EL CRECIENTE DESAFÍO DE LA PUBLICACIÓN PREDATORIA: LAMAMIENTO A LA ACCIÓN

La Publicación Predatoria (PP) ha sido un creciente desafío desde que surgió el método de publicación en línea y de acceso abierto1. El término PP fue acuñado en 2010 por Jeffrey Beall, quien explicó que la misión de las editoriales predatorias era “aprovechar para beneficio propio el modelo de acceso abierto donde los autores pagan una tarifa por publicar su material”1^:15. La publicación en revistas predatorias se está convirtiendo en una industria que amenaza la integridad del descubrimiento científico y la erudición2. La PP no solo malgasta fondos y otros recursos3 sino que también resulta perjudicial para la reputación y carrera profesional de los autores. Impide la difusión de conocimientos significativos porque es posible que la información que se publica en revistas predatorias no sea creíble o confiable4. Esto genera preocupación en el ámbito de la Enfermería y las Ciencias Biomédicas cuando se citan materiales de PP en revistas legítimas5^-6 o cuando se los incluye en síntesis de evidencias publicadas en revistas legítimas7. Dichas citas pueden alterar resultados7 y/o afectar la atención provista a los pacientes8. Es preocupante que la cantidad de revistas predatorias siga aumentando en varias disciplinas9 sin ‘señales de aminorar su marcha’: la lista Cabells Scholarly Analytics de posibles revistas predatorias incluye 17.000 publicaciones10. Aunque se ha escrito mucho sobre PP, sigue habiendo notoria escasez de estudios empíricos sobre el tema en todas las disciplinas9, incluida la Enfermería4^,9. En este editorial destacamos las mejores prácticas para la publicación académica, debatimos perspectivas actuales sobre la PP e identificamos estrategias para poner fin al envío de materiales a revistas predatorias.

El Comité de Ética Editorial (Committee on Publication Ethics, COPE), el Directorio de Revistas Académicas de Acceso Abierto (Directory of Open Access Journals, DOAJ), la Asociación para la Publicación Académica de Acceso Abierto (Open Access Scholarly Publishing Association, OASPA) y la Asociación Mundial de Editores Médicos (World Association of Medical Editors, WAME) trabajaron en colaboración para desarrollar los ‘Principios de Transparencia y Mejores Prácticas en Publicación Académica’11. Recomendamos a los lectores que consulten los sitios web de estas organizaciones para obtener orientación adicional sobre publicación legítima y listas de revistas académicas de renombre. El Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (International Committee of Medical Journal Editors, ICMJE) y la Academia Internacional de Editores de Enfermería (International Academy of Nursing Editors, INANE) también ofrecen recomendaciones y recursos de mejores prácticas en publicación académica.

El hecho de que algunos autores decidan conscientemente publicar sus materiales en sabidas revistas predatorias contribuye a la complejidad de la PP12^-13. En ese sentido, Frandsen13 identifica dos grupos de autores: quienes publican a sabiendas en esta clase de revistas y quienes lo hacen sin saberlo o están desinformados. Las motivaciones para publicar en la modalidad de PP de manera consciente suelen ser monetarias (financiación), además de incentivos promocionales y presiones institucionales para publicar12, incluyendo requisitos para publicación internacional (particularmente en países en vías de desarrollo)13. Las revistas predatorias prestan poca atención al rigor científico y ofrecen publicación rápida y tarifas reducidas para procesar los artículos8^,14, presentando así “un camino llano para que los autores puedan publicar sus materiales”13^:58. En contrapartida, el grupo de autores desinformados eligen dónde publicar basándose en factores como reputación de la revista, características y cantidad de lectores y factor de impacto13^,15, y no son conscientes de que están publicando su material en una revista predatoria13. Reconocer estos dos grupos de autores ha generado cierto debate y un discurso crítico en la literatura sobre si el término ‘predatorio’ debería ser reemplazado por otro como ‘engañoso’ en cuanto a las motivaciones y la intencionalidad de los autores16. Mills e Inouye12 sugieren un enfoque holístico para comprender los motivos de los autores para publicar y las decisiones que se sitúan en este contexto.

Las editoriales y revistas predatorias siguen prácticas comerciales cuestionables que carecen de estándares de calidad; además, tienden a cobrar una tarifa para procesar los artículos con revisión por pares limitada o inexistente, al igual que otros servicios editoriales8^,14^,17^-18. A menudo no adhieren a mejores prácticas de publicación como ser transparencia en políticas editoriales y ética de publicación11^,18. Solicitan envíos de materiales a través de invitaciones por correo electrónico que pueden aparecer como correo no deseado y suelen contener errores ortográficos o gramaticales8^,17. También es posible que mencionen publicaciones previas de la persona en la invitación por correo electrónico. Estos mensajes de correo electrónico predatorios pueden incluir invitaciones para exponer en conferencias científicas de dudosa reputación. Algunos nombres de revistas pueden parecer similares a los de revistas académicas legítimas8^,14^,18; sin embargo, a menudo no están indexadas en bases de datos electrónicas debidamente establecidas, como Scopus14^,17. Además, es posible que en el sitio web de una revista predatoria no se indique ningún Comité Editorial, además de la posibilidad de que se presenten métricas engañosas de la revista (por ejemplo: factores de impacto)14. Para acceder a una completa lista de características de revistas predatorias basadas en evidencia, sugerimos a los lectores que consulten Cobeyet al.17 y COPE18.

Si bien muchos autores consideran que la lista de Beall es una herramienta útil para identificar revistas predatorias, recibió fuertes críticas por carecer de transparencia en sus métodos y fue retirada en el año 2017 en medio de amenazas legales19. Presentada poco tiempo después, Cabells Scholarly Analytics emplea 60 indicadores conductuales (publicados en su sitio web) para evaluar si una revista se considera legítima o bajo sospecha de ser predatoria; los criterios se agrupan de acuerdo con la gravedad del caso e incluyen áreas como integridad, revisión por pares, prácticas de publicación, tarifas, indexación y métricas20.

Cukier et al.21 identificaron 93 listas de verificación para identificar posibles revistas predatorias, aunque consideraron que solo tres de ellas estaban basadas en evidencia. Al actualizar su revisión sistemática, Ng y Haynes22 incluyeron las mismas tres listas de verificación basadas en evidencia que Cukieret al.21 e identificaron una adicional, aunque con la salvedad de que estas cuatro listas de verificación basadas en evidencia no habían sido sometidas a pruebas de confiabilidad y validez y se habían desarrollado antes de contar con una definición consensuada de revistas y editoriales predatorias. Sustentada en el trabajo de Cobeyet al.17 y habiendo consultado a los interesados, en el año 2019 se desarrolló una definición de revistas y editoriales predatorias consensuada a nivel internacional, con el objetivo de orientar la investigación y fundamentar las políticas: “Las revistas y editoriales predatorias son entidades que priorizan el interés propio a expensas del trabajo académico y se caracterizan por ofrecer información falsa o engañosa, por desviarse de las mejores prácticas editoriales y de publicación, por carecer de transparencia y/o por emplear prácticas de publicidad agresivas e indiscriminadas”16^:211. Sobre la base de esta definición consensuada, Ng y Haynes22 propusieron una plantilla de lista de verificación compuesta basada en evidencia con puntos a seguir desarrollando a fin de identificar revistas predatorias.

Con el objetivo de profundizar el rigor científico y la difusión de conocimientos en revistas académicas legítimas se requiere un enfoque multiestratégico para poner fin a la práctica de publicación predatoria. Sugerimos que es necesario un cambio de paradigma en la cultura académica de “publicar o perecer”2^,16, en el que la atención debería enfocarse en la calidad y el impacto de las publicaciones. Los eruditos, las agencias de financiamiento, las editoriales y las instituciones académicas desempeñan un rol conjunto3 y, por lo tanto, deberán trabajar en colaboración para crear un ambiente académico en el que se proteja a los letrados para que no sean víctimas de la PP. Estrategias dirigidas a los investigadores podrían generar conciencia y fomentar ‘alfabetización editorial’ por medio de campañas educativas2^,16^,18 para capacitar y orientar a las personas a fin de que puedan cumplir sus expectativas de publicar en revistas académicas de calidad13. Se requieren más trabajos de investigación para sustentar estrategias basadas en evidencia. Como editores de una revista especializada en Enfermería, sugerimos a los autores que sean precavidos y se resistan a ser víctimas conscientes de sus tentaciones. Publicar material en una revista predatoria podría perjudicar la carrera profesional de una persona y poner en riesgo la credibilidad de su trabajo académico. En tal sentido, recomendamos siempre priorizar calidad sobre cantidad en términos de publicación.

REFERENCES

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Fechas de Publicación

• Publicación en esta colección
  01 Dic 2023
• Fecha del número
  2023

Histórico

• Recibido
  23 Ago 2023
• Acepto
  26 Set 2023