiento por medio de las comunicaciones e interacciones entre personas a lo largo de espacios de movilidad y sitios de intercambio en los virreinatos americanos. En este sentido, las categorías de zona de intercambio y zona de contacto siguen siendo productivas historiográficamente pues insisten en la mediación, interacción y comunicación efectivas entre personas, en diferentes espacios y a través de distintos medios y materiales.5 5 Ambas categorías tienen la virtud de reconocer la naturaleza situada de la conversación, acuerdos y apropiaciones entre y a través de culturas y comunidades diferentes. Para la categoría de zona de intercambio o trading zone, se puede ver su recurrencia desde la antropología hasta los estudios de ciencia y tecnología (TAUSSIG, 1980; GALISON, 1997; LONG, 2015). Zona de contacto o contact zone también es una categoría proveniente de los estudios literarios y culturales con fecunda recepción en la historia de las ciencias (PRATT, 1991; ROMANO; VAN DAMME, 2009; BARRERA-OSORIO; NIETO OLARTE, 2019). En efecto, las formulaciones comunes se aprenden y surgen en momentos y lugares de encuentro y convivencia que permiten distribuir y multiplicar las trayectorias de los saberes. Allí ocurren procesos de aprendizaje, traducción, adecuación y apropiación. La naturaleza compuesta del espacio político y social de la monarquía ibérica habría permitido este tipo de transacciones. En lugar de suponer un espíritu del tiempo o una cosmovisión desencarnada, la categoría de zona de intercambio permite pensar en itinerarios, arreglos y cruces de acervos de saber que se combinarían para diferentes propósitos.

Las similitudes y resonancias de prácticas, aspiraciones, lenguajes y estrategias argumentativas que se encuentran en el gran archivo histórico de las ciencias pueden interpretarse como instancias en las que personas en lugares específicos construyen, debaten y les dan vida a sus marcos comunes de conocimiento. Nuestra propuesta en este dossier consiste en eso: en mostrar las decisiones y actos producidos por los actores mismos en distintas zonas de contacto e intercambio. No existe un marco sin la gente y los diferentes vehículos materiales y espaciales que lo hacen posible. Por eso el conocimiento no es solo de un lugar: viaja, se transforma y se lanza hacia otros lugares a través de rutas y temporadas de contacto entre diferentes personas. Los autores de este dossier se ocupan de quiénes realizan estos procesos de interpretación, intercambio y movilidad, abordando sus identidades, sus motivaciones, sus agendas políticas, sus intenciones, sus redes de comunicación y estrategias de legitimación. Las zonas de intercambio aquí abordadas en las que se producen y vivifican los saberes pasan por bibliotecas, libros y mapas, sitios de observación celeste, academias y espacios de conversación erudita, barcos, puertos y rutas marítimas, así como por expediciones militares y distritos mineros. Los casos analizados van desde la primera mitad del siglo XVI hasta comienzos del siglo XVIII. Además, se encontrará una amplitud geográfica que conecta el hemisferio de la América ibérica con España, Portugal y Francia, y que muestra la movilidad de saberes que existía entre México y Lima, pasando por el Caribe, las costas pacíficas y los Andes.

El dossier inicia con el artículo de Nydia Pineda de Ávila y Tomás A. S. Haddad en el que se compara el uso del conocimiento del cielo para la escritura de la historia del Nuevo Mundo que emplearon el oidor de Lima Diego Andrés de Rocha y el cosmógrafo de México Carlos Sigüenza y Góngora. Aunque a primera vista las agendas intelectuales de ambos parecen distanciarse, este estudio deja ver la existencia de un marco común entre ellos. En ambos casos, se trataba de recurrir a una herramienta racional basada en la evidencia: medir el tiempo a partir de tablas astronómicas y de la observación local del cielo, con el fin de decidir y establecer la cronología y teorías sobre los orígenes de los pueblos amerindios. Más allá de una reivindicación patriótica, Rocha y Sigüenza y Góngora compartían una preocupación epistémica que superaba fronteras, pues buscaban situar el lugar de los pueblos amerindios y de la sociedad americana dentro del gran relato cristiano de la historia universal de la Salvación. El cielo, los fenómenos astrales (la observación del cometa de 1680), la lectura y discusión libresca son medios, materiales y zonas de intercambio entre saberes de la historia, la astronomía y la cronología. Esta base libresca de la movilidad y reinterpretación del conocimiento es retomada y llevada al contexto de la conversación oral en la contribución de Ignacio Uribe. El artículo aborda la figura de Diego Dávalos y Figueroa y su obra Miscelánea Austral, de 1602, poniendo de relieve los coloquios e intercambios que existían entre clérigos, médicos, encomenderos y oficiales de la Académica Antártica de Lima. La voz, medio por excelencia de comunicación y sociabilidad oral del conocimiento, es entendida en la obra de Dávalos como un indicio de la capacidad cerebral, la constitución física y la agudeza de ingenio de las personas. Basándose en las teorías médicas europeas expuestas por el médico Francisco de Figueroa, también miembro de la Academia Antártica, Dávalos insiste en que la lengua y habla de los indígenas del Alto Perú revelaba un natural flemático con poca “curiosidad y artificio”. En esa medida, la complexión sanguínea de los encomenderos, evidente según Dávalos en el ardiente sonido y acervo inventivo del habla española, contribuía a temperar, guiar y aliviar la sordera, mudez y afección cognitiva del nativo peruano. Se devela en el artículo de Ignacio Uribe cómo el cuerpo indígena es leído a través de la tradición médica europea, y cómo esta lectura se ajusta para reafirmar los intereses del encomendero y sus ideas de política imperial.

El artículo de Louise Bénat-Tachot es una reflexión historiográfica sobre la comunidad epistémica de los pilotos americanos, un grupo emergente en su mayoría de origen humilde y sin educación formal que durante la primera mitad del siglo XVI se tornaron en actores expertos cuyo saber se formuló desde la experiencia. Aquí vemos cómo los barcos, aguas y rutas americanas del Atlántico, el Caribe y del Pacífico son zonas de intercambio y producción del arte de la navegación que propiciaba la monarquía hispánica. Estos pilotos, además de navegar, miden los cielos, establecen coordenadas, levantan cartas y describen las comunidades y ambientes que frecuentan. Se trata de una figura clave en la movilidad de los saberes, ya que son ellos los encargados del transporte de personas, bienes, información e ideas en el espacio global del Imperio. Por su parte, Carolina Martínez nos muestra la dimensión multicultural de esos espacios de navegación al abordar el caso del ingeniero François Froger y su relación del viaje comandado por Jean-Baptiste de Gennes entre 1695 y 1605, por África occidental, el Atlántico americano meridional y caribeño. En este artículo se describen las estrategias de producción de legitimidad, reputación y autoridad que tiene la propia experiencia personal de Froger como testigo directo del viaje, así como su destreza editorial y erudición para adaptar, incorporar y comentar lecturas y autores canónicos de los saberes geográficos y cartográficos de las Américas. El valor de trasmisor y multiplicador del conocimiento geográfico del relato de Froger es refrendado en este artículo a través del uso que le dieron años más tarde autores como Amedée Frezier y Louise-Antoine de Bougainville.

El dossier concluye con el trabajo de Juan David Montoya Guzmán sobre la trayectoria del móvil, longevo e inventivo arbitrista Martín de Ocampo. En este estudio se aprecia cómo la experiencia de Ocampo en misiones militares de conquista y pacificación va tornándose hacia la acumulación de un saber estratégico para la economía y poblamiento hispánico en el Nuevo Mundo: la minería y la metalurgia. Ocampo recorrió el mar del Golfo de México, participó en la Armada del Mar del Sur entre Callao y Panamá, y se hizo una reputación tanto en la Península como en el Virreinato del Perú por su secreto técnico para beneficiar de manera más provechosa el oro, plata y mercurio contenido en las rocas que se extraían de diferentes minas en el Perú, en el Nuevo Reino de Granada y en España. Estudiar a este tipo de arbitristas es necesario para entender cómo se conectaban saberes entre el Viejo y el Nuevo Mundo, cuáles eran las formas burocráticas que tomaban las disputas por el reconocimiento de un saber, así como para dimensionar la centralidad política que tenía el ingenio y sus actos epistémicos asociados como el recopilar información, diagnosticar problemas, experimentar y proponer soluciones y proyectos tecnológicos a la Corona.

En el dossier es posible ver cómo la historiografía del conocimiento iberoamericano a partir de la conquista, marcado por las estrategias de ocupación territorial y control de la población desarrolladas por las administraciones imperiales, ha experimentado un giro sustancial en las últimas décadas. Para el caso específico de la ciencia americana y su vinculación con Europa, es posible identificar un punto de quiebre a partir de estudios que han revelado el rol preponderante de los imperios ibéricos y de sus áreas de influencia en el surgimiento de la temprana ciencia moderna, particularmente a través de sus prácticas empíricas de recolección y comunicación de la información vinculada con la cosmografía, la navegación, la medicina, la metalurgia y la botánica (BARRERA OSORIO, 2006BARRERA-OSORIO, Antonio. Experiencing Nature. Austin: University of Texas Press, 2006.; CAÑIZARES-ESGUERRA, 2006CAÑIZARES-ESGUERRA, Jorge. Nature, Empire, and Nation: Explorations of the History of Science in the Iberian World. Stanford: Stanford University Press, 2006.; NIETO OLARTE, 2006NIETO OLARTE, Mauricio. Remedios para el Imperio: Historia natural y la apropiación del Nuevo Mundo. Bogotá: Ed. Uniandes, 2006.; SAFIER, 2008SAFIER, Neil. Measuring the New World: Enlightenment Science and South America. Chicago: University of Chicago Press, 2008.; BRENDECKE, 2012BRENDECKE, Arndt. Imperio e información: funciones del saber en el dominio colonial español. Madrid: Iberoamericana; Frankfurt: Vervuert, 2012.; SÁNCHEZ-MARTÍNEZ, 2013SÁNCHEZ-MARTÍNEZ, Antonio. La espada, la cruz y el Padrón: Soberanía, fe y representación cartográfica en el mundo ibérico bajo la Monarquía Hispánica (1503-1598). Madrid: CSIC, 2013.; BOUMEDIENE, 2014BOUMEDIENE, Samir. La colonisation du savoir: Une histoire des plantes médicinales du “Nouveau Monde” (1492-1750). Vaulx-en-Velin: Mondes à Faire, 2014.). El modelo difusionista ha sido por consiguiente fuertemente desestimado y reemplazado por esquemas complejos que no solo debaten la unidireccionalidad centro-periferia de los procesos de producción, movimiento y sociabilidad del conocimiento en las Américas, sino que también se ha relativizado el eje Península-Virreinatos, para proponer esquemas de relaciones multidimensionales de redes y escalas entre localidades y áreas virreinales distintas (GORBACH; LÓPEZ BELTRÁN, 2008GORBACH, Frida; LÓPEZ BELTRÁN, Carlos. Introducción: Apuntes para ubicar nuestras historias de las ciencias. In: GORBACH, Frida; LÓPEZ BELTRÁN, Carlos (Ed.). Saberes locales: Ensayos sobre historia de la ciencia en América Latina. Zamora de Hidalgo: El colegio de Michoacán, 2008, p. 11-38.; BLEICHMAR et al., 2009BLEICHMAR, Daniela et al. (Ed.). Science in the Spanish and Portuguese Empires, 1500–1800. Stanford: Stanford University Press, 2009.; para miradas descentradas en el caso de Europa, ver KONTLER et al., 2014KONTLER, Lászlò et al. (Ed.)., Negotiating Knowledge in Early Modern Empires: A Decentered View. Basingstoke: Palgrave Macmillan, 2014.).

Junto con reivindicar el lugar del mundo ibérico en la historia del conocimiento, esta historiografía se ha ocupado de posicionar la actividad epistémica no solo como resultado de un proyecto imperial, sino también como una serie de procesos situados llevados a cabo por la activa variedad de agentes y culturas que participaron en la formulación de saberes empíricos con negociaciones y contribuciones que no se pueden reducir a la direccionalidad de la transferencia, sino que se fundan en procesos de intermediación, transmisión, traducción, atribución y borramiento (O’PHELAN GODOY; SALAZAR-SOLER, 2005O’PHELAN GODOY, Scarlett; SALAZAR-SOLER, Carmen. (Ed.). Passeurs, mediadores culturales y agentes de la primera globalización en el mundo ibérico, siglos XVI-XVII. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú; Instituto Riva-Agüero; Instituto Francés de Estudios Andinos, 2005.; GRUZINSKI, 2010GRUZINSKI, Serge. Las cuatro partes del mundo: Historia de una mundialización. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, 2010.; ASÚA, 2014ASÚA, Miguel de. Science in the Vanished Arcadia: Knowledge of Nature in the Jesuit Missions of Paraguay and Río de la Plata. Leiden; Boston: Brill, 2014.; SLATER; LÓPEZ-TERRADA; PARDO-TOMÁS., 2014SLATER, John; LÓPEZ-TERRADA, Maríaluz; PARDO-TOMÁS, José (Ed.). Medical Cultures in the Early Modern Spanish Empire. Farnham: Ashgate, 2014.; GÓMEZ, 2017GÓMEZ, Pablo F. The Experiential Caribbean. Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2017.; NORTON, 2017NORTON, Marcy. Subaltern Technologies and Early Modernity in the Atlantic World. Colonial Latin American Review, v. 26, n. 1, 18-38, 2017.; MARROQUÍN-ARREDONDO; BAUER, 2019MARROQUÍN-ARREDONDO, Jaime; BAUER, Ralph (Ed.). Translating Nature: Cross-Cultural Histories of Early Modern Science. Filadelfa: University of Pennsylvania Press, 2019.; BIGELOW, 2020BIGELOW, Allison Margaret. Mining Language: Racial thinking, Indigenous Knowledge, and Colonial Metallurgy in the Early Modern Iberian World. Williamsburg: Omohundro Institute of Early American History and Culture; Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2020.). Teniendo en cuenta estos referentes, en este dossier hemos querido reflexionar sobre las formulaciones del saber sin direccionalidades prefiguradas, reconociendo las posibilidades de diversas zonas de intercambio y agentes locales, describiendo la condición situada, encarnada y socialmente distribuida del conocimiento, y sin el afán exclusivo de volver a denunciar la sabida imposición y asimetría de poder propias del espacio colonial. En este sentido, creemos que el giro espacial y la discusión metodológica dada por la historia global también son claves para entender el interés de todos los artículos por señalar los fenómenos de conexión e integración como efectos de cambios y transformaciones de escala global, más allá de la fabricación de identidades locales o patrióticas (CONRAD, 2016CONRAD, Sebastian. What is Global History? Nueva Jersey: Princeton University Press, 2016.).

El dossier Saberes en las Américas es una propuesta que surgió desde la Red Internacional de Geopolítica Americana de los siglos XVI-XIX – GEOPAM.6 6 Para conocer y acercarse en línea a la Red GEOPAM, ver: http://www.geopam.org. Acceso en: 03 oct. 2022. Dentro de esta red existe un nodo llamado Americanización de saberes, en el que se reúnen investigadores de distintos países para discutir sobre la historia del conocimiento en las Américas. Desde distintas perspectivas tales como la filosofía e historia de las ciencias, la geografía y sociología del conocimiento, la antropología histórica, la historia cultural, la historia de la literatura, la historia intelectual y la historia del libro nos ha interesado abordar contenidos, formas, ambientes, materiales y actores que hicieron parte de las condiciones de producción, recepción y movimiento del conocimiento en las Américas. En nuestras conversaciones y trabajos destacan los abordajes intelectuales, políticos, sociales y materiales con el fin de señalar las condiciones situadas de los procesos epistémicos. La variedad metodológica, temática, amplitud temporal y representación geográfica que se encarna en este dossier proviene de la conversación – presencial y a distancia – que hemos podido tener en GEOPAM desde el año 2018. Esperamos que esta reunión de trabajos cree ocasiones de discusión, nuevas zonas de intercambio y que contribuya a la investigación sobre la larga historia de los saberes en las Américas.

  • 1
    ARCHIVO NACIONAL HISTÓRICO DE CHILE (ANHCh), Santiago. Criminal por el homicidio de Nicolás Sapien, 1790. Real Audiencia, v. 1332, pieza 3, ff. 226-324v.
  • 2
    ANHCh, Santiago. Criminal por el homicidio de Josefa Tapia, 1774. Real Audiencia, v. 2191, pieza 6, ff. 185-218.
  • 3
    ANHCh, Santiago. Criminal por el homicidio de Nicolás Sapien, 1790. Real Audiencia, v. 1332, pieza 3, ff. 291v.
  • 4
    ANHCh, Santiago. Criminal por el homicidio de Nicolás Sapien, 1790. Real Audiencia, v. 1332, pieza 3, f. 247.
  • 5
    Ambas categorías tienen la virtud de reconocer la naturaleza situada de la conversación, acuerdos y apropiaciones entre y a través de culturas y comunidades diferentes. Para la categoría de zona de intercambio o trading zone, se puede ver su recurrencia desde la antropología hasta los estudios de ciencia y tecnología (TAUSSIG, 1980TAUSSIG, Michael T. The Devil and Commodity Fetishism in South America. Chapel Hill: University of North Carolina Press, 1980.; GALISON, 1997GALISON, Peter L. Image and Logic: A Material Culture of Microphysics. Chicago: University of Chicago Press, 1997.; LONG, 2015LONG, Pamela O.. Trading Zones in Early Modern Europe. Isis, v. 106, n. 4, p. 840-847, 2015.). Zona de contacto o contact zone también es una categoría proveniente de los estudios literarios y culturales con fecunda recepción en la historia de las ciencias (PRATT, 1991PRATT, Mary Louise. Arts of the Contact Zone. Profession, p. 33-40, 1991.; ROMANO; VAN DAMME, 2009ROMANO, Antonella; VAN DAMME, Stéphane. Science and World Cities: Tinking Urban Knowledge and Science at Large (16th-18th Century). Itinerario, v. 33, n. 1, p. 79-95, 2009.; BARRERA-OSORIO; NIETO OLARTE, 2019BARRERA-OSORIO, Antonio; NIETO OLARTE, Mauricio. Ciencia, tecnología, saberes locales e imperio en el mundo atlántico, siglos XV-XIX. Historia Crítica, n. 73, p. 3-20, 2019.).
  • 6
    Para conocer y acercarse en línea a la Red GEOPAM, ver: http://www.geopam.org. Acceso en: 03 oct. 2022.

Referencias

  • ASÚA, Miguel de. Science in the Vanished Arcadia: Knowledge of Nature in the Jesuit Missions of Paraguay and Río de la Plata. Leiden; Boston: Brill, 2014.
  • BARRERA-OSORIO, Antonio. Experiencing Nature Austin: University of Texas Press, 2006.
  • BARRERA-OSORIO, Antonio; NIETO OLARTE, Mauricio. Ciencia, tecnología, saberes locales e imperio en el mundo atlántico, siglos XV-XIX. Historia Crítica, n. 73, p. 3-20, 2019.
  • BIGELOW, Allison Margaret. Mining Language: Racial thinking, Indigenous Knowledge, and Colonial Metallurgy in the Early Modern Iberian World. Williamsburg: Omohundro Institute of Early American History and Culture; Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2020.
  • BLEICHMAR, Daniela et al. (Ed.). Science in the Spanish and Portuguese Empires, 1500–1800 Stanford: Stanford University Press, 2009.
  • BOUMEDIENE, Samir. La colonisation du savoir: Une histoire des plantes médicinales du “Nouveau Monde” (1492-1750). Vaulx-en-Velin: Mondes à Faire, 2014.
  • BRENDECKE, Arndt. Imperio e información: funciones del saber en el dominio colonial español. Madrid: Iberoamericana; Frankfurt: Vervuert, 2012.
  • CAÑIZARES-ESGUERRA, Jorge. Nature, Empire, and Nation: Explorations of the History of Science in the Iberian World. Stanford: Stanford University Press, 2006.
  • CONRAD, Sebastian. What is Global History? Nueva Jersey: Princeton University Press, 2016.
  • ESTEYNEFFER, Juan de. Florilegio medicinal de todas las enfermedades, sacado de varios, y Clasicos Authores, para bien de los Pobres, y de los que tienen falta de Medicos, en particular para las Provincias Remotas, en donde administran los RR. PP. Missioneros de la Compañia de Jesus Ciudad de México: Herederos de Juan Joseph Guillena Carrasco, 1712.
  • GALISON, Peter L. Image and Logic: A Material Culture of Microphysics. Chicago: University of Chicago Press, 1997.
  • GÓMEZ, Pablo F. The Experiential Caribbean Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2017.
  • GORBACH, Frida; LÓPEZ BELTRÁN, Carlos. Introducción: Apuntes para ubicar nuestras historias de las ciencias. In: GORBACH, Frida; LÓPEZ BELTRÁN, Carlos (Ed.). Saberes locales: Ensayos sobre historia de la ciencia en América Latina. Zamora de Hidalgo: El colegio de Michoacán, 2008, p. 11-38.
  • GRUZINSKI, Serge. Las cuatro partes del mundo: Historia de una mundialización. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, 2010.
  • KONTLER, Lászlò et al. (Ed.)., Negotiating Knowledge in Early Modern Empires: A Decentered View. Basingstoke: Palgrave Macmillan, 2014.
  • LABARCA, Mariana. Los libros de medicina en el Chile del siglo XVIII: Tipologías, propietarios y dinámicas de circulación. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, v. 47, n. 2, p. 345-371, jul./dic. 2020.
  • LONG, Pamela O.. Trading Zones in Early Modern Europe. Isis, v. 106, n. 4, p. 840-847, 2015.
  • MARROQUÍN-ARREDONDO, Jaime; BAUER, Ralph (Ed.). Translating Nature: Cross-Cultural Histories of Early Modern Science. Filadelfa: University of Pennsylvania Press, 2019.
  • NIETO OLARTE, Mauricio. Remedios para el Imperio: Historia natural y la apropiación del Nuevo Mundo. Bogotá: Ed. Uniandes, 2006.
  • NORTON, Marcy. Subaltern Technologies and Early Modernity in the Atlantic World. Colonial Latin American Review, v. 26, n. 1, 18-38, 2017.
  • O’PHELAN GODOY, Scarlett; SALAZAR-SOLER, Carmen. (Ed.). Passeurs, mediadores culturales y agentes de la primera globalización en el mundo ibérico, siglos XVI-XVII Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú; Instituto Riva-Agüero; Instituto Francés de Estudios Andinos, 2005.
  • PRATT, Mary Louise. Arts of the Contact Zone. Profession, p. 33-40, 1991.
  • ROMANO, Antonella; VAN DAMME, Stéphane. Science and World Cities: Tinking Urban Knowledge and Science at Large (16th-18th Century). Itinerario, v. 33, n. 1, p. 79-95, 2009.
  • SAFIER, Neil. Measuring the New World: Enlightenment Science and South America. Chicago: University of Chicago Press, 2008.
  • SÁNCHEZ-MARTÍNEZ, Antonio. La espada, la cruz y el Padrón: Soberanía, fe y representación cartográfica en el mundo ibérico bajo la Monarquía Hispánica (1503-1598). Madrid: CSIC, 2013.
  • SECORD, James A.. Knowledge in Transit. Isis, v. 94, n. 4, p. 654-672, 2004.
  • SLATER, John; LÓPEZ-TERRADA, Maríaluz; PARDO-TOMÁS, José (Ed.). Medical Cultures in the Early Modern Spanish Empire Farnham: Ashgate, 2014.
  • TAUSSIG, Michael T. The Devil and Commodity Fetishism in South America Chapel Hill: University of North Carolina Press, 1980.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    16 Dic 2022
  • Fecha del número
    Sep-Dec 2022

Histórico

  • Recibido
    03 Oct 2022
  • Acepto
    03 Oct 2022
Pós-Graduação em História, Faculdade de Filosofia e Ciências Humanas, Universidade Federal de Minas Gerais Av. Antônio Carlos, 6627 , Pampulha, Cidade Universitária, Caixa Postal 253 - CEP 31270-901, Tel./Fax: (55 31) 3409-5045, Belo Horizonte - MG, Brasil - Belo Horizonte - MG - Brazil
E-mail: variahis@gmail.com